Los puntos frágiles del acuerdo con Irán

A medida que las disputas sobre el -llamado- acuerdo nuclear con Irán continúan tanto en Teherán como en Washington, cada vez es más claro que el día que el presidente Barack Obama no esté a cargo el acuerdo no sobrevivirá más allá de su presidencia.

Una situación similar está tomando forma del lado iraní. La facción de Akbar Hashemi Rafsanjani, de la cual el presidente Hassan Rouhani es miembro, espera utilizar el acuerdo como plataforma de lanzamiento para la conquista de los principales centros de poder. Sin embargo, el acuerdo puede llegar a ser la ruina política del clan Rafsanjani.

El “acuerdo” tiene demasiados defectos fundamentales y no goza del apoyo de las dos naciones involucradas, tanto Obama como Rouhani sabían que su acuerdo no ganaría el apoyo de sus respectivos poderes legislativos, de allí que por estas horas trazan un plan para sortear esos defectos y los problemas que representan.

Obama accedió a que el Congreso revise el “acuerdo”, pero no como un tratado y solo después de que recibió una “apariencia de dudosa legalidad” a través de una resolución aprobada contrarreloj por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Ya sea que los votos del Congreso alcancen para ratificar o no el “acuerdo”, el compromiso de Estados Unidos con la resolución de la ONU se mantendrá. La votación del Congreso casi seguro irá en contra del acuerdo y sería una señal de que Estados Unidos como nación y país no lo quiere ni lo deseaba, menos aún en los términos que acordó su presidente. Continuar leyendo

La posición estadounidense y el acuerdo nuclear con Teherán

El compromiso firmado con Teherán constituye un paso adelante para estabilizar el futuro del mapa de Oriente Medio y un éxito para la política exterior del presidente estadounidense, Barack Obama, quien ahora deberá enfrentar las críticas de los republicanos y de algunos demócratas en el Congreso controlado por la oposición.

Irán y el Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania, han alcanzado un acuerdo para continuar con las negociaciones nucleares hasta el 30 de junio, con lo que se prosigue con el calendario previsto. Ambas partes han logrado así “progresos suficientes” para proseguir con los contactos tras varias prórrogas para lograr un acuerdo político marco que debería haberse pactado antes del 31 de marzo. Ahora deberán conseguir un acuerdo definitivo sobre el polémico programa nuclear de la República Islámica antes del 30 de junio.

Aquellos que en Occidente ven las conversaciones con Irán en materia nuclear como única salida al problema con Teherán a través de las concesiones, especialmente el presidente Barack Obama, a menudo alegan tres aspectos básicos en apoyo del apaciguamiento al régimen persa. Continuar leyendo

Una guerra por poder político no es una guerra sectaria

La actual crisis en Irak es descripta de forma rutinaria por los comentaristas de medios internacionales, especialmente en Occidente, como una guerra sectaria. El supuesto es que Irak está siendo destrozado porque sus diferentes elementos, especialmente los árabes sunitas y chi’ítas, han decidido, de alguna manera, que ya no pueden vivir juntos.

Sin embargo, Irak no es Siria. Entonces ¿qué tan preciso es este el análisis? Es claro que la respuesta a la pregunta podría tener un impacto importante en la configuración del resultado de la crisis. Algunos de los que afirman que los iraquíes ya no pueden vivir juntos insisten en que las fronteras dibujadas tras el colapso del Imperio Otomano han perdido el sentido y ya no son válidas. En consecuencia, debería considerarse establecer nuevas fronteras para los estados-nación modernos.

Lo cierto es que en el origen de este tipo de análisis se afirma -a mi juicio erróneamente- que Irak es un país artificial e inviable desde su creación misma. Es aquí donde me permitiré recordar una experiencia profesional. Unos años atrás, en un programa de la TVE en Madrid, fui agraviado intelectualmente por un profesor universitario español porque sugerí que EEUU debió haber permanecido durante unos años más al lado de Irak, como ocurrió en el caso de Alemania Occidental después de la Segunda Guerra Mundial, huelga indicar que los hechos actuales han ratificado mi posición acertada, ayudar a los iraquíes a consolidar sus nuevas instituciones era de fundamental importancia y tal cosa no estuvo presente por la decisión del presidente Obama de retirarse de allí.

