Paraguay, con tan sólo 6.6 millones de habitantes, es un pequeño país de Latinoamérica lindado por dos de las economías más grandes de la región, Brasil y Argentina. Es uno de los países de la zona que ha tenido mayor crecimiento del PBI en los últimos años, alcanzando un récord histórico en el año 2013 de 13,6% . Sin embargo la macroeconomía parece ir por un camino diferente al de la microeconomía y sigue sin reflejarse en la vida cotidiana de sus ciudadanos. El 96% de la riqueza sigue concentrada en un 6% de la población. Es uno de los países más corruptos de la región según Transparency International, sólo superado por Venezuela. Sus territorios se encuentran minados por el llamado Ejército del Pueblo Paraguayo ( EPP), grupo guerrillero que tiene atemorizados no sólo a sus pobladores sino a aquellos brasileños que han invertido en haciendas para explotación agropecuaria. Los diferentes gobiernos han hecho poco y nada por erradicar o bajar los índices de pobreza; no ha existido voluntad política para ello. Las crecidas del río Paraguay, como consecuencia de las incesantes lluvias totalmente inesperadas para esta época del año, no han hecho más que contribuir a ahondar los problemas que le toca enfrentar a su nuevo presidente, que ya lleva más de un año en el gobierno, el magnate tabacalero, Horacio Cartes.
Archivo de Tag: corrupción
La camiseta argentina, todos los días
Ayer comenzó el nuevo mundial de fútbol tan esperado y ansiado por todos los argentinos. Muy seguramente gritaremos, festejaremos, nos abrazaremos y hasta lloraremos con cada gol celeste y blanco. Palpitaremos cada partido compartido con la familia y los amigos, en bares, restaurantes o en la calidez de nuestros hogares. Soñaremos con llegar a la final y ver a nuestro equipo alzarse con la Copa del mundo. Mientras tanto nuestros gobernantes aprovecharán seguramente para hacer de las suyas ya que el pueblo estará más que entretenido durante un mes. Para ellos, es un tiempo con valor estratégico, ya que todo lo que se haga durante este periodo pasará inadvertido. Este domingo, coincidente con el Día del Padre, nos pondremos la camiseta celeste y blanca, y con gran ilusión y esperanza saldremos todos a la cancha.
Pero ganar un Mundial si bien es gratificante ganar, es efímero. La alegría dura algunos pocos días, quizás tan sólo horas, y luego todo se esfuma y volvemos a la realidad. Inflación, corrupción, inseguridad, aumento de la pobreza, inequidad, falta de inversión, tanto interna como externa, caída de las reservas, déficit presupuestario, falta de previsibilidad, leyes que no se cumplen porque sí o porque no están reglamentadas…..y podríamos seguir con la lista de fracasos.
Corrupción: la gran pandemia de nuestros tiempos
Vivimos en un mundo plagado de corrupción. Manejado por unos pocos , en desmedro de unos muchos. Pareciera que ya no hay ideales sino necesidades, y que todos quieren llegar al poder para usufructuarlo, teniendo como único fin el de enriquecerse. Quedan unos pocos idealistas que quieren ver a sus naciones entre las primeras y que pelean por ello, aunque esto signifique tomar medidas antipopulares que los condenen a no ser reelectos. Estos verdaderos patriotas están en extinción en el mundo de hoy. ¿Quién quiere gobernar para el largo plazo cuando será el corto el que lo mantendrá en el poder? Los problemas de fondo de muchas naciones no se arreglan ni en 4 ni en 6 años. Se destruye rápidamente, pero lleva años reconstruir.
Vale solamente observar este mapa del mundo coloreado que va del rojo oscuro al amarillo para entender por qué digo que la corrupción es una pandemia en el mundo actual. Los países en amarillo son los menos corruptos pasando por los que están en naranja hasta llegar a los de color rojo oscuro, los más corruptos.
(Índice de Percepción de Corrupción 2013. Transparencia Internacional)
Transparencia Internacional es una organización no gubernamental con sede en Berlín, Alemania, encargada de elaborar este mapa y publicar desde el año 1995 , en forma anual , el Indice de Percepción de Corrupción a nivel mundial. Realiza un ranking entre los distintos países del mundo que va del puesto 1 al 175. Clasifica a las naciones según la percepción de corrupción en el sector público. Su metodología se basa en encuestas llevadas a cabo entre personas de negocios. Define la corrupción como el abuso del poder por parte de las autoridades para beneficios privados que finalmente perjudica a todos. Los puntajes van del 0 al 100 siendo los menos corruptos aquellos cercanos al 100.
