Soy uno de los cientos de miles que hoy tienen un título universitario gracias al sacrificio de millones de argentinos que, con sus impuestos, permitieron que pudiera estudiar. También hoy estoy recibido gracias al esfuerzo de miles de profesores que donaron (y donan) sus horas de clase. A pesar del sacrificio de tantos, veo que actualmente unos pocos oportunistas se quieren colgar de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para criticar al Gobierno de Mauricio Macri, al opacar con su miseria política un debate mucho más profundo y concreto: la UBA está en crisis hace años.
La UBA sufrió un serio proceso de desfinanciamiento durante la gestión kirchnerista. Si bien aumentó a nivel nacional el porcentaje del PBI que se invierte en educación superior, dicha distribución no fue uniforme, ni se rigió por criterios de eficiencia ni de necesidades reales. En la repartición, la UBA salió perdiendo. Así las cosas, en el 2008, la UBA recibió el equivalente a aproximadamente 50 pesos diarios por alumno: unas ocho veces menos que la Universidad de Avellaneda (455 pesos diarios) y unas seis veces menos que las universidades que se fueron creando desde el 2009 (301 pesos diarios). Esto surge de las partidas asignadas según la ley de presupuesto nacional nº 27.008, cruzándolo con la cantidad de alumnos por casa de estudios. La universidad más grande del país, bajo la gestión kirchnerista, recibió uno de los menores presupuestos por alumno. Continuar leyendo