Cristina y Kicillof contra los fantasmas

El dólar paralelo regresó a los principales titulares de las secciones de Economía, cuando el miércoles llegó a operarse sobre los 9 pesos, a valores que no se registraban desde mayo último. La intervención oficial, con ventas de bonos en dólares de la ANSeS y llamados disuasorios a mesas de dinero, retrajo la oferta en las “cuevas” y arbolitos y dejó el precio de cierre este viernes en $8,52, con mínimas transacciones.

El lanzamiento del Cedin no contuvo el apetito de los ahorristas por el dólar, incentivado por el cobro del medio aguinaldo. Desde que comenzó julio, la divisa en el mercado marginal ganó un 5,8%, mientras que con el certificado para blanquear capitales no se concretó hasta ahora ninguna operación en la Bolsa de Comercio.

Esta semana, la presidente Cristina Kirchner decidió aludir en forma directa al dólar y apuntó a los bancos como responsables de una intentona devaluacionista. “Sabemos que nos van a poner escollos, por eso nos corren con algunos fantasmas ‘blue’, porque hace muy poco desde el Banco Central de la República Argentina obligamos a los bancos a disminuir la tasa de interés”, afirmó y advirtió: “Sabemos que nos responden con ficción y con fantasmas, pero les vamos a correr las sábanas para que los argentinos les vean las caras a esos fantasmas”.

El discurso de la mandataria sacó al dólar de la zona tabú y con una dosis de ironía lo llevó al terreno de la superstición. Omitió decir, de todos modos, que no son apariciones del más allá, sino funcionarios del “más acá” los responsables esta suba, que se explica por las medidas aplicadas durante la actual gestión , como la reforma a la Carta Orgánica del Banco Central y el “cepo” cambiario. De estas políticas, el circuito de divisas marginal es un emergente de poca trascendencia si se lo comparara con otros problemas como el déficit fiscal y la inflación creciente.

La base monetaria del Banco Central refleja un incremento interanual de la emisión de pesos del 29,7 por ciento. La suma del circulante (billetes y monedas en poder del público, en entidades financieras y cheques cancelatorios, más los pesos en cuenta corriente del Banco Central) pasó de $252.248 millones el 12 de julio de 2012 a $327.229 millones el 12 de julio de este año. En el mismo período, el dólar ganó casi la misma proporción: 30,7% en la comparación interanual, desde los $6,55 del 17 de julio de 2012 a los actuales 8,52 pesos. El incremento del dólar, por más que se genere en un mercado especulativo e irregular, obedece a indicadores y no a un capricho desestabilizador.

Al dividir la base monetaria por las reservas del Banco Central (en u$s37.457 millones), surge un dólar implícito de $8,74, casi igual que los $8,75 que se pagaban por el “blue” el martes pasado. Por eso, otro fuerte factor de presión para que suba el “blue” es el deterioro de los activos líquidos de la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont, que disminuyeron 13,5% en el año o u$s5.833 millones desde que comenzó 2013, cuando alcanzaban los 43.290 millones de dólares.

Esta erosión de la hoja de balance se explica en cierta medida por los adelantos transitorios que el Banco Central hace al Tesoro nacional, a cambio de un documento de pago, que pasaron a constituir el 23% del activo del BCRA, cuando significaban el 15% hace un año. En sentido inverso, las reservas, que representaban el 43,6% del activo total en julio de 2012, ahora significan un 33 por ciento.

La teoría conspirativa sobre el circuito informal del dólar fue instalada por la Presidente de la Nación en un mensaje que puede enmarcarse dentro de la campaña electoral, pero más preocupa que fue rubricada por un funcionario técnico, como Axel Kicillof, quien también acusó a las entidades financieras de tener “vasos comunicantes” con “el mercado ilegal del dólar”. Además, el el viceministro de Economía rechazó las críticas a los instrumentos para el blanqueo de capitales y denunció una “guerra de guerrillas de los medios opositores para tirarlos abajo, metiéndole miedo a la gente”, según su expresión, para convencerla de no entregar sus dólares en el colchón.

Las palabras de Kicillof muestran como el diagnóstico oficial se obstina en negar el atraso cambiario, producto de la inflación, y a ésta como consecuencia de la emisión de pesos sin respaldo para financiar el déficit público. Así, las condiciones para que el dólar siga demandado y con proyección alcista permanecen intactas.

La odisea del pan y el tomate

La última semana cobró fuerza una discusión estéril para explicar la suba de dos productos básicos como el pan y el tomate y establecer responsabilidades en las cadenas de producción, distribución y comercialización. El incremento de estos alimentos obedece a razones distintas: mientras que el pan aumentó como consecuencia de una serie de medidas de política económica que impactaron en su precio final, en el caso de la hortaliza hubo una cuestión estacional y por lo tanto pasajera, que se repite cada invierno.

En el pan influye el salto del precio de la harina, resultado de la menor siembra que tuvo el cereal en 111 años, con una zafra de 9 millones de toneladas, casi 40% menos que en 2012, dañada a su vez por una intensa sequía. La magra cosecha se debió también a que el nivel de retenciones -con una tasa del 23% en el grano de trigo y del 13% en la harina- desincentivó el cultivo, sometido a rígidos cupos de exportación. Para revertir esta situación, la Presidente anunció en mayo un plan para devolver las retenciones al trigo a través de un fideicomiso, pero este beneficio se percibirá a partir de la presente campaña, que se cosechará el próximo verano. Llegó muy tarde para remediar el actual déficit en el mercado interno.

