Liberalismo “cebollita”

Quiero agradecer a todos aquellos que nos acompañaron en la decisión de presentarnos en estas PASO como candidatos a diputados nacionales en la lista encabezada por Carlos Maslatón. Quiero también traducirles parte de la experiencia vivida. Para los que no están al tanto, nos presentamos a internas en la Ciudad de Buenos Aires en el frente de Compromiso Federal y salimos segundos sobre seis listas. Resumo la experiencia en cinco puntos:

1) Fracaso político, no ideológico: ha sido una grata sorpresa ver que nuestras ideas, las liberales, tienen un alto nivel de aceptación y la gente las respeta, inclusive quien piensa diferente. Hay un gran margen para el crecimiento del sector liberal. Debemos encontrar las causas del resultado en otro lado.

2) Estrategia equivocada: optamos por impulsar una campaña de proselitismo en búsqueda del “voto liberal perdido” esperando que quien se identificara con las ideas liberales venga chocho a votarnos. El error estuvo en que al ser una oferta nueva encaramos por una vía donde resultó difícil fidelizar al voto y superar potenciales objeciones. Debimos apoyarnos en una campaña de uno en uno, más personal, para ir logrando una masa estable de votos.

3) Boicot mediático: el Grupo Clarín tenía sus candidatos y mintió durante toda la campaña diciendo que UNEN era el único espacio con internas. Asimismo, La Nación no nos dio espacio a fin de no dividirle el electorado al PRO y mintió acerca de la composición de nuestra lista al decir que el frente sólo presentaba una boleta a diputados. Esto refuerza la tesis de estrategia equivocada, dado que la poca figuración mediática debilita la posibilidad de convencer mediante carteles, folletos o acciones dispersas. Banco que cada medio haga lo que quiera, pero no supimos eludir de forma adecuada esta traba y nos generó un grave daño.

4) Estructura insuficiente: lo cierto es que los apoyos con los que contábamos no respondieron de la forma esperada y si bien pudimos corregir la tendencia hacia el final de la campaña, nos vimos desbordados por la cantidad de trabajo que se concentró en nosotros. Parte de esto también se explica por el origen anómalo de la decisión de participar sin una estructura previa. Armamos el equipo de campaña sobre la marcha. La falta de un armado estratégico hizo que muchos esfuerzos se emplearan de una forma inconveniente.

5) Enfoque discursivo equivocado: este es quizás un vicio generalizado por parte de los liberales. Solemos enfocarnos en los cómos, en las explicaciones de los procesos, en lugar de centrarnos en los beneficios concretos para las personas. Tenemos un fuerte problema de tratar de convencer a otros acerca de cómo funcionan las cosas cuando deberíamos centrarnos en explicarles los beneficios. Los liberales debemos comunicar diferente y abandonar el abordaje técnico y economicista. Nos hace parecer insensibles cuando solemos ser de los pocos preocupados por entender cómo funcionan realmente los procesos sociales.

El liberalismo está renaciendo como fuerza política. Venimos trabajando hace años para traer al debate político las ideas de la libertad (como fuerza nueva, rompiendo los prejuicios, presentando las ideas  y sin comprar los errores del pasado con los que no tenemos nada que ver). Siempre entendí que otorgamos un aporte fundamental para la democracia republicana. Entre otras cosas, cuestionamos el discurso facilista y muchas veces falaz de las otras fuerzas políticas generando una mejor calidad del sistema político.

En esta ocasión, no logramos alcanzar los objetivos electorales propuestos. No obstante, hay algo mucho más importante que hemos logrado hacer de forma honorable: representar nuestras ideas y allanar el camino para futuras experiencias. Concluyo este proceso con muchísimas experiencias nuevas y un mejor entendimiento de los procesos políticos.

Nuevamente, gracias a todos. Especialmente quiero agradecerle a todos los que confiaron en el proyecto que impulsamos e invirtieron su tiempo, dinero y esfuerzo en hacer que la propuesta de una sociedad más libre llegue a los votantes de la CABA. Gracias equipo, gracias amigos.

Lamento que la mesa de Necochea no haya estado en estas elecciones para ayudarnos, ahí ganábamos seguro.

PASO: ¿Cómo funciona el cerebro al votar?

Las campañas electorales no se ganan en la calle, ni en los medios, se ganan en los cerebros. No me refiero al plano de la razón si no que emociones, impresiones, miedos y creencias pesan tanto o más a la hora de emitir el voto que la ideología, las propuestas o el discurso en muchos casos. Apelar a la emoción suele ser más fácil que dar razones, explicaciones, fundamentar posiciones o desarrollar proyectos.

