Tiempos interesantes

No hay dudas de que los próximos años serán —como reza la maldición china— tiempos interesantes. El tantas veces anunciado fin del ciclo k finalmente llegó y con él todas las especulaciones posibles. Si bien en los próximos tiempos criticar al kirchnerismo por sus errores será un popular deporte nacional, lo cierto es que los verdaderos planes de Cristina Fernández de Kirchner no se han modificado en lo más mínimo. Sí, así de maquiavélica suele ser la política argentina.

Daniel Scioli nunca fue del agrado de la señora. Su estilo tibio, dialoguista y corporativo la exasperaba. La conversión del bonaerense al kirchnerismo duro lo terminó de alejar del votante medio. La Presidente saliente hubiese preferido siempre a otro delfín, pero correrlo al motonauta hubiese significado enfrentarse a buena parte del peronismo clásico y territorial, aquel que ella —por falsa conciencia de clase— detesta profundamente.

Lo cierto es que Cristina decididamente jugó en contra de Daniel. Nadie puede creer que la sucesión de groseros errores y fuego amigo al que fue sometido el gobernador haya sido casual y no premeditado. Las declaraciones de personajes que le harían un gran favor al país si se jubilaran, más el ninguneo a peronistas históricos fue un lastre demasiado pesado para alguien que no se caracteriza por golpear la mesa y definir una posición política propia. Continuar leyendo

La Patagonia sigue rebelde

Quizás sea por el frio y el viento (entre otras inclemencias climáticas), o por las largas distancias entre sus ciudades y los grandes centros urbanos. O quizás por haber sido el patio trasero de nuestro país durante tanto tiempo. Lo cierto es que la región patagónica lleva en su huella genética el trabajo y la rebeldía propia de aquellos a los que la vida no les regalé nada, sino que lo consiguieron con el genuino fruto de su esfuerzo.

Algo de esto aprendió de la peor manera el ex presidente Hipólito Yrigoyen, cuando la Patagonia rebelde dio paso a la Patagonia trágica, luego que el caudillo radical ordenara la represión a los obreros rurales que buscaban dejar atrás condiciones laborales miserables y que, ante cada presión, endurecían su posición. Si algo quedó establecido en aquella página oscura de nuestra historia es la férrea e inquebrantable voluntad de los pobladores de la región austral.

Algo de esto debería entender nuestra Khaleesi de Tolosa, Cristina Fernández de Kirchner, quien decidida a sancionar una nueva Ley de Hidrocarburos (no convencionales, claro está), olvida su condición de patagónica (por adopción) y hasta su título de abogada, ya que deja atrás el espíritu de la reforma de la Constitución Nacional y de la Ley de Hidrocarburos, paradójicamente sancionada esta última durante la presidencia de Néstor Kirchner.

¿Qué es lo que está en juego? Sin dudas, no es poco. El autoabastecimiento energético, la fuga de divisas, y el desarrollo sustentable de una región son los principales temas. El Gobierno, condicionado por sus propios y groseros errores, improvisa e impulsa una ley con el objetivo de seducir -para decirlo en términos diplomáticos- al capital privado internacional para explorar y explotar los cuantiosos yacimientos no convencionales en el territorio nacional. Para ello, hace concesiones (léase “entrega”) de potestades que son propias y exclusivas de las administraciones provinciales donde se encuentran dichos recursos.

La propuesta, de dudosa validez constitucional según el artículo 124 CN, en resumidas cuentas propone que las provincias cedan (léase nuevamente “entrega”) las potestades regulatorias al Gobierno nacional en materia de recursos naturales, para establecer este ultimo las condiciones de los pliegos de licitación, fijar impuestos y regalías bajos, o negar la participación en el negocio petrolero a las empresas energéticas provinciales. Con una mayoría automática en ambas cámaras, sumada a esa prepotencia política característica del kirchnerismo, la tarea de sancionar esta nueva ley debería ser un mero trámite.

Pero el Ejecutivo no contó con la creciente conciencia sobre la protección y defensa de los recursos naturales que floreció en los patagónicos. Representantes de todos los sectores políticos, empresariales, sindicales y sociales manifestaron su rechazo a la sanción de la nueva ley, y advirtieron que lucharan por defender sus potestades regulatorias sobre sus recursos naturales. Por el momento, bajo la cortina de una tensa calma, en Balcarce 50 analizan en la mesa de arena cuáles son los próximos pasos, porque se sabe que insistirán con el proyecto. Frente a ellos encontraran una poderosa resistencia social, donde no hay que desestimar la advertencia de los trabajadores petroleros de paralizar los yacimientos, medida que tendrá un fuerte impacto en la economía argentina.

De sancionarse la “Ley Cristina-Galuccio” sobre hidrocarburos no convencionales, nuestro país estará dejando de lado su condición de república federal al avanzar sobre las jurisdicciones provinciales. Los representantes legislativos de todas las provincias argentinas deberían tomar nota de esto y hacer una cerrada defensa de las autonomías provinciales. No solo por la Patagonia, sino en defensa propia. Porque no está de más recordar -y adaptar- algunas líneas del famoso poema atribuido a Bertolt Brecht: “Primero vinieron por los patagónicos, pero yo no me preocupe porque no era patagónico…”.

