El camino de Isabel

Sobre la formidable vocación por el suicidio institucional

Escribe Oberdán Rocamora . Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

“¿No quiere que Cristina vaya presa? ¿Se hizo kirchnerista?”

Dama Indignada de Recoleta

En 1976 la señora María Estela Martínez de Perón, Isabel, fue presa. Cinco años en El Messidor, Villa La Angostura, paraíso de Neuquén.

Transcurrida la Dictadura Militar, los generales-presidentes, todos, fueron alternativamente presos.

El extinto Jorge Rafael Videla (murió en la prisión de Marcos Paz). El extinto Roberto Eduardo Viola, “administrador de silencios” (liberado por el indulto de 1990), el extinto “majestuoso” Leopoldo Fortunato Galtieri (idem 1990). Sólo sobrevive -preso- el general Reynaldo Benito Bignone, 87 años.

En plena democracia, Carlos Menem también fue preso. Seis meses en la Quinta de Gostanián, Don Torcuato. 2001. Continuar leyendo

Año de la esquizofrenia activa

Plena etapa lazarista del cristinismo. Matar al muerto. Cargarse a Lorenzetti.

Sobre informe de Consultora Oximoron

escribe Bernardo Maldonado-Kohen, especial para JorgeAsísDigital

La Doctora culmina con aire artificial el año de la esquizofrenia activa.

Sin el dramatismo de un miserable saqueo. Debe admitirse que Sergio Berni, El Licenciado Serial, trabajó bien. Merece estar nominado para la gobernación de Buenos Aires, o la Jefatura del Artificio Autónomo.

Puede Berni ser el punto de unión, incluso, entre La Doctora y Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol.

Berni trabajó en sintonía con la acción psicológica previa que diseñó su adversario interno. El camarada general Milani, Seductor de Sexagenarias. Continuar leyendo

La peste de moral baja

Desde España y Portugal, hacia Brasil y Argentina

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

“La corrupción acompaña al poder como la sombra al cuerpo”
Alejandro Nieto

Introducción
La Obra Pública, el Juego y Blanquita Amaro

La epidemia de transparencia ya hace estragos. Produce la transformación cultural y arrastra muchos presos.
En el espejo de España se refleja Portugal. Pero también Brasil.
La peste de moral baja, irremediablemente, hacia Argentina.

Para interpretar el grado de transparencia de un gobierno, Consultora Oximoron propone estudiar esta ecuación:
Obra Pública +/o El Juego +/o Blanquita Amaro (*)

Basta con los tres ítems. Se deja de lado la multiplicidad de otras vertientes.
La Obra Pública signa la metodología tradicional para la recaudación básica. Clasicismo insustituible de ladronzuelos perdonablemente básicos.
El Juego se consolida. Se extiende. Penetra estructuras transversales que enlazan a los opositores habilitados. Extensiones brutales, por décadas. Recaudación secreta para cómodos.
“Blanquita Amaro” representa la explotación del consagrado fenómeno del narcotráfico. El ítem más complejo y pernicioso de la ecuación. Con el complemento de la violencia y del daño social. Impregna a las fuerzas internas que debieran combatirlo.

Con recaudarse, para beneficio del gobernante, a través de uno solo de los tres ítems, por ejemplo el primero o el segundo, se está apestado, pero pasa. Es comprensible.
Con recaudar con dos de los tres, el primero y el segundo, ya es relativamente grave, sancionable.
Con la explotación de los tres ítems conjuntos de la ecuación, el gobernante está perdido. Irrecuperablemente.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

(*) Cantante cubana de rumbas de los años 50 y 60. Se toma prestado su nombre por “la blanca”.

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El espejo de España

Conmueve ver ingresar en prisión a la cantante Isabel Pantoja. En Alcalá de Guadaira, Sevilla. Por lavado de dinero. La estrella quedó sepultada en el latrocinio, como consecuencia del mal amor.
Como Cristina de Borbón. La Infanta que sumerge a la nobleza en el escarnio. Por los horribles manejos, con los fondos públicos, del marido. Iñaki Urdangarain, atlético (y patán).
Su Majestad Juan Carlos, que tuvo muy poca suerte con sus yernos. En su momento, el monarca supo hacer la fortuna con sobriedad. Antes de derrapar con aquel elefante inofensivo, para colmo muerto, en un safari por Kenia. Juan Carlos supo pecar con el refinamiento y la distinción que generalmente faltan en los tiempos del facebook. En pleno estallido de las comunicaciones cuesta mantener un secreto, así sea sólo erótico. O preservar el sentido elegante de la discreción. Debió abdicar.
Alteza Cristina, en cambio, enternece. Encantadora muchacha que supo ilustrarse en París. Aguda lectora de Azorín, de Ortega y hasta de Julián Marías. Hoy desgasta la dignidad real, entre juzgados. Otra historia de amor y billetes. Abundan.

En el desborde brutal de la Operación Púnica, los españoles en crisis extravían la capacidad de asombro. Previamente fueron fastidiados por los sobres de Bárcenas. La “Cadena de la felicidad” que acabó con el respeto hacia el Partido Popular. Colmaron de resentimiento a los indignados que subsisten con el subsidio del paro.
También fueron fastidiados con las trapisondas financieras de Jordi Pujol (que llegan hasta el puerto de Rosario). Salpicaron de banalidad hasta la discutible emancipación de Cataluña.

La peste de moralidad, que sacude a España, afecta también a Portugal. Consta que el ex primer ministro, Antonio Sócrates, el socialista moderno, en un regreso furtivo de París pasó desde el aeropuerto de Lisboa hasta el “Estabelecimento prisional de Évora”. Capital del Alentejo. Justamente en el alicaído país saudosista de Fernando Pessoa, impregnado de tristeza colectiva, maltratado por el estancamientos económico que incita a los recortes permanentes, a los efectos de satisfacer las líneas europeas que baja Alemania.
El portugués medio alteraba el pesimismo existencial con los detalles del exilio voluntario de Sócrates en París. En su departamento adquirido por tres millones de euros, nada excesivo en semejante ciudad.
Sócrates pretexta herencias familiares, pero nadie le cree.
En Rumania, basta con la inteligencia y el coraje de Laura Kovesi. Es la fiscal anticorrupción, para que caiga otro ex primer ministro, ministros en cantidad, encadenados en otras felicidades que hoy se condenan.

La delación

Mientras tanto Brasil se dispone a superar los índices de corrupción de los países BRICS. Arrecia la peste de transparencia que estaba pendiente desde los tiempos escatológicos del «mensalao».
Hoy los empresarios más poderosamente ricos comparten el patio común de la cárcel de Curitiba, aunque a distancia decorosa del delator desesperado por salvarse. El Turco Youssef.
En la declinación moral del país-continente, el motor del casi extinguido Mercosur, cuando se delata bien puede atemperarse la condena.
Por lo tanto los coimeros, que se suponían impunes, caen como moscas cansadas del verano. Para lanzarse, a su vez, sin exigencia de lealtad, a delatar.
Cuentan que a algunos delatores hay que pegarles, pero para que se callen.
Al cierre del despacho se aguarda que no se delaten las oportunas estimulaciones que debieron depositarse en la Argentina. Entre la gallardía del festival de maletines, que el portal describe como “La marroquinería política”.
Maneras de la corrupción sistémica, estructural. Animada por los cretinos que capturaron el Estado para su propio beneficio. Representa el máximo rostro del fracaso de las democracias.

Aquí y ahora

“Robar no es para cualquiera”. Lo confirma Tadeo, protagonista de “Hombre de Gris”.
Para robar desde el poder no basta con la impunidad. Hay que contar con contadores competentes, eficaces abogados administrativistas. Ser menos brutal.
En Argentina proliferan diseños recaudatorios que superan con amplitud al emblemático David Marjaliza, alias Mórtimer. El español que arrastró decenas de poderosos transitorios, para convertirlos en presos. Comparado con nuestros pícaros delincuentes de segundo orden, Marjaliza es apenas un aficionado. Un novato.
Marjaliza distribuía las “cometas” y se quedaba con un miserable 3 por ciento. Un bebé. Los que supieron hacerla, aquí disfrutan del tratamiento de señores. Lo despojado, lo tienen en regla; lo mal habido a buen recaudo, perfectamente “encanutado”.
No son los rudimentarios de la magnitud de Lázaro, El Resucitado. Desde que se murió su Jefe, El Resucitado quedó sin conducción. Terminó entre imberbes inescrupulosos que le hicieron un daño irreparable a la heredera.
La Doctora tal vez sospechaba del fondo. Desconocía, según nuestras fuentes, las formas. Las cantidades. Legitima su asombro: “¡Para qué juntar tanto!”, cliquear.

