Repensemos los errores militantes

Todos cometemos errores. A la hora de evaluar el comportamiento de los otros solemos perder de vista que pueden existir coincidencias desafortunadas, que alguien pudo interpretar algo diferente en algo que nos resulta claro o evidente, que anticipar tal o cual error era obvio. Ese margen tan importante que existe en toda situación para el error humano hemos ido perdiendo la capacidad de admitir la falibilidad ajena. Proyectamos en los otros un escrutinio infinitamente más exigente que el que vertemos sobre nosotros mismos. Nos hemos distanciado de la posibilidad de que el otro sea una persona como nosotros, falible. Hemos perdido la humildad, hemos perdido la comprensión.

Recientemente hemos asistido a un par de errores que motivaron esta reflexión, por un lado el flyer del kirchnerismo que copia un diseño y mensaje del nazismo alemán convocando a la marcha del sábado pasado, la destrucción de patrimonio de la humanidad por parte de miembros de Greenpeace y por el otro el flyer sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual diseñado por los Jóvenes PRO de Córdoba que daba lugar a múltiples interpretaciones por la selección de una controvertida imagen.

En relación al flyer del kirchnerismo inspirado en el nazismo quiero creer que alguien puede tomar un diseño que le parece interesante sin prever que otros pueden considerar que la admiración va más allá del diseño. Si bien para aquellos que realizan una lectura reduccionista del proceso nacionalsocialista el asunto consistía en aniquilar judíos, hay múltiples cruces entre el populismo latinoamericano del SXXI y los gobiernos autoritarios del SXX (fascismo, falangismo, nazismo, etc.).

Ahora, cada uno de nosotros podrá considerar que el kirchnerismo tiene más o menos atributos autoritarios, que el método de construcción y acumulación de poder puede o no asemejarse a expresiones fascistoides, pero poca trascendencia tendría el error si no reflejara algunas similitudes latentes. En este caso un error de un diseñador (reitero que prefiero considerarlo un error y no una selección intencional) pone en relieve atributos de un espacio político con una clara tendencia autoritaria.

Pero sería una canallada, de la cual he participado, procurar sostener que el hecho de usar un diseño copiado de un volante nazi los convierte en eso. Sí creo que existen coincidencias poco felices como la polarización permanente de la sociedad entre “ellos” o “nosotros”, la destrucción del tejido social, la asunción de la representación del “pueblo” o la “patria” negando que otros puedan pensar distinto, el ataque al periodismo independiente, el uso del Estado para provecho partidario, el curro y los negociados económicos y políticos con las banderas de los Derechos Humanos,  la corrupción y la arbitrariedad en el manejo de la cosa pública, la partidización del Gobierno y las instituciones, el abuso de la publicidad gubernamental, entre otras tantas cosas que remiten a gobiernos autoritarios. La verdad es que, en ese contexto, tratar de achacarles una inclinación fascista por un flyer de morondanga sería una tontería. Y aun así, tristemente, resulta tanto más efectivo condenarlos por una pieza publicitaria que señalar el listado de abusos que han cometido durante esta década.

En torno al incidente del flyer cordobés aprovecho para compartir mi experiencia en primera persona. Sábado por la noche, estaba por entrar al cine y vi en mi Twitter un flyer que tenía una vagina. Me pareció osado para la línea que acostumbra manejar Unión PRO y tras ver que se trataba de una campaña que explicaba los riesgos de contagio y se entregaba el flyer junto con un preservativo tuitié que me parecía una campaña me había encantado y que el flyer me resultaba polémico.

Al salir del cine noté que mi Twitter tenía más actividad que lo normal y ahí fue que tras ver varias menciones me di cuenta que algo se había salido del control. En la pantalla del celular no llegaba a distinguirse que la vagina poseía un cierre y esa imagen había despertado la polémica. Al ver eso me di cuenta que se venía un maremoto y no pude más que lamentar haber sido parte de una cadena desafortunada de hechos.