Ningún país tiene 100 puntos quedando totalmente libre de corrupción. Los primeros puestos los ocupan Dinamarca , Nueva Zelandia , Suiza, Finlandia, Suecia, Holanda, Noruega, Canadá, siendo 91 el puntaje más alto. Entre los últimos puestos encontramos a Corea del Norte , Somalia y Afganistán , con 8 puntos.
Lo interesante de este índice es ver cómo los países que tienen mayor grado de corrupción tienen una mayor inequidad en la distribución de la riqueza, son más pobres y padecen más violencia. Sus gobiernos llegan a través del voto popular en una gran mayoría de los casos, pero rápidamente promulgan leyes con la finalidad de concentrar poder para así gobernar como les plazca, con total impunidad. Ponen el poder a su propio servicio, en vez de ponerlo al servicio del pueblo que los ha votado. Los ingresos per capita de estos países son de los más bajos, van desde los 600 dólares anuales en muchos países africanos hasta los 15000 dólares anuales en otros tantas partes del mundo incluidos la mayoría de países latinoamericanos. Mientras que los países menos corruptos gozan de ingresos per capita que van desde los 25000 hasta los 60000 dólares anuales.
Otro dato interesante es que todos los países que se encuentran atravesando guerras internas o sufren actos de violencia o revueltas como ser Siria, Sudán , Sudán del Sur, Libia , Corea del Norte, Afganistán, Venezuela, Ucrania, Yemen, Somalia, Iraq, son naciones que ocupan los últimos puestos erigiéndose como países más corruptos.
En estos años de elecciones, siguiendo con el tema de mi artículo de la semana pasada, los políticos seguramente alzarán como bandera la lucha contra la corrupción ya que tienen en claro que es un tema prioritario para la sociedad y que les va a sumar votos. En tiempos de bonanza económica la corrupción se tolera más, pero cuando los vientos cambian, la sociedad se vuelve más estricta y menos permisiva.
No nos dejemos engañar por los cantos de la sirena. Para diseñar sus campañas, los políticos realizan encuestas con el fin de saber lo que la gente quiere, espera y piensa. En base a esos resultados, arman sus estrategias políticas y sus discursos. No hay que guiarse por lo que dicen, sino por lo que han hecho o hacen. A las palabras se las lleva el viento. Se deben observar resultados y evaluar. Si bien con sólo votar no alcanza, es una primera herramienta fundamental , en manos de la sociedad para elegir a sus gobernantes. No votemos por conveniencia sino con conciencia.
Si dejamos que la corrupción siga avanzando y multiplicándose con total impunidad, seguirá habiendo pobreza, violencia e inequidad en el mundo. Nos acostumbraremos a convivir con ella y seguirá propagándose hasta el último rincón. Es nuestra responsabilidad y está en manos de cada uno el no dejarse contagiar.
Democracia: con votar solamente no alcanza
En un año durante el cual el 42% de la población mundial irá a las urnas a renovar sus líderes políticos a través de elecciones democráticas, tanto legislativas como presidenciales, cabe preguntarse si el mero hecho de votar basta en sí mismo para que un sistema se considere una verdadera democracia, o si es tan sólo un primer paso elemental y fundamental, pero que por sí sólo no alcanza.
Costa Rica, El Salvador, Macedonia, Eslovaquia, Afganistán, Algeria, Panamá, Hungría, Lituania ,Malawi, Colombia, Indonesia, Turquía, India, Bosnia, Kosovo, Brasil, Uruguay, Bolivia, Moldávia, Sudáfrica, Líbano, Namibia, Tonga, Rumania, Mozambique, Unión Europea, Estados Unidos, entre otros tantos países renovaron o renovarán sus autoridades a través del voto popular, de enero a noviembre del 2014.
Nada mejor que conversar con los taxistas de cualquier parte del mundo, y en especial con los de determinadas ciudades cosmopolitas de los Estados Unidos donde todos son originarios de diferentes confines del mundo. Estos trabajadores diurnos y nocturnos ofician tanto de psicólogos como de escuchas de sus pasajeros de distintos géneros, edades y nacionalidades. Obtienen y procesan información en forma directa de gente común. Lo que sienten y piensan acerca del mundo en que nos toca vivir. En Nueva York los taxistas suelen ser de Pakistán, India e Indonesia. En Miami , haitianos y africanos. En Washington, en su mayoría provienen de países africanos, predominantemente de Etiopía y otros como Mauritania.