Épica y delito

La Operación Púnica de España, como la Operación Lava Jato de Brasil, registra algunas similitudes con la Pasión Recaudatoria Nacional.
Signa la clave de la política contemporánea, la estrategia internacional. El anti imperialismo (preventivo) de La Doctora.
Cuesta unificar, en el fondo, la épica militante con el fenómeno delictivo.
Advertencia: no se trata de épica militante o delito.
Es -en simultáneo- militancia y delito. De aquí la complejidad del mecanismo que estalla.
El honesto que se juega aquí ampara al cretino que la lleva.
Desde la épica, los que no se llevaron monedas ofrendan la vida por los corruptos.
Juristas y comunicadores ponen los prestigios a la disposición del proceso recaudatorio.
El desgaste -concluye el Informe Oximoron- es inútil. Porque la peste de moralidad baja. Llega igual.
Entra, incluso, sin golpear la puerta.

Angustia de no saber

La Doctora desconoce detalles de los papeles que El Furia le hizo firmar.

escribe Bernardo Maldonado-Kohen
sobre informe de Consultora Oximoron,

Introducción
Poderes

El Ejecutivo está seriamente lacerado.
El cristinismo se sostiene con la prepotencia mayoritaria del Poder Legislativo.
La gran batalla política hoy se libra en el ámbito del Poder Judicial.

Pero La Doctora dista de temerle a la justicia local.
Preocupan los jueces de afuera.
La angustia de no saber qué más hay.
Existe el Efecto Pinochet.
Una suerte que el juez Garzón hoy sea “propia tropa”.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Con La Doctora físicamente vulnerable, debe constatarse que el Poder Ejecutivo está averiado.
Con el vicepresidente Amado Boudou, El Descuidista, que yace suspendido en el espacio. Pintado, de manera rupestre, en su despacho. Estampado políticamente junto con sus ambiciones, contra la pared.
El Clavel Inerte (cliquear) llegó al alucinante extremo de ser sustituido, en los actos oficiales, por Milton Capitanich, El Premier, hoy apenas El Locutor.
Fue en el triste festejo por el Día de la Soberanía Nacional. Con el fondo emocional del río y ya sin las escenografías majestuosas de Grossman.

Con sólo dos ministros fuertes. Kicillof, El Gótico, que adquiere la experiencia cara gracias a la gestión. Como si el ministerio fuera una pasantía. Un stage.
Y con Randazzo, El Loco de la Florería, que trafica una autonomía ilusoria mientras trata de obstaculizarlo a Scioli. El resto aplaude. Cobra, espera. Pero aplaude.
En realidad, el país es manejado por el criterio de Máximo, En El Nombre del Hijo, que tiene el imperativo familiar de ponerse sensato. Por el sentido común de De Pedro, El Wado, más astuto de lo que aparenta. Y por el verso altivo de Kicillof.
Por su parte Zannini, El Cenador, simula influencias y cena. Víctima, también, del pozo generacional. Mientras lo tratan de maestro, lo pasan por encima. Le estimulan el berretín de creerse un estratega.
Para lo que hay que hacer, por la modestia del contexto, les alcanza. Es lo peor.

Sin embargo el cristinismo está sostenido, hoy, por El Poder Legislativo. Con la persuasión mayoritaria, sobre todo en Diputados.
En defensa propia, el bloque se encuentra en condiciones de sacar adelante cualquier verdura. Sin preocuparse en absoluto del juicio de la historia. Sólo a Pacho O’Donnell, que está afuera, le interesa maniobrar un poco con la historia. Para entenderla habrá que indagar en el periodismo, no sólo el artesanal.
El Legislativo entonces emerge como el pilar. Al amparo de la imagen favorable que conserva, aún, La Doctora, y que se consolida con el relato de su enfermedad.
Ante las dificultades estructurales de una oposición destartalada, que actúa como complemento y le permite, al cristinismo, estimular la empecinada utopía de quedarse.
Detrás del indeseable mascarón de proa de Daniel Scioli, el líder de la Línea Aire y Sol. Con la ideología del vitalismo, especialmente útil también para menoscabar la magnitud de las catástrofes con las que conviven.

Para Oximoron, la gran batalla política se libra en la justicia. En el Poder Judicial, mientras se aguarda la peste de transparencia, es donde el cristinismo se juega verdaderamente la vida. Sobre todo la libertad.
A través de los incendiarios exponentes de Justicia Legítima, congregación que orienta la señora Alejandra Gils Carbó, La Encubridora. Allí se inspiran en el lema “no pasarán”.

Los escépticos que abundan confirman que aquí no hay epidemia de transparencia que valga.
Que esto no es Brasil, y mucho menos es España.
Aquí, aquel que intente meterse con la pasión recaudatoria de nuestros ídolos, es apenas un vulgar conspirador. Instrumento de la “prensa concentrada”.

Gils Carbó actúa en perfecta sintonía con los lineamientos que suele bajar Julián Álvarez, El Soberbio de Lanús. Junto al multifacético, El Wado.
El Consejo de la Magistratura hoy lo preside Gabriela Vázquez, una jurista intachable que defiende al cristinismo con la misma convicción que defendía al menemismo. Puede certificarlo el doctor César Arias.
Hoy es un organismo -el Consejo de la Magistratura- que se transforma en el fuerte principal de resistencia judicial del Frente para la Victoria. Y que obtiene, en pleno descalabro, hasta el manejo total de la Caja. Desde donde podrán domesticar a la Suprema Corte, y sobre todo acotar las proyecciones de Lorenzetti.
De todos modos, no pueden evitar que la propia dinámica de la justicia funcione sola. Y que le brinde severos disgustos al cristinismo, aunque aún ni se imagina en retirada. Al contrario, alucina con la idea de permanecer.

Ciudad Kohinoor

Es perjudicial, para el stress de La Doctora, que la justicia se entrometa en los desastres seriales que heredó de Néstor, El Furia extinto, que se creía, según nuestras fuentes, inmortal.
Por ejemplo que la justicia se introduzca entre las catastróficas ingenuidades contables de los hoteles de El Calafate.
Es la Ciudad Kohinoor, tan serena como bella y espumosa. Donde los lugareños, siempre cargados de información, suelen invitar, a los visitantes calificados, al fastuoso recorrido del Corrup Tour.
Es el paseo del lavado ilustrativo, que se muestra al forastero como si se tratara de otra maravilla natural. Como el Lago Argentino, o Los Glaciares de más allá.
Serenella Cottani, que fuera una destacada columnista del Portal, supo participar del Corrup Tour acelerado. Le tomó 45 minutos (hay Corrup Tours de tres horas). Lo registró en Palos Blancos (cliquear).

“Desfilan los hoteles desérticos de cinco estrellas. Casi no tienen un turista pero figuran contablemente colmados”.

Stress. Cuestión de Estado

La Doctora debe evitar las recaídas. Como la que padeció en esta misma semana, según nuestras fuentes, el martes pasado, por la noche. Por suerte no trascendió.
Antes los funcionarios, para persistir, se colgaban del Vestidito Negro (cliquear). Ahora se encuentran dependientes de la magnitud del stress. Una cuestión de Estado.
La permanente sensación de angustia, en su caso, representa un obstáculo. Sobre todo cuando la angustia está tan fundamentada. Con bases sólidas. No existe medicamento eficaz que la regule.

Es la angustia de no saber. O por no saber.
La Doctora se atormenta por no saber qué más hay. Qué falta aparecer aún.
Significa no conocer con exactitud el grado de riesgo de los papeles que El Furia le hizo firmar. Cuando se dejaba conducir, y simpático le decía: “Firmá acá”.
De ningún modo La Doctora le teme a la justicia local. Mal que mal, con los jueces locales todo siempre puede arreglarse. El problema lo tiene afuera.
¿Quién puede llegar a un juez de Zurich o de Lyon? A la multiplicación de los Griesa.

