Decálogo de la degradación K

Yamil Santoro

La democracia requiere no solo que las personas puedan votar libremente, sino que antes, durante y después de la votación se respeten ciertos derechos, libertades y garantías que sirven para que dicho voto sea reflejo fiel de la voluntad independiente del votante y no se encuentre perturbado o afectado por maniobras fraudulentas.

Me tomé unos minutos para reflexionar acerca de qué cosas actualmente debilitan o han debilito a la democracia. Llegué rápidamente a diez motivos por los cuales podemos afirmar que el kirchnerismo ha debilitado a la democracia:

  • Represión a los manifestantes que reclaman justicia y transparencia electoral. El Gobierno de Tucumán ha tratado de tapar su falta de transparencia con violencia y eso es inaceptable. El fraude no solo se consuma durante la elección quemando urnas y falseando telegramas. También se consolida el fraude acallando los reclamos con violencia. Así como también es fraude abusar del aparato del Estado para obtener una ventaja mediante prácticas clientelares. En Tucumán abunda el fraude y eso debilita a la democracia.
  • Asesinato de Alberto Nisman. Un fiscal denuncia a la Presidente por negociar por atrás con Irán. Un fiscal aparece muerto en su departamento la noche anterior a tener que contar los frutos de su investigación. Se realiza una investigación plagada de irregularidades y los personeros del Gobierno nacional comienzan una campaña de desprestigio sistemático para eludir el debate de fondo. ¿Quién quiere denunciar en un país donde no se logró ni cuidar a un fiscal mediatizado? La muerte de Nisman y el mal manejo de la investigación debilitan a la democracia.
  • Ocultamiento de los muertos de La Plata. La mala gestión pública causa muertes y eso lo hemos visto reiteradas veces en la provincia de Buenos Aires bajo la gestión de Daniel Scioli. Pero mientras la lluvia posee algún factor de azar, divulgar información falsa o errónea sobre la cantidad de muertos es una forma de engañar a la opinión pública y defraudar a los ciudadanos. Daniel Scioli y todo el aparato de medios del Gobierno nacional impulsaron la mentira de que fueron solo 51 los muertos en la inundación del 2 de abril del 2013. La Justicia desmintió a Scioli y sostuvo que hubo graves irregularidades en las morgues y en el registro de las personas. Scioli fue denunciado penalmente por los familiares de las víctimas por su falta de gestión y por sus mentiras. La mentira debilita a la democracia.
  • Falta de obra pública y ausencia de control del gasto. Nunca un Gobierno argentino en toda su historia tuvo tantos recursos como el kirchnerismo en estos últimos 12 años. Nunca un Gobierno provincial manejó tantos fondos como el de Daniel Scioli. Que hoy haya gente que haya perdido absolutamente todo por mala gestión de los fondos públicos es un insulto y un atropello. La tragedia vinculada a las inundaciones era evitable. Que hoy gastemos una millonada de pesos y tengamos, por ejemplo, una calidad educativa deficiente demuestra que si no se controla cómo se gasta, no existe virtud intrínseca en “gastar mucho”. En este Gobierno se sacralizó el gastar por encima de los resultados. La falta de control y la ausencia de medición de impacto debilitan a la democracia.
  • Abuso de recursos y medios del Estado para favorecer a los propios candidatos. Usan plata de nuestros impuestos para apuntalar a los candidatos que ellos quieren. Eso es corrupción, lisa, llana y simple. Impide que los candidatos peleen en igualdad de condiciones. Que usen nuestros impuestos para favorecer a un partido determinado debilita a la democracia.
  • Intento permanente por manipular la Justicia. Las causas contra los funcionarios kirchneristas y sus familiares, las presiones y las persecuciones que hemos visto: José María Campagnoli, Claudio Bonadio, Nisman, etcétera. Presionar a la Justicia para que deje de investigar impide que se establezcan los límites necesarios para que la democracia no sea aprovechada por un grupo de sinvergüenzas en beneficio propio por abuso de las instituciones. La falta de control y una Justicia limitada debilitan a la democracia.
  • Abuso del Estado en beneficio propio, de familiares y amigos. Que existan casos como el de Delfina Rossi, hija del corrupto ministro Agustín Rossi, que resulta beneficiada con un cargo para el cual no está preparada ni cuenta con los requisitos que exige la ley demuestra que buscan beneficiarse a ellos mismos y a sus seres cercanos antes que hallar lo que beneficia a la comunidad. Que defiendan a una chica que vivió en el exterior prácticamente toda su vida y que la traen para acomodarla con un sueldo estrafalario es un insulto a todos los argentinos que estudiamos, trabajamos y buscamos salir adelante con nuestro esfuerzo. Que se genere desconfianza sobre las instituciones, que se designe a gente inidónea, que se abuse de las influencias, todo eso debilita a la democracia.
  • Ocultamiento de la pobreza y persecución política. Nos mienten sobre la cantidad de pobres, sobre la cantidad de desocupados. Persiguen a quienes los critican y desatan campañas de desprestigio en redes y medios para acallar a las voces críticas, aunque se trate de personas bienintencionadas, humildes y respetuosas como Carlos Tevez. No admiten que se les diga que hay cosas que no han hecho bien y que deben rendir cuentas. Prefieren matar al mensajero, sea quien sea. La imposibilidad de señalar lo que esté mal sin tener que temer una persecución política debilita a la democracia.
  • Violencia política. Apañan y contienen a personas violentas que promueven la violencia política como Milagro Sala o Luis D’Elía. Que utilicen programas que se dedican a la persecución política y a defenestrar a quienes son críticos, especialmente si se hace con fondos públicos como hacen en 678 o Télam, debilita a la democracia.
  • Mentira sobre la inflación, la existencia del cepo y otras cuestiones económicas. Han generado un enorme descalabro en la macroeconomía, le han robado al país una gran oportunidad de crecimiento en estos años y, en lugar de usar los fondos para el desarrollo de todo el país, los han utilizado fundamentalmente para consolidar su poder hegemónico y beneficiarse políticamente. La mentira, el engaño y la búsqueda de la hegemonía política debilitan a la democracia.

 

Creo que es momento de un cambio y que pronto podremos reflejar esa voluntad en las urnas apostando a otra forma de construir poder y de gobernar. Sin perjuicio del nuevo Gobierno que venga, creo que es responsabilidad de todos nosotros mantenernos activos, exigentes y vigilantes procurando que se respete la Constitución Nacional y las libertades fundamentales de todos los argentinos.

La democracia no es solo votar. Pero en Argentina ni el voto se respeta.