Desarrollismo en el gobierno de Frondizi (2ª parte)

En este artículo pretendo profundizar las restantes etapas del gobierno de Frondizi que complementan lo citado en mi anterior nota de opinión.

Aspectos salientes de la gestión del ingeniero Álvaro Alsogaray a partir del 25 de junio de 1958, fecha en que se incorporó al gobierno de Frondizi:

  1. Se trató de un verdadero cogobierno.
  2. Los anuncios y decisiones del doctor Frondizi del 28/12/1958 configuraban un plan liberal de economía de mercado (ésta no era la interpretación del Presidente que lo consideraba un plan “desarrollista”).
  3. Durante los veintiún meses que duró la gestión quedó demostrado que la economía libre y la estabilidad monetaria dan una gran fortaleza a los gobiernos que recurren a ellas, y aseguran al país una excelente base para su progreso.
  4. Se soportaron riesgos de golpes de Estado pero el plan siguió funcionando y sus resultados sirvieron para consolidar al gobierno.
  5. Entre los principales resultados obtenidos: la inflación se redujo del 113% al 0%; la moneda argentina fue proclamada la moneda estrella del año por el comité Lombard, debido a que la paridad se mantuvo estable, sin artificios, a un nivel de 83 pesos por dólar, habiendo partido de 110 pesos por dólar; crecieron las reservas monetarias internacionales, que eran prácticamente inexistentes al iniciarse el período, a 700 millones de dólares (una cifra excelente para la época); contratos de trabajo que se firmaban por solo tres meses, llegaron a formalizarse por dos años; las  huelgas fueron disminuyendo hasta prácticamente desaparecer; la inversión bruta fija creció sustancialmente durante 1960; se procedió a la privatización de casi cincuenta empresas estatales y se inició la de los colectivos de la ciudad de Buenos Aires; comenzó la reducción de aranceles, una progresiva apertura de la economía y se desregularon numerosas actividades; se suprimió la exacción que se practicaba sobre las cajas de jubilaciones y por primera vez en muchos años se registró un descenso en el precio de la nafta que alcanzó al 10%, debido a haberse logrado el autoabastecimiento de petróleo por el incremento de la producción doméstica de un 43.2%,; la industria incrementó su producción a una tasa del 6.5% en 1960, mientras que el producto bruto nacional creció un 5.9% ese mismo año; el balance de pagos tuvo en 1960 un superávit de 150.4 millones de dólares gracias al importante ingreso de capital extranjero.

El plan liberal funcionó y llegó a mostrar positivos resultados; sin embargo, en marzo de 1961 se produciría la crisis que lo hizo abortar.

4ª etapa – El 23 de abril de 1961 el Frondizi pidió la renuncia de Alsogaray para reorganizar su gobierno. De acuerdo a lo expresado por Alsogaray, se preparó el terreno para justificar este pedido poniendo en evidencia las diferencias de opinión sobre un contrato para explotar el yacimiento de Sierras Grandes; en reunión de gabinete Alsogaray lo consideró altamente inconveniente y Frondizi, evidentemente molesto, insistió en que el contrato debía formalizarse, quedando en evidencia una profunda discrepancia.

De este modo se abandonó la senda liberal, iniciada 22 meses antes, para seguir la del “desarrollismo”. Como no había argumentos para explicar a la opinión pública el cambio operado, no se podía hablar de un fracaso de la política en marcha porque el éxito estaba a la vista y, además, porque dicha política se la había sostenido como propia, se decidió destacar la continuidad de esa política designando a ministros que aparentemente coincidían con ella pero designando subsecretarios que respondían a Frigerio.

En otros círculos Frondizi y, sobre todo, el frigerismo explicaban el cambio del gobierno en que si bien se había tenido éxito en la estabilización de la moneda y control de la inflación, se estaba frenando el “desarrollo”.

Las verdaderas causas del alejamiento de Alsogaray del gobierno fueron: 1) el nuevo grupo a cargo del Ministerio de Economía y del de Trabajo significaba un “enclave” demasiado autónomo dentro del gobierno, que le restaba a éste parte de su dominio político; 2) causa ideológica: los dirigentes desarrollistas rechazaban la mecánica liberal; 3) la técnica desarrollista requiere el “dirigismo de la inversión” y la alta protección arancelaria y extraarancelaria que, según Frondizi, hasta podía llegar en algunos casos a la prohibición de importar.

En resumen, las causas de la crisis de abril de 1961 deben buscarse en el deseo de la UCRI y el frigerismo de recuperar todos los resortes del poder.

A pesar de los esfuerzos por presentar las nuevas disposiciones como una continuidad, la crisis gubernamental quebró la confianza. El BCRA comenzó a vender divisas hasta agotar las reservas. Algunas intervenciones públicas del Presidente, la invitación y entrevista con el Che Guevara, las crecientes sospechas de corrupción, y otras cuestiones renovaron las antiguas dudas y desconfianza de parte de la población y de las fuerzas armadas. El 28 de marzo de 1962 Frondizi fue derrocado.

Como conclusión, el gobierno de este período comprende cuatro etapas. La primera abarcó hasta el 28 de diciembre de 1958, en la cual se mantuvo las prácticas del pasado y los esquemas peronistas. La segunda, desde la fecha citada, en que Frondizi a través de la comunicación del Programa de Estabilización cambió drásticamente la orientación de toda su vida, fijando un rumbo diametralmente opuesto. La tercera etapa a partir del 23 de junio de 1959 cuando llama a cogobernar a Alsogaray, hasta la crisis de abril de 1961. Durante ese período se aplicó un verdadero plan liberal que, en pleno éxito, fue abandonado a raíz de la decisión del Presidente de desplazar a sus autores. La cuarta etapa fue la etapa “desarrollista” que se extendió desde abril de 1961 hasta el derrocamiento de Frondizi, el 28 de marzo de 1962, durante la cual quedó en evidencia el total fracaso del desarrollismo.

