El “relato” de Massa

El precandidato presidencial y líder del Frente Renovador, Sergio Massa, busca expresar un cierto “relato”. Y eso no está mal, no me resulta para nada condenable. Toda fuerza política con algún tipo de vocación de poder debe lograr la construcción de una “narrativa”, una explicación que señale de dónde viene, hacia dónde va y que dé un sentido amplio a las decisiones que adopta. Las fuerzas políticas con mayor alcance, con mayores horizontes, pueden, incluso, vincular su presente con distintos puntos de la Historia pasada y generar además ciertas imágenes de futuro que le permitan seguir captando adhesiones.

Claro que así como algunos sectores rechazan por completo el “relato” que hace de sí mismo el oficialismo, el “relato” del ex intendente de Tigre bien puede ser a su vez cuestionado o analizado de manera crítica. Continuar leyendo

Argentina y la falla en la Matrix

Con sus posiciones en el juicio por la deuda pública en default que se sigue en Estados Unidos, Argentina parece haber encontrado la falla en la Matrix (como le ocurría a Keanu Reeves en aquella conocida película de ciencia ficción).

Al modo de esos hackers que ingresan en un sistema, mostrando las falencias de mecanismos de seguridad informática, la extensa disputa con los fondos buitre empieza, a esta altura, a generar fisuras entre sectores que suelen tener coincidencias en tiempos “normales”.

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¿Es la reelección?

El Frente Renovador, que lidera Sergio Massa, presentó un proyecto de ley provincial que, entre otras medidas, apunta a limitar la reelección de intendentes en territorio bonaerense para que sólo puedan cumplir dos mandatos consecutivos.

Pero ¿cuál es la envergadura del fenómeno de la “reelección indefinida” a nivel local en territorio bonaerense? ¿Qué ocurre en el Gran Buenos Aires, donde encontramos a casi siete de cada diez habitantes de la provincia?

En su libro Atrapada sin salida. Buenos Aires en la política nacional (1916-2007), la politóloga María Matilde Ollier ofrece información concreta al respecto.

En un relevamiento que va de 1983 a 2003, se comprueba que en el Gran Buenos Aires 32 intendentes completaron un solo mandato, 16 lo hicieron en dos períodos, 5 lograron dos reelecciones, dos obtuvieron tres y otros tantos cuatro. Uno solo accedió a cinco reelecciones.

De esta información surge que el 82 por ciento de los intendentes que ocuparon ese cargo en el Gran Buenos Aires en los primeros veinte años de democracia respetó la “regla Massa” de no reelección por más de dos períodos.

En palabras de Ollier: “Así, observamos que mientras 32 veces cumplen un solo período, sólo un jefe comunal termina seis mandatos. En el medio hay un número razonable de reelecciones (16). Menor todavía es la cifra de intendentes con tres, cuatro y cinco períodos completos”.

En la porción de la Primera Sección electoral que forma parte del conurbano, al momento de realizarse el relevamiento, los intendentes con mayor cantidad de reelecciones eran Enrique García (Vicente López) y Ricardo Ubieto (Tigre), que dejaron esos puestos en 2011 y 2007, respectivamente, habiendo sido reemplazados por actuales integrantes del Frente Renovador. La fuerza de Ricardo Ivoskus (San Martín), que completó tres mandatos, también perdió en 2011 a manos de un dirigente que ahora integra el partido de Massa. Algo similar ocurrió en San Fernando, donde Luis Andreotti, del FR, cortó cuatro mandatos del justicialista Gerardo Amieiro. En la Tercera Sección Electoral, las reelecciones desde 1983 de Manuel Quindimil encontraron un fin con la llegada del el kirchnerista Darío Díaz Pérez en 2007.

En cambio, la “dinastía Posse” -ahora también en el partido de Massa- sigue en pie, a través de los mandatos de Melchor y Gustavo, contando desde 1983. También sobrepasan el “límite” de dos reelecciones Luis Acuña (Hurlingham), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Raúl Othacehé (Merlo), Hugo Curto (Tres de Febrero)  y Julio Pereyra (Florencio Varela).

