El sentido común. Cuando algo malo se hace presente en Argentina, las comparaciones apuntan a África: pobreza, hambre, corrupción, violencia, enfrentamientos.
Dos hechos puntuales. Más de dos meses cumplidos de la muerte de un activista senegalés en la ciudad de Buenos Aires, y un mes en que se conmemora el Día de África, coincidente con la fecha patria argentina, el 25 de mayo. Al parecer, dos efemérides que no tienen mucho que ver, pero que están cruzadas en el país por el mismo significado si de lo afro se trata: la indiferencia.
El pasado 8 de mayo se cumplieron dos meses de la muerte del activista senegalés Massar Ba, hallado malherido en una esquina del barrio porteño de San Cristóbal pocas horas antes del fallecimiento. La causa sigue sin ser resuelta y con dos agravantes, en primer lugar, el juez interviniente rechazó el pedido de la Asociación de Residentes de Senegal en la Argentina (ARSA) de presentarse como querellante, intención que la citada organización había declarado muy poco después de producido el deceso. En segundo término, el Gobierno de Senegal, sin representación diplomática en la Argentina, envió un agente para tomar cartas en el asunto, acompañar a la comunidad senegalesa y pedir justicia por Ba, pero no fue recibido al momento por ninguna autoridad local. Continuar leyendo