La fortaleza argentina en un mundo que gira al revés

Javier Cernadas

Los ministros de Economía y Finanzas de las principales naciones desarrolladas y emergentes nucleadas en el G-20 (la Unión Europea, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, México, Japón, China, Corea del Sur, India, Indonesia, Arabia Saudita, Rusia, Sudáfrica, Turquía y Australia), se reunieron días atrás en Washington en ocasión dela Cumbre de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Tras el encuentro, el G-20 emitió un comunicado en el cual se destacaron como objetivos centrales lograr un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado, así como la creación de empleo. A su vez, se insta a mantener la sostenibilidad fiscal en las economías desarrolladas, avanzar en una reforma de los organismos internacionales de crédito y evitar una guerra de divisas.

Por otro lado, Rusia (este año preside el Grupo) no pudo conseguir un acuerdo para establecer límites al endeudamiento de los miembros, vinculando la deuda con cierto porcentaje del PIB. Esto se debió a la oposición de Estados Unidos y Japón, dos de los países con mayor deuda en relación al PIB, 107% y 238% respectivamente.

A su vez, se analiza la realidad actual destacando que el crecimiento global es demasiado débil, el desempleo sigue siendo muy alto en muchos países, la recuperación continúa a ritmo irregular y avanza a diferentes velocidades.

Focalizando en los ejes prioritarios comunicados por el G-20 durante lo que fue la previa dela Cumbre de Líderes, que se realizará en septiembre próximo, podemos afirmar que, en materia de desempleo, Argentina ocupa el cuarto lugar entre los miembros que más lo redujeron desde los inicios de la crisis internacional, sólo detrás de Brasil, Alemania e Indonesia.

Debemos considerar que en su mayoría, los países vieron incrementar su nivel de desocupación. Aun así, el nuestro redujo el desempleo un 1,3%, pasando del 8,5% en 2007 al 7,2% en 2012.

Por otro lado, la deuda pública argentina se encuentra entre las más manejables dentro del G-20, teniendo en cuenta que representó un 44,9% del PBI hacia finales del pasado año. Existen problemas con la deuda en la mayoría de los miembros: el caso más extremo es el de Japón (su deuda pública equivale al 238% del PIB) y lo siguen Italia (127%) y Estados Unidos (107%). A su vez, la deuda dela Unión Europeaen su conjunto es igual al 85% del PIB, pero con situaciones disímiles hacia su interior, con extremados casos como el de Grecia, cuya deuda representa un 157% de su PIB.

La solución argentina para la crisis global 

Nuestro país es uno de los mercados emergentes que avanza a mayor velocidad experimentando un crecimiento relativamente fuerte. En el comunicado mencionado se aprecia que muchos de los objetivos planteados coinciden con las soluciones que el modelo económico argentino promovió desde el 2003. Asimismo, las políticas llevadas a cabo por nuestro país para sobrellevar la crisis internacional comienzan a sonar con más fuerza en los foros luego de cinco años de fallidos intentos por alcanzar la recuperación de la economía mundial.

Por eso otras voces se suman a la postura argentina y sostienen que el mundo debe fortalecer sostenidamente los procesos de crecimiento por encima de la consolidación fiscal, poniendo el foco en la creación de fuentes de trabajo, la redistribución del ingreso y la recuperación del consumo. A su vez, se reconoció que los países emergentes deben alcanzar una mayor participación en el gobierno del FMI, que se debe reducir la dependencia de las calificadoras de riesgo y que deben manejarse de manera prudente las deudas soberanas.

La situación en Europa y las viejas recetas de endeudamiento y ajustes 

Cuando en el documento se dice que la economía global avanza a diferentes velocidades, debemos destacar que la más lenta es la Zona Euro. Durante el último año, el PIB de la Unión Europea en su conjunto decreció un 0,2%, con peores desempeños en los países denominados PIGS – Portugal (-3,2%), Italia (-2,4%), Grecia (-6,4%) y España (-1,4%).

Sin embargo, existen contradicciones entre lo expuesto en la Cumbre de Ministros de Economía y las políticas impuestas por la Troika (FMI, BM y BCE) a los países europeos en crisis. Si bien se reconocen como prioridades el crecimiento económico y la reducción del desempleo, estos organismos insisten con políticas de ajuste fiscal combinadas con planes de “rescate” (mayor endeudamiento) que lo único que han hecho es profundizar la crisis, provocando una caída del PBI y un desempleo mayor. Así, lo único que crece es el nivel de endeudamiento, y esa deuda luego debe ser refinanciada debido a la imposibilidad de generar los ingresos para hacerle frente. Semanas atrás, Grecia y Portugal debieron renegociar los plazos de la deuda, pero a cambio la Troika impuso como condición la aplicación de nuevos planes de ajuste, lo cual se traduce en despidos en la administración pública, reducción de salarios y menor inversión estatal, que lo único que hacen es desalentar aún más la reactivación.

Por el camino correcto 

Con este panorama mundial, en donde el estancamiento, la deuda y el desempleo son el principal problema para los países en crisis, debemos profundizar el rumbo iniciado en 2003 con la certeza de que la Argentina está en el camino correcto, que no está aislada del mundo sino que son los países en crisis los que van a contramano y no encuentran las soluciones que nosotros ya encontramos hace exactamente diez años.

Una deuda baja en relación al PBI, la tasa de desocupación en descenso y un crecimiento récord durante la década ganada, dan sustento a las propuestas argentinas que cada vez cobran más fuerza, al menos discursivamente, en los organismos internacionales.