Efecto Pinochet y Plan Garzón

La Doctora consultó, acerca de sus temores, con un prestigioso abogado que resultó sustancial, en el principio, para la épica del proyecto. Fue protagonista indirecto de un episodio tristemente involuntario. Lo escracharon mal, pero prefirió apartarse. Y recurrir a la sabiduría prudente del silencio.
A la pobre le saltan sociedades que no recuerda. Sociedades de las que no tiene la menor idea. Pero no se encuentra en condiciones de negar rotundamente que sean verdaderas.
Puede aparecer como socia de Lázaro, El Resucitado, en varias empresas de las que está -literalmente- en babia.
Por lo que trasciende, La Doctora se angustia por el Efecto Pinochet. Aunque esté en las antípodas de su ideología.
A Pinochet nadie iba a salpicarlo ni con una gota de vino tinto chileno, pero mientras estuviera en Chile. Bastó que el anciano viajara a Londres para que el juez Baltazar Garzón lo hiciera encerrar.
En el éxtasis del desconocimiento, y por la proliferación de empresas truchas que saltan con virulencia desde el norte, nadie puede asegurarle a La Doctora que, en cuanto deje de ser presidenta, y se digne a salir del país, algún juez no la detenga. Sin avisarle. En “inaudita parte”, digamos, en uso de la concepción técnica.

La idea de contratar al juez Garzón, maltratado en España, emerge como un arrebato de genialidad. Un sublime acto de estadista visionaria.
“Si le pasa algo afuera, ella quiere ser defendida por Garzón”, confirma la Garganta.
Contratarlo entonces al ex juez Garzón es como pagar un Plan Médico Preventivo. Como los que propone Médicus, Osde, por qué no Swiss Medical.

 

La ruptura tan temida

Opositores envueltos con el cuento de la moderación.
escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Con la iniciativa capturada, La Doctora se trasladó hacia la Clínica de Otamendi y Miroli. Hoy ocupa la centralidad inquietante desde una suite. Para algarabía hegemónica del doctor Nelson Castro, son innumerables los colegas que rastrean datos sobre la misteriosa “sigmoiditis”. Alojada en el colon. Habitualidad familiar.

Los dilemas de la salud presidencial desvían los efectos de la última operación política. Consistió en apuntarle a Barack Obama, El Keniano, justo durante la plenitud de su vulnerabilidad.
A través de la sobreactuación epistolar, La Doctora completó la vanguardia aluvional. Coronó la imposición de leyes, de planteos de códigos fundamentales, con los que avasalló a la oposición. Hasta el acoso.
Entre los arrebatos, sostenida por la incondicional mayoría parlamentaria, La Doctora juega al solitario con la política. Domina la quietud del escenario, aplica las ceremonias de kirchnerismo explícito. Y se permite, incluso, hasta el lujo sentimental de enfermarse.
La certeza del final de ciclo, pasa a convertirse, en la apariencia, en una inofensiva expresión de deseos. Aquí se actúa como si no existiera ningún descenso de default. Ni se asistiera a la pertenencia triste de un país desacatado. Estancado. Reducido a una cuadratura deplorable, aferrado a las ensoñaciones providenciales de una Vaca Muerta, fragilizado por las lluvias y atemorizado por las calenturas del diciembre invariable que se viene.

Obama para consumo interno

Pero antes de la sigmoiditis, con frontal insolencia, La Doctora decidió cuestionarlo a Obama. Ponerlo contra las cuerdas locales a aquel que, en sus instancias de bonanza, nunca accedió a concederle una miserable “visita de Estado”. De las que ningún americano poderoso suele negarle a nadie. Pero hoy Obama atraviesa la penosa instancia de la devaluación del prestigio. Entonces, con sigilosa perversidad, La Doctora aprovecha para impugnarlo, como si continuara aquella lamentable sesión del Consejo de Seguridad.
Ahora lo desafía a Obama en las vísperas de la cumbre del G-20. Es el Grupo de países ponderables que Argentina integra solo por haber oportunamente impulsado las políticas económicas que justamente La Doctora denigra.
Transgresora, bartolera y nada diplomática, la carta a Obama es pensada, según nuestra evaluación, para las glorias del consumo interno. El único que, en definitiva, interesa.
De todos modos, La Doctora le incorpora un poco de tensión a su presencia -si la sigmoiditis lo permite- en la reunión de Brisbane, Australia.
Dibuja las expectativas previas para fotografiarse, otra vez, con Vladimir Putin. De ser posible también con Xi Jinping, los dos exponentes del extraño desplazamiento geopolítico. Y hasta con la vecina distante Dilma. Pasadas ya las elecciones, Dilma no tendrá mayores inconvenientes en fotografiarse con la vecina que no soporta.
Mientras tanto, el pobre Obama llega escorado a la cumbre de Brisbane. Transformado, apenas, en un morenito perdedor, ideal para ser enfrentado. O evitado. Como lo evitan, en la actualidad, hasta los aspirantes a la representación del Partido Demócrata. Los que pretenden salir relativamente de pie en las fatales elecciones de “medio término”. Las que le aseguran a Obama, según nuestros datos, el ingreso definitivo a la pendiente de la brusca declinación.
Entonces La Doctora, en situación de desacato, en lugar de brindar explicaciones, por no obedecer el dictado de la sentencia adversa, se siente en condiciones de reclamarlas. Explicaciones por la presencia, en el gobierno de Obama, de Nancy Soderberg, la funcionaria que pugna justamente por aplicarla (la sentencia).
Con habilidad, La Doctora aprovecha la figuración de la señora Soderberg para cambiar la pelota de arco. Y quedar, para la esfera local, como la acosadora. Nunca como la acosada.
Al cambiar el juego del arco, La Doctora supone que eclipsa, o por lo menos que atenúa, la virulencia de los datos adversos que proceden precisamente desde los Estados Unidos. Aluden a la admirable inmoralidad que arrastra su gobierno, desde los primeros años. De cuando regenteaba El Furia, el extinto que portaba la insaciable tendencia hacia pasión recaudatoria aquí muy tratada.

Cuento circular

Mientras el país se encuentra pendiente de las oscilaciones que marca el termómetro, y de los resultados de las tomografías que tal vez en persona le alcanza la señora Mariú, el cristinismo informado disfruta las claves de otra exitosa operación. Es de política-electoral.
La jugada contiene fuertes dosis de Valiums 40, destinada a tranquilizar a la oposición envuelta.
Es la instalación del cuento casi circular, como aquellos de Edgar Allan Poe. Orienta el camino más conveniente para los intereses obvios del oficialismo.
“La sociedad actual no admite oposiciones frontales”.
En el desarrollo del cuento, “la gente”, tratada en abstracto, toma a mal que el candidato opositor se oponga, con categórica firmeza, a los avances supuestos producidos por el oficialismo.
Este cuento de Poe carece de desperdicios. Llamativamente, los precandidatos a presidente recitan los atributos inspirados en teorías semejantes. Son excelentes opositores envueltos que vuelven a envolverse solos. Se empaquetan. Hasta quedar apretaditos, casi inofensivos, sin aire ni espacio.

La sospechada moderación

“En las encuestas aparece que, lo que quiere la sociedad, es que se corrija lo que se hace mal, y que se imite, o se mejore, aquello que se hace bien”, confirma la Garganta.
Significa aceptar que aquí se estimula la idea del cambio que no cambia nada. Un pepino. Siempre dentro de la sensata moderación. La que impone una amable continuidad. Sin rupturas. Las tan temidas rupturas.
“Ocurre que la sociedad no acepta una oposición total y frontal”, sugiere otra Garganta.
Sostenida, en otro relato, por los consejos precipitadamente equivocados de los consultores caros, en general extranjeros. Con su amabilidad democrática, les provocan a los precandidatos a la sucesión un perjuicio superior al que producen los otros inocentes extranjeros. Los que irritan primariamente a Sergio Berni, El Licenciado Serial. Hasta desbordarlo.