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Menos transparencia y más control para la AFIP

Dentro del paquete de leyes de la Reforma Judicial, el Gobierno introdujo la modificación de la ley 25.188 de Ética de la Función Pública, a través de la ley 26.857, que establece el Carácter Público de las Declaraciones Juradas Patrimoniales Integrales de los funcionarios. Esta normativa, reglamentada por la presidente Cristina Kirchner a través del decreto 895/2013, es un franco retroceso para el control de la transparencia de las instituciones de gobierno.

El cambio del régimen de las declaraciones juradas de los funcionarios altera la única política de transparencia pública que se había mantenido en los últimos años, si bien la ley, sancionada en 1999 en las ocaso de la gestión de Carlos Menem, nunca contó en 14 años con la conformación de la Comisión Nacional de Ética Pública. Esa desidia del poder político que se mantuvo en los sucesivos gobiernos facilitó que ahora esa institución haya sido suprimida.

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Un discurso presidencial sin señales para 2013

La presidente Cristina Kirchner ofreció este viernes otra destacada pieza de oratoria ante la Asamblea Legislativa, con detalles sobre los indicadores económicos positivos de la última década, aunque carente de señales acerca de iniciativas para darle nuevo impulso a la actividad económica, en franca desaceleración.

En poco menos de cuatro horas, la jefa de Estado enfatizó los progresos que se concretaron en lo que definió como “década ganada” durante la administración kirchnerista, en particular en el plano social: “Desarrollo y crecimiento son las dos palabras que más sintetizan estos últimos años”, enunció.

Apenas se refirió a los resultados obtenidos en 2012, en que la economía argentina se estancó y restó siete puntos porcentuales respecto del desempeño de 2011. Llamó “amesetamiento” a la caída de la actividad industrial de 1,2% el último año, según los datos oficiales, y soslayó el rol fundamental que tuvo la producción agropecuaria y sus derivados industriales en la fuerte expansión a partir de 2002. “La agricultura pudo desarrollarse con el modelo de industrialización. Lo cierto es que se sembró un 78% más en el Gobierno nuestro que en el de la convertibilidad, en el que no le cobraban retenciones”, dijo. No explicó que los precios internacionales se triplicaron en ese período y fueron un pilar de la reactivación.

También aseguró que la Argentina “no reprimarizó las exportaciones”, aun cuando la soja representa el principal producto que se comercia con el exterior, incluso para desplazar a otras producciones tradicionales que generan divisas para el país, como el trigo o la ganadería.

Fue un discurso con la vista puesta en el pasado, con encomiables logros en materia laboral plasmados en una reducción del desempleo al actual 6,9%, a un ritmo de 500 mil puestos de trabajo por año. No obstante, omitió referirse al estancamiento del empleo en los últimos dos años, sólo sostenido por las contrataciones en el sector público. Remarcó que se duplicó el trabajo registrado en comparación a diez años atrás, cuando la desocupación marcaba registros récord, aun cuando la informalidad laboral todavía afecta a un tercio de los trabajadores.

En otro orden, recordó otros puntos fuertes de las tres administraciones del Frente para la Victoria: el aumento de las jubilaciones, la cobertura social que ampara al 94% de la población y la implementación de la Asignación Universal por Hijo para 3,3 millones de niños. También esgrimió cifras oficiales difíciles de concebir, al asegurar que la pobreza se redujo al 6,5% de la población y la indigencia, al 1,7 por ciento. Destacó que “el salario mínimo creció un 1.338%”, a $2.875, pero no hubo comentarios sobre la inflación, la mayor preocupación en materia económica y el principal escollo para recuperar el crecimiento. Menos aún hubo definiciones sobre las restricciones cambiarias que afectan al mercado inmobiliario e, indirectamente, a la construcción.

Un tramo central del discurso, acompañado de una ovación, fue el referido a la demanda judicial entablada en Nueva York por los bonistas que no aceptaron los canjes de deuda de 2005 y 2010. La mención estuvo destinada a interlocutores del exterior: “Hemos pagado rigurosamente todo lo que nos hemos comprometido y estamos también dispuestos a pagarle a estos fondos buitre, pero no en mejores condiciones que al 93% que confió y apostó por la Argentina”, expresó, en jornadas clave en las que la Justicia de los EEUU puede definir si el país cae en un “default técnico”.

En cambio, faltaron propuestas de cara al futuro, ante la incertidumbre que persiste entre los agentes económicos y un amplio sector de la ciudadanía, que perciben la necesidad de una corrección del modelo, justamente para defender el mentado “crecimiento con inclusión”. “En estos años hemos subido muchos peldaños y creo que hemos salido del infierno“, dijo la Presidente sobre el cierre, en una explícita referencia a Néstor Kirchner y una de sus frases más recordadas. Quedó la sensación de una mandataria sin predisposición para encarar reformas, si no para aferrarse a los objetivos alcanzados, ante la contienda electoral de octubre.