Reivindicación del voto en blanco

Durante estos primeros cinco meses de Mauricio Macri como presidente de la nación ha sido recurrente —por parte de personeros y simpatizantes del kirchnerismo en retirada— el señalamiento de la culpa de la izquierda por estos resultados, ya que debido a que este sector político había llamado a votar en blanco —y no por el supuesto “mal menor” que habría expresado la candidatura sciolista— habría ganado el candidato de Cambiemos. Debe hacerse notar que la proposición dista de la realidad. Sin embargo, la acusación vale también para —vistos estos primeros meses de ajuste del Gobierno nacional y de los replicados en las provincias, incluso (y sobre todo) aquellas gobernadas por los k— realizar una reivindicación política del voto en blanco en aquel ballotage.

Hay una infinidad de hechos que muestran más similitudes que diferencias entre las políticas estratégicas del macrismo y las del kirchnerismo. En primer lugar, hay que señalar que ambas tendencias promovían la devaluación, que es la marca y seña de toda política de este período y es, principalmente, una confiscación de los salarios de los trabajadores en función de medidas de recuperación procapitalista en medio de la crisis económica. De este modo, la devaluación llevada adelante por Alfonso Prat-Gay solamente podría haber sido muy similar a la reclamada y anunciada por los economistas de Daniel Scioli, Mario Blejer o Miguel Bein, además de que fuera saludada luego de realizada por el principal asesor sciolista, Gustavo Marangoni. Más allá de esta información esencial, revisemos algunos episodios que reafirman la caracterización de “ajustadores” que viene bien para macristas o kirchneristas y que fue la causa por la que muchos llamaron a votar en blanco —una buena manera de evitar el voto a los propios verdugos. Continuar leyendo

Anocheceres agitados para el macrismo y el kirchnerismo

Días agitados atraviesa la Argentina y no tiene modo el ciudadano de respirar tranquilo ni hacer caso omiso ante tanto estímulo político exaltador. Dijo alguna vez el periodista Jon Lee Anderson —que recorrió cinco continentes para realizar sus crónicas y así se convirtió en maestro de maestros del oficio— que los países que más discutían de política en el mundo eran la Argentina e Irán. Que la política, decía, se introducía en las mesas de almuerzo y en los diálogos nocturnos. Que no tenía parangón con otros lugares en el orbe. Seguramente tenía razón. Estos últimos días lo demuestran. Vivimos una nación signada por los hechos políticos.

Imposible evitar el discurso político cuando la inflación amenaza con dar un salto exponencial luego de los tarifazos en las facturas de energía y transporte. De un día para el otro viajar hacia el trabajo o hacia cualquier destino cotidiano costará el doble —cuando los salarios no aumentaron en esa proporción ni por asomo— o prender la luz, usar la estufa, llamar por teléfono o bañarse tendrán también un aumento sideral en sus costos —cuando los salarios no aumentaron en esa proporción ni por asomo. Imposible evitar el diálogo político cuando una ola de despidos se cierne sobre los ciudadanos mismos, los vecinos, los amigos de los amigos, los parientes. Y mientras tanto suben los precios de los artículos de la canasta familiar a un ritmo prepotente. Es de esta manera que se manifiesta en estos lares el ajuste. De un modo brutal. Continuar leyendo

Holdouts: todos votaron pagar (y cómo pagaremos todos)

El Senado de la Nación aprobó el marco jurídico exigido por el juez neoyorquino Thomas P. Griesa para destrabar el pago de la deuda a los holdouts, popularmente conocidos como “fondos buitre”. De esta manera concluyó uno de los episodios más polémicos acerca de la deuda externa nacional mediante el voto de unidad del oficialismo y la oposición kirchnerista a favor de su pago y del inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento con los organismos financieros internacionales. Notable es el voto de los senadores del Frente para la Victoria, que revela además la impostura k de quienes dos semanas atrás seguían levantando en la Cámara de Diputados el lema: “Patria o buitres”.