No es sorpresa que las propuestas queden relegadas a un segundo plano en las campañas electorales. Nuestro cerebro es chanta. Ante la necesidad de procesar información que esté por fuera de nuestros intereses suele tomar información parcial, completarla con prejuicios, impresiones y sensaciones y formar “juicios” que nos parecen fundados. Así nacen los fundamentalistas del humo, gente que defiende a capa y espada proyectos que no terminan de conocer, ignorando otras alternativas.

Suelo bromear con que si la gente se rigiera sólo por las ideas o la razón, en ese paradigma, sólo cabe ser liberal o socialista. Recordemos la frase de Jacques Rueff: “Sed liberales, sed socialistas, pero no seáis mentirosos”. Claro que para poder identificarse como liberal o socialista uno debe realizar todo un proceso de formación y reflexión. Asimismo, se debe trascender las visiones dogmáticas de ambas corrientes. Mucho laburo y no todos nos tomamos el trabajo de hacer el esfuerzo.

En general tomamos decisiones políticas en base al “me gusta” o “me parece” y la mayoría de los partidos se concentran en vender experiencias e impresiones. Muchos no tienen interés en informarse. En relación a la política, a veces por comodidad y otras por estar descreídos de que es posible un cambio, muchos tiramos la toalla. Al hacerlo, nos volvemos funcionales a las campañas superficiales y al berretismo político. Solemos convencernos para no comprometernos y participar con la excusa de que “todo es lo mismo” o “nada va a cambiar”.

El Frente para la Victoria insiste en usar fondos públicos para hacer campaña partidaria agrediendo permanentemente a los adversarios y hasta se colgaron de la sotana del Papa a quien putearon desde la primera hora. Sin ir más lejos, ayer a la noche fueron Cabandié e Insaurralde al piso de 6-7-8 reiterando la posición que denuncié hace un par de columnas en mi nota “Vamos a cerrar 6-7-8”. Corrupción como método de campaña.

Tampoco debe extrañarnos que el espacio UNEN haya tratado de obtener ventajas en base a mentiras: insisten en que son el único frente que va a internas (en Compromiso Federal competimos seis listas, nosotros con la 504C). Tampoco debe asombrar que sobreactúen situaciones o presuman atributos que no poseen. Por ejemplo, su voluntad de “debatir” armando un intercambio entre sus propios candidatos negándose a hacerlo con otros frentes. Tratan de vender que son el único voto “útil”, lo cual es mentira, dado que se puede elegir en tres internas o se puede apoyar a alguno de los partidos minoritarios de izquierda para que superen el umbral de votos del 1,5%.

Por último, no es de extrañar que el PRO apele a recursos emotivos antes que a propuestas, vinculando su campaña a “experiencias agradables”, el recurso del anclaje (anchoring). Helados, calesitas, choripanes, caminatas, bicicletas y globos reemplazan en esta campaña a las propuestas en la primera plana. Tampoco debe sorprendernos el uso de colores partidarios para obra pública y que compartan íconos en folletería o medios desde su gestión de gobierno y su partido. En este caso, aparece la corruptela como método político y la licuación del mensaje hacia algo experiencial como propuesta visible.

Celebro tener la posibilidad de elegir por primera vez, desde que puedo votar, a una opción liberal, algo distinto. Para muchos quizás votar sea una obligación, un simple deber cívico, lo vean como una carga pública o lo experimenten como un concurso de popularidad. Pero para quienes votamos proyectos, ideas, propuestas y nos identificamos con la corriente liberal, ésta no es una elección cualquiera.

Este domingo 11 de agosto, resurgen las ideas liberales. Yo ya decidí mi voto. Voto liberal, voto a Carlos Maslatón para Diputado Nacional en la lista 504C de Compromiso Federal.

Cacerolazo con propuestas: las 5 banderas del #8A

Muchas personas se preguntan si el #8A habrá o no un cacerolazo. Aquellos que hemos sido identificados como organizadores solemos recibir consultas a diario preguntándonos si adherimos o no. Hace poco publiqué una nota (“Basta de cacerolazos”) donde dejaba en claro que si se insiste en mantener las marchas solo en la protesta era un error continuarlas, especialmente tan cerca de las PASO del 11 de agosto.

Sin embargo, hace algunas semanas vengo pensando cómo podemos hacer para que toda la energía que invertimos en organizar e impulsar los cacerolazos quede reflejada en algo concreto. Por eso, asumí el desafío de pasar de la protesta a la propuesta y pensé en proyectos que podamos llevar adelante.

En estas elecciones hay varios candidatos que son afines al sentimiento de los caceroleros. Algunos de los difusores hemos tomado la decisión de candidatearnos procurando encarnar los reclamos de las marchas: Mariana Torres integra la lista de Compromiso Federal liderada por Eduardo Amadeo en la Provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal me presento como tercer candidato a diputado nacional por la lista 504C también de Compromiso Federal liderada por Carlos Maslatón, llevando a Alberto Rodríguez Saá como candidato a senador.