En mi último viaje en taxi en Washington, el conductor de Mauritania no hizo más que corroborar una vez más el pensamiento generalizado, ya no en científicos o intelectuales sino en gente común que trabaja diariamente y no tiene ningún tipo de privilegios más que el de votar. Este hombre, frente a mis preguntas, respondió que si bien hoy en África en la mayoría de los países se vota, la democracia allí sigue brillando por su ausencia. Son democracias en cuanto al voto, esto es, en la forma pero no en el fondo, ya que ninguno de los otros elementos inherentes a una verdadera democracia se cumple. Los gobernantes son votados en elecciones poco transparentes y rápidamente devienen en dictadores. La riqueza natural de estos países en muchos casos es grande, pero la corrupción lo es aún más. Los gobiernos se apropian de estos recursos en nombre de lograr una mayor igualdad y redistribución, pero en la realidad esto nunca termina sucediendo ya que sus verdaderos y encubiertos fines distan mucho de esto. Estos gobiernos terminan con todos los sueños de su población de lograr una vida mejor. No existe una real división de poderes, por el contrario, estos se concentran todos en uno, su líder. El Ejecutivo es el que toma los recursos y los hace propios transformándolos en una caja, mediante cuyo manejo soborna al Poder Legislativo y subordina al Judicial nombrando mandatarios fieles a su amo que jamás lo juzgarán. Se eternizan con los fueros sin poder ser destituidos ni juzgados. Cualquier pensamiento distinto al de ellos es suprimido ya que es visto como una amenaza. Con esto como objetivo se persigue y reprime a la oposición o a quien piense distinto. Se monta un aparato propagandístico, a través de la apropiación de los medios de comunicación, también obtenidos con la caja. Se desprestigia y tilda de fascista, terrorista, golpista u oligarca a todo aquel con otra opinión. Se subordina a las masas a una obediencia debida, o bien por temor o bien por reparto de dádivas que nunca mejorarán sus vidas, pero dada la pobreza de la que vienen, las recibirán como una bendición. Así utilizarán a los pobres en las sucesivas elecciones para sus propios fines: eternizarse en el poder para enriquecerse, lo que a su vez les brindará más poder aún. Un círculo vicioso que lejos está de favorecer a nadie más que a ellos mismos. La población se conformará con que se empareje hacia abajo: “si yo no puedo acceder a vivir mejor entonces que vivan todos como yo”. Habrá una transferencia de riquezas de los particulares a sus gobernantes y de estos a sus amigos y cómplices. Hoy Nigeria superó en PIB a Sudáfrica y se erigió como la mayor economía africana pero la corrupción allí no conoce límites; ahora, eso si, se vota.
Esta no es sólo la realidad de la mayoría de los países de África que poco parecen importarle al mundo hoy, sino la de muchos más que van a elecciones, se llaman a sí mismos democracias, pero de democracias tienen poco y nada.
Votar solamente no sirve para nada. Termina siendo como un espejismo: elijo para que después con impunidad total y sin freno alguno hagan lo que se les antoje en desmedro generalmente del pueblo. Es un primer paso importante pero necesariamente debe ser seguido por muchos otros, como ser el respeto por las instituciones, que se traduce en la clara división e independencia de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para que de esta manera no existan excesos ni atropellos y verdaderamente se gobierne a favor del pueblo y para el pueblo. El Ejecutivo debe gobernar para sus ciudadanos, el Legislativo trabajar y promover leyes que favorezcan al ciudadano común y no a pequeños grupos de poder y el Judicial juzgar sea quien sea el que cometa el delito. Los funcionarios deberían ser los primeros en dar el ejemplo de honestidad y los primeros en pagar las consecuencias en caso de abuso de poder y de corrupción. El ejemplo debe darse de arriba hacia abajo. Una sociedad con un gobierno corrupto necesariamente se volverá corrupta. Invertir en educación es fundamental para que la gente no sólo vote mejor sino conozca y ejerza sus derechos cívicos. El problema radica en que a una buena cantidad de líderes políticos esto no les conviene ya que de educar a su población como es debido, jamás volverían al poder, ni aún reciclándose.