La perra de Bibi contra Hamas e ISIS: ¿dónde está la noticia?

Cuando el Primer Ministro de Israel adoptó una perra el pasado mes de julio, no podía haber imaginado que el can pronto se convertiría en un símbolo de lo que está mal en la siempre complicada relación entre la prensa internacional y el Estado judío. La perra Kaiya ganó notoriedad mundial a comienzos de diciembre cuando mordió a dos invitados durante las festividades de Jánuca realizadas en la residencia de Benjamín Netanyahu. “Kaiya enterró sus dientes el miércoles en Sharren Haskel, integrante del Parlamento, y en el esposo de Tzipi Hotovely, viceministra del Exterior, ambas integrantes del partido Likud. Ninguno de los dos fue herido de gravedad. Las ciudades israelíes aíslan por 10 días a los perros que muerden a personas”, reflejó un típico reporte de los tantos que cubrieron el hecho.

Otros complementaron la noticia con las lamentaciones de Sara, la esposa del premier, acerca de la necesidad de recluir al cuadrúpedo, y con el compromiso asumido por Bibi de revisar esas leyes inclementes con los canes. Fotografías de Kaiya al lado de su amo hallaron su lugar en el limitado espacio de los medios masivos de comunicación. La noticia tuvo alcance global. Continuar leyendo

Cuando el Guasón condenó al Pingüino

Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedica a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbollah (“Partido de Alá”), Hamas (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y de la yihad islámica palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”). Sus nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado del Hamas declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidos en París […] Déjennos alzar nuestra consigna bien alta: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y aldeas, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La yihad islámica palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó: “Los crímenes ocurridos en París son la continuación de una serie de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe de ISIS] en más de un país, nos damos cuenta mejor de lo que es esta tragedia”. Continuar leyendo

La FIFA Nostra y el escándalo por Qatar 2022

Por decisión de la Fédération Internationale de Football Association (FIFA), adoptada en diciembre de 2010, con 12 años de anticipación, por primera vez en la historia de los campeonatos mundiales de fútbol una nación árabe sería anfitriona: Qatar en 2022.

La fecha lucía exageradamente distante; las temperaturas del Medio Oriente, inclementemente calurosas; las decenas de miles de millones de dólares necesarios en infraestructura sonaban cuantiosos; y el hecho de que Qatar nunca clasificó a una Copa Mundial, era algo extraño; pero el pequeño país del golfo parecía dispuesto al desafío.

La elección de Qatar fue cuestionada por Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos, cuyas candidaturas fueron desechadas a pesar de haber recibido mejores puntajes técnicos y financieros por parte de consultores de la propia FIFA. Continuar leyendo

Contra la banalidad de la indiferencia

El filósofo germano-israelí Emil Fackenheim caracterizó la historia del antisemitismo con esta secuencia. Inicialmente se les dijo a los judíos: “ustedes no pueden vivir entre nosotros como judíos”, es decir, deben convertirse. Luego se les dijo: “ustedes no pueden vivir entre nosotros”, es decir, deber partir. Los nazis postularon: “ustedes no pueden vivir”. Y los asesinaron en masa.

Holocausto en hebreo se dice Shoá, término que -según explica Louis Weber, editor de la monumental Crónica del Holocausto: las palabras e imágenes que hicieron historia- surgió en un folleto publicado en Jerusalem en 1940 por el Comité Unido de Ayuda a los Judíos en Polonia. La palabra refiere al exterminio de seis millones de judíos en Europa, entre 1939 y 1945, llevado a cabo por los nazis y sus aliados.

El genocidio de los judíos del siglo último fue algo único en los anales de las masacres sufridas por el pueblo hebreo y, resta aclarar, fue un enorme crimen contra toda la humanidad.