De 23 municipios en el Gran Buenos Aires, siete estarían por fuera de la regla de dos mandatos como máximo para un intendente. 

Se da en ese contexto el curioso caso del municipio de La Matanza, el más populoso de la Argentina y siempre peronista, en el que la “regla Massa” de dos mandatos como máximo  se respeta como si ya estuviera escrita en una ley. Federico Russo, Héctor Cozzi, Alberto Balestrini y Fernando Espinoza encabezaron las boletas electorales sólo para acceder al cargo ejecutivo y para una reelección.

Como vemos, la imagen de que los “barones del conurbano” se perpetúan en sus cargos debe ser matizada. Si bien está la figura de la reelección indefinida, por la que, como se comprueba, algunos jefes comunales no dudan en inclinarse, también ha habido otro fenómeno extremo, como es el de la destitución del jefe comunal, que entre 1983 y 2007 afectó a diez intendentes.

Desde ya que haber estado alguna vez como intendente es una ventaja clave para quien se postula para encabezar un Municipio -ocurrió en 83 elecciones de 150 relevadas por Ollier en el Gran Buenos Aires entre 1983 y 2007-. Aunque también lo es -en menor medida, en 15 casos- presentarse como “delfín” de un intendente saliente, estrategia que bien podría ser usada por los oficialismos locales, aún si se aprobara el proyecto de Massa.

La iniciativa dada a conocer en las últimas horas también apunta a dar la posibilidad de desligar las elecciones nacionales o provinciales de las locales. Este también es un elemento de relevancia para que un dirigente acceda al ejecutivo municipal, aunque no definitorio. Del centenar y medio de accesos al poder computados en el trabajo citado, el 30 por ciento se dio por “arrastre” de alguna candidatura provincial o nacional.

Habrá que ver también si el diseño institucional lo es todo al momento de definir los resultados de una gestión. El propio Massa aseguró en varias oportunidades que la administración de Ubieto, su antecesor al frente de la comuna de Tigre (cinco mandatos consecutivos, al que habría que sumar uno durante la dictadura militar) tenía aspectos positivos. “No puede ser que la política argentina sea esta cosa en que el que viene rompe todo lo que hizo el anterior, lo que está bien hecho, hay que cuidarlo”, señaló en el entonces candidato a jefe comunal en campaña. Lo mismo habrán pensado los integrantes de la Fundación Konex, que destacaron en 2008 a Ubieto (post mortem) con un Diploma al Mérito en la categoría Administrador Público.

¡Es como acá!

“Ayer tiré un papel en la calle

y nadie hizo nada.

En Miami te meten 300 dólares de multa:

no es como acá”.

Luis Solari, el cantante que nunca viajó afuera pero le contaron

 

Chile y Uruguay muestran, es obvio, importantes diferencias con la Argentina en distintos aspectos. Se trata de países más pequeños en términos de población y económicos. En el terreno político y a diferencia de la mayoría de los países sudamericanos muestran un mayor nivel de institucionalización en sus prácticas políticas.

Algunas noticias ocurridas esta semana me llamaron la atención porque parecen indicar que, después de todo, no todo es distinto al otro lado de la cordillera ni del Río de La Plata.

Por un lado, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, comenzó a cumplir una de sus promesas de campaña, al poner en revisión el sistema de pensiones privado que rige hoy en el vecino país. Puntualmente, la jefa de Estado creó una Comisión Asesora que debe plantear una reforma al esquema actual. Justificó la medida por las “claras insuficiencias” en el actual sistema jubilatorio chileno, creado por la dictadura de Augusto Pinochet y que en su momento fue presentado por promotores de las reformas de mercado como un ejemplo para la región.

Bachelet aseguró que su gobierno está “iniciando un proceso fundamental de reflexión y de debate para que los chilenas y chilenos cuenten con un sistema de pensiones digno y adecuado a sus necesidades”. Y planteó hacerse “cargo de las claras insuficiencias” del actual sistema previsional.

La mandataria dijo que “las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) han perdido credibilidad en la ciudadanía y su modo de funcionamiento merece ser analizado en detalle”.

