Urbi et orbi

“Yo aquí hago de Padre Eterno. Los bendigo a todos Urbi et Orbi. Recibo a todos. A algunos que me gustaría darles una patada tengo que abrazarlos”. La frase, palabras más o menos fue repetida infinidad de veces en entrevistas y cartas con colaboradores por Juan Domingo Perón.

Quizás allí resida en parte el secreto del arte de la conducción en el peronismo, un movimiento que siempre -aún cuando la derecha argentina lo ha considerado en no pocas oportunidades como revolucionario y subversivo- ha sido policlasista, reformista, federal e integrador de intereses de sectores empresarios y de trabajadores.

De más está decir que con esa dinámica en mente, Perón se mantuvo hasta el último minuto de su vida al frente del movimiento político que fundó, si bien no estuvo exento de vaivenes y hasta de agrios momentos en que distintos sectores -Augusto Timoteo Vandor alguna vez, las “formaciones especiales” juveniles en otras ocasiones- coquetearon con la idea de desafiar su liderazgo.

Si vamos más aquí en el tiempo, la presidenta Cristina Kirchner lidera al oficialismo y, por lo que se ve hasta el momento, parece escuchar el eco de las palabras del General. Por un lado, se mostró durante el último mes en varias ocasiones con dos de los principales precandidatos de su partido, el gobernador Daniel Scioli y el ministro Florencio Randazzo. Ambos, así como los restantes precandidatos del Frente para la Victoria, dependen de un buen desempeño del Gobierno nacional hasta el último minuto del actual mandato, como precondición para tener buenas chances en los comicios de octubre.

La jefa de Estado no hace guiños por el momento ni hacia uno ni hacia otro lado e incluso la Casa Rosada salió a poner “paños fríos” en la disputa interna, cuando desde las trincheras sciolistas y randazzistas las críticas cruzadas se pusieron más punzantes. Por encima de las internas, la voz de Cristina suena “Urbi et Orbi”.

La Presidenta conserva buenos niveles de respaldo a su gestión -distintos consultores asumen que bien por encima del 40 por ciento- en tanto que los índices económicos internos, a diferencia de lo ocurrido el año pasado, no son para nada desalentadores. La inflación se desaceleró, el salario real tiene un ritmo ascendente, según confirmó un informe del centro de estudios sindical CIFRA-CTA y el consumo interno no aparece en mala forma. El Indice de Confianza del Consumidor difundido por la Universidad Torcuato Di Tella acumuló una suba del 45,3 por ciento en un año. Se ubica así en niveles similares a los que mostraba a fines de 2011.

Los últimos anuncios para dar más impulso al consumo interno que la Presidenta realizó por cadena nacional desde la Casa Rosada, en presencia de varios precandidatos del oficialismo parece nechar por tierra también una hipótesis que analistas opositores han repetido hasta el hartazgo en shows televisivos y columnas de diarios y sitios web: que el principal objetivo de la primera mandataria sería entregarle la banda presidencial a un dirigente opositor, preferentemente Mauricio Macri, como una forma de desairar a sus posibles sucesores al interior del peronismo.

En ese contexto, el PRO, se verá durante todo el mes próximo inmerso en la sabrosa interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, primera parada en la sucesión que probablemente beneficie al actual oficialismo porteño.

Y Sergio Massa, quien en algún momento parecía un “número puesto” para la oposición, pasa sus horas tratando de retomar algún eje discursivo que lo ubique en el centro de la escena, mientras trata de mantener a sus seguidores unidos detrás de su postulación.

En los hechos, el año electoral recién comienza, pero ya puede decirse que algunas definiciones comienzan a asomar.

Del otro lado del espejo, el FPV

La crisis, el neviosismo, los movimientos intensos y apresurados, las declaraciones estridentes que por estos días saturan a las fuerzas de la oposición difícilmente ocurrirían si, del otro lado, el Frente para la Victoria no hubiera logrado cierta estabilidad política.

