Poderoso caballero, don Miedo

Las mediciones y los pronósticos parecen indicar que hay dos candidatos cabeza a cabeza y dado que las propuestas no han sido, al menos hasta acá, el eje para marcar diferencias, es un ejercicio intelectual descubrir qué herramienta política va a esgrimir cada uno para diferenciarse en el tramo final de la carrera.

Ya no es el dinero el principal problema de las campañas de los candidatos presidenciales. No al menos en el caso de Daniel Scioli y Mauricio Macri. La amplia disponibilidad sobre los recursos públicos ejercida, como se ha visto a través de sendos aparatos de publicidad en sus respectivos distritos, les facilita la viralización de imágenes y consignas. Fotos, colores, globos, carteles, sombrillas y remeras son la cuota inocente de seducción sobre los eventuales votantes, pero es poco probable que con eso solo determinen la decisión de los que faltan.

Se desconoce la estrategia que encararía el PRO para transitar estos meses claves hasta octubre, pero el Frente para la Victoria, sin duda, construye su fortaleza alrededor del miedo.

Trabaja sin descanso sobre el miedo de los de abajo a perder los planes que reparte en su calidad de Estado con la discrecionalidad que caracteriza a los populismos. Acciona sobre sus rehenes, mientras les dice que solo ellos son garantes de la continuidad de la limosna. Lamentablemente para los sectores postergados tampoco eso es cierto, porque, si bien el sistema de dádivas debería abandonarse por perverso, todos los candidatos prometen más o menos lo mismo y solo alguno que otro explica cómo haría para liberarlos del yugo humillante de dar y quitar al compás de las conveniencias electorales. Continuar leyendo

No hable que nadie escucha

“Después de Mao, nunca había llegado tan lejos un maoísta”, reflexionaba un colega, cuya ocurrencia nos hizo sonreír aún frente a un panorama desolador: el desembarco de Carlos Zannini en la fórmula de Daniel Scioli ratificaba las especulaciones; Cristina Kirchner, La Cámpora y el kirchnerismo entornarán al imbatible e incombustible gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Justo es reconocer el titánico esfuerzo que hizo el oficialismo duro para torcerle el brazo; intentó por todos los medios construir un candidato alternativo, más digerible a su selectivo estómago. Querían un K puro. Pero también hay que reconocerle al “cristinismo” la habilidad de saber cuándo negociar. Y eso que es una actividad infrecuente para el oficialismo. Sin embargo y sobre el filo, hizo un par de movidas estratégicas con la mirada puesta en el objetivo peronista por antonomasia: conservar el poder. Continuar leyendo

La política nos reclama

El que esté harto que levante la mano. El que esté desganado, también. El que crea que la política hace años se volvió una calesita, el que se aburre de leer los mismos comentarios sobre los mismos temas de parte los mismos opinólogos; los que sean capaces de adelantar lo que van a decir la mayoría de los entrevistados en la televisión porque descubrieron hace rato que se trata de paupérrimas escenificaciones protagonizadas por un puñado de abonados que se plagian a sí mismos; que levanten la mano aquellos a quienes les cuesta más cada año renovar expectativas de cambio; los que dejaron de leer los diarios con avidez y solo los hojean porque están seguros de no sorprenderse con nada bueno; los que miran la realidad y fruncen la nariz, y la calificarían de menos de lo mismo; los que votan más porque es obligatorio que porque es un derecho; los que reconocen enseguida las frases hechas, los lugares comunes de la política y las expresiones de deseo que suelen ir siempre en dirección contraria a la realidad; y también levanten la mano los que tienen miedo a la delincuencia y al futuro, porque ambos lucen desmadrados; los que creen que nadie toma decisiones, y que si nadie se anima ni asume riesgos las cosas no cambian más que para peor.

Esta nota va dirigida a todos ellos; a los que sienten que la mediocridad de los funcionarios públicos no los representa, como no los representan las opciones exhibidas en la góndola de los partidos. Esta nota va dirigida a los que trabajan con seriedad, a los que estudian con ahínco, a los cumplidores, a los que tienen palabra, a los decentes, a los que madrugan, a los que pagan sus cuentas y a los que tienen por costumbre decir la verdad, que son millones. El mensaje para esos disconformes es que no son pocos y que está muy bien que no se sientan representados por los políticos de la calesita, porque esos se representan entre ellos pero no a nosotros. Y está muy bien que rechacen a la casta empresaria argentina que hace negocios con los de la calesita y que con sus dineros, dudosamente multiplicados, sostienen a los peores en los lugares de decisión. No puede haber nunca entendimiento con ellos porque somos líneas paralelas. No van a cruzarse ni a coincidir nunca. En nada. Por suerte.