Si los postulantes a la sucesión se ponen como gansos, para que se les transmita una trivialidad semejante, el cristinismo merecería quedarse. Recaudar hasta la eternidad, llevárselos puestos como a una media. Ya que los opositores envueltos entran en su juego y deciden no encarar la oposición categórica y frontal. Creen que la sociedad no lo digiere.
Es decir, se supone que la sociedad no acepta, en apariencia, aquello que en el fondo no existe.
La suavidad opositora legitima, precisamente, que el lugar de la oposición real lo ocupen los medios de comunicación. Los que el gobierno declara, preferiblemente, como sus enemigos.
Legitima también que la agenda política del periodismo, anclado en el lugar del adversario, se encuentre infinitamente más radicalizada que la agenda del opositor amablemente envuelto. El que ampara la docilidad conceptual en la inconveniencia del enfrentamiento. Lo recomiendan los consultores que cultivan el negocio redituable de la moderación y la sensatez.

Sin embargo, en nuestra evaluación, son cada vez más gravitantes los sectores de la sociedad que reclaman mayor consistencia argumental para la confrontación. Coinciden con la agenda que marcan los medios, que están para la crítica y no para la pelea electoral.
Pero por la tibieza elemental de los opositores se consolida la tranquilidad de un gobierno que ejecuta el poder y pasa a la ofensiva. Con lo que tiene, que no es poco.

La cinta de Lázaro

“De la cinta de Lázaro, por ejemplo, o de la cinta de los negocios, puede tirar Clarín, Nación, o acaso el AsísDigital. Por distintos motivos, de esa cinta no pueden tirar los adversarios principales”.

Abundan infinitas cintas de los distintos Lázaros que los opositores oficializados no se atreven a explotar. Como si la sociedad se hubiera resignado a convivir con la rutina del despojo. Y la peste de moralidad, la epidemia de transparencia que se anuncia, se limite a ser apenas una ocurrencia ingeniosa del portal. Ampliaremos.

De manera que las variables de la continuidad aseguran que aquí nadie va a encarar la ruptura tan temida.

Se explica entonces que, ante tanta cordialidad ambiental, aparezca Scioli, de pronto, sobreviviente de cien tragedias e inundaciones, como el precandidato más aventajado. Aunque La Doctora lo deteste, y aún nadie tenga la certeza que lo vaya a apoyar.

A través de la ideología optimista del vitalismo, con el positivismo inagotable del aire y del sol, y con la actitud de “ir siempre para adelante con fe y esperanzas”, El Milagro-Scioli aparece hoy -pese a los deseos de La Doctora- como la carátula instrumental más eficaz. Anticipo de la caravana de réprobos que se disponen, afanosamente, a quedarse. A entregarse a la utopía insólita de permanecer. Con la sospecha que, con semejantes valores en pugna, sus desastres seriales tienen destino de olvido. Así que perfectamente pueden ilusionarse con ganar en la primera vuelta. Para ir, en adelante, por todo.

Por los restos del país que dilata su interminable ciclo descendente.

La Argentina vuelve a ser negocio

por Bernardo Maldonado-Kohen

El nombre del Fondo de Inversión, por ahora, se mantiene en reserva. Basta con consignar que arrancan a partir de diciembre con mil millones de dólares disponibles para la Argentina. A los efectos de invertir en distintos rubros. Cuentan con siete mil para la región, y sus responsables mantienen acceso a los otros cuarenta mil millones. Globales.
Cuentan, por supuesto, con los perfiles completos de los tres protagonistas de la miniserie que consagra el Portal (que siguen). Tomografías informativas de Daniel, Mauricio y Sergio. Son los tres que coparon el centro de la pantalla.
Aunque al decirlo se enoje Randazzo y sostenga, como De la Sota, que los tres protagonistas son los candidatos que imponen los grandes medios.

Con dos de los tres héroes, según nuestras fuentes, el operador del Fondo ya entró en contacto. Consta que una vanguardia instrumental, de los pragmáticos inversores de referencia, se encuentra en Buenos Aires. Al cierre del despacho es probable que se produzca el regreso de la avanzada hacia Nueva York. Para volver hacia mediados de noviembre. Medialuneros abstenerse.

En la evaluación, sus responsables no dudan de la previsibilidad que transmiten las tipologías estudiadas de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, o de Sergio Massa, El titular de La Franja de Massa, Renovador de la Permanencia.
Les intriga, en cambio, hasta la vacilación, el escenario político y económico que se presente si el ganador es Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Al que conocen, casi tanto como a Sergio Massa.
Aceptan, en el plano personal, que Daniel les genera una total confianza. Como si les garantizara cierta responsabilidad. Pero indagan inquietos sobre el poder de decisión que conservaría, en ese caso, La Doctora (“como la llaman ustedes”).
En otras palabras, los fondistas quieren saber con anticipación lo que descuentan que nadie les puede asegurar.
En definitiva, está latente la sospecha de asistir a las vísperas de una imitación del recetario ruso. Como si Scioli, con su positivismo vitalista, representara una versión argentina de Dmitri Medvédev. Para que La Doctora se reserve el rol de Vladimir Putin, y continuar con el ejercicio inalterable e imprevisible del poder.
El tema merece un informe de Consultora Oximoron. En una cultura fuertemente presidencialista, donde el presidente maneja las claves esenciales. Aunque La Doctora imponga desde el vicepresidente hasta los ministros o los diputados, las secretarias y hasta los choferes.

Los fondistas descuentan, también, que Scioli puede ser el próximo presidente sólo si gana en la primera vuelta. Significa confirmar que el airesolista tiene, en adelante, una tarea imposible. Superar la frontera de los 40 puntos y que el segundo no llegue a los 30.
Más que una hazaña, en términos de hoy sería una utopía. Porque en la segunda vuelta Scioli pierde con cualquiera de los dos. Macri o Massa.
Sondean además sobre la presunta preferencia de La Doctora por tenerlo de sucesor a Macri. Una variante aquí bastante tratada, sin tomarla en serio.
Si el ganador resulta Macri será por exclusiva voluntad de la sociedad. Nunca por el deseo de La Doctora. Sería como adherir al gastado lugar común que indica que De la Rúa fue presidente porque lo prefirió Menem.

Elefantes inadvertidos

Sorprende, pero a esta altura no debe llamar la atención, el conocimiento minucioso, detallado y medular, que los fondistas mantienen sobre la actualidad doméstica. Se explica con superior claridad cuando entre los inversores externos se mezcla un invariable argentino informado. Tan osado como experto. Con experiencia y menor de 50 años. Carteras propias de clientes y rebosantes de contactos.
Los fondistas descuentan que el conflicto con los buitres se va a arreglar, a más tardar en enero. Pese a la dilatada siesta de la mala praxis, y a los réditos del antimperialismo bipolar. Se les va a comprar la sentencia a los buitreros de Singer por 1.600 millones de dólares, y habrá que asumir el costo político. Aunque luzca como una capitulación poco elegante. Sin el cuidado estricto por el relato, según la gilipolleada planteada por el señor Vanoli. Fue durante su desborde oral, registrado en la reunión divulgada por el JP Morgan, a la que el funcionario asistió por sus ganas de estar cerca de los astros. Lo que suele describirse como un “cholulo”.
Imaginan que La Doctora ya sabe que, si no se arregla con los buitres, no va a llegar a ninguna parte. Aparte teme que la compliquen aún más los trascendidos sobre las derivaciones de la pasión recaudatoria del Extinto, que culminaron en las travesuras adolescentes de Lázaro, El Resucitado. Indujeron a La Doctora a la faena de rebajarse ante Ricardo Echegaray, El Intocable de la AFIP, con una firmeza que instruía aunque ocultaba la desesperación. Para pedirle (ordenarle) a Echegaray que saliera al ruedo enemigo de la prensa. Con el objetivo de equiparar los vicios de El Resucitado con otros mil empresarios que se encuentran en las mismas condiciones por utilizar facturas falsas.
Para que pase inadvertido un elefante en la calle Florida, La Doctora optó por llenar la peatonal de elefantes. Y para que Echegaray, como al pasar, desmienta que La Doctora es socia de Lázaro. Sin percatarse que a los medios le iba a interesar mucho más esa oración que los miles de elefantes.

