La distorsión del repulgue y el relleno del macrismo

Toda manifestación comunicacional exhibe mucho más que el mero discurso que quiere mostrar. De tal modo, es en los silencios, las flexiones y las disrupciones donde el psicoanalista explora la conformación psíquica del paciente; o son las geografías del chiste las que pueden señalar, además del centro hilarante, la esencia de quien lo emite; o se pueden encontrar en los subtextos de lo no dicho de la literatura espacios para otros relatos secretos. No hay motivo para que las narrativas publicitarias se sustraigan de esta mecánica y mucho menos un spot publicitario estatal, ideado y realizado por las usinas comunicacionales del Poder Ejecutivo de la nación, que propone a través de la metáfora de la producción de una empanada una mirada distorsionada de nuestra sociedad, pero que a la vez dice demasiado acerca de cómo concibe el macrismo el papel de las instituciones sociales de la Argentina.

(Una digresión: ¿Qué necesidad lleva a la realización de un spot de campaña de Mauricio Macri y su Gobierno pagado con fondos estatales? ¿El spot de la empanada provee algún tipo de información relevante o se trata solamente de la continuidad de las publicidades electorales en tiempo no electoral y realizado con fondos públicos? ¿Es una distribución de la pauta oficial pero sin sentido informativo, sin utilidad pública ni social alguna, un mero intento de alcanzar una imagen simpática del oficialismo en medio del ajuste que lleva adelante y que sufren, en particular, los sectores populares? El spot de la empanada se trata de las innecesarias cadenas nacionales kirchneristas por otros medios). Continuar leyendo

Reivindicación del voto en blanco

Durante estos primeros cinco meses de Mauricio Macri como presidente de la nación ha sido recurrente —por parte de personeros y simpatizantes del kirchnerismo en retirada— el señalamiento de la culpa de la izquierda por estos resultados, ya que debido a que este sector político había llamado a votar en blanco —y no por el supuesto “mal menor” que habría expresado la candidatura sciolista— habría ganado el candidato de Cambiemos. Debe hacerse notar que la proposición dista de la realidad. Sin embargo, la acusación vale también para —vistos estos primeros meses de ajuste del Gobierno nacional y de los replicados en las provincias, incluso (y sobre todo) aquellas gobernadas por los k— realizar una reivindicación política del voto en blanco en aquel ballotage.

Hay una infinidad de hechos que muestran más similitudes que diferencias entre las políticas estratégicas del macrismo y las del kirchnerismo. En primer lugar, hay que señalar que ambas tendencias promovían la devaluación, que es la marca y seña de toda política de este período y es, principalmente, una confiscación de los salarios de los trabajadores en función de medidas de recuperación procapitalista en medio de la crisis económica. De este modo, la devaluación llevada adelante por Alfonso Prat-Gay solamente podría haber sido muy similar a la reclamada y anunciada por los economistas de Daniel Scioli, Mario Blejer o Miguel Bein, además de que fuera saludada luego de realizada por el principal asesor sciolista, Gustavo Marangoni. Más allá de esta información esencial, revisemos algunos episodios que reafirman la caracterización de “ajustadores” que viene bien para macristas o kirchneristas y que fue la causa por la que muchos llamaron a votar en blanco —una buena manera de evitar el voto a los propios verdugos. Continuar leyendo

Anocheceres agitados para el macrismo y el kirchnerismo

Días agitados atraviesa la Argentina y no tiene modo el ciudadano de respirar tranquilo ni hacer caso omiso ante tanto estímulo político exaltador. Dijo alguna vez el periodista Jon Lee Anderson —que recorrió cinco continentes para realizar sus crónicas y así se convirtió en maestro de maestros del oficio— que los países que más discutían de política en el mundo eran la Argentina e Irán. Que la política, decía, se introducía en las mesas de almuerzo y en los diálogos nocturnos. Que no tenía parangón con otros lugares en el orbe. Seguramente tenía razón. Estos últimos días lo demuestran. Vivimos una nación signada por los hechos políticos.

