Desde que Sergio Massa se fotografió con Gerardo Morales, el candidato de la UCR a la gobernación de Jujuy, el proceso de la desintegración del Unen parece ya irreversible. Morales no es cualquiera. Preside el bloque de senadores de la UCR y fue, hasta no hace mucho, presidente del radicalismo. Por eso, su decisión de pactar con Massa anticipa el camino que seguirán otros candidatos de la UCR en las provincias. El radical Cano, en Tucumán, tiene pensado un acuerdo similar, y lo mismo sucedería en La Rioja. La alianza de los radicales con chances electorales en las provincias con el candidato del Frente Renovador ha dejado colgado de un pincel a los ‘presidenciables’ del Unen. La fuga hacia Massa es la confesión de que ninguno de ellos tiene posibilidades reales y que son considerados salvavidas de plomo por sus punteros provinciales y municipales. No debe sorprender que Cobos y Binner hayan puesto el grito en el cielo contra esos acuerdos, viendo un vaciamiento de sus respectivas candidaturas. Debido a ello, la variante más probable es que ambos terminen desistiendo de sus ambiciones presidenciales para refugiarse en sus propias provincias. Ya se comenta que Cobos iría de candidato a gobernador por Mendoza y que Binner volvería a postularse en Santa Fe, apremiado por la crisis del propio Frente Cívico. Continuar leyendo
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Postales que dejó el 24 de marzo
La jornada del 24 de marzo puso el punto sobre las íes al “derechohumanismo” kirchnerista. La inmensa movilización del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, denunciando la designación del genocida Milani como Jefe del Ejército, así como las condenas contra los obreros de Las Heras dictadas por una Justicia sometida a los monopolios petroleros y al gobierno, contrastaron con la marcha armada por los punteros oficialistas, claramente minoritaria y carente de entusiasmo y hasta de mística.
Este contraste convirtió a la jornada de 24 de marzo en otro capítulo del ascenso de la izquierda y de la retirada del gobierno kirchnerista. Mención aparte merece Sergio Massa, que decidió pasar el 24 de marzo en Nueva York en compañía de los “inversores” que apadrinaron el golpe genocida hace 38 años.
Impostura
La consigna utilizada por la conmemoración oficialista, “Democracia o corporaciones”, es el colmo de la hipocresía, puesta en boca de un gobierno desesperado por arreglar con todas esas corporaciones en tiempo récord. Salvo, claro, que se quiera presentar a Chevrón, Repsol o el CIADI como garantes de la democracia. CFK ni siquiera se hizo presente para acompañar esta farsa – no sea que arruine el acuerdo con el Club de París. Su acción “militante” se limitó a un tuit sobre su esposo. Horas antes, un tribunal de Santa Cruz digitado por el poder político provincial y nacional dictó prisión preventiva contra obreros petroleros que luchan contra el impuesto al salario y la tercerización.
El faltazo de CFK convirtió al ministro Julio Alak, un defensor acérrimo del indulto y abogado personal de Carlos Menem, en el orador en la Esma. Así, el Día de la Memoria derivó en una operación de encubrimiento fingiendo un olvido colectivo. El cierre a cargo de Carlos Zannini, sin protagonismo para gobernadores e intendentes, transformó el 24 de marzo en un nuevo capítulo de la crisis del aparato justicialista.
El avance de la izquierda
La movilización del 24 de marzo organizada por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia fue realmente popular. Testimonio de ello fue la presencia de los docentes que están en huelga indefinida por su salario, de los petroleros de Las Heras, de los dirigentes Qom, de los centros de estudiantes (que le ganaron a La Cámpora colegio por colegio en votaciones de asamblea la adhesión a la marcha independiente), de los familiares de la masacre de Once y de Cromagnón. Se hicieron presentes dirigentes de los derechos humanos, que en años anteriores organizaban marchas “intermedias” entre el gobierno y la izquierda, y que ahora estrechan filas con ésta para enfrentar a un gobierno en abierto giro a la derecha.