El muñeco Kicillof

Para colmo, por su conocimiento de la Argentina, los fondistas se permiten la transgresión de corregirnos.
Fue respecto a la publicación de “Axel, el volteador de muñecos”. Texto que los fondistas elogian, aunque lo consideran incompleto. Porque argumentan que falta un dato esencial.
Que el muñeco volteador, Axel, fue volteado por La Doctora.
Al incitarlo a demoler el acuerdo que los banqueros habían alcanzado con los buitres. Lo que La Doctora demolió fue la oculta ambición presidencial que movilizaba a Kicillof.
Aseguran que Axel, en el estudio de Gottlieb-Cleary (los abogados que representan a la Argentina) se mostraba eufórico con la magnitud del arreglo. Con los ojos brillantes se ilusionaba como un bolche sensible, con su retorno triunfal a Buenos Aires. Con la resolución del conflicto de los buitres en la mano, para ofrendárselo a La Doctora. A los efectos de sumar la solución eficaz al catastrófico acuerdo con Repsol, que posibilita la construcción de un monumento a Bruffau en la Plaza Cibeles. Y al vergonzoso acuerdo con el Club de París, donde le encajaron punitorios hasta por la aorta y se comprometió a pagar dos mil novecientos millones de más. Apenas restaba, a su vuelta, la consagración de Axel como candidato presidencial.

“Creyeron que La Doctora demolió el acuerdo para evitar la idea del Jorge Brito victorioso y salvador. No. Lo que La Doctora no toleraba era precisamente la imagen del Kicillof triunfal. Victorioso y salvador. Y lo bajó a la tierra con un arrebato”.
Al demoler el muñeco Kicillof ,que se ufanaba en Nueva York, es cuando se adquiere mayor solidez la resignación de acordar con Scioli, y convertirlo en el próximo Medvédev. Entonces el acuerdo no se decidió en Roma, en el almuerzo de contención espiritual con San Borocotó.
Un Scioli, absolutamente entregado y sin fichas, es, en el fondo, mucho más manejable y conveniente que un agigantado Kicillof, que cubría la mayor parte de los casilleros con tropa propia. Al servicio, siempre transitorio, de La Doctora. La Muñeca Brava que decidía, en otro arrebato, voltear a Kicillof. Como volteó el acuerdo con los buitres para ingresar, a “conciencia pura”, en el descenso del default, sin calcular la onda expansiva que se le venía en la cabeza con el discovery. Con la acumulación de datos de tanta pasión recaudatoria que signa las actuales decisiones de estadista, aferrada a la corrupción de Estado, en el plano doméstico y en el internacional.
Pero los fondistas, a pesar de todo, se disponen a ponerla. La Argentina mediata vuelve a ser negocio. Y si el obstáculo de La Doctora se resuelve, se asiste al renacimiento del clima de inversiones.
Una ensoñación, acaso, de los neo-liberales. Conspiradores, “papagayos de la ortodoxia”, que se aferran a la viabilidad. Que confían, a pesar de las turbulencias que vienen con el desastre, por cualquiera de los tres que están en el centro hegemónico de la pantalla. Incluso con Scioli, El Medvédev.

Por la pasión recaudatoria

El pasado sistema de acumulación signa la política y la geopolítica.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari

Introducción
Dinámica de “Intratables”

“Los triunfadores que aquí quieran decir Ni Vencedores ni Vencidos están fritos”, confirma la Garganta.
Acecha el riesgo de la venganza.
En cuanto el cristinismo cese, los vengadores no se detendrán hasta “exponer los zapatos y las carteras de la Presidenta”.
(Los vengadores ya ni siquiera soportan su voz).
Trátase de un excelente estímulo para luchar. Resistir y permanecer. En defensa propia. Deben mantenerse las cuotas de poder que aseguren la tranquila capacidad ambulatoria.

Para Oximoron, el peor de los productos del cristinismo es el anticristinismo ciego. El que se opone sin la menor contemplación.
Es tan peligroso y equivocado como el cristinismo negacionista. El que no asimila la mínima crítica. Y contraataca con descalificaciones globales. Mientras avanza entre los papelones, con el escudo protector de la soberbia.
Ambas radicalizaciones -para Oximoron- se retroalimentan. Hasta alejarse del tratamiento racional.
Signan las claves patológicas del país que presenta el diálogo imposibilitado y ausente.

Ocurre que se impuso la dinámica televisiva de “Intratables”.
Exitosa invención de la creativa productora Liliana Parodi. Impone, en América tv, la ficción del debate. Un intercambio oral que se funde -y confunde- con la mera confrontación.
Tratar un tema nunca implica debatirlo.
La ficción culmina habitualmente entre los griteríos que Santiago del Moro trata de atenuar. No se entiende nada pero se refleja, con rigurosa claridad, el desconcierto del momento político que transcurre. Y se soporta.
Nadie emerge como vencedor en el país de los Intratables. Pero se logra el objetivo de neutralizar al que juega, en el show, el rol del adversario.
El esquema “Intratables” fue adoptado, acaso a su pesar, por el sobrio conductor Gustavo Sylvestre. El que también se jacta -como Del Moro- de “dar lugar a todas las voces”. A través de una metodología que Luis Majul también trafica, desde hace más de un lustro.
Tal vez Oximoron deba encarar, al respecto, un informe especial. Prometido.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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1.- Las partes del todo

“Tienen todo”, confirma otra Garganta. ¿Quiénes tienen todo?
Robert Cohen, un “boga”. Y sobre todo Jay Newman.
Es Jay otro “boga”, pilar decisivo de Paul Singer, El Buitrero Mayor del Fondo NML.
Cabe consignar, en principio, que a don Singer lo único que le interesa, de la Argentina, es cobrar. No lo moviliza la menor fascinación imperialista. Ningún atisbo de índole moral.
Néstor Kirchner, El (extinto) Furia, era el único que podía haberse entendido bien con Singer. Conocedor del mismo lenguaje práctico. Lástima.

Trasciende que Los Buitreros se jactan de conocer, con los detalles más inquietantes, las partes sustanciales que de ningún modo conforman el todo.
Porque el Todo es, según nuestras fuentes, mucho más amplio. Diversificado, extendido, complejo.
Pero con las partes del todo que tienen los Buitreros es suficiente para apretar. Como si el gobierno argentino fuera apenas una naranja.
Claro que extorsionan, por supuesto. ¡Vaya novedad! Pero extorsionan a quienes están seguros de encontrar en falta. Con las colas sucias.

2.- Cuentapropismo y centralidad

Con El Furia no existía el cuentapropismo. Después de todo era un atributo que hoy debiera valorarse.
El sistema de acumulación lubricaba con armónica brutalidad. Nadie podía comerse una aceituna que no le correspondiera, sin su consentimiento.
La pasión recaudatoria existía, pero estaba centralizada. El comercio era mayorista. No para cualquiera. En el desorden de la retirada es bastante más fácil.

Es precisamente la consecuencia de aquella pasión, insaciablemente inagotable, la que signa la desdichada actualidad política.
Ya no sólo en el ámbito nacional, donde los antiguos excesos se mantienen relativamente controlados. A resguardo, merced a la mayoría parlamentaria. Y a la instrumentación de los jueces adictos, que padecen, según nuestras fuentes, síntomas prematuros de culposidad. Por las operaciones perceptibles, por lo que trasciende, entre los alrededores de las familias. Se trabaja sobre los hijos, los amigos, el circuito social.
“¿Hasta cuándo vas a jugar tu prestigio por quienes se la llevaron?”. “Pensá en los que deben cargar con tu apellido”.

La pasada pasión recaudatoria signa, también, el desplazamiento en el plano internacional. El precipitado giro hacia la esfera de Rusia y China, que se acentúa a través de los conocimientos medulares que brotan, desesperadamente, desde Estados Unidos.

3.- Muñeca Brava

El antimperialismo bipolar coincide con la honda necesidad de combatir las tormentas que admite el “discovery”.
Es, en definitiva, otra consecuencia de la larga siesta de la mala praxis.
Por la incompetencia indolente y descuidada de Carlos Zannini, El Cenador, estratega imaginario. Y por el amateurismo, en materia de gestión, que suele caracterizar a la banda copadora de Axel Kicillof, El Gótico.
El Volteador de Muñecos pero sólo después de haber volteado intelectualmente a La Doctora. La muñeca brava.

La carencia de profesionalismo, para los seguimientos temáticos, de los improvisados, condujo a la Argentina hacia el descenso del default (que el “negacionismo” niega). Y hacia la atrocidad del desacato (que se minimiza).
Causas de la ansiedad con que Argentina se dirige hacia la sabiduría milenaria de China. O hacia a la tradicional intolerancia de Rusia.
La habilitación del discovery es infinitamente más perjudicial que el sobreactuado efecto de aquella nostálgica Cláusula Rufo.
Es por el atributo del discovery que Los Buitreros indagan, con espantosa facilidad, entre las cuentas abundantes de las empresas truchas que se descubren.

