El flagelo de las demandas previsionales debe terminar

Una de las herencias fatídicas que nos dejó el kirchnerismo la encontramos en los más de quinientos mil juicios realizados por jubilados en reclamos de reajustes de haberes contra la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).

El Gobierno anterior tuvo una actitud perversa frente a este reclamo al apelar cada fallo en contra y dilatar las soluciones sin tener en cuenta que quienes reclamaban son adultos mayores de 70 o 75 años, a quienes se obligó a esperar un tiempo prolongado, aunque atente contra sus expectativas de vida.

El cambio de gobierno trajo nuevas perspectivas para la política previsional. La primera gran noticia es que la administración del presidente Mauricio Macri no piensa utilizar la caja de la Anses como caja política útil a todo servicio, como hacía el kirchnerismo, que abusó de sus recursos al punto de que alineaba intendentes con promesas de obras y fondos que provenían de la caja de todos los jubilados. Continuar leyendo

Medidas urgentes y extraordinarias para jubilados en litigio

Este Gobierno en reiteradas oportunidades se ha jactado de ejercer medidas extraordinarias con poco tiempo de estudio y elaboración, anteponiendo la urgencia como la principal excusa para llevarlas adelante. Así, reformó la Corte Suprema de Justicia y estatizó YPF y Aerolíneas, entre otras actuaciones. Sin embargo, con los jubilados, siempre que pudo, el oficialismo puso un pie en el freno a las iniciativas parlamentarias de la oposición que procuraban mejorar su calidad de vida. Recordemos que luego de estatizar las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), la Presidente vetó la ley que garantizaba el 82 % móvil a nuestros jubilados y comenzaron a utilizar la caja de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para todo tipo de uso político, desde financiar la publicidad oficial hasta para costear obras públicas a distintos intendentes alineados con el oficialismo o, también, para sostener bonos que se emiten para hacerse de un dinero fresco salido de la Anses que les permita tapar los agujeros fiscales producidos por una pésima administración.

Hoy necesitamos que se tome una medida extrema y urgente para que se aceleren los tiempos de cobro de los miles de jubilados que esperan que les paguen sus actualizaciones previsionales que ya ganaron en la Justicia. Continuar leyendo

Por qué nuestros jubilados deben cobrar el 82% móvil

Esta semana volví a presentar en la Cámara de Diputados un Proyecto de Ley para que nuestros jubilados cobren el 82% móvil. Lo hice reiterando el mismo proyecto presentado por la ex Diputada, también de la Coalición Cívica-ARI,  Fernanda Reyes. Básicamente el proyecto obliga al Estado a ajustar semestralmente los haberes, como lo marca la ley de movilidad jubilatoria, para que estos alcancen el 82% del salario mínimo, vital y móvil.

Reiteramos este pedido porque hace cinco años la Presidenta de la Nación vetó la ley, sancionada por el parlamento, que garantizaba ese derecho constitucional a todo el sector pasivo. Los argumentos que usó el gobierno nacional en ese momento intentaron demostrar de modo irresponsablemente exagerado y alarmante, que se trataba de “la ley que llevaría a la quiebra al sistema previsional de reparto”. Continuar leyendo

Plata de los jubilados para financiar la política

En reiteradas oportunidades hemos denunciado los abusos que comete el gobierno nacional con los fondos previsionales. Hemos calificado a la ANSES como “la caja política útil a todo servicio” del partido de gobierno. Es que desde la estatización de los fondos de las AFJP, la ANSES se convirtió en ese recurso permanente al que se echa mano cada vez que se necesita otorgar financiamiento para alguna obra pública que condicione el alineamiento político de un Intendente. Esos “favores”, discrecionales y selectivos, que no exigen ningún tipo de requisito salvo el de enrolarse en las filas del gobierno, no solo le permiten a este sostener el armado de un gran aparato político, sino también intervenir en las internas partidarias ajenas canjeando favores por posicionamientos, lo cual lo hace aún más ilegitimo y perverso. Basta ver qué obra o proyecto se elige difundir en la costosa propaganda oficial, que a esta altura es solo comparable con la utilizada por los gobiernos de países más autoritarios, para darse cuenta que el paquete del financiamiento también incluye una cuota de difusión pública. Continuar leyendo

