La incertidumbre del crudo

Roberto García Moritán

El precio del barril del petróleo se volvió a desplomar a mínimos de hace más de una década ante la sobreabundancia de la producción mundial. En noviembre las extracciones de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) alcanzaron los 31,57 millones de barriles diarios y superaron en más de un millón el límite acordado hace un año. Las exportaciones de Libia marcaron ese desborde. Estados Unidos se aproxima a los 9,2 millones de barriles diarios. Esa sobreoferta podría ampliarse en la eventualidad de que Irán se incorpore al mercado, de producirse el levantamiento de las sanciones como resultado del acuerdo nuclear. Sin embargo, la capacidad misilística iraní podría postergar esa disponibilidad adicional de crudo.

La baja del precio, tras la reducción de la demanda de China y Europa, refleja el grado de confrontación entre los miembros principales de la OPEP. La última reunión en Viena no pudo acordar un límite a la producción. En gran medida el impasse es resultado de la rivalidad entre Arabia Saudita e Irán y la escalada de tensión entre ambos. También por la nueva dinámica de la guerra en Siria y la creciente presencia militar de Rusia. En ese contexto, Arabia Saudita no parece dispuesta a que Irán o Rusia mejoren sus alicaídas finanzas frente a las exigencias de los respectivos gastos militares.

El principal productor de la OPEP, Arabia Saudita, y los restantes socios del Golfo Pérsico no parecen preocupados por la caída de los precios del crudo, aun cuando se mantenga por un período prolongado. Incluso por debajo de los 25 dólares en el precio del barril mantienen ganancias. La fortaleza de las reservas de los respectivos Bancos Centrales es otro motivo de tranquilidad.

La actual cotización del barril del petróleo es, en cambio, una catástrofe para los productores africanos y latinoamericanos que se encuentran en situaciones vulnerables. Para Venezuela, Ecuador y México, un precio por debajo de los 70 dólares plantea un panorama muy delicado. El resultado electoral en Venezuela y el desplome de su economía es un reflejo. También Ecuador, que se encuentra al borde de la recesión. México, en otro ejemplo, acumula en el 2015 una pérdida de veinte mil millones de dólares y Moody’s redujo la calificación de Pemex y valoró como negativas las perspectivas a futuro.

¿Hasta cuándo se mantendrá la baja del precio del barril de petróleo? Goldman Sachs y Morgan & Stanley han indicado que el barril podría llegar incluso hasta los 20 dólares. Más allá del escenario planteado por los bancos de inversión, la devaluación del yuan, el fortalecimiento del dólar y la incertidumbre sobre las perspectivas de reactivación de la economía global son razones para pensar que la baja del precio del crudo continuará por algún tiempo.

Tampoco está claro si el creciente enfrentamiento entre Arabia Saudita e Irán podría fracturar a la OPEP. Hasta ahora prima la cordura. El mercado de futuros, por ahora, apuesta a la unidad y a una eventual intervención de la OPEP en los precios. Ese optimismo, sin embargo, puede verse afectado por una diversidad de variables, en particular por la producción norteamericana del esquisto y el delicado cuadro de confrontación en Medio Oriente. Habrá que ver también cómo asimilará el mercado la sobreoferta.