Por: Yamil Santoro
El miércoles 18 de febrero se realizará la movilización más importante de la historia argentina. Lo de importante va por partida doble: estoy seguro que habrá más personas que en cualquiera de las anteriores y, a su vez, nunca hubo un tema de tanta gravedad e importancia institucional como la muerte en circunstancias sospechosas del Fiscal Nisman, encargado de investigar a Cristina Kirchner y otros miembros de su Gobierno por el encubrimiento de los responsables del atentado a la AMIA.
Si bien al comienzo se lanzaron diferentes convocatorias logramos consensuar que la movilización será el 18-2 arrancando a las 18hs en el Congreso de la Nación marchando hacia Plaza de Mayo para estar allí a las 20hs. En el resto del país los puntos de encuentro son los habituales.
Si bien hemos marchado para evitar atropellos tan importantes como la reforma constitucional o la reforma judicial en esta ocasión la bandera convocante es en defensa de la independencia judicial y de las garantías suficientes para que los Fiscales puedan investigar sin miedo los actos de corrupción. Veo muchas personas que nunca se movilizaron o que habían perdido la confianza en que las marchas podían cambiar algo que se encuentran motivadas y convocando para este próximo #18F. A un mes del fallecimiento del Fiscal las dudas sobre las causas de su muerte siguen generando un profundo malestar en la sociedad. Malestar que no distingue ideología o bandera política.
El único sector que parece estar en contra de este reclamo es el kirchnerismo que no logra separar mentalmente las ideas de partido, Gobierno y Estado. Poniéndose en contra del reclamo popular por instituciones más sólidas que permitan resguardas las Libertades fundamentales. Lo cual resulta al menos triste siendo que marchamos por la Verdad, por la Justicia y por la República.
Vale aclarar también que en un contexto de tristeza generalizada la Presidente y sus seguidores han optado por atacar, cuestionar y desprestigiar a quienes los investigaban. También vale destacar que han presentado contradicciones en el relato sobre cómo ocurrieron las cosas y han tratado de blindarse ante la opinión pública generando todo tipo de ruido o bomba de humo como la ruptura del diario Clarín por parte del Jefe de Gabinete “Coqui” Capitanich.
Sé que personalmente he sostenido que no tenía sentido marchar sin una causa de gravedad institucional suficiente. Siendo consecuente con eso, creo que la muerte de Nisman es motivo suficiente para que no nos quedemos de brazos cruzados y empecemos, cada uno desde su lugar, a convocar, difundir y promover esta marcha. Si queremos un país diferente, si queremos terminar con la impunidad, no podemos quedarnos dormidos ni quietos.
Los confirmados van aumentando día a día en cantidad y en diversidad de actores: asociaciones de fiscales, abogados y jueces están convocando. Representantes de diversos partidos políticos como Mauricio Macri y Patricia Bullrich ya han confirmado su presencia. Hasta algunos miembros históricos del oficialismo, como José Pampuro, estarán presentes. Todos los grupos que históricamente convocaron a los cacerolazos se sumaron a la movilización. A lo largo y ancho de todo el país actores de todo tipo se suman a convocar como el Partido Liberal Republicano en Córdoba y la Fundación Federalismo y Libertad en Tucumán. Creo que desde el #18A no se ve algo así y confío en que superará las expectativas de muchos. La sociedad está reaccionando… Vos, ¿Venís?