El papel del hombre en este infierno de muerte y destrucción aún es materia de estudio e interpelación. Hubo víctimas y hubo verdugos, hubo colaboradores y hubo resistentes, hubo justos entre las naciones y hubo observadores indiferentes. El Holocausto fue ideado, perpetrado, desafiado y sufrido por hombres. Y las noblezas y las bajezas que signaron esa época atroz serán símbolos de heroicidad y estigmas de vergüenza para toda la raza humana por siempre.

Se atribuye al historiador judío Simón Dubnow, quién fue asesinado por los nazis en Riga en 1941, haber dicho estas palabras finales a sus hermanos: “¡escriban y registren!”. Su llamado, junto al de tantos otros, ha reverberado a través del tiempo y ha legado una literatura del Holocausto, documentada y emotiva a la vez, cuya divulgación se ha convertido en un mandato moral para todos los hombres de bien. Ella nos confronta con la muerte. “Pero el estudio de estas muertes”, en la apta observación del renombrado académico Michael Berenbaum, “es un servicio a la vida”.

En la actualidad hay concientización sobre el Holocausto: películas, museos, testimonios de los sobrevivientes, programas educativos, conmemoraciones oficiales y una vasta literatura académica dan cuenta de ello. ¿Pero comprendemos realmente? ¿Hemos verdaderamente aprendido las lecciones terribles de la Shoá? Una de sus más cruciales lecciones yace -parafraseando a Hanna Arendt- en la banalidad de la indiferencia. Así la retrató para la posteridad Martin Niemöller, un pastor alemán encarcelado entre 1937 y 1945: “Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada”.

Hoy, tristemente, casi nadie está diciendo nada sobre la incitación genocida que anida en grupos y estados fundamentalistas que anhelan la aniquilación de Israel, el único estado judío del mundo y nación-refugio para los sobrevivientes de la Shoá. El movimiento palestino Hamas anuncia en su carta fundacional que busca la erradicación de Israel y la de todos los judíos donde sea que se encuentren, y a nadie parece importarle. El Estado Islámico tuitea “estamos yendo a matarlos, oh judíos” sin que a alguien eso le mueva una pestaña. El líder del movimiento libanés Hebzolá, Hassan Nasralá, declara impunemente que “si todos los judíos se reúnen en Israel, eso nos va a ahorrar la molestia de ir en pos de ellos por todo el mundo”. El ex presidente iraní Ali Akbar Hashemi Rafsanjani (considerado un moderado) proclamó a inicios de este milenio que “la aplicación de una bomba atómica no dejaría nada en Israel, pero la misma cosa sólo producirá daños en el mundo musulmán”, frase convenientemente olvidada por un Occidente entusiasmado en negociar con Teherán. El estandarte de los houtis que han recientemente derrocado al gobierno en Yemen es “Dios es grande. Muerte a América. Muerte a Israel. Al diablo con los judíos. Poder para el Islam”. ¿A alguien le concierne?

Nos debería preocupar a todos, pues así comienzan los genocidios. Con la propaganda, con la incitación. Es decir, con la destrucción intelectual de las víctimas como preludio a su exterminación física. Primero se los difama y deshumaniza, luego se los ejecuta. El Medio Oriente es un hervidero de feroces proclamas antijudías, de una magnitud no vista desde los tiempos de la Alemania nazi. La manera genuina de honrar la memoria de los mártires judíos asesinados en el pasado es actuar para preservar las vidas de los judíos que están bajo amenaza en el presente. En este Día del Holocausto tomemos conciencia de ello.

Las finanzas del nacionalismo palestino

Las últimas noticias que han revelado la magnitud del tesoro del ISIS (o Estado Islámico) -USD 2.000 millones- han captado la atención de una opinión pública sorprendida por los recursos a disposición de un movimiento terrorista sanguinario. Menos sabido es que quien le sigue en la lista de las agrupaciones terroristas más ricas del mundo es el Movimiento de Resistencia Islámico, más conocido como Hamas, que tiene un presupuesto operativo anual de USD 1.000 millones. A diferencia de ISIS, esta agrupación palestina no tiene acceso a pozos petroleros ni controla una región del tamaño de Bélgica esparcida entre dos Estados; Gaza es pobre y diminuta. Pero tiene en su poder algo sumamente valioso ante los ojos del mundo: el destino de 1.8 millones de palestinos.

