Voté a Mauricio Macri por su aporte a la democracia; Daniel Scioli expresaba para mi visión todos los delirios de la corrupta burocracia oculta detrás de una simulada mirada progresista. Y digo “simulada” porque la gran mayoría de sus actores tenía un pasado parecido al del juez Raúl Zaffaroni, a pura dictadura, sin un gesto en la dura (los años oscuros), en la difícil, para después sobreactuar libertades. Lo pongo como ejemplo de tantos que fueron o de la dictadura o del menemismo y luego se compraron el incoherente verso kirchnerista como si formaran parte de un ejército que enfrentaba a los poderosos. Intentar sustituir a los capitalistas es tan sólo cambiar de amo y hacer beneficencia nada tiene que ver con el peronismo pero sí está relacionado con sus más claros enemigos con los que se supo enfrentar.
Al llegar a Rosario, uno se asombra viendo cómo, en medio de la miseria infinita de los barrios de chapas, sobresale el inmenso edificio de un casino que el kirchnerismo nos legó como la foto de su inconsciente. Menem era la entrega de todo lo nacional al capital extranjero, los Kirchner fueron el juego y los empleados públicos, que sumado a infinitos subsidios sociales nos marcaron un duro camino hacia la decadencia. Continuar leyendo