El pago a los fondos buitre muestra un estatuto colonial en cuanto a la trastienda que devino tal acuerdo: como nunca antes, es un juez de un distrito estadounidense —no ya su Estado— el que estableció las condiciones para su rúbrica. Un estatuto al que todas las fracciones del oficialismo y la oposición k se sumaron bajo la excusa de que tal pago habilitaría el ingreso de capitales que hoy serían retaceados al país. La visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es el último eslabón requerido para el establecimiento de este gran acuerdo nacional. Sin embargo, las esperanzas de los promotores del pago para recibir empréstitos que ayudarían a la nación se sustentan sobre falsas expectativas. Continuar leyendo

Bomba de tiempo del kirchnerismo en Santa Cruz

Durante la inauguración de las sesiones legislativas, una gran manifestación contra el ajuste del Ejecutivo se manifestó por las calles y rodeó el palacio parlamentario, lo que provocó que los manifestantes oficialistas tuvieran que retirarse del lugar, en medio de cánticos contra el Gobierno y sus medidas. Estas líneas no son ficción.

El martes 1º de marzo, en Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, gobernada por la kirchnerista Alicia Kirchner, manifestantes docentes y estatales en un número superior a los tres mil (que, en la pequeña ciudad patagónica, son una enormidad) expulsaron a La Cámpora, que había decidido manifestarse para apoyar a la gobernadora. Se trata de un episodio que indica una profundización del escenario de choques sociales en la provincia, otrora feudo político del kirchnerismo.

Santa Cruz es la provincia en la que se refugió el kirchnerismo residual. Si bien no obtuvo la mayor cantidad de votos, algo que sí hizo su contrincante radical, Alicia Kirchner (hermana del fallecido ex Presidente y fundador de la tendencia que gobernó el país durante doce años) se convirtió en gobernadora por obra de la antidemocrática ley de lemas. Según Alicia Kirchner misma denuncia, heredó una provincia en llamas. Lo que omite Alicia es que ella misma es heredera del régimen kirchnerista. Kirchnerismo que gobierna desde hace 25 años la provincia, trece años más de los que gobernó el país. Continuar leyendo

La izquierda: ¿funcional al kirchnerismo?

Existen ciertos volcanes que parecen estar apagados hasta que la combinación de movimientos de placas y la elevación de la temperatura del magma terrestre producen la erupción de lava y fuego, furia de la naturaleza. La erupción condensa condiciones existentes anteriores, pero cristalizadas por una serie de factores combinados en el mismo lugar y en el mismo tiempo —y que producen un nuevo estado para ese volcán.

Algo similar podría decirse sobre la izquierda argentina, embarcada en un debate nodal respecto a qué posicionamiento tener frente al Gobierno de Mauricio Macri, que, en realidad, revela tendencias latentes de características históricas en este sector político, como el adaptacionismo y la sumisión a las presiones del nacionalismo burgués o diversas tendencias de la pequeña burguesía. Los debates en la izquierda tienen una importancia radical, ya que de ellos depende una acción política concreta que marcará sus posibilidades de desarrollo —o no— en el próximo período. Sobre todo en un momento en el que la izquierda influye políticamente a significativas capas de trabajadores que decidirán su participación independiente —o no— en la crisis, en medio de la paz social garantizada por las direcciones sindicales, en gran parte kirchneristas. Continuar leyendo

Criminalización y mito de una figura polémica

Si existiera una entidad tal como la del ser nacional, seguramente tendría entre sus características a la intensidad, hecho comprobable desde que este sábado —un caluroso sábado de un probable (pero no) tranquilo enero— la dirigente social y política del kirchnerismo, Milagro Sala, fue detenida en Jujuy acusada de “instigación al delito y tumulto”, figura que encubre que ha sido penalizada por protestar.