Como libertario que soy jamás pensé que alguien podía interpretar que algo que yo compartiera podía promover la abstinencia sexual, resultó llamativo ver cómo mi individualidad era dejada de lado para dar lugar a una construcción montada sobre prejuicios estúpidos sin sustento fáctico. Pero a nadie le importaba la verdad, a nadie le importaba quién era yo o qué pensaba, a nadie le importaba que el flyer se entregaba con un forro, tampoco era importante que el reverso del flyer hablaba acerca de cómo tener relaciones sexuales seguras. No, nada de eso importaba. Se presentaba la posibilidad de apedrear a un grupo de personas desconocidas cuya finalidad fue generar conciencia y prevenir ETSs y así se procedió a lapidar a los militantes. Sentí bronca, impotencia, tristeza. Alguien había intentado un bien, eligiendo una imagen que admitía múltiples interpretaciones y en lugar de invitar a la reflexión se los atacó con una furia y un odio que me hizo entender que estamos enfermos, que hemos perdido la capacidad de escucha y la presunción de inocencia del otro.

En torno al tema de Greenpeace, para los que no están al tanto quisieron hacer unas fotos cerca de las líneas de Nazca y terminaron generando un daño ambiental irreversible. Creo que se trata de una ironía casi perversa del destino. A la institución ambientalista se la puede condenar por su irresponsabilidad a la hora de impulsar campañas sin suficiente evaluación de impacto o que sus intervenciones idealistas no poseen una visión global por lo que quizás terminan empobreciendo a la humanidad por trabar el desarrollo económico por mero fundamentalismo. Esos son debates que habrá que dar en cada caso, pero no podemos relativizar el trabajo y el esfuerzo que realizan. Condenarlos por una equivocación, más allá de las sanciones legales y económicas que deban pagar por el daño realizado, me parece irresponsable.

Empiezo a creer que uno de los grandes males de nuestra época es la ligereza con la que estamos manejando las discusiones políticas. Que hoy ocupen un eje central en el debate político personas como Redrado o Insaurralde por elegir compañeras que montaron su negocio entre sus piernas habla de la pobreza de nuestro enfoque como sociedad. Hemos dejado de lado la búsqueda de la verdad para movernos por un mundo de sensaciones ligeras, al paso. Donde la foto termina teniendo más peso que la historia, donde ni importa conocer la otra cara de la luna, donde un par de posteos en Facebook se recompensan mejor que horas de militancia al servicio de la gente.

Creo que es responsabilidad nuestra, como políticos, recuperar el valor de la militancia, de la participación activa, del debate con fundamentos, del respeto por el adversario, de la promoción de la diversidad, de la humildad en el trato con el otro y de la búsqueda permanente del bien común. Me temo que en algún lado del camino perdimos el rumbo y dejamos que el humo esconda el trabajo que miles de personas realizan a diario por construir un país mejor, en serio, con aciertos y errores.

Espero que mi generación sepa construir una mejor política que la que sufrimos durante estos últimos años

Linchar y pensar

Hace unos meses me preguntaba cómo podía ser que no hubiera linchamientos. Notaba un desencaje entre el nivel de saturación de las personas y la reacción ante los distintos casos de inseguridad. El caldo de cultivo estuvo hirviendo hace tiempo.

Un día alguien decidió cruzar el límite. Un límite que como quedó después verificado era fácil de cruzar y las sanciones escasas. Algo que muchos de los linchados habían aprendido hace tiempo. Acción y reacción son fruto de un Estado fallido, del desplazamiento del Estado de Derecho por resultar insuficiente para satisfacer las necesidades de las personas.

Pero el sadismo que se traduce en sangre no debe explicarse sólo en este punto. Hay un elemento de control en la violencia ejercida, en poder personificar nuestros males y angustias y cuando por fin se tiene la posibilidad de repeler alguna de ellas la reacción es desproporcionada, destructiva, criminal.