Desarrollismo en el gobierno de Frondizi (1ª parte)

Frecuentemente se habla sobre la experiencia del gobierno desarrollista de Arturo Frondizi haciéndose mención a la gestión en el período 1958 a 1962, como si ese período hubiera sido homogéneo en cuanto a las políticas implementadas. Las políticas efectivamente implementadas por el gobierno de Frondizi reconocen cuatro etapas -que comentaré en este artículo y en uno próximo-. La correspondiente a los primeros meses de gestión, el lanzamiento del plan de estabilización a fines de 1958, la puesta en marcha de ese plan desde mediados de 1959 hasta mediados de 1961 y las medidas puestas en práctica durante el último año de gobierno.

1ª Etapa – Frondizi asumió la presidencia el 1º de mayo de 1958. Los primeros actos de gobierno, como así también los ministros y altos funcionarios, respondían a su tradición izquierdista. Durante esos primeros meses se adoptaron medidas económicas acordes con el carácter populista-redistribucionista de su propuesta electoral. Los salarios fueron aumentados en un 60% para compensar la pérdida del poder adquisitivo por la inflación (una decisión en gran medida política más que económica). Se mantuvo un riguroso control de precios, salarios y divisas y se puso en marcha una ley contra el agiotaje y la especulación. Se limitaron las importaciones, se envió un proyecto de reforma agraria al Congreso y se propició una ley de asociaciones profesionales que otorgaba privilegios a sus dirigentes. En resumen, la mayor parte de las regulaciones y controles del régimen peronista continuaron operando.

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Descifrando la inflación y el control de precios

Hace unos días en la tapa de un matutino se leía “Congelar los precios no frenó la inflación”.

En infinidad de artículos, tanto míos como de otras personas, en ámbitos académicos, y durante muchísimo tiempo, se ha tratado de explicar la confusión que resulta de definir la inflación como el aumento de los precios.

Los precios expresan las interacciones de las valorizaciones que hacen compradores y vendedores. Si el volumen global de moneda y la producción de bienes se mantienen, los valores absolutos de los precios no pueden aumentar. Sin embargo, las modificaciones en las valorizaciones sí modifican los precios relativos. Estas últimas son causas endógenas.

A las causas endógenas hay que distinguirlas de las alteraciones en los precios relativos que derivan de la manipulación gubernamental de la moneda y el crédito (causas exógenas al mercado).

La inflación entonces es la expansión monetaria por causas exógenas. En los países como el nuestro donde hay curso forzoso, la inflación es falsificación legal y el falsificador (el gobierno) intenta convencer a la gente que las distorsiones en los precios son consecuencia de la “voracidad” y el “acaparamiento” de los comerciantes a los cuales debe “combatirse” estableciendo precios máximos.

En resumen, la definición más comúnmente adoptada de la inflación como  “el aumento general de los precios”  induce a graves errores. Esta definición no sólo es errónea porque señala los efectos y no las causas sino que, además, habla de aumento general de precios cuando el problema de la inflación es que distorsiona los precios relativos.

Excede a este artículo entrar a discutir otras teorías que atribuyen la inflación a: gasto público, incremento de costos,  exceso de demanda o que es un fenómeno importado.

En el artículo que se desprendía de la tapa del matutino también se afirmaba: “a cinco meses de su lanzamiento, el congelamiento de precios que implementó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fracasó en su principal objetivo, que era desacelerar la inflación en los productos de la canasta básica”. Y además agrega: “los principales impulsores de la inflación en el rubro son las cadenas de supermercados… pese a que, en teoría, son los únicos alcanzados por la obligación de mantener congelados los precios de la canasta de 500 artículos”.

Al tema de la inflación se le suma el de los precios máximos. En realidad, los precios máximos no son precios porque los fija la autoridad política. Es una expresión numérica que nada tiene que ver con el mercado; también son llamados precios políticos, establecidos a un nivel inferior al de mercado.

Los partidarios de establecer precios máximos hablan de precios “demasiado altos”, “no justos” y nunca atribuyen el aumento de los precios al deterioro del poder adquisitivo del dinero que el único que lo provoca es el gobierno con su irresponsable actitud. La implantación de precios políticos no resuelve la causa del problema y, además, genera efectos que agravan notablemente la situación, a saber:

  1. Expansión de la demanda; al precio político menor habrá más gente posibilitada de comprar;
  2. Al no aumentar en el acto la producción, y ante el crecimiento de la demanda, se produce un faltante artificial;
  3. Se contrae la oferta al desaparecer productores marginales que no cubren los costos con el nuevo precio establecido;
  4. Por la razón anterior, el faltante artificial se agudiza aún más;
  5. La alteración artificial en los márgenes operativos altera la producción ahuyentando capitales allí donde debía atraérselos y atrayendo capitales a donde no resultaba tan urgente su inversión.

La intención original que era proteger al consumidor deriva en: faltantes, reducción de la producción futura y despilfarro de recursos productivos, todo lo que perjudica especialmente a los menos pudientes.

En síntesis, se insiste en nefastas políticas intervencionistas y, además, en la aplicación de instrumentos que han demostrado su ineficacia en los últimos 5.000 años.