Aplastad la hidra de la contrarrevolución con el terror masivo

La sacudida se sintió en ambas orillas del Atlántico. La visita de Albert Rivera a Venezuela ha tenido una notable repercusión en España. El líder español que preside Ciudadanos, un partido liberal con fuerte representación parlamentaria, fue con el objeto de respaldar a los demócratas de la oposición, especialmente a Leopoldo López y a Antonio Ledezma.

Al dirigente comunista de Podemos, Pablo Iglesias, señalado como el hombre del chavismo y de los iraníes en España, vinculación que él niega con más vehemencia que éxito, le preguntaron por el preso político venezolano Leopoldo López y respondió una notable falsedad. Dijo que estaba en contra de que cualquier persona fuera encarcelada por las ideas que sustentaba. Y enseguida agregó que si Leopoldo López estaba en la cárcel por tratar de derrocar al Gobierno —dando por sentado que ese era el caso—, no lo apresaron por sus ideas, sino por sus acciones.

Un buen comunista, como Pablo Iglesias, formado en la ideología marxista-leninista, y creyente en el materialismo histórico, necesariamente suscribe la tesis de que las ideas, como las instituciones, pertenecen a una superestructura que depende de las condiciones económicas de la sociedad y, en primer lugar, de las relaciones de propiedad preexistentes. Continuar leyendo

La difícil tarea de revocar a Maduro

Es bastante obvio que los chavistas, con Nicolás Maduro a la cabeza, no están dispuestos a cumplir las leyes y perder el poder. Las elecciones y la legalidad burguesa les eran útiles cuando tenían o podían simular que poseían la mayoría de los electores. Ahora, y desde hace unos años, sólo les queda invocar la sacrosanta revolución y gobernar apelando a la razón testicular.

La estrategia es muy simple y transparente: cuando pierden el control de alguna institución (las gobernaciones, las alcaldías, la Asamblea Nacional), la vacían de funciones reales, que pasan a ser ejercidas directamente por el Ejecutivo o el núcleo duro de la dictadura.

A los representantes de la mayoría opositora los dejan figurar en el organigrama de la república, ocupando cargos nominales y cobrando todos los meses algún estipendio, pero sin poder real. Cuando protestan en las calles por esta burla a la voluntad popular, los represores asesinan a unas cuantas personas como forma de escarmiento y acusan a las víctimas de haber causado las muertes. Esa es la increíble historia de Leopoldo López, de Antonio Ledezma y de las docenas de presos políticos que hay en el país. Estamos ante una dictadura mal disfrazada de Estado de derecho. Continuar leyendo

La inacabada Guerra Fría

Otra vez miles de cubanos se aprestan a entrar en Estados Unidos. Ya llegaron los primeros. Es una vieja y cansada historia. Lo vienen haciendo masivamente desde 1959, cuando comenzó la dictadura comunista de los hermanos Castro. En esta oportunidad proceden de Costa Rica.

Desde 1966 los cubanos reciben un trato preferencial por parte de las autoridades migratorias norteamericanas. Le llaman la ley de ajuste. Es una de las múltiples excepciones que tiene la compleja legislación norteamericana en materia migratoria. Hay otras. Por ejemplo, otorgarles estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a millares de indocumentados radicados en Estados Unidos. Una docena de nacionalidades se benefician de esta medida, concebida para proteger a ciertas personas de los horrores de la violencia o de los desastres naturales que padecen en sus países de origen.

Pero existen diferencias esenciales entre los TPS y la ley de ajuste. La protección temporal debe ser renovada periódicamente y depende de la voluntad de un Congreso voluble. La regla que afecta a los cubanos, en cambio, conduce a la obtención de la residencia oficial transcurrido el año, y a la ciudadanía pasados los cinco. Continuar leyendo

El día de soltar los prisioneros

No pude evitar el déjà vu. Me lo recordó Eduardo Suárez, profesional del mundo de la imagen, con un fino instinto para la noticia. La imagen de Hugo Chávez expulsada de la nueva Asamblea Nacional venezolana me trajo a la memoria los inolvidables episodios del fin del comunismo europeo, con las estatuas de Stalin rodando por el suelo en medio de una gloriosa polvareda.

