México quiere sumarse al mundo petrolero 2.0

En los próximos días, el Congreso mexicano comenzará un debate sobre la reforma energética que propone el presidente Peña Nieto, hombre del PRI, partido que en 1938 impulsó la creación de la empresa Pemex y la nacionalización de los hidrocarburos. Esta compañía enfrenta varios desafíos importantes, como pérdidas en los últimos nueve meses de 7 mil millones y niveles de producción de 2,5 millones de barriles diarios, el nivel más bajo en dos décadas. Desde agosto, el Ejecutivo impulsa una legislación que le dé más espacio a la inversión privada e internacional. Para concretarlo, deberá conseguir una mayoría calificada de tres cuartas partes‎.

Asimismo, el gobierno impulsa reforzar la seguridad de Pemex frente a los ataques de las mafias del narcotráfico. Se invertirá en sistemas de seguridad electrónicos de cámaras, sensores, drones, lanchas, etcétera. Esto se hará también y de manera coordinada con la Comisión Federal de Electricidad, principal proveedora de energía eléctrica del país. El plan de seguridad de Pemex se extenderá en una primera etapa hasta el 2017 e invertirá 2900 millones de pesos mexicanos. Se buscará también reducir el número de robo de combustible y secuestro de personal.‎ En la visión del gobierno, sin una mejora de la seguridad física de estas instalaciones y del personal, no habrá inversión sustentable en el mediano y largo plazo.

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Brasil votará economía, ruptura con aliados y nacionalismo 2.0

Un Brasil que disfruta de una tensa calma luego de las masivas manifestaciones de mediados del presente año, ya comienza a calentar los motores para el proceso electoral del 2014. En él se definirá la reelección o no de la actual presidenta Dilma Rousseff. Hasta las movilizaciones, la reelección era considerada poco menos que un trámite sencillo. No obstante, el impacto del descontento multiplicado por los medios de comunicación masiva y las cada vez más protagónicas redes sociales derivaron en una caída de la popularidad de la mandataria del 65 % al 30 %. Para luego volver a crecer a cifras entre 35 y 40 %.

Asimismo, en el frente económico, la devaluación del real fue muy fuerte hasta agosto, rondando un 20 % y se detuvo en los últimos meses por la masiva intervención del Banco Central. Para ello, se usaron 55 mil millones de dólares (un 15 % del total de reservas y una vez y media todas las reservas del Banco Central argentino, que están en 35 mil millones). La principal preocupación del Brasil es controlar su inflación, que llegó al 6,5 anual hace unos meses y que por acción de las autoridades monetarias cerraría el año en 5,82, con un estimado de 5,84 en el 2014. Décimas por abajo del techo del 6 % anual que el equipo económico de Lula y luego de Rousseff establecieron para contar con una economía sana y estable.

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El diálogo EEUU-Irán y su impacto en Argentina

El 9 de agosto pasado en esta columna analizamos la victoria y ascenso del nuevo presidente iraní:

“Una nueva etapa política comienza en Irán con la asunción del presidente Hasan Rohani. Una novedad con sustanciales atenuantes, dado que el poder político-religioso-militar del país sigue en manos del líder espiritual Khamenei, que desde 1987 rige los destinos de este ex imperio milenario. Rohani es asimismo un hombre de extrema confianza del líder y desde la década del 80 ocupó cargos por demás sensibles en el área de seguridad nacional. También tuvo a su cargo a comienzo del presente siglo las negociaciones nucleares con los EEUU y es recordado por haber ‘ganado tiempo’ para que el programa avanzara, pese a las resistencias de la superpotencia y sus aliados. Su nuevo gabinete tendrá como ministro de Relaciones Exteriores a Mohammad Javad Zarif, un experimentado diplomático que negoció con EEUU un  tema de rehenes en el Líbano y la relación Teherán-Washington en Afganistán. Es también ex embajador en las Naciones Unidas y tiene un doctorado en la Universidad de Denver.

“Trascienden sus canales de diálogo más que discretos con figuras como el vicepresidente norteamericano con Joe Biden y con el secretario de Defensa Chuck Hagel. Este nuevo ministro está ligado históricamente al ex presidente Rafsanjani, mandatario durante el período en donde se produjeron los ataques terroristas de 1992 y 1994 en Buenos Aires y con pedido de captura de Justicia argentina. Un peso pesado en la política y en la economía de Irán. También, Rouhani nominó a Mohammad Forouzandeh como jefe negociador del tema nuclear, e integró estos años -junto al actual presidente- el estratégico Consejo Supremo de Seguridad Nacional. También preside una poderosa fundación de caridad y ayuda social del Estado. Es un ex Guardián de la Revolución, la élite armada del régimen. Este equipo, de contar como se espera con el visto bueno de Khamenei, parece destinado a un póker decisivo y de alto nivel entre Teherán y Washington en materia nuclear. Los dos bandos saben que si no se llega a un acuerdo básico en los próximos 12 a 18 meses, la posibilidad de escalada militar se acentuará fuertemente, con un Israel que ha decidido por ahora darle tiempo a esa ventana de negociación y no adentrarse en un ataque unilateral. Viable en lo técnico, pero de altísimos costos en todos los frentes imaginables”.