4.- Los caminos de Lázaro

Son las ramificaciones dispares del máximo colaboracionista de la pasión recaudatoria estudiada. Lázaro, El Resucitado.
Decir Lázaro significa aludir a El Furia. Por cuestiones sucesorias, significa también aludir a La Doctora. La Muñeca Brava que se encierra sola en la trampera del “dilema sustancial”. El que Francisco, San Borocotó, no puede confortar. Ni resolver. Apenas puede contenerla.
En el primer tramo, con admirable destreza, La Doctora supo manejar la herencia política del extinto. Pero nunca logró acertar en el manejo de la herencia económica. De ninguna manera atañe a los lineamientos encarados por los instrumentales ministros de Economía. Responsables, en gran parte, de la siesta dilatada.
Aquí se alude a la herencia acumulada por la pasión recaudatoria. A las multiplicadas ceremonias monótonas, casi mecánicas, de años de amontonamiento espiritual.
Deriva en una cuestión estructural de Estado. Que arrastra a La Doctora y -sobre todo- a “los chicos”. A quienes se les dio mucho más poder que protección. Con dedos pegoteados de membrillo, que Los Buitreros se disponen a utilizar cada tanto.
La patología hoy marca la estrategia geopolítica del país. Y sobre todo el diseño de la estrategia judicial, instrumentada a través de los jueces sólo temporariamente adictos. Los que tal vez no se comprometan, en el fondo, según nuestras fuentes, en ofrendar sus carreras por los excesos de la recaudación idílica. Gestada en años de metodológica impunidad, y cuando ni siquiera acechaba el furor amenazante de los vengadores.

Hacia otro 14 de junio

De la mano de La Doctora, El Cenador y El Gótico

 

“…el 14 de junio de 1982 cuando el gobernador argentino, el ex general Mario Benjamín Menéndez, se rindió ante el jefe de las ‘Task Force’, Jeremy Moore”. Del Fuego/ noticias

 

Tío Plinio querido,

“Patria o Buitres no es sólo una consigna”, dijo La Doctora.

Tiene razón. Es una trampa para captar incautos. Para tergiversar el fracaso y transformarlo en otra epopeya. Una derrota venerable y heroica.

El cristinismo, tío Plinio querido, suele aplicar, con bastante suceso, la metodología envolvente.

Y en el ocaso acaba de producir su envoltorio superior. Para envolver a quien lo impugne. Hasta convertirlo en un opositor envuelto.

Para no ser calificados de buitres, o de vulgares vendepatrias, lo que corresponde a los críticos envueltos es callarse. Y otorgar. Ceder el campo libre de la argumentación. Para que prosperen los delirios.

Los paquetes que arma el cristinismo carecen entonces de desperdicios. Útiles para estrellar al país sin contemplaciones pero con énfasis. Con rigurosa tranquilidad. Sin resistencias ni reticencias. Contra el paredón del sentido común. De la sensatez más elemental.

 

Machu Pichu

 

No obstante la Argentina, tío Plinio querido, tiene perspectivas favorables. Porque La Doctora se va. Tiene fecha de vencimiento.

Expira, a más tardar, en diciembre de 2015. Falta aún un trecho demencial de estancamiento.

Aguardan alrededor de 150 discursos más. Con aprietes a selectivos fantasmas y con victimizaciones sobreactuadas, ante la magnífica euforia de los “pibes para la liberación”. A un promedio de dos o tres discursos por semana.

Es un retroceso de quince dilatados meses, salpicados de diversos frentes de tormenta. Con la mishiadura de la recesión que se niega. Con la inflación que galopa. Mientras los terroristas irresponsables, buitres de afuera o de adentro, agitan el índice de desempleo.

De todos modos, merced a la patología imperante, hay quien se abusa de la mansedumbre eventual del opositor envuelto.

Hay quien advierte que la confrontación contra los providenciales buitres, tío Plinio querido, es altamente redituable. Tanto, que podría facilitarles la utopía de quedarse.

Por la convicción y la tenacidad, los cristinistas resultan admirables. Van siempre para adelante. Contra el imperio de los buitres o por otra ley de abastecimiento. Aceleran siempre, así tengan por enfrente al foso.

Se las ingenian para extraer beneficios hasta del propio fracaso.

“Piedra en la piedra, y el hombre ¿dónde estuvo?”, pregunta Pablo Neruda, en Las alturas del Machu Pichu.

Error en el error, y el peronismo ¿dónde estuvo?

El peronismo vegetal hoy sepulta transitoriamente su historia. Es una hiedra que se aferra a los desplantes de La Doctora. Con la instrumentación de Kicillof, El Gótico. Y con la falta de estrategia que se le atribuye a Zannini, El Cenador.

El grotesco ya adquiere derivaciones alarmantes. Requieren más del servicio de la medicina clínica que de la psicología. Lo que nada tiene que hacer aquí es la ciencia política.

En Paraguay, por ejemplo, La Doctora se atrevió a decir que “el problema no es sólo de la Argentina, es un problema del mundo contemporáneo”.

¿No será mucho? Cuando La Doctora se manda no tiene el menor freno inhibitorio.

Al globalizar tanto la derrota, lo que se globaliza es la magnitud del ridículo. Y el mundo contemporáneo se nos c… de risa. Se da vuelta por respeto, para reírse mejor.

 

Maldito Ferembach

 

La “malvinización”, como concepto, se encuentra, tío Plinio querido, dolorosamente banalizado. Duele aceptarlo.

Por formación y educación, usted también fue malvinero. Se lo evoca pendiente de las informaciones que transmitía el pobre patriota José Gómez Fuentes.

Creyó en aquellas apelaciones emotivamente románticas, que condujeron hacia el terrible 14 de junio de 1982.

Acuérdese, el Papa Juan Pablo Segundo bendecía al pueblo compungido por las calles de Buenos Aires, mientras en las islas mataban y desalojaban a los soldados.

Al malvinizar la cuestión administrativa de los buitres, que fue manejada con escandalosa improvisación y frivolidad, la Argentina del 2014 construye, tío Plinio querido, su propio 14 de junio.

De la mano de La Doctora, del Cenador y del Gótico.

La decisión de defecarse olímpicamente en la sentencia del juez Griesa ya se percibe con claridad meridiana.

Ahora, a la reconocida mala praxis, a la impericia y la dilación, debe agregarse la ostensible mala fe. La tendencia hacia el desacato frontal es explícita.

Pero en Nevada emerge Cam Ferembach. Es otro juez que transforma a Griesa, comparativamente, en un anciano venerable. Un abuelito dulce que reprende con dureza la rebeldía nacional.

En su impulso destituyente, impulsado con seguridad por los terroristas de la imprenta Donnelley, y tal vez estimulado por los sobres de Paul Singer, el maldito Ferembach viene a entrometerse en aspectos vinculados a la entrañable corrupción nacional y popular.

El malvado Ferembach pretende indagar en la centena de empresas que se le atribuyen a Lázaro, El Resucitado.

Justamente en la plenitud de la etapa lazarista del cristinismo. Cuando se multiplican los bolsones ocultos en las sombras y se alude a la prosperidad trunca de La Rosadita.

Con el emblema del capitalismo triunfal que vino desde el sur. Arrancó con Austral Construcciones, por pura casualidad histórica, entre mayo y junio de 2003.

Después que Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas) cometiera el invalorable acierto histórico de optar, cuando revoleaba el poder, por Néstor, El Furia.

Entonces es Ferembach quien avanza, desde Nevada, en los asuntos recaudatorios que supo manosear el fiscal Campagnoli.

Es otro problema que cuesta atribuírselo “al mundo contemporáneo”. Es espantosamente local, un dilema apenas familiar.

Una profanación del sistema jurídico del imperio que se lanza a manosear la verdadera esencia cultural del kirchnerismo.

 

Final con Serpientes y Chanchos

 

Dígale a tía Edelma que la relación política de La Doctora con El Gótico, según Medea, va a terminar astrológicamente mal.

Tan mal como la que terminó La Doctora con Alberto Fernández, El Poeta Impopular.

