Los impostores del #NiUnaMenos

Todos los conocemos. Forman parte de cierto grupo de personas que no teme hacer demostración pública de impudicia. Son impulsores de derrumbes morales cotidianos y perdieron la capacidad del rubor. Estos días están dando vueltas por toda la web. Realizando manifestaciones políticas. Posaron frente a algunas cámaras fotográficas. Sostuvieron carteles manuscritos convocando a una marcha. Pronunciaron entonces la consigna: “Ni una menos”. Mantuvieron los ojos abiertos ante el flash. Luego volvieron a los despachos estatales donde se dan cita los cómplices del femicidio y la represión. Sergio Berni, Aníbal Fernández y la Policía Metropolitana son algunos de los impostores del #NiUnaMenos, quienes de repente no sólo parecen haber adquirido consciencia de los derechos de la mujer, sino que querrían que se los esterilice de las responsabilidades que poseen en este estado de las cosas.

Una mujer en Mendoza denuncia a su marido varias veces por violencia en la comisaría. La Policía cita al marido pero lo deja en libertad. La mujer decide irse de la casa. Mientras realiza la mudanza, el hombre ingresa en el lugar, llega hasta la cocina, ve a la mujer y comienza a apuñalarla. Se retira, pero al irse comprueba que María del Carmen Saldaño sigue respirando, entonces Oscar Rubén Suárez regresa, culmina su tarea, y cuando comprueba que ya no respira, la abraza y dice: “Te amo”. Sucedió el 15 de mayo en el barrio de San José.

“No le sirvió de nada porque ahora salen todos a hablar pero no hizo nada la psiquiatra ni los profesionales que lo atendían, ni el juez, ni el fiscal, nadie hizo nada, se lavaron las manos, simplemente la dejaron sola”. Así caracterizó el rol del Estado en declaraciones a la prensa una amiga de María Eugenia Lanzetti, quien fuera degollada por su ex pareja Mauro Bongiovanni en un jardín de infantes, donde daba clases y delante de los niños, en Córdoba hace pocas semanas.

En el libro “Francesas”, del periodista Jean Charles Chattard y que acaba de ser presentado en Salta, se postula la tesis acerca del encubrimiento judicial -y que fue refrendado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner- en el caso de las turistas francesas asesinadas a tiros en 2011. Una trama estatal de desaparición de pruebas, torturas policiales, deslindamiento de la información de autopsias realizadas en Francia y sospechas sobre la plantación de los cuerpos en el lugar donde fueron encontrados. Una pista indica, según el libro, que las francesas habrían sido asesinadas luego de participar en una fiesta de los hijos del poder salteño. Mientras tanto, la presidenta había ido a Francia y entregado al entonces presidente Sarkozy las supuestas pruebas de un crimen que había sido resuelto. Todo mentira. El Estado era encubridor.

Tal como sucedió en el caso de Paulina Lebbos. Una mujer asesinada y cuyo crimen fue imposible de investigar por siete años debido a la acción del Estado. Inacción que fue comprobada por la Justicia, que ordenó que se cambiara al fiscal Albahaca -que no había avanzado en la investigación, que había desviado pistas, que había omitido pruebas- por otro equipo judicial que, siete años después, debía retomar el camino para resolver el crimen. Una pista sobre el asesinato de Paulina tenía como sujetos matadores a otros hijos del poder tucumano que habrían usado sus vínculos estatales para encubrirse.

Así como sucede en esas cuevas del crimen llamadas “whiskerías” -escudadas también bajo la fachada de boliches más sofisticados- que se nutren de la esclavización de mujeres cuyos cuerpos son convertidos en objetos destinados a la mecanización fordista del sexo pago. Mujeres llevados a los centros urbanos desde pueblos recónditos bajo la promesa de futuros laboriosos pero que se encuentran con el encierro, la retención de documentos, la violación reiterada, la desaparición de la vista de los suyos y hasta la muerte. Un negocio mafioso cuyo mayor impulsor es la policía. Una policía que también es cómplice a la hora de esconder los talleres textiles clandestinos donde familias enteras trabajan sin salidas en jornadas de dieciséis horas, entre otros crímenes policiales.

Y entonces esos representantes del Estado y la represión, de la Policía y sus negocios mafiosos, sonríen frente a cámara o simulan gestos graves mientras sostienen un cartel que dice #NiUnaMenos en una muestra de cómo se pueden traspasar todos los límites de la hipocresía.

