El análisis y la comprensión de un tema tan medular como es la sucesión presidencial requiere, a mi manera de ver, un conocimiento pormenorizado de nuestra historia. En general el periodismo aborda el asunto desde el presente y como un fenómeno aislado y recortado de la cultura política argentina. Este puro presente solo se altera con simples evocaciones refugiadas en la memoria personal del que escribe. El pasado solo ingresa hasta el límite de sus recuerdos. De esta forma y con estos condicionantes, la perspectiva es corta. Política e historia, por el contrario, se entrelazan como la noche al día y es en su devenir como hay que tomarlas.
Y digo esto pues ha sido generalizada la conclusión sacada por el periodismo respecto de la imposición de Cristina sobre Scioli, que al ponerle un vicepresidente y rodearlo de camporistas y cristinistas en las listas nacionales, provinciales y municipales Scioli, en caso de ganar, no podrá ejercer la Presidencia con autonomía, imposibilitado de llevar adelante las ideas que el periodismo y los “entendidos” le atribuyen. Sería apenas un vicario de la Señora a la hora de gobernar. Continuar leyendo