Desde el pasado 10 de diciembre, el Gobierno electo siguió la línea de regresar a la normalidad de la economía y, en este sentido, primero se decidió liberar el cepo, con la finalidad de devolver al mercado cambiario la normalidad que este tenía previamente, y al mismo tiempo se buscó que la economía recuperara la competitividad necesaria para reinsertarse en el mundo.
En segundo lugar, se procedió a la normalización del sector financiero externo y por ello se comenzó a negociar con los holdouts, a fin de volver al mercado financiero. Así, luego de extensas negociaciones políticas y judiciales, se salió al mercado financiero con la expectativa de obtener una cifra cercana a los 15 mil millones de dólares, a través de la colocación de diferentes títulos a tres, cinco, diez y treinta años, con una tasa cercana al ocho por ciento. La sorpresa se dio cuando el mercado respondió rápidamente y ofertaron unos 67 mil dólares, lo que posibilitó bajar la tasa de colocación y terminar en una tasa promedio del 7,50 por ciento.
Ante esta coyuntura, el Gobierno colocó 2.750 millones de dólares a una tasa del 6,50%, con un horizonte de tres años; a cinco años se colocaron 4.500 millones de dólares, con una tasa de 6,87%; a diez años el importe colocado fue de 6.500 millones de dólares, con una tasa de 7,50% y a treinta años se colocaron 2.750 millones de dólares, con una tasa de 7,62 por ciento. Continuar leyendo