El episodio constituye un hecho gravísimo. Para poder considerar la seriedad de sus posibles consecuencias se debe hacer por un instante abstracción de la figura de Milagro Sala —denunciada innumerable cantidad de veces por sus manejos espurios de fondos públicos, por patoterismo, amenazas con armas y un uso por parte del Estado de su movimiento como fuerza de choque contra organizaciones sociales y políticas opuestas al kirchnerismo.

Si se logra abstraer esa figura no tan sólo polémica, sino ciertamente repudiable, se podrá constatar que la resolución judicial que determina su detención lo hace en torno al acampe de protesta realizada por su organización. Un hecho similar al que realizó durante gran parte de 2015 Félix Díaz en representación del pueblo qom, en la avenida 9 de Julio y avenida de Mayo, en la capital argentina. Un método de protesta usado muchas veces por una gran cantidad de movimientos sociales en reclamo por sus derechos. Un derecho a la protesta garantizado por la Constitución. Continuar leyendo

Un incierto cuento de Navidad

Al publicar estas líneas, más de tres mil obreros de la industria de la alimentación habrán brindado en la medianoche de la Navidad con el deseo inequívoco de conservar su trabajo, de que se les paguen sus sueldos, de no caer en la incertidumbre del desempleo y de que sus familias no queden en la desesperación. Habrán brindado con la sidra que se estila integrar en los bolsones alimentarios de asistencia social por estas épocas. En algún otro momento estos operarios no habrían necesitado de la ayuda social ni de los bolsones para brindar con sus familias, sino que hubieran pagado con el producto de sus sueldos los elementos de la mesa navideña. Sin embargo, debido a los desmanejos empresariales y gubernamentales y a la corrupción kirchnerista, hoy levantarán los vasos para brindar con la soga pendiendo sobre sus cuellos.

Hace unos días, el martes más específicamente, los obreros de Cresta Roja fueron los protagonistas de la primera represión del Gobierno de Mauricio Macri. El acto de violencia estatal podría no tener sentido por fuera de la demostración de fuerza de un Gobierno que necesita establecer distancias respecto de una imagen de delarruismo que lo aleje de una figura de autoridad. Esta es la conclusión necesaria a una encadenación de hechos que comenzó el lunes por la noche, cuando los trabajadores y sus representantes gremiales acordaron con los enviados del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich que, en caso de protestar, sólo ocuparían dos carriles de la autopista Ricchieri y dejarían fluir el tráfico, en función de las reuniones institucionales que estaban previstas para el martes. Pero los acontecimientos superaron el acuerdo. Según todos los testigos, no había demoras en el tránsito cuando, a las diez de la mañana, la Gendarmería, sin previo aviso, arrinconó a los trabajadores con violencia y carros hidrantes al perímetro por fuera de la autovía. En vivo, la población asistía al primer episodio en el que la fuerza estatal era puesta en funcionamiento para reprimir la protesta social. La violencia de la Gendarmería había sido innecesaria. El macrismo se adelantaba así a un período en el que el ajuste que lleva adelante y las medidas que tienden a que la clase trabajadora sea el depositario de las penas de la reestructuración de la economía poblarán de luchas las calles en el futuro inmediato. Continuar leyendo

Final de juego

La literatura —como cualquier arte narrativa— registró a lo largo del tiempo evoluciones en la estructura que brindaba a sus historias. De ese modo, si en cierto momento todo lo contado precisaba de un comienzo, un nudo y un desenlace, luego, durante la modernidad, se incorporó a las posibilidades de lectura y escritura el final abierto. Y tanto se incorporó a las posibilidades de lectura que una novela como El castillo, de Franz Kafka, se puede leer —con su final incierto, pero previsible— como un texto acabado, cuando en realidad su autor murió antes de poder terminarlo. Tal vez la imagen pueda explicar la situación argentina, en la que el fin de ciclo kirchnerista deja abiertas varias líneas de acción para el próximo período, que tendrá como presidente a Mauricio Macri, de la coalición Cambiemos.