¿Por qué? Porque sufrimos un desequilibrio interno producto de la ausencia de la idea de justicia. Este es el fracaso más abismal del kirchnerismo: haber destruido la gran mayoría de los incentivos para la cooperación y la concordia social. La violencia es síntoma de la impotencia.

Las causas que permiten explicar las reacciones lejos están de justificar el océano de miserias que inspiran a quienes gozan de promover y ejercer la violencia.

Puedo entender las causas pero ceder ante la tentación de transformar nuestras frustraciones en sangre nos degrada a pesar de la historia que nos contemos.

¿Cómo hacer para ahorrar en Argentina?

Si quiere saber cómo hacer para que le sobren unos pesos más por mes, esta nota es para usted. Si sabe qué hacer con los pesos ahorrados, lo invito a dejar su sugerencia en los comentarios. Si no tiene idea de qué hacer con eso, tendrá que esperar a una próxima columna.

Consumimos mucha publicidad que nos invita a consumir. Que usted ahorre plata no es negocio para nadie en principio, salvo para usted. Invierten millones de dólares para que nos despojemos cuanto antes de la plata que nos ganamos laburando para alimentar el paradigma postmoderno de que uno se define a partir de lo que consume. Consumimos para reafirmar nuestro ser.

Muchas personas, sin embargo, se dejan arrastrar por la marea de los tiempos que corren y han abandonado el sano trabajo de alimentar, además de al cuerpo, al espíritu. Quizás sea más preciso decir que más que alimentar el espíritu el desafío es frenar la inercia de la acción para contemplar el contexto. En criollo, hay que parar la pelota, cual Juan Román Riquelme, levantar la cabeza y ver cómo seguir la jugada. Ahorrar es parar la bocha.

Frenar nos obliga a enfrentarnos con nuestra realidad, con lo que nos rodea. Se puede ahorrar (definamos “ahorrar” como no-gastar plata) para diferir un consumo comprando algo luego o para invertir. En la práctica no hay mucha diferencia entre comprar algo en cuotas o ahorrar para gastar, ambas son formas de consumir el capital propio. Si bien creo que es fundamental separar una determinada cantidad de dinero por mes para “pagarse a uno mismo”, es decir, para premiarse por los esfuerzos y los sacrificios quisiera que nos enfoquemos en el ahorro para invertir.

Antes de hablar de inversiones, ¿cómo hacemos para lograr que nos sobre algo de plata como para poder pensar en ahorrarla? Comparto diez ideas para lograrlo:

 

