Tras la aprobación por parte del Parlamento paraguayo del protocolo de adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur, el bloque regional ampliado podrá contar con todos sus miembros en la próxima cumbre que se realizará en Caracas el 17 de enero de 2014.
De esta forma, si bien Venezuela ya había sido incorporada en agosto de 2012 como miembro pleno mientras Paraguay se encontraba suspendido luego de la destitución del ex presidente Fernando Lugo, se completa la adhesión del país caribeño al Mercado Común del Sur.
Recordemos que el Congreso paraguayo había trabado la incorporación de Venezuela desde 2006, que Paraguay fue suspendido entre junio de 2012 y agosto de 2013 y que, luego de su reincorporación, el presidente Horacio Cartes decidió no participar de las reuniones del bloque hasta tanto no se analizaran las medidas tomadas durante la suspensión de su país. Así, los cinco miembros plenos del Mercosur -con el proceso de incorporación de Bolivia en marcha- se encaminan a profundizar la integración regional, fortalecer el desarrollo con inclusión social y potenciar el crecimiento a través del comercio.
La década ganada en el Mercosur
Con Venezuela como miembro pleno, el Mercosur cuenta con un territorio que ocupa el 72% de Sudamérica, una población que supera las 280 millones de personas (70% del total de la región) y un PIB superior a los 3.100 millones de dólares (casi el 80% del producto sudamericano).
Por su parte, es imposible soslayar que durante la última década, el producto bruto del Mercosur creció a una tasa promedio del 5,6% y redujo su nivel de desempleo en 8 puntos porcentuales superando así la media de crecimiento (5,1%) y la reducción de la desocupación en el resto de los países sudamericanos (-3,1%).
Asimismo, la unidad del Mercosur y las políticas de incentivo del consumo popular posibilitaron la profundización del crecimiento con inclusión social en los países miembros a pesar de la crisis global. En este sentido, un reciente informe de la Cepal valora el crecimiento económico, la reducción de la pobreza, la indigencia y la desigualdad en la región durante la última década, ubicando a la Argentina y Uruguay como los países con mejor desempeño en materia de reducción de la desigualdad.
El relacionamiento externo y el acuerdo Mercosur-UE
Consolidado el proceso de adhesión de Venezuela como miembro pleno y reincorporación de Paraguay, uno de los grandes temas que marca la agenda del Mercosur es la negociación del acuerdo comercial birregional con la Unión Europea, que, si bien comenzó hace casi 20 años, estaría entrando en su etapa final.
Ambos bloques habían acordado durante la cumbre Celac-Unión Europea, realizada en enero de este año, intercambiar propuestas de reducción arancelaria y listas de productos a finales de 2013. Sin embargo, y a pesar de que el Mercosur confirmó que se encuentra en condiciones de presentar una propuesta común cumpliendo el plazo establecido, la Unión Europea decidió, unilateralmente y sin utilizar los canales institucionales de negociación, posponer el intercambio de listas argumentando que el bloque europeo aún no ha consolidado una oferta debido a la resistencia interna a realizar concesiones en materia agrícola.
En este sentido, tanto el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, como el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina, Carlos Bianco, expresaron su sorpresa y preocupación “por la postergación unilateral por parte de la Unión Europea de la presentación de las ofertas de bienes, servicios, inversiones y compras gubernamentales prevista para mediados de diciembre, en el marco del acuerdo que dicho bloque viene negociando con el Mercosur” así como también reafirmaron “la necesidad de encauzar la negociación a través de los canales institucionales correspondientes” debido a que la postergación del intercambio de ofertas fue anunciada durante la reunión ministerial de la OMC por el comisario europeo de comercio al canciller brasileño en lugar de hacerlo a través de la Presidencia Pro Témpore del Mercosur. Es importante conocer que los miembros del Mercosur deben negociar los acuerdos comerciales en bloque y no bilateralmente según lo establecido en el Tratado Constitutivo.
Sin dudas, las claves de la negociación serán el respeto del marco institucional para la negociación y el fin del proteccionismo agrícola europeo, es decir, la eliminación de los subsidios a la producción y a la exportación de productos agrícolas que aplica la Unión Europea en el marco de su Política Agrícola Común y el mayor acceso al mercado comunitario de alimentos, fuertemente protegido por barreras tanto arancelarias como no arancelarias. Ejemplo de estas políticas es el cierre del mercado europeo al biodiesel de origen argentino que originó la demanda presentada días atrás por nuestro país ante la OMC.
Para finalizar, es importante destacar que sólo será posible alcanzar un acuerdo beneficioso para ambos bloques si realmente contribuye a equilibrar los desbalances comerciales previos contemplando las asimetrías en el desarrollo relativo de los países.
Entre los desafíos que deberá enfrentar el Mercosur ante la reconfiguración del mundo y las relaciones comerciales, podemos mencionar la ratificación y ampliación de la unidad regional, sortear la reprimarización de sus exportaciones, profundizar la integración productiva y la inclusión social favoreciendo la generación de mayor valor agregado y el crecimiento industrial.