Recuerdo que en tono de burla, el profesor español me replicó que “al ser un estado nuevo y sin experiencia democrática, Irak no podía ser comparado con Alemania puesto que la última tenía una larga historia y una gran experiencia democrática”. Al parecer, nuestro profesor no sabía que Irak tiene una historia que se remonta a unos 4.000 años, es decir, mucho antes de que las primeras tribus germánicas aparecieran en Europa. Tampoco sabía que Alemania se convirtió en Estado-nación en 1870. Y que el Irak moderno alcanzó el mismo estatus en 1921, y que tanto Alemania como Irak surgieron de los escombros de distintos imperios. En cuanto a la “experiencia democrática”, ni la tragedia de Alemania bajo el nazismo, ni Irak en la era del ba’azismo fueron lo que podríamos denominar una “experiencia democrática”.

Pero no es mi intención humillar al pobre hombre más de lo que hizo por sí mismo en aquel programa televisivo, menos aun transcurridos cuatro años de la anécdota. Lo traje al artículo para mostrar el calibre y la magnitud del daño que los ignorantes causan y han causado al mundo árabe en particular y a los países en general cuando hablan y se constituyen en ‘soberbios opinologos’ sin la mínima formación académica sobre la temática. Por tanto, dejo al profesor que vaya de tapas y pinchos y me remito al rigor histórico y al pensamiento proactivo que pretende aportar soluciones claras.

Bajo su monarquía, Irak disfrutó de toda la libertad que los diversos componentes del futuro estado alemán habían tenido bajo sus respectivos príncipes.

La fundamentación que esgrimen contra Irak sus detractores -como el profesor español- ha sido y es, que los iraquíes, por ser árabes o musulmanes, son incapaces de vivir en libertad. A los árabes y los musulmanes, en esta corriente de opinión, generalmente se los considera programados genéticamente para favorecer un gobierno despótico. Sin embargo, si la ‘artificialidad’ de Irak significa que no tiene derecho a ser un Estado-nación moderno y unificado, ¿por qué no aplicar la misma norma a los 158 miembros de Naciones Unidas que son más recientes y tan artificiales como Irak? Con el criterio de los detractores de Irak cualquier país del mundo se puede dividir en dos o más partes y cada uno puede redibujar sus fronteras. Sostener tal cosa es un absurdo. Lo crea o no el lector, con prescindencia del caos politico del presente, Irak en su forma actual es uno de los tres estados árabes modernos más antiguos.

Es innegable que hay varias potencias y algunas energías dentro del propio Irak con especial interés en que el país sea desmembrado. Desmontar Irak podría adaptarse a las estrategias de esos poderes y esas energías, pero no será una solución a la crisis actual que tiene sus raíces en otros lugares.

A mi juicio, la crisis en curso podría describirse como una guerra entre fanáticos en lugar de una guerra sectaria. La masa de los sunitas y los chi’ítas de Irak no están involucrados en este conflicto, salvo como víctimas, pues son ellos los que están muriendo.

El hecho de que facciones sectarias de ambos bandos utilicen un lenguaje teológico no nos debe inducir al error. La razón es que la lengua islámica y en particular el idioma árabe, carece de un vocabulario político secular. Esta manifestación ha sido una constante en toda la historia árabe-islámica.

La primera guerra civil en el islam, entre Ali Ibn-Taleb y Muawiya I, no tuvo nada que ver con las interpretaciones de rivalidades en la fe. Se trato únicamente de vencerse entre sí  para ganar poder político.

Sin embargo, la única manera de expresar la rivalidad en aquel momento era a través de un léxico discursivo-teológico, el cual a su vez y durante varios siglos, alentó la confrontación y el cisma doctrinal. Esto es bien simple y no debería ser de difícil comprensión para los analistas occidentales, deben estudiar historia antigua del mundo árabe y con ella el comportamiento del liderazgo y las masas. Previamente, claro que deben aprender el idioma árabe ya que no hay bibliografía en español o inglés sobre la materia. Pero hay colegas de este lado del atlántico que podrían lograrlo, desde luego que sí.

