Recientemente, el Banco Mundial, en su informe sobre el desarrollo mundial que lleva por título Dividendos digitales, señala, en su resumen inicial, que si bien “las tecnologías digitales se han extendido rápidamente en gran parte del mundo, sus dividendos digitales —los beneficios más amplios en términos de desarrollo derivados de la utilización de estas tecnologías— no avanzaron en la misma medida. En muchos casos, las tecnologías digitales han impulsado el crecimiento, ampliado las oportunidades y mejorado la prestación de servicios. Sin embargo, su impacto agregado ha estado por debajo de las expectativas y sus beneficios se distribuyen de manera desigual”.
En este sentido, el informe intenta brindar una visión equilibrada entre los beneficios y los costos que tienen aparejados los progresos tecnológicos en materia de información y comunicaciones. De este modo, en el documento se hace un racconto de los potenciales impactos positivos que podrían derivar de ello, tales como: la promoción de la inclusión, el aumento de la eficiencia, el estímulo a la innovación, la promoción del comercio, la mejor utilización del capital, la mayor competencia, la creación de nuevos empleos, el aumento de la productividad de los trabajadores y el incremento del excedente del consumidor (bienestar individual derivado de la diferencia entre lo que se está dispuesto a pagar y lo que efectivamente se paga). A su vez, también se señala que: puede hacer que los Gobiernos sean más capaces y receptivos, que haya mayor participación, que se incremente la capacidad del sector público y que se fomente la voz ciudadana. Continuar leyendo