A la larga, como la tía Edelma y la Otilia lo saben, una Serpiente como La Doctora (o como Máximo) siempre concluye, con el antagónico Chancho, a los desprecios limpios.

Acuérdese que El Poeta Impopular es un Chancho de Tierra. Enternece el pobrecito cuando exhibe su dramático desconsuelo por los canales de cable.

Y dígale a tía Edelma que, para su evaluación, tenga presente que El Gótico es un Chanchito de Metal.

Que según Medea a veces atrae el encanto de lo opuesto. Aunque se termine, generalmente, para el demonio.

Sea dicho aunque la Otilia -siempre fatal- tenga pesadillas después que se aluda a Satán.

¿Quién le teme al Clavel Inerte?

“Con la que aquí se llevaron por Ciccone no lo van a entregar”.

escribe Carolina Mantegari

A Amado Boudou, El Descuidista, se le teme. Es el hombre que sabe demasiado.
Cabe la pregunta. ¿Quién le teme a Boudou? Como si fuera la Virginia Woolf del drama de Edward Albee.
En este drama más doméstico, casi naturalista, las alternativas son unánimemente horribles.
Conste que La Doctora lo designó a Boudou, como compañero de fórmula, por un atributo doble (al margen de la guitarrita y del pelo al viento con la motocicleta).
Primero, fue por su debilidad política. Segundo, fue por no ser un jefe del peronismo.
Cometido el error, y asumido el papelón, La Doctora siente que no puede entregarlo.
Si lo entrega, supone que vendrán inmediatamente por Lázaro, El Resucitado. Hombre muy deprimido, al borde de la cesación de pagos (como el país). Planifica trasladarse desde Santa Cruz hacia el Chaco y quiso, según nuestras fuentes, enviar alguna moneda bastante considerable al Paraguay. Pero el presidente Cartes -como “la chica de al lado” del baión- dijo que no. Y eso que intercedió un misionero actualmente importante. Ampliaremos si viene al caso.
Decir Lázaro es una manera indirecta de aludir a Máximo, En El Nombre del Hijo. A quien le dieron un irresponsable poder, y en simultáneo desprotegieron.
Pero también poner a Lázaro en el primer plano, que largamente merece, es trazar una bisectriz para aludir a La Doctora misma.
Por la incalculable herencia económica dejada por El Furia. Y que no se supo, ni se pudo, manejar. Conste que no se trata de ningún reproche. Por lealtad elemental, la transparencia aquí no debía existir.
Lo reprochable, en cierto modo, es la tergiversación. El intento explícito de canonizar a El Furia como si fuera el Eternauta que ofrendó su vida por la felicidad del pueblo.
¿Quién le teme al Clavel Inerte? A esta altura, con la información que abunda, y con los multiplicados bolsos migrantes y ocultos, “sanmartinizar” a El Furia constituye una ofensa elemental a la inteligencia del argentino medio.

El optimismo es un pecado perdonable

“Con la que aquí se llevaron, a Amado no se lo van a llevar puesto por la tontería de Ciccone”, confirma la Garganta.
El efecto comparativo reduce el escándalo Ciccone a la magnitud de una propina. Caja de empleados.

Pero si La Doctora no lo entrega a Boudou el problema se le agrava. Se obstaculiza el demencial objetivo de continuidad. Aunque si pudieron ganar en 2011 con el contrapeso de Schoklender, perfectamente pueden arriesgarse al contrapeso de El Descuidista. Y mientras los palos vayan convenientemente para Boudou se postergan los palos para Lázaro.
Aunque parezca poesía, La Doctora planifica persistir en el poder. El cristinismo no se entrega.
Creen que le ganan, en primera vuelta, a cualquiera. Pero que también pierden en segunda vuelta con cualquiera.
Pero el optimismo es un pecado perdonable. Por lo tanto suponen que vale la pena dar la batalla.
Tiene encuestas de consultoras amigas que le aseguran contar con el favor del 30% del electorado.
Entonces el candidato preferido de su escuadra va a ser aquel que garantice contener mejor el 30. Y que se las ingenie para armar alguna política de alianzas que le permita abrochar el 40.
Se reitera aquí el escenario de 2003. Ganador será aquel que, en primera vuelta, salga segundo.
Como Néstor Kirchner, con el miserable 22%, en la elección que perdió con Menem, el ganador derrotado.

Los cautivos

En cualquier escenario, Boudou es un Clavel Inerte.
Traba a la colección de invierno de los postulantes que La Doctora impulsa, y que complementan la acción programada de esmerilar a Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol.
Ninguno de ellos aún aparece en pantalla, donde figuran, lo más campantes, Mauricio, Sergio y Daniel. Los protagonistas de la consagrada miniserie.
Se precipita Sergio Urribarri, El Padre del Marcador, para colarse en la foto.
Con tal de ser ungido por La Doctora, Urribarri se atreve a cargarse, en la campaña, hasta al propio Boudou. A babucha.
Otro afectado sustancial, que pugna por meterse de perfil en la foto, es Florencio Randazzo, El Loco de la Florería, enemigo íntimo de El Descuidista.
Crece Randazzo entre el universo cerrado de los funcionarios. Y se convence, en pleno esmeril, que en la interna del cristinismo le gana a Scioli.
Al que aún no toma nadie con seriedad es a Rossi, El Soldadito de Milani. Aunque se ponga detrás de un árbol, no tiene posibilidades de aparecer en pantalla.
No es el caso del meritorio Domínguez, El Lindo Julián. Ambicioso que sugiere que “no es tiempo de candidaturas”, mientras el ingenio de Pepe Albistur, su sostén principal, colma Buenos Aires con los afiches inspirados. Como el “no pasa naranja”. Esmeril -cuando no- a Scioli.
Pronto El Clavel Inerte podrá ser también probablemente una carga electoral para Axel Kícillof, El Gótico.
Después que Axel acuerde, en el minuto final, a los billetazos limpios, con Los Buitreros. En su heroica condición de “negociador”, habituado a pagar siempre mucho más de lo que corresponde.

De todos modos, tampoco El Descuidista “está dispuesto a rendirse”. En esta actitud sintoniza con La Doctora.
Aunque no pueda posar su gruesa sentadera en la presidencia del Senado.
“Quiere dar la pelea hasta el final”, confirma la Garganta.
En el descenso, la debilidad se le convirtió en fuerza.
El Descuidista mantiene cautiva a La Doctora, como si fuera la protagonista del “poema épico” de Esteban Echeverría.
También mantiene cautivos a los postulantes que aspiran a suceder a La Cautiva.
Se explica entonces que El Clavel Inerte apele, con insolencias límites, el procesamiento del Juez Lijo. Que se disponga a llegar hasta la Suprema Corte.

Colas sucias

Hasta el cierre del despacho, sólo el senador Pichetto, El Postergado Eterno, fue el único que se atrevió frontalmente a ponerle un freno. Abundan rostros distantes de disconformidad, rumores de desacuerdo, las condenas. Las invocaciones al terrible error de La Doctora. Pero nadie se arriesga a exigir la tarjeta roja.

En el cristinismo predominan colas sucias que huelen mal. El temor fluye entre los despachos.
Hoy Boudou es la estampilla indeseable. Como lo definió el Portal, es un Clavel Inerte.
El pícaro ascendente de Mar del Plata, que políticamente cautivó a la veterana de Tolosa, ya nada tiene para perder. La libertad, apenas, pero en el largo plazo. Aunque, en cierto modo, ya este preso. No puede ir a Happening, al Duhau. Ni siquiera puede caminar por el barrio bajo de Puerto Madero.
“En su estado, que duerma, es un mérito”, confirma un transgresor del peronismo. Al que “por bandido” -y sólo “por bandido con temple”- Boudou comienza a parecerle casi simpático.
El Clavel Inerte es el peligro oculto. Se refugia en el aguantadero que no puede presidir.
Resiste las 335 fojas del juez Lijo mientras aguarda la estocada crucial del juez Bonadío. El primero -Lijo- lo cruza por corrupto. El segundo -Bonadío- es peor. Lo cruza por trucho.

La fantasía del BRICSA

La Doctora intenta seducir a Putin y a Xi Jinping mientras choca con la reticencia de Dilma

escribe Bernardo Maldonado-Kohen
Primero fueron los BRIC. Brasil, Rusia, India y China.
Con el advenimiento de Sudáfrica pasaron a ser los BRICS.
Hoy La Doctora estimula la fantasía de transformar el BRICS en BRICSA.