Desde la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993 entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el pueblo palestino ha llegado a recibir la más grande asistencia económica mundial en términos per cápita desde el Plan Marshall tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Como gobernador de la franja, Hamas está a punto de beneficiarse de esa generosidad: el mes pasado países donantes comprometieron USD 5.400 millones para la reconstrucción de Gaza. Si bien no está planeado que ese monto enorme llegue a las arcas de Hamas sino a la sociedad civil palestina, asumir que Hamas no tomará una porción de la torta es una fantasía. Continue reading

¿Infanticidio en Gaza?

Israel, escribe Mark Steel en The Independent horrorizado por las víctimas infantiles en Gaza, “es una comunidad de asesinos de niños”. La acusación contemporánea es descendiente directa de la infamia de los crímenes rituales que se atribuyó a los judíos durante la Edad Media, según los cuales éstos mataban niños cristianos, extraían su sangre y cocinaban con ella el pan leudado de la pascua hebrea. Grandes cantidades de judíos fueron en esas épocas perseguidos, expulsados y masacrados bajo la sombra de esta acusación infundada. Hoy cae sobre el estado judío el reciclaje moderno de similar injuria: los israelíes matan niños palestinos.

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Hamás e Israel fuera de foco

Tal como el proverbial cuento del hombre que pierde sus llaves en una zona oscura del barrio pero las busca en el patio de su casa sólo porque allí hay un faro de luz que le permite ver bien, la atención mundial sobre el último round bélico entre Hamas e Israel se ha vertido sobre los aspectos usuales que la prensa internacional ha destacado, a expensas de otras cuestiones que por no estar bajo el foco de luz mediático han quedado relegadas de la mirada global. Bien vale la pena echarles un vistazo pues ellas dicen mucho a propósito de la naturaleza de este conflicto, de la conducta de los combatientes y de la cultura de estos pueblos enfrentados.

Esta nueva confrontación -la tercera desde que Israel abandonó Gaza- no surgió de la nada; tuvo un hecho disparador y un actor responsable. El 12 de junio tres adolescentes israelíes fueron secuestrados y asesinados en Cisjordania. Sus ejecutores cantaron luego de matarlos. Pasarían tres semanas hasta que sus cuerpos serían hallados. En ese lapso y a modo de celebración, grupos jihadistas comenzaron a lanzar cohetes desde Gaza hacia poblados de Israel. Un gesto se popularizó en la calle palestina: una mano con tres dedos elevados, simbolizando a los tres jóvenes secuestrados y anunciando la esperanza de un nuevo intercambio como el de Gilad Shalit, soldado israelí secuestrado antaño por Hamas y recuperado a cambio de la liberación de 1027 terroristas que habían matado, en conjunto, a 569 israelíes. Cuando la policía israelí informó del arresto de dos sospechosos en el crimen, la madre palestina de uno de ellos declaró: “Estaré orgullosa de él hasta el día del Juicio Final… El objetivo de mis hijos es el triunfo del Islam”.

Al poco tiempo, en injustificada represalia, seis ultranacionalistas israelíes secuestraron y asesinaron a un adolescente palestino. Prácticamente toda la sociedad israelí se mostró consternada y el gobierno condenó enérgicamente el crimen. La madre de uno de los chicos israelíes asesinados denunció el acto de venganza y un tío hizo llegar sus condolencias personales a la familia de la víctima palestina. Estas respuestas moralmente dispares a crímenes similares no tuvieron el subrayado que merecían en la cobertura de medios.