El dilema de Scioli

No hay dudas de que la historia es bilardista. No importa los contextos ni las intenciones, los resultados mandan. Al final, una gestión es valorada por los impiadosos hechos facticos. A Raúl Alfonsín le toco llevar adelante un gobierno en un contexto histórico-político complejo, pero en el balance final siempre pesara la salida adelantada. A Fernando De la Rúa se lo llegó a considerar (ex-ante) un Estadista y un fino tiempista político, imagen que se derrumbó al ritmo de las aspas del helicóptero presidencial.

Por estas horas esto debe preocupar a Daniel Osvaldo Scioli (DOS). El gobernador bonaerense debe enfrentarse camino al 2015 a dos escenarios definidos por una lógica binaria. Si DOS es electo como Presidente en el próximo turno electoral, habrá un consenso unánime sobre sus capacidades de Estadista. Se lo considerara un gran lector de escenarios políticos, un tiempista exquisito, con la sabiduría producto de la paciencia oriental para saber esperar los momentos justos. Un tipo que fuma adentro de una garrafa cargada.

Pero si no lo logra, sobre él caerán descalificaciones que lo presenten como un timorato, un conservador carente de la voluntad del conquistador que caracteriza a los grandes líderes políticos. Un pelele que no se animó a tomar el toro por las astas para definir su futuro político. Un hombre que olvidó las sabias palabras del poeta romano Virgilio, quien señalaba “Audaces Fortuna Iuvat” (La suerte favorece a los valientes)

A DOS se le reducen sus opciones día a día. ¿Sera el gobernador bonaerense el candidato del oficialismo? ¿El kirchnerismo, en su versión cristinista, pagará bien su reiterada sumisión? ¿O quizás deba DOS romper lanzas de una vez con el kirchnerismo e intentar regresar a las fuentes del ortodoxo PJ, el cual hoy conserva el poder territorial y hace una fila silenciosa –o no tanto- para sumarse al proyecto presidencial de Sergio Massa? Para resolver estas hesitaciones, los estrategas de DOS deberían adentrarse más en el pensamiento de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, entendiendo que en la cancha política hay más jugadores y estrategias que las que ellos cuentan.

CFK, con 61 años, es aun joven para retirarse de la política. Solo aquellos que no comprenden ese fuego interno que motoriza la voluntad de los grandes dirigentes pueden suponer que CFK se retirará a Calafate a contemplar la inmensidad del Lago Argentino en compañía de su nieto Néstor Iván. Con su impiadoso y vengativo imperativo categórico, sumado a su ejército personal unido y organizado, nuestra Khaleesi autóctona sabe que aún tiene hilo en el carretel y en el peor de los escenarios se retirará con un núcleo duro e impenetrable de un 15%, que le permitirá terciar en la discusión política o, al menos, conservar poder de daño en los años venideros.

Por ello, CFK ha decidido mirar a Chile para hacer un copy-paste de la estrategia de Michelle Bachelet. La estrategia trasandina es simple: Bachelet, luego de un gobierno de corte progresista, evitó un apoyo explícito y con todos los fierros a un candidato del Partido Socialista de Chile, parar entregar el gobierno a un exponente de la derecha opositora como Piñeira, apostando al fracaso de la nueva gestión, conservando su prestigio y capacidad de fuego político, para luego volver a la presidencia como parte de alternancia política.

Para importar y ejecutar esta estrategia, CFK solo debe reemplazar el nombre de Piñeira por el de Mauricio Macri. En la estrategia oficialista, cuentan con que la esperanza blanca de la derecha argentina no posea las capacidades políticas y de gestión suficientes para dejar en el olvido la gestión kirchnerista, dejando la puerta abierta para un regreso triunfal de Cristina y el kirchnerismo. Para ello, es necesario correr de la cancha a DOS. Al gobernador bonaerense le salieron dos competidores para las PASO destinados a desgastar su figura: En primer lugar figura Sergio Daniel Urribarri (SDU), exponente de la doctrina obsecuente entrerriana, quien es el candidato del corazón kirchnerista. Con pocas posibilidades reales, SDU presenta el fanatismo, la subordinación y la obediencia como los principios de su propuesta política, la cual seduce a los sectores más radicalizados del kirchnerismo.

Por otra parte, el Ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo -un hombre moderado y de fina muñeca política- también anunciÓ su candidatura, la cual tácitamente cuenta con el guiño presidencial. La reconocida capacidad rosqueadora del hombre oriundo de Chivilcoy es su principal activo y fuente de preocupación sciolista.

Además de sus competidores, DOS sufre las ráfagas de fuego amigo. La usina filosófica subvencionada conocida como “Carta Abierta” ha salido a señalar que el ex motonauta no los representa. El ultrakirchnerista Ricardo Forster, un hombre que jamás vio un pobre pero teoriza sobre la pobreza, al igual que el incontinente verbal sepia Kunkel, han sido particularmente duros con el gobernador bonaerense. Resulta inverosímil pensar que estas manifestaciones no cuenten al menos con medio guiño presidencial.

CFK mira divertida este escenario desde afuera. Sus próximas acciones se concentran en una salida ordenada del gobierno para lo cual habría un oxigenante cambio de gabinete post-mundial. Conocedora del poder de su núcleo duro, CFK no participara activamente en las PASO, sino que se limitará a colocar hombres y mujeres de su máxima confianza en las listas para garantizar su poder de fuego durante la próxima gestión. Así, a DOS se le acaban el tiempo y las opciones. En pocos días comienza el mundial y en el escenario político se vivirá una tregua futbolera de 30 días. Pero una vez que finalice la competencia en Brasil, se activaran todas las campañas y no habrá tiempo de replanteos.

Porque una sola cosa es segura: El Plan Bachelet está en marcha.