Tiene razón Mónica Gutiérrez, en su nota para Infobae, al definir como un “aborto legal” la ley antidespidos. Sancionada, ya se sabe, será vetada inexorablemente por el Presidente de la Nación. La Casa Rosada busca no entorpecer el encuentro del Consejo del Salario del jueves 19.
Muchos ciudadanos, inquietos con estos aspectos del devenir político, se preguntan el porqué de tanto esfuerzo, idas y vueltas, discursos, puntos de vista distintos y enfrentados, amenazas, propuestas alternativas, reuniones nocturnas para llegar a esto. Ya se sabía que la ley no servía, que el empleo no depende de una ley, sino del proceso económico.
Si ese proceso no tiene dinámica propia, si no hay inversiones, si no se abren nuevas fábricas o nuevas alternativas empresarias, empleo no habrá. Es una cuestión que se viene arrastrando desde hace más de una década. Es una cifra correcta decir que en esos diez años que nos antecedieron el empleo público creció un sesenta por ciento. En ese porcentaje hay que incluir al Estado como salvataje frente a quienes no consiguen trabajo, provincias que no brindan más que un panorama de pobreza, y mucho más que favoritismos políticos de un poder populista y demagógico. Continuar leyendo