El arresto de islamistas en Cisjordania y el crimen del joven palestino elevaron la determinación de Hamas de atacar a Israel. Cuando la cantidad y regularidad de misiles lanzados desde Gaza se tornaron intolerables, los israelíes respondieron con ataques aéreos. Los medios masivos de comunicación se ocuparon de mostrar las fotos de las víctimas palestinas: niños, mujeres, ancianos, familias enteras diezmadas en los bombardeos de la aviación hebrea; lo cual es trágico. Pero fracasaron en informar cabalmente sobre los diametralmente opuestos comportamientos militares de los contrincantes.

Típicamente, Hamas escondió militantes y arsenales en zonas densamente pobladas de civiles. Para evitar o minimizar víctimas civiles palestinas, el ejército israelí llamó telefónicamente a los habitantes de los edificios en los que miembros de Hamas se ocultaban para advertirles que ese edificio sería próximamente atacado. A continuación, la fuerza aérea disparaba un misil sin carga explosiva que, al impactar en el objetivo, servía de alerta a los residentes para que se diesen a la fuga. Recién entonces era lanzado el misil real. Esta técnica lleva por nombre “golpe en la puerta” en la jerga castrense israelí. En los anales de la historia militar es difícil hallar ejemplo semejante de sensibilidad hacia una población enemiga. Y sin embargo, la noticia apenas fue divulgada por la prensa internacional. Tristemente, tampoco recibió demasiada cobertura, si alguna, la reacción de Hamas, cristalizada en este comunicado de su Ministerio del Interior, publicado en la prensa gazatí: “El Ministerio de Interior advirtió a los habitantes a no prestar atención a los mensajes que las Fuerzas de Defensa israelíes transmiten a través de teléfono a los ciudadanos según los cuales deben desalojar sus viviendas inmediatamente [antes de los bombardeos]… El Ministerio solicita a los ciudadanos no prestar atención a esos mensajes y no abandonar sus hogares”. Los palestinos obedecieron a Hamas. Las fotos de sus cadáveres hicieron titulares de prensa críticos de la represalia militar israelí.

Tampoco fue lo suficientemente notado en los cables de prensa el hecho de que Hamas disparó cohetes contra Ashdod, donde está alojada la central eléctrica desde la cual Israel provee de energía a Gaza (aún durante la contienda); contra Jerusalén, lugar de residencia de las mezquitas más sagradas para el Islam y en cuyo nombre en el pasado los palestinos han lanzado intifadas contra los israelíes; y contra el centro atómico en Dimona, ubicado a pocos kilómetros de Gaza, cuya explosión presuntamente detonaría una carga radioactiva que afectaría no solamente a israelíes sino a masas de palestinos, egipcios, jordanos y según soplen los vientos quien sabe a quién más. ¿No debiera esta actitud genocida ser noticia de interés para la prensa internacional?

Boko Haram, ISIS, Al-Qaeda y los talibanes instantáneamente despiertan una mirada escéptica por parte de la opinión pública mundial. No así Hamas. A pesar de ser un movimiento fundamentalista islámico idénticamente comprometido con el desprecio hacia -y la lucha contra- los infieles, reina una cierta complacencia en la actitud periodística hacia él. Eso no es mérito de este grupo integrista. Es sencillamente suertudo: tiene por enemigo a una nación que la prensa ama odiar.

Acrobacia papal en Tierra Santa

No hay modo de que un Papa -cualquier Papa, incluso Francisco- satisfaga a todas las partes en una peregrinación pontificia a la convulsionada Tierra Santa. Es inevitable que sus gestos hacia unos ofendan a otros, y viceversa. Es de esperar además que cada actor procure sacar el máximo rédito político a la presencia del Papa en su tierra, lo que usualmente pone al Sumo Pontífice en aprietos diplomáticos. El viaje pontificio puede evaluarse en su integralidad y en la evaluación general la gira ha sido exitosa. Si deseamos ponernos más específicos, sin embargo, debemos prestar atención a los detalles, pues son ellos los que -con mayor o menos sutileza o con diversos grados de simbolismo- expresan con elocuencia las posturas vaticanas.