Ellos no deben estar, y sí debemos estar todo el resto. Quienes abogamos porque cesen los femicidios; porque se realicen estadísticas oficiales y haya un registro de la violencia contra la mujer y los femicidios; porque existan fueros especiales de crímenes contra la mujer en los ámbitos civil y penal de la justicia; porque se reglamente en su totalidad la Ley de Protección Integral a las Mujeres y que se provea de fondos para su implementación; quienes planteamos que deben existir en las currículas educativas contenidos preventivos de la violencia contra la mujer; aquellos que estamos a favor de la legalización del aborto, que debe ser gratuito y, también, quienes pensamos que debe existir un ente autárquico y autónomo en el Estado que sea elegido por votación y que se ocupe de los temas de las mujeres. Debemos marchar, impedir el oportunismo de los cómplices, llenar la plaza de Congreso y todas las plazas del país el 3 de junio, hacer posible el #NiUnaMenos.

Salta, elecciones entre el pasado y el porvenir

(Desde Orán, Salta). Quizás el norte del norte de la Argentina –una región de fronteras y de atrasos, de calor subtropical, de cañaverales pero también dengue- también albergue algunas de las posibilidades más modernas. El norte de la provincia de Salta podría ejemplificar la teoría del desarrollo desigual y combinado, que plantea que en la era contemporánea formas de desarrollo y relaciones sociales diferentes pueden convivir en una misma nación. Que en un mismo espacio social convivan resquicios del pasado y fragmentos del porvenir. Tal vez las horas previas al cierre de la campaña electoral salteña en Orán así lo señalen. En Salta –la más provincia más lejana del puerto histórico pero que es también la región que más conserva raigambres históricas significativas de la Argentina- se viven fenómenos interesantes.

La provincia muestra una particularidad política que produce que los partidos tradicionales no sólo disputen entre sí, sino que lo hagan juntos contra el desarrollo del Partido Obrero (PO). Las huestes del oficialista gobernador Juan Manuel Urtubey disputan la gobernación con un disminuido Juan Carlos Romero (ambos candidatos gobernaron alternadamente la provincia durante las últimas dos décadas con políticas similares –o diferentes sólo en grado). Sin embargo, como tercera fuerza, el Partido Obrero –expresión local del Frente de Izquierda- consigue diputados y senadores provinciales, concejales y hasta en 2013 ganó las elecciones legislativas en la capital salteña. El fenómeno se percibe de manera concentrada en el departamento de Orán, sede del tradicional ingenio El Tabacal.

El Tabacal es un ingenio agrícola que emplea a dos mil obreros especializados y que es la mayor concentración operaria de la región. En agosto de 2012 sus trabajadores protagonizaron una rebelión que aún hoy se recuerda. La empresa Seaboard Corporation, dueña del ingenio, venía realizando diferentes maniobras y provocaciones para estancar la discusión paritaria y propinar un golpe definitivo al Sindicato de Trabajadores del Azúcar local. El Tabacal declaró ilegales los paros, envió 60 telegramas de despidos, y hasta impugnó a los delegados. Los trabajadores salieron a la ruta y el gobierno eligió su bando desencadenando la represión policial. Pero no esperaban la respuesta popular. Miles de personas enfrentaron durante más de cuatro horas los gases, las balas de goma y las arremetidas de la caballería. La policía se quedó sin municiones, por lo que debió retroceder arrojando piedras ante la tenacidad obrera y popular. Mientras muchos se acercaban al lugar para repudiar y resistir la represión, otros realizaban un corte en solidaridad en la entrada sur de la ciudad de Orán. Un grupo de estudiantes de enfermería, que mantuvo una guardia permanente de primeros auxilios, jugó un gran rol asistiendo a los heridos, junto con las esposas de los afectados. Después de dos semanas de lock-out, la compañía tuvo que dar marcha atrás con los 57 despidos realizados en plena discusión paritaria y reabrir la planta.

A tres años del levantamiento, el candidato a la intendencia que responde a Urtubey es también el representante legal de la Seabord Corporation. A esta candidatura y a las otras de los partidos tradicionales se le opone la de Josefa Cardozo, docente, y que postula como diputado a Samuel Huerga, un periodista cuya radio dice estar dispuesta para difundir las luchas populares. Jorge Altamira, precandidato presidencial del Frente de Izquierda, llegó para acompañar el cierre de campaña de estos candidatos. Este cronista pudo observar la intensa actividad de campaña que incluyó varias reuniones con vecinos y trabajadores, una ininterrumpida maratón de participación en programas radiales y televisivos, un almuerzo con trabajadores de El Tabacal, una caravana callejera y un cierre de campaña en un acto al que asistió más de un centenar de ciudadanos de Orán –cifra elevada para una región de estas características-. La oposición entre candidatos que representan a la principal empresa de la zona y los voceros de sus trabajadores es una muestra concentrada del estado de las cosas en la ciudad y reproduce de manera intensiva las diferentes posturas de clase que se expresan en este acto electoral política en la provincia. Este domingo hay elecciones en Salta. Políticas del pasado y propuestas para el porvenir. Tendencias que anidan en un mismo cuerpo social y que se encuentran y disputan en cada cuarto oscuro de la provincia.