Hay algunas certezas. Cristina Fernández de Kirchner cesa su mandato con un país con unas finanzas cercanas a la quiebra, casi sin reservas en el Banco Central y con vencimiento de bonos que deberán ser pagados en dólares en el futuro inmediato. Mientras tanto, el endeudamiento público —inexistente, según el ministro de Economía saliente Axel Kicillof y la ex Presidente— se eleva a 240 mil millones de dólares, con acreedores internos como el Banco Central, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y el Banco Nación. A esto hay que sumarle 11 mil millones de dólares que reclaman los fondos buitre. Continuar leyendo

¿Cómo le entregó el kirchnerismo el poder a Macri?

Al concluir un camino que iba necesariamente a finalizar, el kirchnerismo le entregó la continuidad del manejo del Estado —y de la crisis que lo acosa— a los equipos comandados por Mauricio Macri, de Cambiemos —la alianza con Elisa Carrió y los radicales de Ernesto Sanz que se postuló como superación del centroderechista PRO. El uso del sintagma “le entregó” no tiene inocencia alguna, ya que dos años atrás no se podría haber avizorado la asunción de Macri al máximo poder del Estado. Sin embargo, el giro derechista a través de la presencia en el Gobierno k del desaparecedor César Milani, el represor Sergio Berni, los gobernadores feudalistas, el vicepresidente corrupto Amado Boudou, Aníbal Fernández, los acuerdos con Chevron, la devaluación kicillofista de 2014 y más lograron equiparar los programas de una y otra fracción, con el aditamento de que el grupo de Macri ofrecía “renovación” y cambio tras doce años de los Kirchner en el poder.

Por eso, el ímpetu de diferenciación que buscó Daniel Scioli los últimos diez días de campaña hizo que los militantes que habían declarado que lo votarían con un “broche en la nariz” el día previo a la elección señalaran que votaban a una versión rediviva de Ernesto “Che” Guevara, más o menos. La puesta en escena, sin embargo, no sirvió. Y se hubiera revelado como fachada más temprano que tarde. El programa de Gobierno de Macri y de Scioli eran similares en tanto el próximo Gobierno, ante el estado de bancarrota general y ante el hecho de que pasó el tiempo de realizar una “devaluación ordenada”, deberá (para organizar la crisis en función de los intereses sociales que defiende) devaluar, endeudarse y realizar un ajuste que afectará, principalmente, a las mayorías populares. Ese es el plan inmediato del Gobierno del presidente electo Mauricio Macri y el que hubiera aplicado —quizás más gradualmente— Scioli en caso de ganar. Continuar leyendo

Ballotage, temblor político y después

De manera impensada, el fin de ciclo K cobra realidad de un modo dramático. Pero no sólo por la llegada al ballotage entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, que nadie previó. Aníbal Fernández, un compadrito orillero, construyó la derrota del oficialismo en el principal distrito de la nación, la provincia de Buenos Aires. Fernández —uno de los responsables políticos de los crímenes del Puente Pueyrredón y de la liberación de la zona que permitió el asesinato de Mariano Ferreyra— fue derrotado por María Eugenia Vidal, futura gobernadora, que integra una fracción que se presenta como pospolítica y alejada de cualquier vicisitud ideológica o política relevante, más allá de la necesidad postulada de darle fin a la década kirchnerista.

¿Hay un giro a la derecha por parte de la sociedad argentina al votar de ese modo a Cambiemos, el partido de Macri y Vidal? Cambiemos, la alianza que postula a Macri, hizo una campaña que la presentaba como alejada de los ideologismos y sustentada en la necesidad de una renovación del personal político del Estado, a la vez que planteaba mantener los supuestos logros del kirchnerismo. En definitiva, no se trató de una candidatura de derecha para acabar con un movimiento popular ascendente, sino de una construcción del marketing político para posicionar unos candidatos desideologizados contra un supuesto kirchnerismo hiperideologizador. Continuar leyendo