En un año difícil económicamente, que comenzó en enero con una devaluación del peso, el Gobierno nacional llega a fin de 2014 con una situación cambiaria -variable que suele ser un termómetro de tensiones políticas- relativamente estabilizada. Queda por ver todavía cómo se desarrolla el siempre intenso diciembre, pero las perspectivas para la gestión de la presidenta Cristina Kirchner no son lo preocupantes que algunos sectores opositores auguraban algunos meses atrás.

A pesar de los fuertes debates internos por definir la sucesión de Cristina Kirchner, el Frente para la Victoria logró una serie de puntos de acuerdo. Los “garrochazos” que distintos analistas pronosticaban luego de la derrota oficialista en la provincia de Buenos Aires en 2013 no se concretaron. Todos los precandidatos del Frente para la Victoria parten de la base de ratificar las políticas del Gobierno nacional y sumarle a eso su propio estilo.

No es que no haya debates: por ejemplo, el referente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro advirtió que “ni (Daniel) Scioli ni nadie es invencible en las PASO y criticó a sectores que se apuran a “sacarse una foto” con el gobernador bonaerense.

“El determinismo de seguir a Scioli nos hace pensar que es el candidato natural y eso no es así”, subrayó Navarro

A su vez, Scioli aprovechó para mostrarse con gobernadores afines, pero otros precandidatos también buscaron mostrar sus ambiciones. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, participó de un acto con dirigentes de La Cámpora en Río Gallegos. Allí reclamó una discusión al frente del oficialismo. Y pidió definir “si somos representantes genuinos de este modelo de desarrollo social, independiente y autónomo, o si somos empleados del poder corporativo y mediático, que tanto daño le ha hecho a la Argentina”, en lo que pareció una nueva crítica al gobernador bonaerense.

En el debate también se metió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Sostuvo que el dirigente que “pretenda” suceder a Cristina Kirchner dentro del Frente para la Victoria y llevar sus “banderas a la victoria electoral en el 2015″ deberá “interpretar su proyecto político” y “garantizar su continuidad”. “De la base territorial existente, su consolidación, y una excelente interpretación de este proyecto político, junto a su continuidad en los próximos años, naturalmente surgirá quien efectivamente lleve estas banderas a la victoria electoral en el 2015″, afirmó el jefe de ministros

Como se ve, hay disputas e indefiniciones también en el partido de gobierno. Pero a diferencia de las que por el momento muestra la oposición -el show de Elisa Carrió fue apenas un capítulo más- se dan en un marco limitado. Parece ya un lugar común decir que los peronistas cuando se pelean se están reproduciendo. En pocos meses veremos si la máxima se ratifica.

Una cosa que empieza con P… ¿Partido?

El diputado oficialista Carlos Kunkel planteó en una nota publicada hace pocos días una posición, un debate, que me parece muy fructífero e interesante. La crisis de los partidos políticos que terminó de detonar con la crisis de 2001 ¿sigue vigente? ¿En qué medida afecta a unas u otras fuerzas políticas?

Kunkel tiene una tesis. Falta un camino por recorrer en la “plena recuperación y consolidación de los partidos políticos”. Pero afirma que en ese contexto el peronismo alcanzó “una institucionalidad con plena participación democrática de todos los peronistas identificados con los postulados doctrinarios, políticos, ideológicos y programáticos del peronismo fundacional, adaptado a los requerimientos sociales de los tiempos que corren”. Continuar leyendo

Cristina, todavía

La misma semana en la que comienza la cuenta regresiva de un año para las elecciones nacionales de 2015 podríamos sacar una “foto política” del momento. Y comprobaríamos entonces que la presidenta Cristina Kirchner ya ha roto los pronósticos que la mayoría de los medios y periodistas opositores así como de los consultores de opinión contratados por los candidatos que quieren sucederla trazaron para este 2014. Sobre todo después de los cimbronazos que significaron las revueltas policiales y los cortes de luz de diciembre, así como la devaluación de enero. Pronósticos que hablaban de un “pato rengo”, un “fin de ciclo”, una invalidez política y dirigentes peronistas huyendo en masa hacia otras opciones electorales.

