El Día Mundial sin Tabaco se celebra todos los 31 de mayo y fue establecido por la Organización Mundial de la Salud con el propósito de resaltar los riesgos para la salud y promover políticas eficaces para reducir su consumo.
Por año, en Argentina mueren más de 45 mil personas (de las cuales 5 mil ni siquiera fuman) y se gastan 33 millones de pesos para tratar problemas de salud provocados por el tabaco.
Si bien todavía queda mucho camino por recorrer, en los últimos años hemos sido testigos de la obtención de grandes logros en la lucha contra el tabaquismo y eso es un importante avance que bien vale la pena celebrar.
En el 2004 un grupo de senadores californianos nos hizo ver que la medida no era imposible de implementar. Pese a haber enfrentado al comienzo una férrea oposición, varias ciudades del mundo mostraban ya por entonces las ventajas de tener ambientes libres de humo de tabaco. ¿Por qué no en la ciudad de Buenos Aires?
Junto al legislador Helio Rebot decidimos encarar el difícil desafío y en septiembre de 2005 la Legislatura porteña sancionó la ley 1799. La nueva norma cristalizó la lucha contra el tabaquismo y fue un motor para el cambio de actitud de la sociedad. Terminó con los ambientes cerrados con humo y pacificó todas esas cuestiones familiares y laborales que siempre había suscitado el hecho de que el fumador no respetara al no fumador.
A partir de la sanción de la Ley Nacional 26.687 se pudo expandir a otras jurisdicciones.
¿Cuál es el siguiente paso?
Siguiendo las recomendaciones de la OMS, el Gobierno elevó este año fuertemente la alícuota del impuesto al tabaco. Esta medida provocará una caída del 15 por ciento en el consumo, generando beneficios para el sistema sanitario del Estado y podrá evitar más de 25 mil muertes en 10 años.
¿Estamos conformes? No. Aún hay mucho por hacer y avanzar. La Secretaría del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco pidió a todos los países que se preparen para el empaquetado neutro. Esto significará que las marcas estén restringidas a una presentación genérica, limitando su atractivo comercial y aumentando la eficacia de las advertencias sanitarias. En este sentido, antes de dejar la Cámara de Diputados, presenté un proyecto en el que pedí la modificación del artículo 13 de la ley 26.687, para que se aplique en Argentina. Actualmente en el mundo solo se realiza en Australia, Irlanda, Gran Bretaña y Francia.
Lo hicimos juntos
Hoy en día pensar en un ambiente libre de humo es algo normal, pero cuando emprendimos este enorme desafío las resistencias eran muchas. Los comerciantes se quejaban en los medios que sus ventas iban a bajar y los fumadores reclamaban indignados lo que consideraban era un atentado contra sus derechos. Los que gritaban eran pocos, pero gritaban fuerte.
En el Día Mundial sin Tabaco celebramos el cambio cultural que hemos decidido hacer los argentinos en los últimos años y felicitamos a los verdaderos protagonistas de esta historia, que son los ciudadanos que vienen ejerciendo el control social sobre la norma.