En vísperas de la zozobra del default, con la institucionalidad quebrantada por el procesamiento judicial del vicepresidente, La Doctora aspira saludablemente a recuperarse.
A retomar la iniciativa. Con la base de hierro de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora, la estrategia que le diseña Zannini, El Cenador, e instrumenta el ministro estrella, Axel Kícillof, El Gótico.

Ahora se apuesta por la fantasía de incorporar a la Argentina al bloque de los BRICS. Los grandes “países emergentes” que avanzan, desde 2008, en la gestación del nuevo polo de poder. Que se diferencie, en la práctica (ya no sólo en la retórica) del poder gastado que controlan Estados Unidos y algunos fuertes países de la Unión Europea.
Los BRICS celebran su VI Cumbre en Fortaleza, Brasil, el 15 y 16 de julio. Dos días después de concluido el Mundial de fútbol.

La salvación geopolítica

Podría facilitarse el camino de la salvación geopolítica a través de la interesada amabilidad de Vladimir Putin. Es el zar contemporáneo de Rusia, que llega a la Argentina justo un día antes del partido final. Por diez o doce horas.
O a través de Xi Jinping, el chino competidor íntimo de Putin, que llegará después de los discursos de Fortaleza.
Podrá aplaudirlos La Doctora. Se encuentra invitada, acaso a su pesar, por la señora Dilma. Junto a la colección de invierno de los presidentes de países que componen el invento de Unasur.
La Garganta sostiene que los otros “países hermanos” ligaron la invitación a Fortaleza merced al sobreactuado comportamiento de la Argentina. Es que aquí se festejó el amague de convocatoria de Putin, como si invitaran directamente a adherirse a la congregación.
La salvación geopolítica viene entonces, prioritariamente, por el lado de Rusia. Impulsada, semanas atrás, en Moscú, por el canciller Timerman, junto al canciller Lavrov.
Lo gravitante es que ambos líderes, Putin y Xi Jinping, marcarán separada presencia en la regalada Buenos Aires. Donde sobrevive un gobierno debilitado que necesita anuncios. Aunque sean hipotéticos. Como también necesita mostrar conexiones que quiebren la idea del aislamiento.

Contra Breton Woods

En Fortaleza, con las presencias al máximo nivel, los presidentes de los BRICS planifican avanzar con proyectos medulares. Ya fueron tratados en la reunión preparatoria de Moscú (ver “Los BRICS perforan el aislamiento de Irán”, cliquear), como en la anterior Cumbre de Durban.
Trátase de la creación del Banco de Fomento y de un Fondo de Reservas. Invenciones que comenzarían a funcionar en 2016. Con sede central – según el Financial Times- en Shanghai.
La creación del banco contiene el objetivo explícito de financiar proyectos de infraestructura (de aquí el entusiasmo de La Doctora).
En definitiva, los BRICS optan por crear riesgosos mecanismos de sustitución. Sobre todo para superar la decadencia del Fondo Monetario Internacional.
En su maniqueísmo, los críticos crípticos del “discurso único” consideran que el FMI está hegemonizado por los norteamericanos y los europeos líderes. Los que impusieron, según el criterio predominante en la gesta, el sistema financiero injusto, que se encuentra inspirado en los acuerdos de Breton Woods, surgidos de los resultados de la Segunda Guerra Mundial, que no registran el verdadero cuadro del poder actual.
Son acuerdos que, para China y Rusia, están anacrónicamente agotados. Sobre todo también para India y Brasil, dos gigantes que aspiran a elevarse, al extremo de reclamar la condición de miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Con la previsible reticencia de Japón y Pakistán, en el caso de India. Y con la reticencia de México y Argentina, en el caso de Brasil.
Aparte, en Fortaleza tratarán un punto aún más complejo. La creación de la moneda común de Los BRICS, que desafíe la hegemonía del dólar y del euro.

Diplomacia a la bartola

Tanto con Putin, como con Xi, La Doctora aspira a anunciar algunos acuerdos que le permitan recuperar la iniciativa. Para abandonar la idea instalada del gobierno estancado. En pleno retroceso, que se desangra entre los papelones judiciales del vicepresidente y el riesgo viable del default. Pero ya no por desidia, falta de credibilidad, improvisación patológica o simple mala praxis.
“Como consecuencia del sistema financiero injusto”. Es el verso que pregonan los apóstatas de la emergencia.
Es justamente aquí donde, para la diplomacia a la bartola de la Argentina, se enlaza el afán de seducción a los BRICS, con la incentivación de las condenas retóricamente chiquilinas en los foros multilaterales.
La jugada audaz del cristinismo intenta suplir la fragilidad del PBI (Producto Bruto Interno) con la sobreactuación político-ideológica, en ámbitos como la OEA o en la ONU.
Semejante adolescencia estratégica puede brindarle, a la Argentina, cierta espesura racional a la catastrófica opción de internacionalizar el conflicto con Los Buitreros. El litigio que debe resolverse en el despacho judicial, y no en los foros multilaterales con traducciones simultáneas en las “cinco lenguas de trabajo”..
Cuesta entender que la OEA, La ONU o El Grupo de los 77, en el despacho del juez Griesa cuenta con tanta influencia como algún pronunciamiento solidario de Médicos sin Fronteras, la Organización Mundial de la Salud o del Servicio Sacerdotal de Urgencia.

Putin y Xi

Al cierre del despacho, en la Unión Industrial Argentina se acelera, según nuestras fuentes, la redacción apurada de acuerdos cooperativos. De indispensable utilidad para componer alguna fotografía de La Doctora con Putin, para la posteridad indiferente. Trasciende, aparte, que alguna empresa rusa se muestra bastante interesada en la construcción de una central nuclear en Neuquén. Ampliaremos.
Con Xi Jinping, en cambio, acaso para consolidar la tristeza de Lázaro, El Resucitado, planifica La Doctora anunciar la definitiva construcción de las represas Condor Cliff y La Barrancosa. Rebautizadas, en la penúltima vuelta, como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.
El lacerado Lázaro Báez descontaba, según nuestras fuentes, que las represas iban a pertenecerle a su Austral Construcciones. Tiene decenas de máquinas a la intemperie, adquiridas para la ocasión, que se oxidan mientras El Resucitado se tutea con la cesación de pagos y planifica rajarse al Chaco.
Muerto Kirchner, El Furia, y desatado el escándalo de la marroquinería y La Rosadita, se impuso la superior concepción moral de Zannini. Entonces la última licitación signó el triunfo inapelable de Electroingeniería. Es la empresa cordobesa del santiagueño Acosta, y sobre todo de Gerardo Ferreira. Hoy asociada, para las represas, a Gezhouba, de China.
Al cierre de la crónica no se puede asegurar si don Xi Jinping dispondrá la financiación de los cinco a seis mil millones de dólares. O si renueva aquella ingenuidad del cuento chino de 2003, que signó la inexperiencia internacional de El Furia.
Al margen de los eventuales negocios que puedan encararse, lo que políticamente interesa a La Doctora es el apalancamiento de Rusia y de China. A los efectos de facilitar el ingreso a los BRICS. Y convertirlos en la fantasía de BRICSA.

Final con bolilla negra

Pero la primaria ambición lícitamente choca, según nuestras fuentes, con el sutil obstáculo de la presidente Dilma. De su bolilla diplomáticamente negra, puesta con una sonrisa y un abrazo.
El gobierno de Brasil se encuentra escasamente interesado -según la Garganta- en tener como asociado, ahora también en una liga superior, al vecino que se muestra reticente a la idea de rendirse. Para colmo se supone e n condiciones de ofrecerle una cierta competencia, ya no sólo futbolística.
En materia de BRICS, La Doctora es diluida por Dilma entre la ficción oral de la Unasur. Por lo tanto es factible que su faringitis registre alguna recaída que le impida desplazarse hacia Fortaleza.
Para Dilma, La Doctora es una vecina más. Del montón. Equiparable, apenas, a Nicolás Maduro. Con quien La Doctora tiene, a propósito, demasiados puntos en común. Sobre todo la condición compartida de ser dos sucesores de líderes que les dejaron, como herencias, dos patéticos desastres.
Desperdicios históricos imposibles de domar.