Por: Gabriel Solano
Desde que Sergio Massa se fotografió con Gerardo Morales, el candidato de la UCR a la gobernación de Jujuy, el proceso de la desintegración del Unen parece ya irreversible. Morales no es cualquiera. Preside el bloque de senadores de la UCR y fue, hasta no hace mucho, presidente del radicalismo. Por eso, su decisión de pactar con Massa anticipa el camino que seguirán otros candidatos de la UCR en las provincias. El radical Cano, en Tucumán, tiene pensado un acuerdo similar, y lo mismo sucedería en La Rioja. La alianza de los radicales con chances electorales en las provincias con el candidato del Frente Renovador ha dejado colgado de un pincel a los ‘presidenciables’ del Unen. La fuga hacia Massa es la confesión de que ninguno de ellos tiene posibilidades reales y que son considerados salvavidas de plomo por sus punteros provinciales y municipales. No debe sorprender que Cobos y Binner hayan puesto el grito en el cielo contra esos acuerdos, viendo un vaciamiento de sus respectivas candidaturas. Debido a ello, la variante más probable es que ambos terminen desistiendo de sus ambiciones presidenciales para refugiarse en sus propias provincias. Ya se comenta que Cobos iría de candidato a gobernador por Mendoza y que Binner volvería a postularse en Santa Fe, apremiado por la crisis del propio Frente Cívico.
El otro perdedor de estas alianzas de los punteros de la UCR con Massa es Mauricio Macri, quien también pretendía quedarse con esos respaldos. En el caso de Córdoba, la alianza del PRO con la UCR se mantendría, con lo cual se abre un panorama de división de la UCR en dos o en tres. De este modo se consolida la volatilización de la UCR como fuerza nacional y su disolución en partidos provinciales, muy vinculados con los intereses de los grupos capitalistas locales. En el caso de Córdoba, por ejemplo, el planteo de Macri de eliminar las retenciones coincide con el capital sojero que reclama esa medida, cuando cae el precio internacional de la soja y la inflación consumió los ‘beneficios’ de la devaluación de enero. En La Rioja, Massa hizo declaraciones críticas para el capital minero, lo que chocaría con Cobos en Mendoza, que es quien encabeza la campaña para modificar la ley que prohíbe la minería a cielo abierto. Lo mismo ocurre en Catamarca, donde la UCR fue la aliada histórica del monopolio Minera Alumbrera.
El “ala izquierda”, en crisis
En estas nuevas alianzas con Massa, la mayor crisis le ha quedado planteada al ala izquierda del Unen, que aspiraba a conquistar posiciones parlamentarias yendo como cuarto violín de los Binner, Cobos o Sanz. Para rechazar el acuerdo con Macri, los Pino Solanas y Tumini se aliaron con quienes ahora pactan con Massa. La deserción de los candidatos que se avecina puede replantear, como hipótesis, el intento de formar una nueva alianza centroizquierdista; o sea, una vuelta a Proyecto Sur. De darse esta alternativa, tendríamos una variante centroizquierdista protagonizada por fracasados políticos. Pese a ello podría despertar el interés de un sector de la izquierda que ya en el pasado estuvo dispuesta a ir con Pino Solanas, Stolbizer y hasta con Binner, pero que puso como “límite” a la UCR.
La desintegración del Unen conduce a una ‘derechización’ de un escenario electoral monopolizado por los Massa, Macri y Scioli. Para la izquierda que lucha por una salida anticapitalista a la bancarrota actual, este escenario de disolución política debe explotarse mediante una acción política sistemática, que debe tener como estrategia la fusión del movimiento obrero con la izquierda.