Les sacan a los pobres para asistir a otros pobres

Los últimos indicadores oficiales del Indec sobre desocupación y pobreza contrastan de tal manera con los números de la política social del gobierno nacional, y también con la de los gobiernos locales, que no podemos hacer otra cosa que denunciarlos como datos mentirosos manipulados por el oficialismo con el fin de alimentar el tan famoso “relato K” con buenas noticias.

¿Cómo es posible que tengamos tan baja desocupación y pobreza cuando paralelamente se invierten año tras año más fondos públicos en planes sociales? Observemos que, mientras el año pasado existían 58 planes sociales diferentes que tenían como beneficiarios a 16 millones de personas por los que el Estado invertía 74 mil millones de pesos, este año los planes pasaron a ser 60 con una cobertura de 18 millones de personas y con una inversión de 120 mil millones de pesos. Esto indica que el 40% de los argentinos reciben algún tipo de ayuda social.

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Los recursos de los jubilados como “caja” de la política

En los últimos días el titular de la ANSES anunció con bombos y platillos que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad alcanzó la suma de $419 mil millones de pesos con un crecimiento del 317% desde que lo administra el Estado.

Ahora bien, cuando observamos en detalle el movimiento de estos fondo,s lamentablemente llegamos a la conclusión de que la noticia, que puede ser buena en términos de impacto periodístico, no va a repercutir positivamente en los haberes jubilatorios. Pero lo más preocupante es que deja expuesto que su sustentabilidad futura está en peligro por varias decisiones políticas que el Gobierno adoptó sobre estos recursos.

Existe una razón principal: queda claro que está desbalanceada la relación aportantes-beneficiarios que, en un sistema solidario como el nuestro, debería ser de 4 a 1 para que su crecimiento sea sustentable en el futuro y que hoy no alcanza el de 1,4 a 1 -hasta fin del 2013 la relación era 8,1 millones de aportantes para 7,3 millones de beneficiarios-.

Pero también incide el uso indiscriminado de los recursos del FGS sin fijar un tope tanto para fines que no corresponden a su órbita como para inversiones financieras que hoy resultan muy riesgosas porque los mercados están menos confiables y alertas ante la situación judicial que beneficia a un sector de bonistas conocidos como “fondos buitre” que jaquean nuestras finanzas.

Además, y esto es una decisión política de este gobierno, porque cada vez que se echa mano a los recursos de la ANSES, se está postergando la consideración y el derecho de cada jubilado que debería ser el principal beneficiario de todos estos aportes recaudados.

La situación es cada vez más delicada porque, como bien lo señala la Defensoría de la Tercera Edad, de lo que recauda el sistema el 48% proviene de impuestos, principalmente del IVA, el impuesto más regresivo y que afecta a los más pobres. Todo esto en un marco donde la renta financiera no aporta, como tampoco lo hacen la renta minera y la de hidrocarburos.

Sabemos también que el último aumento de los topes y montos de las asignaciones familiares  no compensó la inflación; esto hace que cada día más trabajadores dejen de cobrar las asignaciones y de esta manera la Ansés puede transferir mayores recursos al Tesoro Nacional que servirán para tapar el déficit fiscal, algo parecido a lo que ocurre con el impuesto a las ganancias, porque la lógica del Gobierno es usar la inflación como medio para absorber recursos que se recaudan para un fin pero que finalmente se destinan a financiar el crecimiento del gasto público. De esta manera pueden anunciar que crece el FGS en todos los medios oficialistas y venderlo como si fuera una buena noticia, pero la realidad señala que el 80% de los jubilados cobra un ingreso por debajo de la canasta de necesidades básicas y esto ocurre no por falta de dinero, sino porque esos recursos se utilizan como caja política para alinear intendentes con obra pública, en propaganda oficial, para regular la cotización del dólar y también porque participan de la timba financiera y para tapar los desbarajustes fiscales de una política económica que hace agua ante la inflación y el déficit fiscal.