¿Que nos dicen, entonces, los detalles del viaje de Francisco a la zona?

Desde Jordania, nación atestada de refugiados sirios, pidió por la paz en Siria. El Papa no tiene tanques y aviones a su disposición y es predecible que apele a un sermón moral para agitar conciencias. No obstante, él puede respaldar acciones de terceros que sí tienen el poderío político y militar para actuar. La Nación informó que en esa terrible guerra civil la comunidad cristiana ha padecido “degüellos, asesinatos de ancianos, niños y mujeres embarazadas, y hasta crucifixiones por negarse a abjurar de su fe y no renunciar a sus creencias y aceptar su conversión al Islam”. Y aun así, el año pasado, cuando Estados Unidos y Francia estaban montando el caso a favor de la intervención en aquel país árabe para detener las matanzas, Francisco se opuso a toda acción militar y convocó a una jornada mundial de ayuno y plegaria por la paz. El gesto fue caritativo y estuvo en sintonía con la prédica pacifista de la Iglesia, pero a la vez fue geopolíticamente vacuo ya que no tuvo impacto real en el régimen Assad ni en los rebeldes jihadistas. Los cristianos, junto con otros, seguirán sufriendo en Siria.

De allí viajó directamente a Belén donde fue recibido con afiches que mostraban al presidente palestino Mahmoud Abbas flanqueado por Francisco y el patriarca griego de Jerusalem con el lema “Estado de Palestina, mayo 2014”. De este modo la Autoridad Palestina buscaba capitalizar la presencia pontificia como una expresión favorable hacia la soberanía de su inexistente estado. Al no objetar eso, la diplomacia vaticana implícitamente lo validó y el propio Francisco habló allí del “Estado de Palestina” y se manifestó por “un reconocimiento al derecho del pueblo palestino a una patria soberana”. Ya antaño la Santa Sede había dado su apoyo a la movida unilateral del gobierno palestino de postular a “Palestina” al sistema de las Naciones Unidas.

El incidente más comentado lo tuvo como protagonista frente a lo que podemos a estas alturas llamar el “Muro de los Lamentos” palestino, es decir, la valla de seguridad erigida por Israel para contener ataques terroristas. Ante un sector con la leyenda “Papa, necesitamos que alguien hable de justicia. Belén luce como el gueto de Varsovia. Liberen a Palestina”, Francisco rezó brevemente en silencio. La equiparación con la ocupación nazi en Polonia pasó inadvertida. Empero, Francisco tuvo un mensaje claro ante un grupo de niños de un campo de refugiados de Belén, a quienes les dijo que “la violencia no se vence con la violencia”, un llamado tan necesario como importante para una joven generación demasiado educada en la jihad y la guerra de liberación. En un gesto paralelo, al visitar la Mezquita Al-Aqsa un día después, exclamaría “¡Que nadie use el nombre de Dios para la violencia!”, unas palabras que, en el contexto del abuso teológico por parte de grupos fundamentalistas, fueron contundentes y oportunas.

El siguiente tramo de la gira lo llevó a Israel, país al que decidió entrar por Tel-Aviv. Belén está a pocos minutos en auto de Jerusalem, pero en un gesto diseñado para subrayar el no-reconocimiento vaticano a la capital designada por Israel, el Papa se desplazó hasta el aeropuerto internacional Ben-Gurión para, una vez allí, emprender el rumbo de regreso hacia Jerusalem. Eso no tuvo el menor sentido geográfico, pero políticamente fue rotundo. Una vez allí, Francisco se expresó por “el derecho del Estado de Israel a existir y a florecer en paz y seguridad dentro de fronteras internacionalmente reconocidas” e invitó a los presidentes palestino e israelí a orar juntos en el Vaticano próximamente. La iniciativa es noble pero admite más de una lectura a la luz de que la reciente ruptura del diálogo entre Israel y Ramallah surgió como consecuencia de la alianza de la AP con Hamas (movimiento fundamentalista islámico-palestino que repudia la existencia de Israel). ¿Estaba el Papa indirectamente consintiendo esa unión? Posiblemente no. Con seguridad el acto se inscribe en sus honestos esfuerzos a favor de la paz. Es sólo que acarrea el riesgo de poner al gobierno de Israel en una postura difícil: la de aceptar negociar con Abbas mientras éste forma gobierno con Hamas.

