Por: Daniel Muchnik
Trece fórmulas presidenciales es una exageración. Pero en la Argentina de estos días todo es posible. La sociedad no ha seguido, sin aliento como se dice, las peripecias de nombres o las formas de hacer política que se fueron dando, especialmente en la última semana. Muchísimos prefirieron estar más atentos al fútbol y a la suerte de la Selección Nacional que a tratar de visualizar que futuro nos espera.
Trece fórmulas es disgregación ¿ O no? De abajo para arriba, la izquierda va con cuatro fórmulas, algo inexplicable pero que muestra hasta qué punto en ese ámbito cuentan nombres o intereses parciales. En cuanto a proyectos de gestión no tienen diferencias substanciales. Los cuatro candidatos proponen salidas similares.
Este cierre de listas para la pugna de las PASO están configurando un futuro que no está asegurado para nadie.
La Presidenta se aleja del barro del poder -todos esperaban que se presentara a un cargo hasta el último minuto del sábado- pero deja como candidato a la vicepresidencia a un hombre de su total confianza, el mismo que diseñó el enfrentamiento del matrimonio Kirchner contra los medios, el mismo que combatió contra los sectores adversos de la justicia. Zannini es el creador de la muralla elevada detrás de la cual se parapetó Cristina Fernández, quien decidió el destino actual y futuro de los que la rodeaban. Y del mismo modo del intento de destrucción de sus opositores.
Zannini es un abogado de muy buen nivel con una formación política que nada tiene que ver con el peronismo clásico ni con las innumerables variantes que presentó en las últimas décadas el movimiento peronista. Se sospecha que no ha dejado a un lado su devoción por la figura de Mao Tse Tung, el líder chino movilizador de las masas, el del personalismo a ultranza, el hombre dispuesto a aplastar a sus opositores creando una guardia verticalista decidida a cortar en pedacitos a quien negara la trascendencia de su figura y sus ideas. Si gana su fórmula, Zannini será el ángel protector de la Presidenta, que en estos días está cercada por eventuales juicios que pueden arrinconarla a ella y a parte de su familia. Zannini es el funcionario que más cerca de la Presidenta está, es casi un miembro más de su tribu. Es el que lleva todos los papeles legales.
Scioli cumpliría su sueño desaforado por ocupar el trono a cualquier precio. Entregando lo que fuera. Cediendo a todo lo que le pidieran con tal de no quedar excluído de la historia. Todos dirán que es una cuestión de temperamento. Es algo más que eso. Es la política, que apareja ambición sin límites e impide ver los propios defectos.
Macri eligió a Gabriela Miccheti como ladera. Sólo se conoce su decidida aseveración que derrotará al cristinismo. Pero no ha explicado cómo, sin tener respaldos en el interior, podrá convertirse en un temor valedero para los oficialistas actuales. Y hasta ahora no se conocen sus propósitos, su programa, sus intenciones. Ser presidente implica tener a disposición 500 personas bien entrenadas para ocupar los principales puestos de la administración pública. Y un equipo económico que desarme la bomba que está dejando el cristinismo. Hace algún tiempo prometió que se salía enseguida del encierro del cepo, de la falta de dólares en las arcas oficiales. Luego lo corrigieron. Ese deseo no se puede cumplimentar en un corto plazo, si no se cuentan con promesas de inversión muy adelantadas y seguras, sin mejorar la perfomance del comercio exterior -la manera genuina de incorporar divisas .
Tampoco se pueden combatir los problemas económicos en todos los frentes, al mismo tiempo. Si no se decide por la devaluación tendrá que elegir el camino de los cambios graduales, cuidadosamente elegidos, huyendo de las terapias de shock. Dispone un trío de economistas (Melconian, Sturzeneguer y Frigerio) que preferirían cortar por lo sano en una sola maniobra, pero para hacerlo se produciría un desgaste fenomenal y muy rápido de Macri.
El más blindado económicamente es Massa, con un equipo de muy buenos profesionales consecuentes con su causa. Y es Massa quien conoce y domina gran parte de un territorio que es el que más votos aporta. Muchos intendentes del Gran Buenos Aires se escaparon del ámbito de Massa y fueron a pedirle perdón a los que habitan la Casa Rosada. Pero Massa no ha perdido otros contactos y otros lazos que permitiría aportar con Felipe Solá como candidato a gobernador un caudal de apoyo importante. Para conseguirlo deberá doblegar el entusiasmo con que Julián Dominguez del cristinismo se presentará en la arena electoral. Como se sabe, Domínguez no está solo y por sus contactos pasados con el cardenal Bergoglio ahora tiene la bendición papal y no la oculta.
Todos los que tuvieron que ver en la última década con responsabilidades oficiales a su cargo han buscado inmunidad. Los ex gobernadores quieren ser diputados o senadores. En eso no se quedó atrás Máximo, el hijo de la Presidenta y mentor de la Cámpora. Posiciones donde no los corran con las exigencias de los tribunales por causas pendientes o reclamos de terceros.
La oposición sigue sin exhibir unidad ni consensos, ni acuerdos parlamentarios. Todo eso irá en su contra, si es que no lo comprenden antes que sea demasiado tarde.
Frente a una oposición donde el dinero no sobra, el Gobierno va a reaccionar poniendo millonadas en publicidad para sus candidatos. Dinero de los contribuyentes, no de los bolsillos de los que apetecen el poder. Clara injusticia.
Se ha visto en estos días muchas corridas de algunos que quieren ser representantes argentinos en el Palasur, el Parlamento del Mercosur. ¿De qué se trata tanta energía? El Parlamento Europeo, por ejemplo, decide muchísimas cuestiones de la vida de un mercado millonario como es el viejo continente. ¿Pero qué se debatirá en el Palasur, el foro de un Mercosur que está sin oxígeno y en terapia intensiva? Tan poca vida tiene que Dilma Roussef, disgustada con el proteccionismo reiterado de la Argentina, le ha propuesto a Uruguay y Paraguay un frente común para negociar como bloque, sin Buenos Aires, con otros megamercados y especialmente con Europa y Asia.
Las movidas de la Presidenta vienen a dar por nulas las hipótesis que hablaban de una mujer vencida que ya preparaba la valijas para un largo viaje. De ninguna manera. Se harán sentir sus bajadas de línea hasta su último día en el poder. Ella hace y deshace en una corte casi versallesca donde quien no obedece es crucificado, maltratado, vilipendiado. Que lo diga Randazzo, que rechazó la oferta del primer puesto en la gobernación de Buenos Aires.