El escenario iraquí es bien sencillo de interpretar, el primer ministro, Nuri Al-Maliki, quiere mantenerse en el poder tanto tiempo como le sea posible. Esto no tiene nada que ver con que él sea un chi’íta. Saddam Hussein, era un sunita que tuvo una actitud similar hasta las últimas consecuencias, no creo que haga falta mencionar su bien conocido final.

Es cierto que el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) y sus enemigos están causando estragos en Irak, pero también es cierto que están motivados por la sed de poder político en lugar de cualquier interpretación específica de la fe. A quien lo quiera ver despojado de sectarismo, hay que decirle que estos sujetos realizan sus desmanes y luchan militarmente por objetivos políticos disfrazados de fines religiosos.

Esto que expongo queda demostrado en el hecho de que ningún teólogo creíble suní o chía ha proporcionado una cubierta religiosa a los combates. En el lado suní, casi todos los teólogos han hecho un llamamiento de buena fe por la paz y la reconciliación. En el lado chií también, el tono abrumador de los clérigos de alto nivel ha estado a favor de calmar los ánimos. A pesar de una serie de presiones políticas, los religiosos de alto rango, como el ayatollah de la ciudad de Nayaf, Ali al-Sistani y el ayatollah de Qom, Alawi Boruyerdi, se han negado a declarar la ‘yihad’ contra el ISIS. En Qom, sólo el ayatollah, Makrem Shirazi utilizo el término yihad, indicando con ello su ignorancia sobre los principios y las reglas bajo las cuales se realiza una llamada de este tipo. Sin embargo, Shirazi, al igual que el líder supremo iraní Ali Khamenei, es una figura política más que religiosa, por lo tanto ‘no puede pretender expresar una posición teológica, cuando lo que efectúa es absoluta acción política’.

En esta situación, el que ha demostrado inteligencia y pragmatismo ha sido el teólogo Alawi Boruyerdi, quien a través de una fatwa, ha declarado, independientemente de posiciones sectarias, que los iraquíes deben luchar en defensa propia, en el apoyo de sus fuerzas armadas regulares, por su propio país y contra los que quieren desmembrar su estado. Por tanto, el actual conflicto no debería ser capitalizado por aventureros para revivir sus milicias sectarias y empujar a Irak de regreso a los viejos tiempos del terror en nombre de la fe.

Irak puede y debe resistir la tormenta. Debe preservar su soberanía e integridad territorial intacta y es en el mejor interés de todos los iraquíes que lo debe hacer. Con ello se quitara a todo aquel que desee deglutirlo utilizando la cortina de humo teológica.

El verdadero problema de Rusia

El mes pasado, cuando Vladimir Putin ordenó que la Virgen Negra de Kazán, el ícono más sagrado de la Iglesia Ortodoxa Rusa sea trasladada, muchos creyeron que deseaba asegurar bendiciones para los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi. Era la primera vez que el ícono (aunque copia) ya que el original fue robado y posiblemente destruido en 1904, se desplegó para bendecir una empresa pacífica. A través de los siglos, la ‘Virgen Negra’ ha sido llevada a los campos de batalla para bendecir a los ejércitos rusos que lucharon en suelo sueco, polaco, turco, persa y frente a los invasores alemanes. Stalin la envió a Stalingrado en 1943 para bendecir la victoria sobre los invasores nazis conducidos por el mariscal de campo Friedrich Paulus. Con las tropas de Putin controlando Crimea y amenazando avanzar hacia Ucrania, ahora sabemos que el icono fue llevado, para bendecir una posible operación militar también en esta ocasión.