En Israel, Francisco tuvo una serie de gestos notables. Al visitar la tumba de Theodor Herzl, el fundador del sionismo político, sentó precedente y se diferenció de los previos pontífices que visitaron el país, lo que toma gran relieve además en el contraste con el hecho de que no fue a la tumba de Yasser Arafat en Ramallah. Asimismo, Francisco rindió tributo a las víctimas israelíes del terrorismo árabe y palestino, a lo que accedió a pedido del primer ministro Benjamín Netanyahu que estaba molesto con la decisión papal de orar frente a la valla de seguridad. En Yad Vashem, el Museo del Holocausto, besó las manos de los sobrevivientes que lo recibieron, un gesto de una humildad y calidez excepcionales. Ante el Muro de los Lamentos rezó y se abrazó con sus dos acompañantes argentinos, uno musulmán y el otro judío, logrando una emblemática iconografía de la coexistencia y del diálogo. A la vez, al destacar de manera tan extraordinaria la presencia simbólica de las tres religiones monoteístas frente al Muro de los Lamentos, el Papa podía estar sutilmente afirmando la universalidad del carácter de la ciudad santa; una postura tradicional de la Santa Sede que históricamente bregó por la internacionalización de Jerusalem.

Jorge Bergoglio tenía un amplio entrenamiento como líder religioso, pero no como diplomático. Aun así, Francisco ha sorteado exitosamente los desafíos de una visita delicada, ha hecho aportes positivos a la dinámica de la zona, ha sembrado optimismo y ha partido de regreso a Roma con un logro apreciable: dejar mayormente complacidas a todas las partes involucradas.

Yusuf Islam en la Argentina

Nació como Steven Demetre Georgiou de un padre greco-chipriota y madre sueca pero adoptó el nombre artístico de Cat Stevens. Con este alias alcanzó gran fama y forjó una leyenda musical extraordinaria. Compuso canciones bellísimas, como “Father and Son”, “Wild World” y “I love my dog” entre muchas otras. En tanto su carrera progresaba, el joven Steven exploraba el budismo zen, el vegetarianismo, la numerología y la astrología. Pero sería finalmente en el Islam donde hallaría su refugio espiritual final.

Su primer encuentro con la religión del profeta Mahoma ocurrió a principios de los años setenta en un mercado en Marrakech, Marruecos, a donde había ido en busca de inspiración. Stevens oyó una bella melodía y preguntó qué música era esa. Le respondieron que era música para Dios. “Nunca había oído nada igual en mi vida”, exclamaría el compositor. “He oído hablar de la música de alabanza, de aplauso, por el dinero, pero esto era música que no buscaba recompensa sino de Dios. ¡Qué maravillosa declaración!”.

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Por qué Hamas confronta a Israel

Desde que Israel abandonara en el 2005 los veintiún asentamientos en Gaza y retirara por la fuerza a alrededor de nueve mil colonos, la ocupación israelí de esa franja territorial ha terminado. Aún cuando Israel controla las fronteras aéreas, marítimas y territoriales de Gaza- con el propósito de evitar el ingreso de armas- hay allí una situación de autogobierno. En el 2006 el Movimiento de Resistencia Islámico, más conocido como Hamas, ganó elecciones legislativas y al año siguiente expulsó a las fuerzas de Fatah (leales al presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas) que todavía permanecían allí y pasó a gobernar exclusivamente la franja y a sus 1.6 millones de habitantes.

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