El repudio a la designación de Milani fue el eje político de la marcha, lo que refrenda el proyecto de destitución que presentó el Frente de Izquierda en el Congreso. La centroizquierda no tuvo protagonismo. Pino Solanas, que en el pasado solía asomarse por estas marchas, ahora es cuarto violín de los ejecutores de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Todo el bloque UNEN sufrió una derrota política cuando el Encuentro Memoria Verdad y Justicia rechazó que participara en el sorteo de la marcha, considerando que son parte de un bloque político responsable de la impunidad. El UNEN se limitó a realizar un acto en una Iglesia y la UCR a una actividad interna en su local central.
Perspectivas
La Plaza de Mayo, repleta por miles de personas, fue un respaldo a la gran huelga docente, por eso contó con una masiva presencia de los protagonistas de esta lucha histórica. Desde un punto de vista estratégico expresó la fusión de la izquierda con las causas populares.
El 24 de marzo se convirtió, gracias a una lucha decidida, en una jornada de polarización política real, pues opuso a bloques que representan intereses sociales antagónicos y no a punteros del propio partido gobernante. La tarea del momento es desarrollar esa polarización impulsado una fuerte campaña por la huelga general y por una salida política de los trabajadores.
En esa perspectiva trabajan el Partido Obrero y el Frente de Izquierda.
El día después
En los últimos tiempos, ocurrieron hechos que confirman el carácter irreversible del retroceso del kirchnerismo. Uno de ellos viene del mundo del espectáculo. Nos referimos al acuerdo que suscribieron Cristóbal López (uno de los empresarios del riñón del oficialismo) con Marcelo Tinelli y Canal 13, del archienemigo Héctor Magnetto. El empresario adquirió la productora Ideas del Sur del famoso conductor, quien seguirá protagonizando “Showmatch”. Este, junto a otros programas que elaborará la empresa de Cristóbal López, se pasarán por la pantalla de Canal 13. Uno de los programas sería entre Tinelli y ¡Lanata! Es difícil no percibir el retroceso que este acuerdo representa.
Sólo hace unos meses atrás, el gobierno quiso forzar la salida de Tinelli del Canal 13 de Magnetto. En parte lo lograron, porque en el crucial año electoral, Tinelli levantó su programa. Pero ahora, luego de la derrota sin atenuantes de agosto, es éste quien le “roba” al kirchnerismo uno de sus principales “burgueses nacionales”, al que ayudó a enriquecerse con la obra pública de Santa Cruz y el negocio del juego. Resulta obvio, además, que este acuerdo refuerza la posición del grupo Clarín para el fallo de la Corte sobre la Ley de Medios.
Un viraje de fondo
Mientras Cristina Kirchner fatiga la tribuna acusando a la oposición de representar los “intereses corporativos”, sus representantes recorren Nueva York tejiendo un delicado acuerdo con los fondos buitres, el FMI y el Banco Mundial, los que suponen una modificación radical de la actual política económica. El silencio de Sergio Massa, Mauricio Macri y Hermes Binner sobre estos manejos de trastienda no deja de ser clarificador, no sólo porque muestran el carácter artificial de sus campañas electorales, sino porque delata un acuerdo de fondo entre los políticos capitalistas para aplicar un programa contrario a los intereses de los trabajadores.
Detrás del presupuesto
Es indudable que el proyecto de Presupuesto 2014 enviado por el gobierno al Congreso es un “dibujo”. Tampoco son ciertas las proyecciones de inflación o el superávit fiscal que se anuncian, por lo que se marcha a un agujero del fisco de proporciones a financiar mediante la emisión monetaria y el saqueo de la Anses, el Banco Nación, el Central y otras cajas del Estado. Detrás de la adulteración estadística se esconde el propósito de manejar la política económica por medios de excepción.