  1. ORDEN – Conozca cuánto gasta y en qué: el primer paso para poder trabajar sobre tus finanzas personales es ser consciente de cómo gasta uno dinero. Llevar un registro de ingresos y egresos le servirá para analizar los puntos más sensibles de su bolsillo y le va a permitir identificar dónde le conviene invertir esfuerzos para lograr una diferencia.
  2. SEPARE EL AHORRO: Si hizo bien las cuentas en el punto anterior podrá saber cuánto puede ahorrar por mes o podrá elegir proyectarlo. Una vez definida la cifra: SEPARELO YA. Cada vez que cobre separe el dinero destinado a ahorros. De esa manera evita la tentación de gastarlo porque lo tiene.
  3. COMPRAS MAYORISTAS – Planificar las compras de la casa: se sorprenderían de la cantidad de plata que puede ahorrarse en papel higiénico. No es una joda. Una compra mayorista de papel puede rendirnos meses y representar un ahorro de al menos un 30-40%. Además no hace falta que lo consumamos nosotros, podemos repartir la compra con amigos y familiares y gozar del beneficio. Esto aplica en general para distintos artículos de limpieza, productos envasados y enlatados, bebidas, entre otras cosas.
  4. PAGUE CON DÉBITO – Aproveche los descuentos: la mayoría de las tarjetas de débito tienen un descuento de aproximadamente un 20%. Además reintegran el 5% del IVA. La diferencia entre comprar un día o el otro puede tener un impacto interesante en el bolsillo a fin de mes. Hay múltiples beneficios a los que se puede acceder para lograr un descuento a la hora de realizar una salida, a veces conviene pedir prestada una tarjeta a algún amigo.
  5. COMA DISTINTO – Alterar la dieta: solemos comer por inercia lo que nos enseñaron a comer en casa perdiendo de vista que muchas veces existen opciones interesantes para diversificar nuestra dieta generando ahorros interesantes a la par que mejoramos la ingesta de nutrientes. Las legumbres (lentejas, porotos, garbanzos) son alimentos baratos que suelen estar ausentes en la mayoría de las dietas por ejemplo y ofrecen múltiples beneficios nutricionales. Alternar carne de vaca con cerdo, pescado o pollo también es una opción que puede servirnos para ahorrar bastante. Otra forma importante de ahorrar es armando viandas para el trabajo en vez de comer en algún bolichito.
  6. BUSQUE PRECIO – Camine, señora, camine: en un contexto de inflación como el que ha generado el kirchnerismo por su mala gestión el mercado reacciona a la incertidumbre generando distorsiones en el sistema de precios. Esto hace que haya empresarios que deben ajustar antes que otros porque su estructura de gastos así lo exige o que, ante el miedo de una situación futura adversa se “cubran” aumentando preventivamente. Sea por necesidad o miedo, los precios tienden a establecerse sobre supuestos antes que por la realidad económica de cada empresa y siempre aparecen oportunidades o diferencias entre vendedores que leen el futuro de forma diferente. Es probable que caminando algunas cuadras encuentre diferencias amplias.
  7. EVITE COSAS INNECESARIAS: muchas veces terminamos comprando por impulso cosas que no necesitamos. Resista la tentación de comprar por comprar y, sobre todo, evite hacerlo si eso implica poner en riesgo el dinero que separó para ahorrar. Así mismo revise los gastos recurrentes que tiene. Muchas veces le cobran cosas que no necesita en la factura del celular (tonos de espera, mensajes de suscripción) o está pagando caro por un servicio que podría adquirir por menos plata (Internet o TV) o directamente ni lo usa. Revise sus gastos y corte con aquello que no necesita.
  8. NO SE COMPRE COSAS QUE GENERAN GASTOS: autos, motos, perros, gatos, iguanas, son todas cosas que pueden parecer estimulantes pero que conllevan un valor de mantenimiento oculto. Antes de realizar una compra de estas características tener muy presente si podemos afrontar dicho costo y cómo afectará nuestro esquema de ahorro. Por ejemplo, muchas veces resulta más barato movilizarse en taxi unas cuantas veces por mes que pagar el costo de mantenimiento de un auto. Ojo con comprar cosas que nos rindan un interés negativo. Entiendo que las mascotas enriquecen la propia vida pero invito a ser conscientes de los gastos antes de comprarlos para poder tomar una decisión inteligente que evite arrepentimientos.
  9. DIVIDA LOS GASTOS DE LAS SALIDAS: Su trabajo vale tanto como el de la persona con la que sale. Si existe una diferencia considerable de ingresos o se quiere tener una atención, bienvenido sea el gesto. Pero es insensato montar una relación sobre la premisa que sólo una de las partes se ocupe de los gastos. No hay que confundir ser atento con ser un pavote, procure una dinámica equilibrada. Esto también servirá como filtro para medir el interés de su contraparte.
  10. COMPRE DÓLARES – o al menos raje del peso: $8 por dólar es un regalo. No se deje amedrentar por aquellos que enarbolan el discurso de un nacionalismo patético, decadente y empobrecedor. Cuide sus ahorros. Procure migrar al dólar comprándolo de forma directa (si la AFIP se lo permite), a través de bonos (por ej. el Bonar AA17) o comprando oro en el Banco Ciudad.
  11. (Bonus Track) ALÉJESE DE LOS TURROS: muchos le dirán que en estos tiempos de crisis usted debe inmolarse por “una causa superior” dejándose arrastrar hacia la miseria por el “bien común”. Agradézcale a quienes lo invitan a tales sacrificios pero recuerde que nadie es más merecedor del fruto del sudor de su frente que usted mismo. Ante todo cuídese usted, a su familia y a los suyos. Un sistema que le pide que haga estupideces o sacrifique sus afectos y su felicidad para funcionar es absolutamente perverso.