El trotskismo como tercera fuerza política

Las elecciones PASO no sólo preconfiguran el mapa electoral general de las elecciones de octubre -y las provinciales que se realicen antes- sino que muestran también un fenómeno inusual en el campo político argentino. En dos de las elecciones más relevantes -las realizadas en Salta y Mendoza- las fuerzas que integran el Frente de Izquierda obtuvieron el tercer lugar entre las favorecidas por el voto de la ciudadanía en votos a cargos ejecutivos. El dato no sólo es inédito, sino que configura un fenómeno -por el momento- puramente nacional: el trotskismo (fuerza que plantea un programa anticapitalista y socialista revolucionario) en ningún otro país muestra tales resultados. Continuar leyendo

Salta, la troska: la izquierda ante una elección disruptiva

“Venga, acompáñeme a la bicicletería de a la vuelta, que con ellos en 2013 recorrimos el barrio llamando a votarlos a ustedes y ahora necesitamos materiales para volver a hacer la recorrida”, cuenta Pablo López -actual diputado nacional por el Frente de Izquierda y candidato a intendente del Partido Obrero en la ciudad de Salta- que le dijo una señora hace dos días en una visita a un barrio popular de la capital provincial. “Como nunca en una elección nos atacaron tanto desde los medios de comunicación y desde todas las facciones políticas, pero también como nunca vemos que se acercan sectores de la población a militar por nuestro voto”, dice López, que se caracteriza por su aspecto barbado, pelilargo y juvenil y la parsimonia de aquellos que no tienen drama en explicar cien veces su postura hasta que se entienda. Dentro de unos días participará de una elección de una gran importancia. Este domingo se desarrollarán las elecciones PASO en Salta. Una contienda sobre la que se posan los ojos de los analistas políticos no sólo por su relevancia nacional cuando las principales facciones en pugna expresan al kirchnerismo y al peronismo de derecha (par que podría replicar el status de la disputa de la elecciones generales de este año) sino también por el rol que tendrá la izquierda, expresada en la lista del Partido Obrero. Es decir, la elección podría ser una más de las muchas que se producirán este año, pero con un elemento “siniestro” -en el sentido desestabilizador que señalaba Sigmund Freud para la palabra y en su significado literal, ya que se sabe que el origen de la palabra va de la mano del concepto “izquierda”-.

“Me importa un carajo que me vea la patronal, nosotros vamos con el Partido Obrero”, cuenta Jorge Altamira que le dijo un obrero que, entusiasta, se le acercó a expresar su apoyo a la salida del horario laboral en el Ingenio El Tabacal, en el interior provincial. Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli se hicieron presentes estos días en la provincia del norte con el fin de reafirmar la tentativa de nacionalización de las elecciones. Pero también se hizo presente el candidato a presidente del Frente de Izquierda Altamira para ayudar a desmantelar esta operación. Frente a la disputa entre dos fracciones del régimen oligárquico que gobierna Salta desde hace décadas, la lista del PO se presenta como el factor disruptivo, que rompe la previsibilidad del ejercicio electoral. “Creemos que hemos quebrado el intento de polarización al menos en la capital de Salta y que por eso Pablo López estará disputando el segundo lugar en la votación a intendente”, explica Altamira. En Salta, las PASO dirimen internas sangrientas entre los partidos tradicionales. Por caso, las listas que llevan la candidatura de Urtubey a la reelección suman más de 50. El mapa político de las PASO salteñas podría resultar macondiano, inverosímil. Libres del Sur -la agrupación que hace unos años fuera guevarista y que tiene como referentes a Victoria Donda y Humberto Tumini- apoya en la provincia al kirchnerista Urtubey, hombre de silicio y Opus Dei y miembro de una casta oligárquica tradicional desde hace siglos. Por el contrario, el Movimiento Evita -que se postula como la izquierda kirchnerista- apoya al tándem Juan Carlos Romero como gobernador, Alfredo Olmedo como vice, una expresión de la más rancia derecha reaccionaria, alianza del PJ con el PRO. “Superar las PASO con una votación que quiebre la polarización nos llevará a un escenario distinto para las generales de mayo”, indica Altamira. En 2013, en la capital salteña el PO obtuvo en las PASO un 16% de los votos. Luego dio el cimbronazo y sacó el 29%, casi duplicando su elección.