La oposición denuncia el “dibujo”, pero no cuestiona en lo más mínimo el tema de fondo. El Presupuesto plantea utilizar casi 10.000 millones de dólares del Banco Central para cancelar vencimientos de capital de la deuda externa, así como una cifra exorbitante en pesos para enfrentar el vencimiento de intereses. Dentro de los pagos presupuestados para 2014, estarían los 4.000 millones de dólares para el Cupón PBI, que surgiría de presentar un crecimiento económico muy por encima del real. El pago de este Cupón, desde que fuera emitido con el canje de deuda del año 2005, sirvió para neutralizar la promocionada “quita” realizada por Néstor Kirchner y Roberto Lavagna. Finalmente, es una de las causas que explican por qué la deuda pública creció hasta superar holgadamente los 200.000 millones de dólares, aunque en ese mismo lapso pagamos deuda por 176.000 millones -según reconociera la propia Presidenta cuando se autocalificó como “pagadora serial”.
En busca de un acuerdo
El pago del Cupón PBI que establece el Presupuesto para el año que viene no puede explicarse si no es por el intento del gobierno de ofrecerle un gancho a los acreedores y a los fondos buitres para buscar un acuerdo por afuera de la Justicia de Nueva York. Ha trascendido que el acuerdo podría incorporar el pago en efectivo de una parte de la deuda y el resto ser compensado con la emisión de nuevos bonos, a los que se le añadiría el cupón PBI. En cualquier caso, el resultado final sería un nuevo incremento del stock de deuda, lo que la llevaría por encima de la relación promedio entre la deuda y el PBI que Argentina tuvo en la década del ’90.
Para avanzar en la negociación con los fondos buitres, el gobierno debe resolver toda la agenda pendiente que reclama el capital financiero. Por eso mismo, ya habría un acuerdo con las cinco empresas que ganaron los juicios en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), a las cuales el gobierno les pagaría 500 millones de dólares emitiendo nuevos bonos. Pero la lista en el Ciadi es más larga: está el caso Repsol, el más importante de todos, con su demanda por la expropiación de sus acciones por parte del Estado. De más está decir que el reconocimiento de los juicios en el Ciadi, un tribunal que pertenece al Banco Mundial y que viola por completo la soberanía nacional, supone otro factor de aumento de una deuda usuraria.
Con la negociación con el Ciadi y con el Club de París (que reclama una deuda de 7.000 millones más intereses), el gobierno gana tiempo para cerrar un acuerdo con los fondos buitres. Es que recién el año que viene vence la cláusula que Néstor Kirchner inscribió en el canje de 2005, que establecía que cualquier beneficio que se le otorgue en el futuro a un bonista que no entró al canje debe generalizarse para todos. Pasada esa fecha, el gobierno queda con las manos libres para cerrar un acuerdo con los fondos buitres, entregándoles nuevas concesiones.
Endeudamiento y devaluación
Estas negociaciones realizadas por el gobierno suponen, en el caso de prosperar, un cambio general de la política económica. La necesidad de hacer frente a nuevos pagos de la deuda requiere el ingreso de dólares del exterior, los que no pueden depender exclusivamente de un saldo comercial favorable -el cual, dicho de paso, está en claro retroceso. Pero el ingreso de dólares no es compatible con el cepo cambiario y con la restricción existente en el giro de utilidades, como lo probó el fracaso del blanqueo de capitales y la emisión de Cedines. El gran capital reclama recuperar libertad de movimientos para llevar a cabo un nuevo ciclo de endeudamiento. Quien dio el primer paso en ese sentido fue la “nacional y popular” YPF, que colocó deuda en Londres como parte de un plan más amplio de endeudamiento en esa y en otras plazas del capital financiero internacional.
Este giro general de la política económica no puede darse sin una fuerte devaluación de la moneda, la que permita, por un lado, levantar el cepo y las restricciones al giro de divisas y, por el otro, incentivar el ingreso de dólares mediante el abaratamiento generalizado de la economía. Una devaluación de tal magnitud podría conducir a una hiperinflación, salvo que se la complemente con fuertes medidas recesivas -como, por ejemplo, la reducción del gasto público con un ajuste fiscal y, por sobre todo, con un ataque directo al salario de los trabajadores.
