El reclamo por la actualización del mínimo no imponible en el impuesto a las ganancias es doble: por un lado, la necesidad de que gran parte de los trabajadores dejen de pagar un impuesto al salario. Por otro, que su actualización no quede librada a la discrecionalidad antojadiza del gobierno que la utiliza como herramienta clientelar de negociación y apriete.
En principio, una persona que antes de septiembre de 2013 ganaba $15.001 y quedaba afectado por el impuesto, en la actualidad paga casi el 14% de su salario bruto en ganancias, cuando en 2003 era solo el 1,6%. Así, el mayor impacto de ganancias sobre el salario generó que sus ingresos reales cayeran 12% en 2014 y 6,5% en 2015. Continuar leyendo