Imposible evitar el discurso político cuando la inflación amenaza con dar un salto exponencial luego de los tarifazos en las facturas de energía y transporte. De un día para el otro viajar hacia el trabajo o hacia cualquier destino cotidiano costará el doble —cuando los salarios no aumentaron en esa proporción ni por asomo— o prender la luz, usar la estufa, llamar por teléfono o bañarse tendrán también un aumento sideral en sus costos —cuando los salarios no aumentaron en esa proporción ni por asomo. Imposible evitar el diálogo político cuando una ola de despidos se cierne sobre los ciudadanos mismos, los vecinos, los amigos de los amigos, los parientes. Y mientras tanto suben los precios de los artículos de la canasta familiar a un ritmo prepotente. Es de esta manera que se manifiesta en estos lares el ajuste. De un modo brutal. Continuar leyendo

Holdouts: todos votaron pagar (y cómo pagaremos todos)

El Senado de la Nación aprobó el marco jurídico exigido por el juez neoyorquino Thomas P. Griesa para destrabar el pago de la deuda a los holdouts, popularmente conocidos como “fondos buitre”. De esta manera concluyó uno de los episodios más polémicos acerca de la deuda externa nacional mediante el voto de unidad del oficialismo y la oposición kirchnerista a favor de su pago y del inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento con los organismos financieros internacionales. Notable es el voto de los senadores del Frente para la Victoria, que revela además la impostura k de quienes dos semanas atrás seguían levantando en la Cámara de Diputados el lema: “Patria o buitres”.

El pago a los fondos buitre muestra un estatuto colonial en cuanto a la trastienda que devino tal acuerdo: como nunca antes, es un juez de un distrito estadounidense —no ya su Estado— el que estableció las condiciones para su rúbrica. Un estatuto al que todas las fracciones del oficialismo y la oposición k se sumaron bajo la excusa de que tal pago habilitaría el ingreso de capitales que hoy serían retaceados al país. La visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es el último eslabón requerido para el establecimiento de este gran acuerdo nacional. Sin embargo, las esperanzas de los promotores del pago para recibir empréstitos que ayudarían a la nación se sustentan sobre falsas expectativas. Continuar leyendo

Continuidad de la vara doble y cínica

El doble estándar —es decir, la virtud de medir los actos ajenos con una vara diferente de aquella con la que se miden los propios— se había transformado en una de las características centrales del relato kirchnerista. Una herramienta fundamental para sostener un discurso “progresista” que no tenía anclaje en la realidad de los actos del Estado dirigido por Néstor Kirchner, primero, y Cristina Fernández, después.

Por ejemplo, ese recurso le permitía a Ricardo Forster —profesor de filosofía y uno de los miembros más conspicuos de Carta Abierta— denunciar ecológicamente el traslado de los árboles de la avenida 9 de Julio para la construcción del metrobús y no decir ni pío acerca de la lucha del pueblo de Famatina, reprimido por el kirchnerista Luis Beder Herrera, contra la contaminación megaminera. O procesar a los militares responsables de desapariciones y otras aberraciones durante la última dictadura y hacer caso omiso y sostener en su puesto al elegido de Cristina al frente del Ejército, César Milani, denunciado por varias personas por su acción represiva en La Rioja durante los años oscuros. O exhibir a un niño jujeño que recitaba en Tecnópolis “No te burles de un colla”, mientras el kirchnerista Gildo Insfrán asesinaba en la ruta a manifestantes de la etnia qom y la Presidente se negaba a recibirlos en una audiencia largamente requerida mediante acampes en el centro porteño. Son sólo algunos ejemplos de la doble vara, de mirar la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio. Que tiene una continuidad manifiesta en el método político del Gobierno de Mauricio Macri. Continuar leyendo