La grieta social que el kirchnerismo produjo existe pero debería haber sido entre esos agentes de perdición y los demás. Pero no. La grieta K es una grieta perversa; es entre los que están con ellos y los que no pero tan perversa es que nadie puede delimitar con precisión por dónde va la línea divisoria; quiénes más, además de ellos, son “ellos” también. Mientras tanto, destruyen. Unos por acción, otros por omisión. Los tres poderes del Estado están en jaque: el Ejecutivo, con una Presidente acusada desde usurpar un título universitario a ser propietaria de dineros mal habidos; el Legislativo, por sesionar poco y nada y bailar al compás de los caprichos de Cristina Kirchner, una conducta vergonzosa que deberá estudiarse en el futuro como la complicidad de los representantes del pueblo en la destrucción de las instituciones; y el Judicial, por estos días se ve claramente, como un poder que ejerce muy cada tanto su imprescindible independencia, con escasas dosis de coraje y que viene convalidando, salvo honrosas y aisladas excepciones, el latrocinio.

¿Qué persona de bien puede sentirse representada por alguno de estos modelos? Bienvenidos los hartos porque las medias tintas, los “y, bueno, los argentinos siempre fuimos así” nos trajeron hasta acá. La cuestión es qué se hace con la desazón. Salir a la calle está probado que no sirvió. Cuando un régimen se instala la opinión de los ciudadanos pasa a ser intrascendente. Cuba es un caso testigo y, para los que pensamos que aquello es un extremo que se pudo convalidar hace medio siglo pero que hoy sería inviable, Venezuela es el aquí y ahora. Al régimen no le importan las marchas y esas demostraciones masivas no perjudican al Gobierno; las pruebas están a la vista.

En lo personal, 2014 cerró con la iniciativa de formar un foro que fomentara el ejercicio de la buena justicia. Y así nació “Usina de Justicia”. Mentes notables y profesionales prestigiosos se reunieron a pensar el tema. Mi aporte a la reflexión fue preguntar por qué esas neuronas estaban concentradas allí y no participando de las mesas de decisión. Y porque la política se cambia desde adentro agregué: “La política nos trajo hasta acá, la política nos tendrá de sacar”. Hace algunos años, en una esclarecedora charla con Alvaro Vargas Llosa, me dijo que en “nuestros” países, en referencia a Perú y Argentina, es imprescindible que la gente decente, preparada y bienintencionada se involucre con la cosa pública porque de otro modo dejamos el Estado para que lo colonicen los peores.

Esa frase parece una foto de nuestra realidad.  Ya que los hemos dejado va a ser muy arduo desalojarlos. Se trata de personas que llegaron en colectivo a esos escritorios y que ahora se movilizan en aviones privados propios. Van a pelearla como se empieza a ver. Ojo que la bochornosa movida que hizo la Procuradora Gils Carbó para garantizar la impunidad del kirchnerismo, la interna que anuncia batalla campal en el PRO por la sucesión en la Capital o el auto-descuartizamiento de UNEN son solo la punta del iceberg. Pero hay que celebrar que sucedan porque así como la política se cambia desde la política, según dice Carlos Montaner (que algo de dictaduras conoce) los sistemas políticos autoritarios se caen desde adentro. Y agrega: “Solo desde adentro”.

Vaya esta reflexión para los que aún sugieren marchas y otras expresiones aisladas para cambiar el estado de cosas. Claro que no gustan. A Maduro le molesta ver a millones de personas en la calle pero, a diferencia nuestra, los venezolanos están dispuestos a ir a la cárcel y hasta a morir por la causa de la libertad. Cómo será que molesta a los burócratas la sola visión de individuos manifestándose pacíficamente que el kirchnerismo y el macrismo quieren judicializar esa acción. De uno se entiende. Del otro, cuyos dirigentes suelen viajar a Caracas para acompañar a los manifestantes, es inexplicable que quieran que eso que apoyan allá, sea delito acá. El kirchnerismo permitió y alentó la toma del espacio público durante una década porque jaqueaba a un amplio sector de la población que retrocedía con temor lógico ante esos forajidos con la cara tapada y palos en la mano. Pero el macrismo se acordó diez años tarde de pedir que eso fuera considerado fuera delito.

La corporación política tiene esos pliegues y complicidades que dejan afuera al ciudadano de a pie. De vuelta: por suerte. Por eso casi ninguna de esas fuerzas políticas hace internas, y se eligen a dedo entre ellos. Porque son estructuras poderosas donde se premian cualidades distintas a las que exaltaría el votante común. ¿No será suficiente lo que nos han limado nuestra calidad de vida, nuestras instituciones, nuestro futuro y nuestro presente? ¿No será tiempo de complicarles la vida a ellos, de decirles “basta” y de tomar sus puestos? La política nos reclama. Este es un llamado de aquí y ahora. Como dice Machado: “Ahora es el tiempo de cumplir las promesas que nos hicimos. Porque ayer no lo hicimos. Porque mañana es tarde”. Ahora.