De alguna manera, lo sucedido en Caracas es la continuación de aquellos eventos. No en vano los chavistas y sus compañeros de viaje se proclamaron los cultivadores del socialismo del siglo XXI, aunque con mucha menos violencia que los del siglo XX, pero con el mismo nivel de incompetencia y acaso más corrupción. Era la mayor cantidad de clientelismo, colectivismo y desprecio por las formas de la democracia liberal que permitían estos tiempos posteriores al derribo del muro de Berlín y el descrédito total de las supersticiones marxistas.

Ha hecho bien Henry Ramos Allup, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional (AN), en comenzar su labor sin miedo. No sólo tiene tras sí la razón, la Constitución y los dos tercios de los escaños parlamentarios. Según una encuesta de Datincorp, el 81% de los venezolanos rechaza la convocatoria de Nicolás Maduro a desconocer las decisiones del nuevo Parlamento. Continuar leyendo

La primavera latinoamericana

¿Brota, finalmente, la primavera latinoamericana? Tal vez. Hay síntomas. La duda la consignó Antonio Machado en sus Canciones: “La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido”.

Todas las primaveras son diferentes. La del este de Europa, en la segunda mitad de los ochenta, fue posible porque los astros se alinearon sorpresivamente bajo un firmamento de hastío absoluto con el socialismo real, hundido en el fracaso económico y en el descrédito político. Fue el instante glorioso de Vaclav Havel, Lech Walesa, Ronald Reagan, Juan Pablo II, Andrei Sakharov y, sobre todo, de Mikhail Gorbachev, iluso y melancólico enterrador de aquel mundillo siniestro forjado por el KGB y el ejército rojo.

La árabe fue más reciente y se frustró. En 2010, en Túnez, un joven vendedor callejero, Mohamed Bouazizi, desesperado por las extorsiones de la Policía, que le negaba los permisos y lo acosaba, se dio candela “a lo bonzo” para protestar contra las arbitrariedades de la vieja dictadura de Zine al-Abidine Ben Ali, un militar de la corriente castrense del islamismo secular que había inventado Kemal Atatürk en Turquía hacía muchas décadas. Continuar leyendo

Sorpresas, trampas y 7k en Venezuela

Nicolás Maduro advirtió que en las elecciones del 6 de diciembre habrá una sorpresa en Venezuela (Tiene razón, pero no es la que se figura). Esta vez no se lo dijo un pajarito, sino sus laboriosos expertos electorales. Aunque pierda claramente, declarará que volvió a ganar los comicios por un estrecho margen, como sucedió en el 2013. Veremos si puede.

Si logran trampear las elecciones, piensa, el Congreso seguirá siendo suyo o casi suyo. Hay chavistas que aseguran que no existe peligro en conceder el Parlamento por una mayoría simple. Diosdado Cabello, en cambio, no quiere arriesgarse a perder la mayoría y con ella la Presidencia de la Asamblea Nacional. Le parece peligroso tras las acusaciones de narcotráfico que le han hecho. Con el poder no se juega, les repiten los Castro incesantemente.

Menuda sorpresa si ganara Maduro. Si ocurriera en buena lid, demostraría que los venezolanos no pertenecen a la raza humana. Algo muy extraño, porque se parecen muchísimo a los otros bípedos. Comen, beben, bailan, cantan, se enamoran y se pelean como el resto de la gente.

No obstante, según los chavistas, no castigan ni reemplazan a los gobernantes que los han perjudicado al extremo de elevar el porcentaje de pobres del 40% al 78% del censo, mientras millón y medio de almas en pena han decidido emigrar porque ya no tienen esperanzas. Continuar leyendo