Así, a fines de octubre de 2014 Cristina se muestra sólida políticamente. Y no lo digo yo.

El analista político opositor Rosendo Fraga afirmó hace algunos días en una entrevista que en contra de varios pronósticos, queda claro ahora que “el Gobierno ha acumulado poder en lugar de perderlo”. Además, razonó que para ser una jefa de Estado que no tiene la posibilidad de un nuevo mandato y cuando, según evaluó, “no ganaría una elección” nacional, “el ejercicio del poder que estamos viendo” de parte de la primera mandataria es “muy fuerte”. Fraga recordó la relativa facilidad con la que el oficialismo promueve y aprueba proyectos de ley en el Congreso. Habría que recordar que logra imponer su visión entre los legisladores nacionales con una facilidad que, por ejemplo, Carlos Menem no tuvo en casi todo su mandato y menos hacia el final de su período de gobierno.

“El kirchnerismo va en una dirección clara y enfrente me parece que no hay la misma estrategia común”, destacó Fraga en diálogo con el periodista Oscar González Oro, por radio La Red.

También se da cuenta de la fortaleza política que aún muestra Cristina es Elisa Carrió. En la entrevista que concedió hace algunos días a Jorge Lanata y en la que repartió críticas a sus colegas opositores razonó que el actual momento le hace acordar al período que el oficialismo atravesó luego de las elecciones legislativas de 2009.

“En el 2009 ¿se acuerdan que ganamos la elección? (…) Después en ese intermedio de seis meses, porque a ella (por Cristina Kirchner) el año que viene se le desarma todo, hicieron la Ley de Medios, (la estatización de) Aerolíneas ¿Se acuerdan? Bueno, estamos en el mismo período”, alertó Carrió a Lanata y sus oyentes.

La líder de la Coalición Cívica le reprochó a los principales dirigentes de la oposición que “todo el mundo está pensando desde hace seis meses en las elecciones del año que viene y no están pensando en que las elecciones son el año que viene y que estos (por el oficialismo) se llevan el mantel puesto ahora”.

Cristina conserva protagonismo y fuerza. Así parecen percibirlo buena parte de los precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria, incluidos Daniel Scioli, Sergio Urribarri, Florencio Randazzo y Agustín Rossi, que se mostraron juntos en un acto pocos días atrás. Además, la Presidenta logra objetivos concretos, como un proyecto de nueva ley de hidrocarburos negociado con los gobernadores de las provincias petroleras.

Al mismo tiempo, la oposición debe dejar de lado su agenda propia para pasar a discutir los temas que propone el Gobierno nacional. Temas con los que -además-, como en la iniciativa a la que la Cámara de Diputados dio media sanción esta semana para hacer obligatoria la educación a partir de los 4 años o ciertos aspectos del nuevo Código Procesal Penal -proyecto que la mandataria divulgó por cadena nacional en horario central- cuenten con el aval explícito de referentes de la oposición.

Octubre de 2014 y todavía, en contra de varios pronósticos -aunque no de todos- Cristina sigue en el centro de la escena política.

Dos, tres, muchos candidatos

Las elecciones presidenciales de 2015 tendrán lugar en un contexto inédito por varias razones. La más obvia de ellas es que se desarrollarán luego de doce años de gobierno de un mismo signo político, un récord desde 1983 hasta la fecha. Cuando falta algo más de un año para que los precandidatos se inscriban en las internas abiertas, obligatorias y simultáneas hay otro elemento que llama la atención: la proliferación de posibles precandidatos.

Del lado de la oposición, Hermes Binner, Ernesto Sanz, Julio Cobos, Sergio Massa y Mauricio Macri han expresado su intención de ser candidatos o alientan una postulación. Pero también desde el oficialismo Daniel Scioli, Sergio Urribarri, Florencio Randazzo, Juan Manuel Urtubey, Aníbal Fernández y Jorge Capitanich figuran como postulantes. Se habla asimismo del ministro de Defensa, Agustín Rossi, o del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

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