Sin duda, las referencias al pragmatismo y habilidad, incluyendo la destinada a ganar tiempo y a desorientar al rival, que hicimos en ese momento sobre Hasan Rohani quedaron reflejadas en la histórica llamada telefónica que mantuvo con el presidente Obama así como la postura asumida por Teherán en las últimas semanas acerca de la necesidad de que Siria entregue su armamento químico, siempre y cuando hubiese garantías de no ser atacada por EEUU y sus aliados en Europa y en el Medio Oriente. No obstante, el póker antes citado dista de estar llegando a su fin y de manera armónica. Las partidas más agudas y tensas están por verse. Casi un equivalente al respetuoso choque de guantes que los boxeadores hacen antes de empezar extenuantes peleas.

El diálogo telefónico Teherán-Washington, el primero entre presidentes en 34 años, viene a impactar en un tema doméstico argentino pero cuyo alcance trasciende nuestras fronteras, tal como fue el ataque terrorista a la AMIA en 1994, tema por demás sensible para un futuro listado de razones que justifiquen un eventual ataque de EEUU y/o Israel a los herederos de los persas. El caso AMIA es el estandarte que marcaría formalmente a Irán como un Estado que fomenta el terrorismo. El memorándum negociador entre Argentina e Irán se enmarca en este sentido. Una combinación de intereses implícito y explícitos de ambos. En el caso de Buenos Aires, la idea de romper el status quo en que algunos ven a la causa del ataque de la calle Pasteur, buscar quizás fuentes alternativas de compra de energía, sintonizar más la política exterior a los estándares de la Venezuela chavista, la convicción y las ganas y la voluntad de asistir a una profunda y acelerada mutación de las relaciones de poder mundial. La cual supuestamente iría limando la hegemonía americana y dejaría al mundo más en manos de potencias como China, India, Brasil, Sudáfrica, Irán, etcétera. Cuando se mira que aún los EEUU representan el 25 % del PBI mundial, el 47 % del gasto militar del mundo, que es el principal proveedor de los desarrollos tecnológicos que rodean nuestra vida cotidiana, que encabeza por lejos los patentamientos científicos y que es el poseedor de la unidad de valor, el dólar, más deseada y ahorrada a escala mundial (incluyendo China, que atesora un trillón de dólares en bonos americanos), surgen algunas dudas sobre cuánto hay de diagnostico y cuánto de ganas de que ese fin de preeminencia suceda.

Por esas vueltas del destino y de la capacidad tecnológica que ha tenido y tiene nuestro país, la interacción de estas pampas con la cuestión iraní dista de limitarse al tema AMIA: desde haber sido proveedor de un importante cargamento de uranio a Israel durante su naciente programa atómico a comienzo de los años ’60, a ser proveedor de maquinaria y combustible nuclear para uso civil a Irán en los años 70 y 80 (hasta el 1988, cuando Buenos Aires habría percibido la orientación militar que asumía la dinámica del programa persa) al papel protagonizó de un diplomático argentino, como Rafael Grossi, en las negociaciones e inspecciones de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA); sin olvidar aquellas que nos llevaron a estar cerca de enemigos acérrimos de Irán, como el Irak de los años 80, cuando nuestro desarrollo misilístico Cóndor II habría tenido el respaldo de Egipto para hacerle llegar estos vectores cuando estuviesen terminados al entonces a la “prooccidental” Bagdad de Sadam Hussein en su guerra de 8 años con los ayatollahs iraníes.

Buenos Aires debería estar atento a no confundir esta naciente etapa de semblanteo y negociación entre Washington y Teherán con una legitimación lisa y llana del acercamiento de enero pasado por medio del memorándum. Asimismo, también sería errado asumir que nada cambió y que la Argentina sigue tan agudamente descolocada como hace semanas atrás, momento en que ni Irán afirmaba haber ratificado el memorándum, cosa que aún no hizo el Parlamento y sobre el cual no hubo ninguna referencia del nuevo presidente y del más que poderoso líder espiritual Alí Khamenei, ni la comunidad judía en Argentina, Israel y los EEUU vertían opiniones positivas sobre la iniciativa. Posturas que distan de haber cambiado aún.