Será “A” o será “B”

El kirchnerismo es como las inundaciones: arrasa, destruye todo lo que encuentra en su camino, no tiene nada de rescatable y ante su capacidad de daño, sólo queda esperar que pase. Hace tiempo deberíamos haber reconocido que su necedad genética, su indiferencia y su mala fe para con la realidad no construyen y que el tiempo dedicado a criticarlo es un tiempo perdido.

A los que se expresan con tono de catedrático superado sobre el “fin de ciclo”, la “decadencia del kirchnerismo” y el “agotamiento del modelo”, antes que nada, hay que envidiarles el optimismo. Luego, pedirles prestados sus anteojos a ver si con ellos es posible identificar con tanta claridad los signos terminales que, por momentos, no surgen tan diáfanos. Y luego, invitarlos a compartir la inquietud que sienten muchos sobre las pocas ganas de irse que manifiesta el kirchnerismo en los hechos.  Continuar leyendo

Los holdouts favorecieron a Boudou

Hoy es el mejor día de lo que va del año para Boudou. Las noticias le dieron respiro. Lo sustituyeron por los buitres.

Doce horas nos duró la euforia futbolera. Nos fuimos a dormir con una sonrisa y nos estaban esperando para amargarnos la fiesta. El lunes siguiente al debut del equipo argentino en la Copa del Mundo, la Corte Suprema norteamericana nos sacudió feo al rechazar la apelación presentada por nuestro país en el larguísimo litigio que tenemos con acreedores de la deuda impaga.

Hasta el timing esta vez nos jugó en contra, porque de conocerse el fallo el viernes anterior, la mala noticia se hubiese licuado entre el fin de semana y el partido de futbol de la selección argentina. Pero no. Estos tipos son tan perversos que lo dieron a conocer el lunes. Chau alegría. Ahora, salvo Canal 7 -que sigue transmitiendo tonterías desde Brasil-, los medios están abocados a analizar probables consecuencias de tamaño tropezón judicial.

Seis horas después de conocerse la noticia, la única reacción del gobierno argentino fue anunciar una cadena nacional para las nueve de la noche. Eso estaría indicando la estrategia a seguir: enojarse con la justicia americana y de ahí, “linkear” con el proyecto nacional, la victimización y el revoleo de culpas. Más de lo mismo.

Lo cierto es que estamos en una encrucijada grave. O pagamos o se nos cae la estantería completa, lo que es decir mucho. Esto viene a desmentir a quienes sostienen que ya lo habíamos visto todo. No señores; esto todavía puede empeorar. Como bien acotó Roberto Cachanosky en Twitter, el gobierno tenía la intención de “patear” el problema al próximo y no le salió.

Hasta acá, kirchnerismo puro. Desastroso pero previsible. Ahora es tiempo de analizar a la oposición. Porque no eran sólo K los que fueron a Washington a dar vergüenza. Había gente del radicalismo, de Massa y de Macri. ¡Qué momento! Si para implorar estuvieron alineados con el oficialismo, no estaría bien que ahora saltaran de vereda y lo dejaran solo. Cabe suponer, entonces, que efectivamente lo van a acompañar en las malas como lo hicieron en este tour de política y compras a los Estados Unidos. Vendrían a configurar un Congreso esquizo, que aplaudió el default, luego aplaudió pagar en dos oportunidades (con Néstor Kirchner primero y recientemente con Cristina Fernández) y ahora de nuevo se resiste a devolver plata prestada. A esto hay que agregar el ingrediente de ignorar el fallo judicial americano. Porque en la Argentina nos parece cotidiano que el Poder Ejecutivo ignore lo que disponen los jueces pero no es así en el mundo civilizado.

Dada la independencia de poderes que rige en otras latitudes, era esperable un fallo adverso, como es esperable el “yo no fui” kirchnerista. Casi nadie alienta esperanzas de que algo bueno venga del kirchnerismo. ¿Qué se puede esperar del burro sino una patada, ¿no? Lo peor de los últimos tiempos es la inacción o la acción deficiente del resto. Hoy hay otro escenario en el que, seguramente, tampoco habrán de estar a la altura de la necesidad. Es muy probable que se abroquelen en la corporación que los contiene.

Y en ésta ni siquiera cabe gritar un “Yankees, go home” porque hace tiempo nos hicieron caso y prácticamente no quedan inversiones americanas significativas en la Argentina. Como un scketch, somos nosotros los que fuimos a Washington. A varios miembros del Honorable Congreso se los vio abasteciéndose de productos de difícil acceso para los que vivimos en el país. El lote de diputados que viajó a hacer lobby por el gobierno más incumplidor de la historia trae de vuelta una monumental derrota y los electrónicos que se compraron. Los electrónicos, para ellos; la derrota para todos y todas.