El Día Internacional de la Mujer nos sirve para reflexionar, no sólo por la experiencia histórica que trae, sino también por los desafíos a futuro que nos plantea.
Cuando las mujeres votamos por primera vez, en 1951, un 22% de las representantes fueron mujeres. Avanzamos muchísimo en estos treinta años de vida ininterrumpida en democracia. En 1983 sólo había cuatro diputadas de la nación. Ahora las diputadas somos el 35% de la Cámara Baja y el 41% en el Senado. Y podremos ser más si prospera un proyecto de ley de una y uno en listas electorales que respete el 50% de mujeres y 50% de varones en forma alternada.
Nuestra Constitución incorporó un conjunto de normas internacionales que reconocen y promueven la igualdad de género. Sancionamos las leyes de educación y salud sexual y procreación responsable, de prevención y sanción de la trata, de matrimonio igualitario, de amas de casa, cupo sindical y de violencia contra las mujeres. Queda mucho por hacer. Se trata de construir a partir de lo construido. No sólo en las leyes que faltan, sino en la eficacia de la implementación de las que ya existen y en la sensibilización con la agenda de género, especialmente en el Poder Judicial. Continuar leyendo