El otro día mientras participaba de un programa de televisión, no pude dejar de sorprenderme por el consenso que existe entre la mayoría de las personas acerca de que la responsabilidad en el incremento de la inflación es la suba del dólar. Incluso personas bien formadas e informadas, cuyos conocimientos en otras áreas merecen el mayor de los respetos, como Jonathan Viale o Luis Novaresio, creen eso.
Son esos momentos de confusión colectiva donde el aparente sentido común carece de razón y es importante explicar el error de pensar que la enfermedad es el dólar y la inflación la fiebre, y no al revés. Aquí se resume un problema central de los argentinos: Creer que el problema es el dólar y no la inflación. Es por eso que se pone el acento (y la preocupación) en que el dólar suba, pero no tanto en que lo hagan los precios. Cuando se confunde la causa de un problema con su consecuencia, no es posible encontrar su solución.
Hoy se ve a la devaluación del dólar como un problema y no como una consecuencia obvia de la inflación. Sin embargo, y pese a que muchos quisieran hacerse los distraídos, es la inflación la responsable de la caída del salario real y no el dólar. Continuar leyendo