Me parece fundamental traducir los reclamos en proyectos concretos. Necesitamos de un programa legislativo que podamos impulsar juntos para que los legisladores que ocupan el Congreso Nacional lo lleven adelante sin importar diferencias partidarias y la coyuntura. Podemos lograr una unión de la oposición en base a proyectos clave que tomen nuestras banderas.

Desde nuestro espacio proponemos impulsar proyectos que cualquier persona que desee una república más fuerte y esté en contra de las fuerzas autoritarias y los corruptos no tendrá problema en firmar. El programa común propuesto consiste en:

  1. Ley Anticorrupción: Una ley que facilite la lucha anticorrupción acortando los plazos procesales, extendiendo las condenas, habilitando los juicios por jurados, recompensando a quienes colaboren en el esclarecimiento de los casos con un porcentaje de lo recuperado, habilitando a los ciudadanos a actuar como parte interesada en los juicios contra funcionarios públicos, garantizar la recuperación de lo sustraído, la confiscación de bienes y multas altas.
  2. Ley de Acceso a la Información Pública: dicho proyecto viene siendo trabado por el kirchnerismo desde su comienzo y es una pieza fundamental para que los ciudadanos podamos  auditar a los poderes públicos.
  3. Ley de Reforma Electoral: debemos promover boleta única que permite evitar prácticas fraudulentas y ahorra muchísimo dinero y papel. Asimismo, debemos impulsar el voto uninominal para terminar con las listas sábana y la terrible costumbre de llevar al Congreso Nacional “representantes” desconocidos y que, por ende, no representan a nadie.
  4. Ley de Prensa Libre: Eliminar la cadena nacional y dejar de subsidiar al aparato de propaganda gubernamental que permite que con fondos públicos un partido pueda impulsar su discurso contra el resto de la sociedad. Entre ellos, cerrarle la canilla de fondos públicos a 6-7-8.
  5. Ley de Concursos para el acceso al empleo público: debemos terminar con el amiguismo como criterio de selección de personal. Parece ser una gran tentación para los que manejan el poder elegir discrecionalmente a quienes ocupan cada posición. De ésta manera, ciudadanos idóneos tienen la posibilidad de acceder a la función pública mientras que ahora esos fondos se usan para pagar aparatos partidarios.

El kirchnerismo reclama propuestas y qué mejor mostrarles estas cinco ideas a las que nadie puede negarse y que, confío, tanto los candidatos actuales como aquellos representantes que ya ocupan una banca apoyarán.

Desde la lista 504C de Compromiso Federal impulsamos estas propuestas y convocamos al resto de las fuerzas opositoras a suscribir un acuerdo donde, sin importar quién de nosotros gane en estas elecciones y llegue al Congreso Nacional, los reclamos se vean plasmados en proyectos que ayuden a ponerle un freno al kirchnerismo, a su derroche y un fin al ciclo de decadencia que lideran.

¿Qué son las PASO? Salvemos los votos

¿Sabés qué son las PASO? ¿Sabés para qué sirven? Mucha gente no lo sabe o tiene una idea errónea, te pido una mano para que juntos salvemos los votos.

Las PASO, primarias abiertas simultáneas y obligatorias, son un mecanismo electoral que nos permiten elegir, entre una serie de postulantes, quiénes serán los candidatos de los partidos políticos o frentes electorales que competirán en las elecciones de octubre. De este modo, tendremos la oportunidad de apoyar al posible candidato final de cada uno de los agrupamientos políticos que se presentan.

Las elecciones del 11 de agosto no son para definir quién va a ocupar las bancas en el Congreso Nacional sino quiénes van a competir en las elecciones de octubre por esos puestos. Sin embargo, con lo importante que es esta nueva forma en la que vamos a ejercer la democracia, nadie nos explica en detalle y de manera sencilla qué son y cómo se vota.

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Volvió el liberalismo

“Si no es con nosotros, ¿con quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”. Con este lema alcanzó la victoria la agrupación universitaria UPAU en 1985 en diversas universidades públicas del país. La agrupación fundada por el ex legislador porteño Carlos Maslatón, con quien hoy encabezo la lista de candidatos a diputados nacionales junto a Delfina Frers llevando a Alberto Rodríguez Saá como candidato a senador en la CABA, rompió con la hegemonía de los radicales y otras expresiones de izquierda en diversos centros de estudiantes.

La UPAU pasó a integrar la UCeDé (Unión de Centro Democrático) constituyéndose como una de las fuerzas jóvenes del partido que condujo el ingeniero Álvaro Alsogaray en defensa de las ideas liberales (mi homenaje por su reciente centésimo cumpleaños). La UCeDé llegó a ser la tercera fuerza política del país a principios de los 90 y supo contener a grandes cuadros en sus filas. Lamentablemente, la cuestionada asociación con Carlos Menem llevó al partido a su virtual disolución.

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