SEPA, inflación y después

En estos días nos encontramos de manera ininterrumpida con análisis, comentarios y hasta imágenes que pretenden reflejar el fenómeno de la inflación. Ya ni siquiera tenemos que esperar a escuchar sobre la temática en programas de economía, política o en los noticieros, sino que aparece en programas de espectáculos, deportes u otras yerbas de la radio, la televisión, los diarios y los medios digitales. La democratización de los analistas lleva a una serie de imprecisiones, contradicciones y errores técnicos que hacen casi imposible la comprensión de esta problemática que nos aqueja como país desde hace no menos de ocho años.

Está claro que en poco más de sesenta días de gestión no es demasiado lo que se le puede exigir a un Gobierno en cuanto a resultados. Sí aparece como lógico el cuestionamiento o el elogio si lo que se evalúan son los planes encarados para el combate de un flagelo que es unánimemente visto como nocivo para la salud de la economía de nuestro país y los bolsillos de quienes lo habitan. En este sentido, puede haber cuestionamientos acerca de la falta de un plan articulado y consecuente que ataque los diversos frentes que componen un fenómeno inflacionario que, convengamos, desde hace un par de décadas se encuentra en los libros de los recuerdos de los economistas. En América Latina, el chavismo y el kirchnerismo han logrado reflotarlo, para desgracia de Venezuela y Argentina. Continuar leyendo

Scioli y el miedo a los debates presidenciales

Una iniciativa denominada Argentina Debate y de la cual participan más de cuarenta organizaciones de la sociedad civil puso como objetivo hace más de un año y medio poner fin al “cuco” de los debates presidenciales. Para ello se valió de algo poco ejercitado durante el kirchnerismo, la búsqueda de consenso. Con este objetivo logró ir ampliando su base de sustentación, dándole forma, un manual de procedimiento, una plataforma de transmisión democrática y plural y, fundamentalmente, estableció un mecanismo de diálogo entre los protagonistas del debate. Todo este trabajo, que tendrá su coronación el 4 de octubre a las 21 hs en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, se ve opacado por la decisión de no asistir por parte del candidato del Frente para la Victoria. El clásico de la política argentina, donde el que va al frente no debate, se volverá a repetir en estas elecciones. Efectivamente, Daniel Scioli, que fue parte de las negociaciones y de los acuerdos a través de sus emisarios, hace honor a esa regla no escrita de la política vernácula que impide una confrontación de ideas al estilo de las democracias consolidadas y también de varios de los países de América Latina.

¿Cuáles serían las razones que hicieron que finalmente -y como era de esperarse- el gobernador y su equipo de campaña hayan decidido no participar del debate? Al margen de lo antedicho, con el primer puesto obtenido en las PASO y un escenario que parece no haberse modificado, hay otras motivaciones detrás de la negativa. Todos sabemos que el estilo del exmotonauta no es la confrontación, y un debate donde no solamente habría periodistas preguntando sino que también está prevista la interpelación entre candidatos no es el mejor escenario para Scioli. El equilibrio que necesita -y tanto sabe ejecutar- para pescar votos de los que quieren un cambio (moderado, tal vez) y de los que se resignan a la continuidad del modelo K a través suyo (como transición para muchos de ellos, tal como lo expresó la propia Estela de Carlotto) es lo que más se vería cuestionado en un debate amplio. Scioli pide permanentemente que confíen en él como sujeto político, es el más claro ejemplo de la personalización de la política. Su estrategia es mostrarse y decirse previsible para que el votante deposite en él el deseo de llegar a buen puerto. De allí también la apelación a su historia de vida, a la desgracia personal, al éxito deportivo. Este es el candidato que desean mostrar, los detalles quedan para el elector, es un Scioli para armar. Continuar leyendo

El Muro y la grieta

Mañana se conmemora el 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín. Sin temor a las paradojas fue denominado por sus constructores como Muro de Protección Antifascista, aunque en Occidente se lo conoció -mucho más acertadamente- como Muro de la Vergüenza. Formó parte de las fronteras internas de Alemania durante 28 años por decisión de la República Democrática Alemana (RDA) y como intento de poner un límite al masivo éxodo que ciudadanos de Alemania Oriental emprendían hacia la República Federal Alemana (RFA) a través de Berlín. Su caída implicó el desmoronamiento final de la URSS y de los regímenes de aquellos países que habían adherido al Pacto de Varsovia. La puerta de Brandenburgo será seguramente el epicentro de los festejos por ser ésta un emblema de la unión entre los alemanes. ¿Tendremos los argentinos un símbolo de tamaña importancia como para que nos oriente durante los próximos años? Continuar leyendo

¿A quién le importa el nivel de acatamiento?