“El partido ha crecido exponencialmente”, dice Claudio del Pla, candidato a gobernador por el PO. El referente indiscutido del trotskismo en la provincia explica que el voto al PO expresa la elección por una alternativa al régimen oligárquico que disputan las dos facciones mayoritarias. “Por eso esta campaña fue la más dura en cuanto a los ataques de todos lados: nos identifican como la alternativa de transformación y nos atacan para obturar esa perspectiva”, especula Del Pla. “Es importante el salto cualitativo de esa campaña contra el Partido Obrero -explica Altamira-. Dicen todo el tiempo: ‘Ellos no pueden gobernar’. Pero esa postulación implica que se está discutiendo la posibilidad de gobierno del PO. Que se discuta en la población salteña cómo podríamos gobernar fácticamente nosotros es un hecho revolucionario”.

“No, no son actores, son testimonios reales de la gente que nos votó”, contesta Pablo López. Los spots de campaña que se vieron en la televisión salteña muestran -además de un spot animado en el que se postula: ‘con el Partido Obrero, el pueblo llega al poder’- a jóvenes estudiantes, señoras en la puerta de sus casas, mujeres trabajadoras, un hombre en su moto, testimonios de los votantes del trotskismo en la ciudad de Salta. “Con vos, podemos”, es el slogan de la campaña, que remite al “Sí, podemos”, de Barack Obama en su primera elección triunfante. “Las encuestas nos ubican disputando el segundo lugar en la elección a la intendencia -dice López-. En las recorridas por los barrios, por las fábricas, en las universidades se percibe esa tendencia. Un sector muy importante se plantea cambiar el régimen político que ha gobernado las últimas décadas, un régimen privatizador de los servicios municipales y al servicio de los sojeros, los dueños de las petroleras y las mineras. La población ha visto nuestro programa y un sector muy fuerte apuesta a eso”. El domingo hay elecciones en Salta. La izquierda espera superar las PASO con una buena performance y entonces luego ir con todo para que en las elecciones generales se vuelva a popularizar el mote que les quedó impreso desde 2013. Para que vuelva a estar en boca de todos una sencilla pero significativa frase: “Salta, la troska”. 

FIT: una política de futuro en las pantanosas aguas del atraso

En las agitadas aguas de la política nacional -atravesadas por la licencia presidencial y la asunción en su reemplazo del cuestionado Amado Boudou-, la noticia sobre la performance del Frente de Izquierda en Salta, representado por el Partido Obrero de esa provincia, confirma la existencia de una tendencia política profunda que anida en una parte importante de la población. Y es un dato que no debería pasar desapercibido en relación a las elecciones que se realizarán el 27 de marzo.

En la capital salteña, las elecciones PASO -que preparan los comicios que renovarán los parlamentos y concejos provinciales- mostraron que los candidatos del PO fueron los que más votos obtuvieron. Claudio del Pla, precandidato a diputado provincial -y que espera renovar su banca- obtuvo 52.085 votos y el 20,71% del favor del electorado. Solamente la conjunción de cinco lemas del Partido Justicialista le permitió superar al PO con el 28,82% de los votos, expresados en 72.466 sufragios, aunque ningún candidato obtuvo más votos que el histórico dirigente trotskista salteño. En la votación a concejales por la ciudad de Salta, la lista encabezada por Arturo Borelli del PO logró 56.627 votos ubicándose en primer puesto, ni siquiera superado por los cinco lemas del PJ. De este modo, si la votación se repitiera en noviembre, obtendría 7 escaños en el Concejo Deliberante local que le permitiría disputar la presidencia del organismo. La precandidata a senadora provincial obtuvo una votación que le permitiría ingresar a la cámara alta salteña. En términos generales, el PJ ganó la elección mediante la suma de todos sus lemas, el PO se ubicó en segundo lugar y el partido Salta Somos Todos, del derechista Alfredo Olmedo (que representa al PRO), fue relegado al tercer lugar. Las cifras consolidan la perspectiva de Pablo López, que se postula como diputado nacional al congreso en las elecciones del 27 de octubre. Tales resultados le otorgan al Frente de Izquierda -a través del PO- la mayor votación que obtenida históricamente por los trotskistas en una elección local.

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