Con el discurso no vamos a ningún lado

Daniel Muchnik

Con retórica, con nacionalismo pueril, con actitud desafiante no hemos ganado nada.

Queda, quizás, para algunos, la última chance de la negociación privada, aunque no sé de dónde sacarían los bancos argentinos 1.600 millones de dólares para calmar las aguas que ya están definitivamente agitadas. ¿Por qué se esperó hasta el día 30 para que los bancos privados presentaran su moción? ¿Fue un apriete de Jorge Capitanich, como se dice o un pedido especial del titular del Banco Central? ¿Midieron bien los bancos los riesgos reales que corren?

Axel Kicillof hizo lo que la doctrina kirchnerista-cristinista le dictaba: agitar como panfleto revolucionario el “relato” como el eje de toda la cuestión, asegurar que no se trata de un default sino de otra cosa que todavía no lleva nombre y de despotricar contra el sistema financiero internacional con los guantes de boxeo en manos de sus ayudantes.

Pero, ¿cómo se llaman los resultados cuando las cosas no salen como uno quisiera? Fracaso. ¿Cómo se llaman las pretensiones de que el mundo gire en torno de uno y no al revés? Omnipotencia. ¿Cómo se llama la utilización de argumentos históricos, pseudonacionalistas y reiterativos?. Exageración en algunos casos y falsedad en otras. Es correcta esa frase que anda deslizándose en los corrillos: “Cada exabrupto de Kicillof le cuesta mucha plata al país”.

Sinceramente creo que la negociación de la Argentina con los fondos buitre no terminó bien por falta de cintura política de los funcionarios que tramitaban y por la extremada firmeza de los que exigían, con aval o sin aval de la justicia estadounidense. Pero para negociar no puede un Ministro del país bajo la lupa despotricar contra los fondos buitres, a juzgar la conducta de un veterano juez de los Estados Unidos, a arrojar la sospecha de que ese juez está a favor de los que nos intentan (supuestamente) perjudicar, precisamente a un magistrado que ya tuvo el aval de la Corte Suprema de la nación más poderosa del mundo. Se puede definir la actuación como una falta de humildad de la Argentina. Todo lo que hizo y declaró Axel Kicillof es antipolítico y decididamente antidiplomático para el presente y el futuro.

Y si el gobierno persiste en el mismo camino, agitando banderas nacionales en la Casa Rosada o en las calles, creyendo crear escuela y buscando un busto de bronce para la historia, atacando al que está sentado del otro lado de la mesa de negociación, no se entendió para nada las reglas de juego.

Ante el fracaso, el discurso en el Consulado del miércoles ha sido un intento de salvar el honor de un gobierno que ha actuado con mala praxis, desprecio e incorrecta autoestima. El gobierno dejó un trámite tan árduo y complicado en algunos funcionarios sin experiencia que parecen recién salidos de la Facultad. Utilizó la honra patria, la fuerza de su dignidad y montones de cosas más que no vienen al caso, que no tienen que ver con lo que se está intentando resolver. Que es el pago, que es calmar a los bonistas, que era evitar la suspensión de pagos. El default calificado como “selectivo” es porque Argentina no pagó en tiempo y forma el 30 de junio a los tenedores de bonos y ya pasó el plazo de gracia de los 30 días. Después de esto, los pagos al Club de Paris y a Repsol para ganar respeto internacional ha significado un esfuerzo en vano.

El mediador del juez Griesa, el abogado Daniel Pollack le ha dado el nombre que el ministro Kicillof se resiste a aceptar: es un default. Kicillof aduce que es un caso único, que la Argentina ya pagó pero el juez en sus maniobras caprichosas ha impedido que cobren. Y que por lo tanto esto no es un default. ¿Está decidido Kicillof a crear un nuevo diccionario financiero internacional?

Ahora está por verse cuánto tiempo dura este default, si hay un mínimo margen para evitar las duras consecuencias que se nos vienen encima. Hay cola de gente que reclama y exige. Este incumplimiento tiene todas las características para derrumbar la reestructuración de la deuda argentina. ¿Volveremos al 2002? ¿Qué está haciendo mientras tanto la oposición? ¿Toma conciencia de la lluvia ácida de deuda que les caerá cuando tomen el poder? ¿ Han presentado alternativas?