Mientras que los problemas reales de los argentinos pasan sin dudas y para todos (tanto detractores como militantes del kirchnerismo) por la inflación, la recesión económica, la inseguridad y los despidos que cada vez afectan a más actividades, el gobierno de Cristina Kirchner se esfuerza por encarar cuestiones que sólo responden a su manía por sostener el relato. Así fue como a toda marcha ingresaron al Congreso Nacional los proyectos para modificar la Ley de Abastecimiento y la pomposamente denominada Ley de Pago Soberano, que pretende cambiar al agente fiduciario para de esta forma eludir el cumplimiento del fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa. Por si esto fuera poco en cuanto a proyectos o ideas que sólo sirven a los efectos de no perder el dominio y la iniciativa en la agenda política, la presidente no se privó de mencionar en su discurso del pasado martes en la provincia de Santiago del Estero la posibilidad de mudar la Capital Federal al interior del país. Casualmente (o no) la propuesta llega junto con el apoyo a la pareja gobernante en aquella provincia, Claudia Ledesma (actual gobernadora) y Gerardo Zamora (ex gobernador, actual senador y segundo en la línea de sucesión presidencial), que ponen en juego su poder con la elección de intendentes y concejales que tendrá lugar este domingo y que se presenta ampliamente favorable al radical kirchnerista. Continuar leyendo

Tensar la cuerda

Algunos de los que la conocen aseguran que Cristina Kirchner nunca va a patear el tablero. Incluso en ciertas declaraciones públicas donde arremete contra posiciones extremas de la izquierda política, en sus expresiones de fe capitalista o en su reconocimiento al necesario fin de lucro empresario, ciertamente daría la sensación de ser una presidente que pretende actuar dentro del sistema democrático liberal. Tal vez este sea el motivo por el cual los mercados le han dado al kirchnerismo más votos de confianza de lo habitual para un gobierno que en los hechos siempre ha buscado entorpecer el libre juego del mercado. Sin embargo, en todos estos años, la mayoría de los medianos y grandes empresarios han optado por hacer la vista gorda – ya sea por temor al castigo o para sacar provecho del maná estatal- al daño permanente y por goteo que el kirchnerismo causó en el sistema político y económico del país y que se ha acelerado en los últimos años.

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Pro.Cre.Auto o cómo tapar errores

El pasado 23 de junio, la Presidente anunció el lanzamiento del Pro.Cre.Auto. La creatividad nunca es usada para la denominación de este tipo de planes pero esto es lo de menos cuando nos damos cuenta de que tanto éste como otros de similares características tienen un origen -errores del propio gobierno- y un destino -el fracaso- comunes. Efectivamente, este plan de financiamiento para la adquisición de algunos modelos de automóviles, lo anuncia el gobierno en un momento en que las automotrices calculan una baja en las ventas cercana al 40% respecto al año pasado. Hay 3 motivos principales para esta notable reducción: la caída de las exportaciones a Brasil, la devaluación de nuestra moneda y el impuesto extraordinario sobre los autos que, de acuerdo a los actuales valores de las unidades, no recae exclusivamente sobre los modelos y marcas denominadas “de alta gama”. Como mínimo, en dos de las tres causas principales, la responsabilidad es directamente del Gobierno nacional.

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Maltratar al soberano

Seguramente al momento en que usted esté leyendo estas líneas los distintos gremios docentes habrán aceptado la “oferta superadora” que el gobierno bonaerense les llevó en la voz de su jefe de gabinete Alberto Pérez. Sin embargo, sería bueno hurgar en las razones de un conflicto que dejó a más de 3 millones de niños bonaerenses sin clases por más de 15 días.

El kirchnerismo atravesó la huelga docente en la provincia de Buenos Aires cual chico que barrena despreocupado las olas durante las vacaciones familiares. No quiso intervenir de manera directa para ninguno de los bandos en pugna esperando quizás el desgaste en ambos sectores. Usó ese 6% del PBI que invierte en educación a partir de 2010 como su caballito de batalla para dejar a resguardo su vocación por fortalecer la educación pública sin ejercer un rol activo en la solución de esta situación particular. Apostó, de alguna manera, a resignificar el slogan de la ciudad del pecado; “lo que pasa en Buenos Aires, queda en Buenos Aires”. No es algo que debiera sorprender ya que ese es el modo en que actúa el kirchnerismo. Bien lo sabemos los porteños que hace años pagamos caro el darle la espalda en las elecciones locales. También lo saben los cordobeses que debieron esperar demasiado tiempo para recibir la ayuda de Gendarmería durante la huelga policial que tuvo a la provincia acechada por una ola de saqueos. Lo entienden los santafecinos que comprenden, a partir de las palabras del diputado de La Cámpora Andrés Larroque, que son gobernados por el narco-socialismo.