Al mismo tiempo, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT), Bárbara Figueroa, ya adelantó la posición de los gremios: salió a señalar que no comparte la propuesta de crear una administradora estatal que compita con las privadas, sino que exige que se cree “un sistema público de pensiones” donde “el Estado participe activamente para asegurarles a todos los que jubilen una pensión no menor al 70 por ciento de lo que estaban ganando al momento de jubilar”.

En tanto, en Uruguay es notorio cómo los candidatos de centroderecha que integran la oposición al Frente Amplio centran sus propuestas en temas vinculados con la inseguridad. Así, Jorge Larrañaga, precandidato del Partido Blanco, presentó el llamado “Plan Libertad”, con 60 ideas contra el delito. Entre ellas incluye, al igual que el líder del Frente Renovador argentino, Sergio Massa, la entrega de un “botón de alerta” a los hogares para permitir avisar a la Policía sobre hechos de inseguridad.

El postulante opositor reclamó también considerar como “agravante” los actos delictivos contra ancianos. En una declaración pública advirtió: “Cuando hablamos de mano dura (hablamos) de severidad ante la reincidencia y los delitos violentos. Es combate al narcotráfico grande pero también a las bocas de distribución minorista de drogas. Mano dura también es considerar un agravante más severo para la violencia contra los ancianos”.

A su vez, el precandidato colorado, Pedro Bordaberry, impulsa una propuesta de reforma constitucional para bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16 años. El postulante oficialista Tabaré Vázquez salió a cruzarlo con fuerza: “A un joven de 16 años que atraviese la puerta de una cárcel de adultos lo primero que le va a suceder es que lo van a violar, lo van a ultrajar y lo van a educar para que siga viviendo toda su vida en delito”.

¿Un país sudamericano que comprueba que el sistema privado de jubilaciones tiene graves falencias? ¿Otro en el que la oposición de centroderecha hace eje de campaña en el tema de la inseguridad? En contra de lo que suele expresar un personaje de Diego Capusotto, habrá que decir ¡es como acá! 

¿+a vs. la región?

No fue una sorpresa que el discurso que llevó a Washington el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, chocara con posiciones del gobierno argentino, encabezado por la presidenta Cristina Kirchner. Sin embargo, resultó llamativo que sus palabras fueran tan diferentes de los habituales planteos que realizan los gobiernos del Mercosur y la mayoría de los mandatarios sudamericanos.

En una entrevista que concedió a la cadena CNN en la capital norteamericana, Massa expresó su posición personal sobre los conflictos políticos que se registran en Venezuela.

Allí le reclamó a “todos los países de la región” que le exijan a la Organización de Estados Americanos (OEA) intervenir mediante la aplicación de la llamada Carta Democrática Interamericana en el caso de Venezuela.

Massa consideró además que en Venezuela se producen “violaciones constantes a los derechos humanos”. En forma paralela, el diputado por el Frente Renovador evaluó que la Argentina y Estados Unidos deben tener una relación “profunda y seria” porque son “parte de una misma región”.

Los actuales gobiernos sudamericanos no tienen la misma posición sobre Venezuela, ni consideran a los Estados Unidos como parte plena de su “misma región”. En todo caso, señalan que su “región” la integran sus vecinos directos, los integrantes de la Unasur o los países latinoamericanos ahora reunidos en la Celac.

La posición de Massa es diferente de planteos de los presidentes sudamericanos, quienes se ocuparon de destacar la legitimidad del gobierno venezolano y al mismo tiempo de rechazar protestas violentas en ese país.

La flamante mandataria chilena, Michelle Bachelet, dijo el mes pasado al referirse a la situación de Venezuela: “jamás apoyaremos ningún movimiento que de manera violenta quiera derrocar a un gobierno constitucionalmente electo”.

A su vez, Dilma Rousseff advirtió que en Venezuela “es mucho mejor el diálogo que la ruptura institucional” y se ocupó de destacar que “Brasil no puede decir lo que ellos tienen que hacer”. Además resaltó algo que en varios de los interlocutores que el diputado Massa tuvo en Washington no parece muy claro: “Venezuela no es igual a Ucrania”, subrayó.

