He apuntado en otros escritos que el uso generalizado de la expresión ‘ideología’ no calza con la definición del diccionario de conjunto de ideas (también en el sentido utilizado primeramente por Antoine Destutt de Tracy en 1786), ni con la marxista de “falsa conciencia de clase”, sino de algo terminado, cerrado e inexpugnable; en otros términos, una pseudocultura alambrada. Como también he escrito, esta última acepción, la más común, es la antítesis del espíritu liberal, puesto que esta tradición de pensamiento requiere puertas y ventanas abiertas de par en par al efecto de incorporar nuevo conocimiento, ya que este demanda debates entre teorías rivales, puesto que el conocimiento es siempre provisorio, abierto a refutaciones.
Una vez precisado lo anterior, conviene enfatizar que, al contrario de lo que sostienen algunos profesionales de la economía en cuanto a que hay que “manejarse con los hechos”, en ciencias sociales, a diferencia de las físico-naturales, no hay hechos con el mismo significado de este último campo de estudio fuera del andamiaje conceptual que interpreta los diversos sucesos. Sin duda que las físico-naturales también requieren de interpretación, pero en un sentido distinto, debido a que, como decimos, los llamados “hechos” son de naturaleza destinta. Continuar leyendo