La clase capitalista reclama este giro. Como parte de las previsiones de lo que se viene, deben entenderse las negociaciones sobre un nuevo índice inflacionario que se están sustanciando entre el equipo económico y el FMI. La idea es preparar el terreno para habilitar una indexación de la economía, que alcance incluso a los títulos de deuda que emita el gobierno. De este modo, queda claro que el llamado “desendeudamiento” -el cual fue una transferencia de deuda del gran capital financiero a la Anses, el Banco Central y hasta el Pami-, será usado ahora para iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento internacional.
La campaña electoral
El desarrollo de la campaña electoral de acá a octubre estará atravesado por los intentos del gobierno de arribar a un acuerdo con los fondos buitres, el Ciadi y el FMI. De igual modo que el gobierno sepultó su política de “derechos humanos” para poner al pistolero Granados al frente del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, la derrota sufrida en las PASO acelera la tendencia ya existente en el gobierno para tomar el programa de la clase capitalista a favor de una devaluación, un ajuste y un nuevo ciclo de endeudamiento que pagarán con creces los trabajadores.
En esta nueva fase de la campaña electoral que se abre, el Frente de Izquierda denunciará la dependencia del gobierno y de la oposición tradicional con los saqueadores del país.
A dónde va el kirchnerismo ahora
Ni los kirchneristas creen que han sufrido un ‘tropiezo’ electoral, aunque algunos fantaseen con recrear la transición que siguió a la derrota electoral de 2009. Lo prueba el cruce de opiniones y el pase de facturas que han generado en el oficialismo los resultados de las primarias.
Para Horacio Verbtisky, el gobierno hizo una elección de medio término satisfactoria. Si en algún caso hubo un retroceso de votos, no habría que preocuparse, porque quien gana las elecciones de medio término nunca repite ese resultado en las presidenciales. De esta tesis debiera extraerse la conclusión que conviene perder.
El relato oficial de la derrota K
La derrota electoral del kirchnerismo ha sido categórica. Pero no faltan quienes pretenden disimular sus alcances y perspectivas. En la primera fila de los que relativizan el resultado adverso está ¡cuándo no! Horacio Verbitsky, para quien la continuidad del gobierno hace a la sobrevivencia de su propia camarilla -empezando por la que usufructúa en Página/12 los beneficios de la pauta oficial.
Verbitsky señala que el triunfo de Massa tiene destinatarios concretos, los empresarios que se reunieron días antes de las elecciones para escuchar al intendente de Tigre, entre los que se encontraban el dueño de Aeropuertos 2000, Eduardo Eurnekian, los de Ledesma (estuvo hasta Federico Nicholson, el compañero de golf del vicepresidente Amado Boudou), el capo de Fiat (Rattazzi) y otros de la UIA y la Bolsa de Comercio. Ahora el presidente del CELS se horroriza por el apoyo empresarial a Massa, sin percatarse de que hasta no hace mucho todos ellos le daban ese apoyo al gobierno kirchnerista.
Las perspectivas electorales del Frente de Izquierda
Las primeras encuestas de opinión que se han conocido en los últimos días, a pesar de las diferencias entre sí, arrojan un dato que es común a todas: en Capital y Buenos Aires, el Frente de Izquierda aparece recogiendo una intención de voto, para las primarias de agosto, que se acerca al logrado en octubre de 2011.
En ese caso, lo que fue nuestro techo hace dos años sería ahora el piso para afrontar los desafíos que tenemos por delante. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, son varias las encuestas que indican que la candidatura a diputado de Jorge Altamira tiene una intención de voto superior al 5 %. Como punto de partida es un dato auspicioso. Si bien la conquista de un diputado nacional requiere superar el 6 %, es claro que las posibilidades para lograrlo están más que intactas. Proyectando el voto hacia la Legislatura porteña, ese porcentaje nos coloca peleando no uno, sino dos legisladores. De confirmarse estos resultados en agosto, se abre hacia octubre una perspectiva de crecimiento. Entre otras cuestiones, se habrá superado la interna confusionista del UNEN, que busca atraer a votantes con el argumento de que es la única interna realmente en disputa.