Si nos atenemos a los exámenes internacionales, la fuerte inversión realizada en educación no se reflejada en la calidad de la misma. ¿De qué sirven esos 6 puntos del PBI si la mayoría de los chicos en la provincia más populosa del país ni siquiera pueden comenzar sus clases en tiempo y forma? Si bien no es el primer año que esto sucede, el gobierno nacional debería tener en cuenta que en esta ocasión, el fondo del conflicto está en el proceso inflacionario que por tanto tiempo negó y que, cual olla a presión, explotó a principios de año junto con la devaluación de la moneda. El objetivo de máxima del kirchnerismo -poner un techo no declarado de 25% a las paritarias- es ahora a todas luces utópico.

Desde el sciolismo han insistido en que el conflicto y la intransigencia de los dirigentes sindicales durante la negociación son motorizados por Sergio Massa. Está claro que culpar a viva voz al kirchnerismo implicaría una ruptura que el gobernador no está dispuesto a afrontar en este momento pero no hay que ser un observador demasiado entrenado para ver que los cuatro sindicatos que encabezaron la protesta son kirchneristas (Ctera, UDA, Sadop y Suteba). Eso no es todo; Pablo Ferreyra, legislador porteño electo por una lista ligada al kirchnerismo, se ha mostrado al lado de Roberto Baradel durante el conflicto. El propio jefe de Suteba estuvo en el programa de difusión kirchnerista 678. Es cierto también que dirigentes de distintos frentes de izquierda integran los distintos consejos directivos de los gremios docentes por lo cual dificultan aún más la negociación. Los acontecimientos políticos nunca son unicausales.

La cadena nacional que ofreció Cristina Fernández el pasado jueves fue para justificar el anuncio de recortes hecho por Kicillof y De Vido en la mañana pero, con Scioli sentado a su lado, no hubo ninguna mención al conflicto docente. Resultó extraño sobre todo si recordamos que el 1º de marzo, con motivo de la apertura de las sesiones ordinarias frente a la Asamblea Legislativa, la presidente tomó 10 minutos de su alocución para referirse al tema. Les mojó la oreja mencionando lo largas de sus vacaciones e Incluso se animó a poner en cuestión el tema del presentismo, algo que irrita tanto a las bases como a los dirigentes del sector. De todos modos, en el sosegado clima de Olivos, seguramente Scioli aprovechó para pedir ayuda a la presidente y destrabar así el conflicto. Inmediatamente después, el mandatario provincial decidió enviar con una nueva oferta a su jefe de gabinete. Fue con la misión de hacer una propuesta que no puedan rechazar.

El conflicto le va a permitir al gobernador sacar conclusiones políticas. Quizás no todos sus funcionarios están aptos para el discurso de mesura y tolerancia que él quiere transmitir bajo cualquier circunstancia. Seguramente están contados los días de Nora de Lucía al frente de la Dirección de Cultura y Educación de la provincia. La mención de un sueldo posible de $44.000 no fue una buena estrategia cuando la mayoría de los docentes bonaerenses están a años luz de un ingreso así.

La ruptura entre Daniel Scioli y el kirchnerismo es inevitable. Lo que ahora se juega es la imagen pública del conflicto. Ninguno de los dos sectores quiere aparecer como el que traiciona. Cristina pretende una decorosa salida recluyéndose en tropa propia y el gobernador quiere fortalecer la idea de continuidad con cambios. Estimo que a esta altura todo el entorno de Scioli se habrá dado cuenta de la imposibilidad de conseguir el apoyo de la presidente a su candidatura.

La intervención de la justicia sobre cuestiones que son básicamente políticas resulta siempre confusa y también lo fue en este caso. La obligación de levantar la huelga que dos jueces pretendieron imponerles a los docentes atentó contra un derecho constitucional. Lo que sí debería revisarse es la diferencia en la estabilidad de los cargos que hay entre un establecimiento público y uno privado, lo que genera sin dudas una distorsión en el desempeño docente.

Es difícil cerrar estas líneas sin una reflexión que incorpore un componente moral. Después de todo, pese a lo que dicen los docentes, los días perdidos por esos millones de chicos no se recuperan. No todos tenemos el mismo proyecto educativo y tampoco acordamos en cuál es la mejor forma de llevarlo adelante pero sí coincidimos en que la educación es uno de los pilares fundamentales para la inserción social del individuo y para el desarrollo del país en el concierto mundial.