Putin aparece con fuerte liderazgo porque el presidente de EEUU, Barack Obama, accidentalmente electo como líder de las democracias occidentales no solo es un pusilánime sino un débil de toda debilidad. Mientras Obama evita que EEUU juegue el papel de liderazgo que ha tenido desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Putin no ve ninguna razón para no perseguir su sueño de revivir el Imperio soviético siempre que sea posible. Al hacerlo, está actuando dentro de una tradición establecida desde el siglo XVIII, cuando Rusia emergió como potencia aunque ‘con un miedo patológico a quedar aislada’. Y ese miedo, siempre ha hecho que Rusia se comporte de manera agresiva.

Continuar leyendo

Barack Obama: el “modelo de rendición preventiva”

El secretario de Estado de los EEUU, John Kerry, adelantó el martes pasado el plan de su gobierno sobre la guerra civil siria, que de ponerse en práctica tal y como la diplomacia estadounidense lo plantea, está condenado al fracaso desde el primer minuto en que se intente implementar. Según Kerry, “el resultado de la guerra siria no se definirá en el campo de batalla sino en una mesa de negociaciones”. Hasta allí está muy bien, aplausos para Kerry. Lo he señalado en reiteradas oportunidades meses atrás. “La guerra civil siria no se puede ganar y debe ser suprimida”. La pregunta es: ¿por qué la administración Obama esperó hasta aquí para ofrecer una salida diplomática? Si el señor Kerry conociera la historia de los conflictos árabes en particular y del mundo en general, debería saber que en determinadas fases de un conflicto armado “los resultados de todas las guerras se han determinado en el campo de batalla”.

Lo explicaré sencillo: ‘Las guerras ocurren cuando un statu quo que garantiza un equilibrio de poderes contradictorios dentro de un sistema político deja de funcionar. Cuando eso sucede, el status quo se vuelve intolerable para uno o más de los elementos que coexisten en su interior. Luego, sucede que uno o más de esos elementos tratan de romper el status quo por la fuerza, lo que provoca conflictos con otros elementos que están presentes en ese escenario con intereses reflejados en el orden político existente.

Continuar leyendo

Lecciones de la historia

A menudo, la dirección política y sus militancias siempre dispuestas a expresar su repudio a Occidente, nos dicen que la gran mayoría de las personas que profesa la fe islámica es pacífica, que no piensa ni desea destruir a Occidente. En las cadenas de noticias y agencias lubricadas financieramente a base de petrodólares del Golfo se sostiene que apenas el 1% de los 1.800 millones de musulmanes suscribe a la doctrina yihadista que califica a Estados Unidos de Gran Satán y causa de todos los males del mundo.

Aquellos que aún dudan del poder de internet se veían sacudidos recientemente por un simple post en un blog que acabó en despacho de la agencia de noticias AP y fue difundido por doquier. Titulado “Por qué la mayoría silenciosa es irrelevante” y firmado por “E. Marek“, el sencillo texto señala que para el Islam, “el hecho de que la mayoría de los musulmanes sean pacíficos o no, es igual de relevante como lo fue para el nacional-socialismo el pacifismo de la mayoría de los alemanes”. En esos mismos años, los japoneses asesinaron a alrededor de 4,5 millones de chinos y mataron a más de 2.600 estadounidenses cuando atacaron Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Aunque la mayoría de los japoneses era pacífica.

Continuar leyendo

Comunidad internacional y crisis Siria: “opciones estratégicas”

Dos años y cinco meses después del comienzo de la revolución siria y su posterior transformación en abierta guerra civil, la comunidad internacional se encuentra en una encrucijada histórica: intervenir directamente con el objetivo de destituir el régimen del presidente Bashar Al Assad para ayudar a construir un poder alternativo en Damasco o respaldar con poder suave a la oposición al punto de empujar al régimen a negociar su salida sin más opciones.

La administración estadounidense declaró el pasado 10 de junio que comenzaría el proceso de armar a la oposición. El Pentágono indicó que considera también otras medidas, incluyendo, muy posiblemente, una zona limitada de exclusión aérea sobre el asediado país. Pero incluso en este punto, el juego final de EEUU en Siria es incierto. Washington aún debe explicar sus planes estratégicos regionales con respecto de Irán y Hezbollah por un lado y a las milicias salafistas y yihadistas por el otro.

Continuar leyendo