Cuando el Primer Ministro de Israel adoptó una perra el pasado mes de julio, no podía haber imaginado que el can pronto se convertiría en un símbolo de lo que está mal en la siempre complicada relación entre la prensa internacional y el Estado judío. La perra Kaiya ganó notoriedad mundial a comienzos de diciembre cuando mordió a dos invitados durante las festividades de Jánuca realizadas en la residencia de Benjamín Netanyahu. “Kaiya enterró sus dientes el miércoles en Sharren Haskel, integrante del Parlamento, y en el esposo de Tzipi Hotovely, viceministra del Exterior, ambas integrantes del partido Likud. Ninguno de los dos fue herido de gravedad. Las ciudades israelíes aíslan por 10 días a los perros que muerden a personas”, reflejó un típico reporte de los tantos que cubrieron el hecho.
Otros complementaron la noticia con las lamentaciones de Sara, la esposa del premier, acerca de la necesidad de recluir al cuadrúpedo, y con el compromiso asumido por Bibi de revisar esas leyes inclementes con los canes. Fotografías de Kaiya al lado de su amo hallaron su lugar en el limitado espacio de los medios masivos de comunicación. La noticia tuvo alcance global.
También en diciembre, la prensa israelí informó que Hamas en Gaza y el ISIS en el Sinaí cooperan logísticamente. Conforme reportó Yediot Aharonot: “El brazo armado de Hamas en la Franja de Gaza ha estado transfiriendo decenas de miles de dólares mensuales a la rama en el Sinaí del grupo Estado Islámico durante el año pasado”. El movimiento fundamentalista palestino está pagando a militantes de ISIS en Egipto para asegurar el ingreso de armas hacia Gaza desde las zonas desérticas controladas por los hombres de Abu Bakr al-Baghdadi. Los envíos incluyen equipamiento militar y el material necesario para el rearmado de la infraestructura militar de Hamas. El grupo palestino ha brindado entrenamiento a sus hermanos yihadistas egipcios y les ha enviado misiles antitanque de avanzada aptos para atacar botes y vehículos militares egipcios. La colaboración se ha extendido al campo sanitario: terroristas heridos del ISIS han sido atendidos en hospitales gazatíes y médicos palestinos han viajado al Sinaí a curar a los combatientes sunitas de Alá.
Oficiales de seguridad egipcios han notado que sólo gracias al apoyo monetario y profesional de Hamas pudo el ISIS allí convertirse en un grupo bien entrenado y bien armado de más de ochocientos hombres a partir de la banda desordenada de beduinos que era inicialmente. Shadi al-Menei lideró a Ansar Bayt al-Maqdis, afiliada a Al Qaeda en el Sinaí hasta su traspaso de lealtad al ISIS. Es el hombre más buscado por las autoridades egipcias. Recientemente hizo una visita secreta y prolongada a la Franja de Gaza. En julio, ISIS llevó a cabo el mayor ataque registrado en el Sinaí desde la guerra árabe-israelí de 1973, cuando atentó contra puestos de control egipcios que dejaron un saldo de 64 soldados, 90 yihadistas y cuatro civiles muertos, además de otros 55 uniformados heridos. Oportunamente, Infobae reportó que el brazo armado de Hamas, las brigadas Izz ad-Din al-Qassam, promovían este enlace con ISIS en desafío al liderazgo político de la organización, que objetaba —aunque toleraba— tal acercamiento.
Este desarrollo tiene implicancias estratégicas —la alianza servirá al Hamas en caso de una nueva guerra contra Israel, pudiendo atacar Eilat desde el Sinaí, por ejemplo—; de política interna —pues presuntamente divide al bureau político del ala militar—; y de geopolítica regional —Hamas recibe apoyo financiero de Irán, quien está combatiendo al ISIS en Siria e Irak y ha estado contando con Hamas para erigir un frente de contención a estos islamistas en la frontera entre Gaza y Egipto. De manera que este asunto novel ofrece pasta periodística de primer nivel. Es un acontecimiento muy relevante que concierne a palestinos, israelíes, egipcios, iraníes y al ISIS. El villano que está enfrentando a Turquía, Rusia, Francia, Estados Unidos y medio mundo más. Sin embargo, la noticia fue groseramente sub-reportada.
Célebremente, mucho tiempo atrás un editor de diario postuló: “Si un perro muerde a un hombre, no es noticia. Si un hombre muerde a un perro, eso sí que es noticia”. Este aforismo periodístico alude a la noción de que eventos atípicos e infrecuentes son más noticiables que acontecimientos cotidianos. Sostiene la idea de que un hecho raro concitará más atención pública que uno común y corriente. A menos, claro está, que el perro que muerde sea israelí. En tal caso, este legendario postulado de la prensa engravado en piedra y de aplicabilidad universal, repentinamente pierde su valor. Toda regla tiene su excepción. Y como no podía ser de otra manera, periodísticamente Israel la corporiza.