Igual reconozco que es ruinoso sugerirles a ustedes que ahorren cuando el Gobierno Nacional no para de derrochar fondos públicos y financia su inoperancia y déficit con emisión monetaria y devaluación. Aún así, aunque otros estén trabajando para destruir nuestra capacidad de ahorro, existen algunas precauciones que podemos tomar. Vivir mejor, a pesar del kirchnerismo, es una elección. La elección definitiva de vivir mejor la hacemos en el 2015.

boudou-truchos

Otro caso de censura en la TV pública

A todo gobierno le molesta en mayor o menor medida la libertad de expresión. No es sólo un problema del kirchnerismo. La pretensión de ocultar los errores y minimizar los costos de las decisiones políticas afecta a todos por igual. Por suerte internet desde hace años viene dándonos la oportunidad de cuidarnos entre nosotros de la censura.

Recuerdo hace unos años haber escuchado la historia de Martha Payne, una nena de 9 años que sacaba fotos de la comida horrible que le daban en el colegio y las subía a su blog con algún comentario. Luego de que el blog adquiriera trascendencia mediática, las autoridades del colegio le avisaron a Martha que no podía seguir con dichos posteos. Tras un escándalo en las redes, del que participó hasta el renombrado chef Jamie Oliver, las autoridades se vieron forzadas a quitarle el castigo.

Es común escuchar a los kirchneristas afirmar que “nunca hubo más libertad de expresión” que en esta última década y otras tantas frases hechas que no se condicen con datos objetivos de la realidad. En este sentido por ejemplo la Fundación LED, liderada por Silvana Giudici, ha emitido múltiples informes acerca de los ataques a la pluralidad de voces que se vienen verificando en estos tiempos. Pero más allá de los datos estadísticos quiero traer a colación una experiencia personal que servirá de ejemplo.

El 6 de agosto pasado, en el marco de la campaña electoral legislativa, en la que oficiaba como candidato a diputado nacional por Compromiso Federal, fui invitado a debatir junto a otros candidatos -Gabriel Solano (Partido Obrero – FIT), Itai Hagman (Marea Popular) y Lucía Rojas (Frente para la Victoria)- en el programa “Una tarde cualquiera”.

Celebré la posibilidad de que, para variar, en la TV Pública estuviesen presentes diversas voces, aunque el resultado fue que el kirchnerismo quedó mal parado por la representación poco feliz de su candidata. Aún así, en el canal de Youtube de la TV Pública subieron la grabación del debate.

El miércoles 18 de septiembre recibí un mensaje en el que me preguntaron por los videos en cuestión. Al buscarlos en Youtube, dichos videos no aparecían. Recordé en ese momento que los había vinculado en mi blog. Para mi sorpresa, al intentar reproducirlos pude ver que sobre los títulos figuraba la leyenda “No Publicables” y que, al tratar de acceder a los videos por medio del link, la página informaba que los videos eran “privados”.

Tras un poco de revuelo en las redes sociales que implicó adhesiones por parte de Gabriel Solano y de Santiago Siri, candidato por el novel Partido de la Red, los videos fueron nuevamente librados al acceso público. ¿Por qué motivo un canal estatal que debe expresar la pluralidad de voces decide ocultar contenidos?

“La única verdad es la realidad” idea de Aristóteles que Perón repetía. Como ya sostuve en la nota sobre el programa 678, todo medio público puesto al servicio de un gobierno tiende a la corrupción. Lamentablemente la TV Pública lo ha demostrado una vez más. Para el kirchnerismo hay ciertas cosas que es mejor que se mantengan ocultas en privado lejos del público.