Para nuestro país, el tema no pasa por negociar o no con Irán en un juego de blanco o negro o antes deslegitimado y ahora supuestamente legitimado por la conversación de Obama con el nuevo mandatario iraní. Los EEUU, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania no están interesados en un Teherán poseedor de un arsenal nuclear. Para persuadir al régimen fundamentalista, se asume que se deben maximizar las presiones comerciales, económicas y diplomáticas así como evitar acuerdos que hagan borrón y cuenta nueva sobre el respaldo al terrorismo. Como se verá, el conjunto de potencias, más allá de las posturas más duras de EEUU y sus aliados occidentales, y las relativamente más flexibles de Moscú y Pekín, integran tanto el mundo que algunos asumen “que fue” (Washington, París, Londres y Berlín) como el mundo “que se viene”. Sea eso así o no, cada uno sacará conclusiones con la cabeza y el corazón. Sería importante que nuestra política exterior asuma que está inmersa en una mesa de póker como aquellas que muestran en programas de TV a profesionales en imponentes escenografías… Y que nuestro fuerte es el truco con su carga de exageración, grandilocuencia gestual y retórica y bajada de línea a los otros contendientes. Nada mas lejos que el póker.

La geopolítica de EEUU: del Nilo y el Éufrates al Ganges

A diferencia de las décadas pasadas en las que se desarrollaron otras escaladas bélicas en el Medio Oriente, en especial entre Israel y diversas coaliciones árabes, actualmente la región esta siendo cruzada por los vientos del choque entre laicos y fundamentalistas (en especial ligados a la Hermandad Musulmana en Egipto, Túnez y crecientemente en Turquía) y las escaladas de violencia de sunnitas vs. shiítas o sus “primo hermanos” alawitas. Siria es un fiel reflejo de ello, pero también ello es claramente visible en Irak, Pakistán y Bahrein. Todo ello condimentado, por una red transnacional de terrorismo como es Al Qaeda, cuyos dos primeros mandos son respectivamente un egipcio, Zawahiri, y su ascendente nuevo numero 2, el yemenita Nasir al Wuhaysi.

La presencia del grupo filo iraní Hezbollah en las operaciones militares de los alawitas de Assad en Siria contra los laicos y fundamentalistas sunnitas (la amplia mayoría en el país) muestra la complejidad y permeabilidad del escenario. En tanto, Irán avanza en la puesta en operaciones de centenares de nuevas y sofisticadas centrifugadoras para enriquecer uranio al 20% o más y en el montaje de un centro de lanzamiento cohetes espaciales y eventualmente misiles intercontinentales en Shahrud a 100 kms al NE de Teherán. Ya en enero pasado un cohete llevó un mono al espacio y lo regresó vivo a la tierra. Tecnología, esencialmente de uso dual, o sea civil y militar. Cualquier decisión de los EEUU y o Israel de operar militarmente dentro de los próximos 12 a 18 meses sobre el programa nuclear de Teherán deberá tener en cuenta una multiplicidad de impactos cruzados pocas veces vistos.

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Bullying y política exterior

En los últimos años especialistas, gobiernos y medios de comunicación han colocado como tema de atención y preocupación el fenómeno del bullying u hostigamiento y agresión sobre algunos niños y jóvenes en las escuelas y otros ámbitos, enfatizando los desequilibrios existentes y generados tanto en el agresor como en el agredido.

Inseguridades, insatisfacciones, traumas, la búsqueda de ser aceptado y respetado, desestructuraciones de valores, etcétera, son citados entre otros tantos signos de bullying. Trasladándolo al plano de la política internacional y especialmente el ámbito latinoamericano, o sudamericano como la moda imperante suele preferir, se podrían detectar gobiernos que llevan a cabo políticas exteriores sobreactuadas y que en algunos casos podrían asemejarse al bullying. Si bien a diferencia de las relaciones interpersonales en estos casos se trata de estados con escaso poder a nivel global, mientras que los receptores de esas conductas suelen ser potencias económicas, políticas y militares de primer orden, aunque no siempre, como pueden dar fe paraguayos o uruguayos.

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Brasil frente a la escalada bolivariana-estadounidense

“Exigimos a los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España que presenten las disculpas públicas correspondientes, en relación a los graves hechos suscitados”, leyó el canciller boliviano David Choquehuanca durante la reciente reunión de mandatarios del Unasur convocada de urgencia en la ciudad de Cochabamba.

Los presidentes de Argentina, Bolivia, Ecuador, Surinam, Uruguay y Venezuela respaldaron esta declaración dirigida a Francia, España, Portugal e Italia para que se disculpen y den explicaciones por haber vetado el libre tránsito aéreo del avión del gobernante boliviano Evo Morales. De la enumeración de países, sobresale el bajo perfil de Brasil y la ausencia del tercer PBI de América Latina, después de Brasil y México, o sea Colombia, Chile y Paraguay. Se podría llegar a interpretar la actitud de Brasilia como un capítulo más del sencillo pero no por eso menos eficiente mecanismo de “organicémonos y vayan” por parte de la sofisticada diplomacia brasileña hacia los gobiernos bolivarianos y de la Argentina. El reciente reclamo de la Cancillería del Brasil para que se aclare la información brindada por el ex analista Snowden y difundida por medios de prensa británicos acerca de una masiva intercepción de comunicaciones brasileñas por parte de la inteligencia americana, no implicó adentrarse en la batalla verbal y gestual desarrollada por los países bolivarianos con los EEUU en torno a esta situación y los asilos políticos para el prófugo.

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