Hasta mediados de esta semana algunos encuestadores mostraban como valederas las cifras que se vienen presentando: Daniel Scioli gana la Presidencia en primera vuelta. Algunos pocos profesionales responsables no querían arriesgarse, porque podía haber cambios y prometían que el viernes sería el día definitivo para presentar los últimos números a los que llegarán. El Gobierno instaló la victoria indiscutida de Scioli. Habrá que ver. El día que cantan las urnas es el que trae la única verdad.
En esta elección, como en otras de tiempos anteriores, la pasión y la certeza del voto no están presentes. Es posible que impere la fatiga de la publicidad política, el cansancio de tantas exigencias electorales a lo largo de este año o un ya viejo convencimiento sobre a quién respaldar en la elección, o que reine un desconcierto tal que los analistas de los sondeos de opinión temen carecer de certezas.
Estos analistas han tenido varios equívocos y desaciertos en el pasado. Entre tantos hechos vertiginosos, no previeron que María Eugenia Vidal captaría tanto apoyo en las PASO en la provincia de Buenos Aires, lo que mostró entonces que el oficialismo no tiene todas las cartas a su favor. Continuar leyendo