Se sigue gastando a cuenta sin siquiera prever la intangibilidad de una buena porción de estos fondos que alcancen para adoptar el camino correcto, que sería pagar el 82% móvil. Si así se hiciera evitaríamos que éste o cualquier otro gobierno pueda en el futuro tomar los fondos previsionales para otros usos que no sean, ante todo, garantizar el mayor bienestar posible a sus verdaderos beneficiarios que son nuestros jubilados y pensionados.

La Auditoría General de la Nación tiene razón: Anses estafa a los jubilados

En estos últimos años hemos señalado en reiteradas ocasiones que la Anses estafa a los jubilados. Esta posición está basada en hechos concretos y coincide con lo señalado por el auditor general de la Nación, Leandro Despouy, que claramente detalló en más de 60 informes que el gobierno nacional comprometió los fondos de la Anses para finalidades ajenas a sus obligaciones previsionales poniendo en riesgo los activos de su propiedad, como la venta de bonos nominados en dólares de su cartera de inversiones con la finalidad de regular el valor del dólar paralelo, medida esta que acrecienta la descapitalización del patrimonio público que debería ser asignado con exclusividad a la seguridad social.

Pero el problema es aún más delicado porque el gobierno sigue utilizando el dinero de los jubilados para financiar el rojo del Tesoro Nacional y para proyectos que son ajenos a su órbita como cubrir déficits ajenos como las cajas militares y de seguridad, las cajas provinciales transferidas, otorgar subsidios o pensiones no contributivas y hasta para girar fondos para salvar a algunos bancos como el Nuevo Banco del Chaco o lo más insultante para la realidad de un jubilado, con su dinero se financia gran parte de la excesiva y muchas veces mentirosa publicidad del Fútbol para Todos. Televisación presentada como una política de Estado pero a la que le debemos que su implementación descapitalice en gran parte el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de las Jubilaciones y Pensiones. De esta manera la Anses incurre en un grave apartamiento de la función propia del organismo y de los criterios de seguridad y rentabilidad exigidos por la legislación vigente para administrar el llamado Fondo de Garantía de Sustentabilidad, cuyos recursos en su totalidad debieran ser utilizados únicamente para efectuar pagos a los beneficiarios del sistema previsional. Así, cada vez que se utilizan los fondos de la Anses para finalidades ajenas a las obligaciones previsionales, se estafa a sus beneficiarios, que son los trabajadores aportantes y los jubilados actuales y futuros. Por supuesto, que es necesario resolver el financiamiento estatal de algunas medidas y acciones de gobierno, pero por otros medios, como la reducción del gasto público, el control del manejo de los fondos públicos y adoptar medidas adecuadas para combatir la corrupción estructural existente.

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Buscar una salida a las demanda previsionales

Existen en la actualidad más de 600 mil demandas judiciales por ajustes previsionales, la gran mayoría de los jubilados que se encuentran en esa situación deberán esperar muchos años para que se les abone lo que realmente les corresponde y eso se debe, entre otras cosas, a que el gobierno nacional sigue apelando los fallos en primera instancia llevando la situación directamente a un camino sin salida.

Cada día que pasa, una eternidad y un sufrimiento inmerecido para estos jubilados, nos convencemos de que el gobierno nacional realiza estas apelaciones para retrasar estos pagos y para así poder seguir manejando la caja de la ANSES como caja política. Porque desde que se estatizaron los fondos previsionales está más que claro que el gobierno nacional privilegia el manejo discrecional de la caja sobre los genuinos derechos de nuestros adultos mayores. Esto ya quedó demostrado cuando insensiblemente vetaron la ley, que legítimamente había sancionado el Congreso de la Nación que garantizaba el derecho constitucional de cobrar el 82% móvil a nuestros jubilados, nos dijeron que lo hacían para que no quiebre el estado, nos mintieron, ahora están manejando arbitrariamente esos fondos y vaciando la ANSES.

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