El economista Javier González Fraga despertó una fuerte polémica al manifestar que el kirchnerismo creó un populismo donde un empleado medio pensaba que con su salario era posible tener “celulares, autos, motos e irse al exterior”. La frase, de lectura antipática, encendió el debate con defensores y detractores.
De un lado de la grieta, los nostálgicos Nac and Pop argumentaron que la justicia social de la última década lo hizo posible. Del otro, los encolumnados detrás de Mauricio Macri justificaron al economista radical y advirtieron que hoy pagamos los platos rotos de la fiesta populista, sin hacer mucha referencia sobre el tema en cuestión de las posibilidades de un trabajador promedio.
Todos tienen un poquito de razón y a la vez están equivocados. Lo destacado es que ambos modelos son incompatibles con la sustentabilidad y con el bienestar de los trabajadores de recursos moderados.
¿Puede un trabajador promedio tener celulares de última generación, grandes televisores modernos y viajar en avión donde quiera, con su familia, en el marco de una economía sustentable? Sí. Pero no en Argentina. Continuar leyendo