También hace algunas semanas, el presidente uruguayo, José Mujica, se mostró en contra de “cualquier injerencia del exterior, sea quien sea, en los asuntos de la sociedad venezolana”.

El líder del Partido de los Trabajadores brasileño, Lula Da Silva, por su parte, dijo hace algunas semanas en Cuba que el presidente venezolano, Nicolás Maduro “es un hombre muy bien intencionado” e instó a la “paz” en el país caribeño.

Las posiciones fueron similares a las de la presidenta Cristina Kirchner, quien pidió “respetar la democracia” en Venezuela y consideró que si a la oposición de ese país no le “tocó ganar las elecciones, habrá oportunidad en un próximo turno electivo de presentarse nuevamente”.

Con matices, el planteo también incluyó a sectores de la oposición en la Argentina. El Partido Socialista, encabezado por Hermes Binner, planteó su “absoluto apoyo a la defensa del orden constitucional” en Venezuela y destacó la importancia de respetar “la voluntad soberana del pueblo, expresada en las urnas hace pocos meses”.

También el planteo de Massa sobre Venezuela fue diferente de lo decidido por el Consejo Permanente de la OEA. El organismo rechazó la semana pasada una propuesta de Panamá para tratar la cuestión de las protestas en ese país con el respaldo de 22 países, tres votos en contra y nueve abstenciones. El expresidente colombiano Alvaro Uribe aseguró que entre las abstenciones, se contó la del gobierno de su país, que encabeza Juan Manuel Santos.

Las diferencias de Massa con el discurso habitual en la región también se vieron con respecto a la cuestión del Mercosur. Un periodista del diario The Washington Post con el que dialogó dijo que entre las intenciones del líder del Frente Renovador están “modernizar” el bloque regional. Además, según consignó Infobae, Massa señaló que, a su entender, la Argentina debe tener “un nuevo rol en un nuevo acuerdo del Pacífico”. Se trata de una serie de términos que no están en el vocabulario habitual de los jefes de Estado o las diplomacias de los países que integran el Mercosur desde hace varios años.

El exintendente de Tigre ha dicho muchas veces que “viene una época de construcción; el tiempo de los albañiles de la política, no para tirar todo abajo y empezar de nuevo sino para poner un ladrillo arriba para que a Argentina le vaya bien”. Pensando en la política exterior ¿será así en realidad?

Cristina se mueve

En medio de un contexto inédito para todos los sectores políticos, a más de diez años de la llegada del actual oficialismo al poder, vale la pena repasar de qué forma se movió la presidenta Cristina Kirchner en lo que va de este mes de marzo.

Por un lado, estuvieron sus planteos ante la Asamblea Legislativa, el 1 de marzo. En ese discurso, la Presidenta trazó un mapa político del país. Definió a la UCR y al PRO como los dos principales actores de la oposición. Y, al mismo tiempo, a cada uno de ellos les tendió un puente de diálogo sobre temas puntuales. También mencionó, sin nombrarlo explícitamente al Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), al que le cuestionó por realizar cortes de calles y rutas para reclamar contra un fallo judicial. Ni una palabra para el partido provincial que lidera Sergio Massa.

Apenas finalizado aquel discurso, Massa -detrás de quien aparecen notorios respaldos de sectores conservadores del peronismo, del centroderecha y de grandes grupos económicos nacionales y extranjeros- apuntó todos sus cañones contra el anteproyecto de Código Penal.

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Una larga lista de esperanzas blancas

El precandidato del Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires, Sergio Massa, puede ser definido apenas como “un intendente”, tal como lo hacen algunos analistas y también como prefiere definirse él mismo. Uno más de “20 intendentes” que ahora presentan una opción para enfrentar al oficialismo.

Se puede hacer más compleja la caracterización. ¿Qué intendente ha administrado durante tantos años el monto de fondos “nacionales” que maneja la ANSES? ¿Qué intendente ha llegado al cargo más alto del Gabinete nacional? ¿Cuántos jefes comunales han encabezado un club de fútbol de Primera División? ¿En qué municipio se han realizado eventos culturales, deportivos, sociales con tan importante nivel de difusión como en Tigre?

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