Se bajó el telón: continuidad o cambio

Se apagaron los flashes. Se terminaron los discursos encendidos, las campañas, los agravios. Ya no nos esperan más gritos, ni frases extorsivas, ni imploraciones. Ya no se escucharán más voces, ni nadie más nos querrá imponer miedo. Los productores de la obra han perdido abruptamente a sus actores. Se bajó el telón.

Y es a partir de ese instante cuando entra en juego un nuevo protagonista, aquel que resulta, a la postre, el verdadero intérprete de la obra: el pueblo.

Ese protagonista es aquel que legitima con su voluntad al poder estatal, es el verdadero sujeto de la soberanía de una nación. Es la verdadera estrella de la obra.

¿Y cuales serían, entonces, las disyuntivas que tiene el pueblo, en la actual coyuntura, que deberán dirimirse inexorablemente el día de la elección?

El proceso eleccionario nos fue llevando a un camino ineludible que determina que el día domingo (el final del túnel) se define entre dos alternativas electorales. Continuar leyendo

Son las propuestas, estúpido

He advertido que en las últimas semanas la campaña electoral ha enrarecido sus discursos, más específicamente respecto al valor del voto de cada elector, incluso asignándole utilidades que van más allá de las convicciones de pensamiento que cada votante expresa al momento de elegir. Esa carga de adrenalina electoral acaparó todo e incluyó agravios y falta de respeto a la opinión de aquellos que piensen diferente.

Este fenómeno se vio claramente entre todos aquellos que son mayoría, ya que suman el 62% del total poblacional y que piensan que es necesario un cambio de timón a los fines de solucionar los acuciantes problemas reales, muy reales, que padecen millones de argentinos.

Esos mismos que no pudieron ponerse de acuerdo en un frente único, por algún egoísmo personal, sin importarles en demasía el bien común, hoy nos dicen que resulta necesario que no se “tire nuestro voto” e intentan arrear cual ganado a los electores presentándose como salvadores.

Entonces tenemos de un lado los que dicen, apoyados en algunas encuestas, que son los únicos que llegan y que el voto útil es hacia ellos, mientras que, del otro lado, otros nos dicen —lo que también resulta cierto— que en realidad esa utilidad es nula, porque en el pretenso ballotage perderían, apoyados en muchas otras encuestas. Continuar leyendo

Los señores feudales

El vicepresidente de la Cámara Electoral, Dr. Alberto Dalla Via, señaló en el día de la fecha que “hay provincias que no se encuentran capacitadas para hacer elecciones”, y ello se debía a la existencia de “concentraciones de poder” y “tendencias feudalistas, donde el propio sistema electoral hace que ganen siempre las mismas mayorías”.

Uno de los candidatos a la presidencia, Sergio Massa, oportunamente ya había hecho mención de este tema, señalando que “los señores feudales usan a la pobreza para mantener el poder”.

Estas referencias destacan y ponen el tapete una problemática que aqueja a alguna de nuestras provincias, en donde se ejerce un verdadero poder feudal de parte de los gobernantes, y en donde parte de su población adopta el rol de súbdito de estos verdaderos jerarcas del poder.

A los fines de merituar la exacta dimensión de este flagelo, debemos recordar que los señores feudales eran, en la edad media, aquellos “grandes señores” que se constituían como dueños absolutos de su territorio, entregando privilegios y protección a los subordinados a cambio de su fidelidad y especial acatamiento a su poder.

Para constituirse en señor feudal, estos jefes debían reunir recursos políticos, económicos, en especial acaparando parcelas de tierra (grandes extensiones) que lo constituirían en amo absoluto y soberano de sus territorios conquistados. Luego de ello, su poder resultaría ilimitado, siendo una de las características de ese ejercicio abusivo del poder, la perpetuidad con la que ejercían sus cargos.

No resultaría antojadizo y arbitrario si nos atreviéramos a transpolar esta concepción y la comparáramos con la realidad existente en grandes regiones de nuestro país.

Efectivamente, volviendo a los dichos del vicepresidente de la Camaral electoral, “Formosa, Santa Cruz, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán son provincias con sistemas electorales mayoritaristas para favorecer a quien está en el poder, con (claras) tendencias feudalistas”.

En dichos territorios, los convertidos en verdaderos “señores feudales”, haciendo gala de su poder ilimitado y mediante un popurrí de prácticas clientelares, entregan comida, dinero, y elementos de primera necesidad a cambio de la fidelidad de sus súbditos, materializada por el voto, que les permite afincarse en el poder sin tiempo ni ley que lo obstaculice.

Son los verdaderos amos de su territorio, hacen lo que quieren y cuando quieren. Hasta se pueden dar el lujo de enrostrar sus mansiones y grandes extensiones de tierra y poder, a aquellos que tímidamente le efectúan algún planteo acerca de sus carencias.

Ante este panorama sombrío, la pregunta que surge y nos cierne es si realmente existe la posibilidad de concluir con dicho anormal ejercicio del poder, si existe un óbice a tamaña desviación que pueda frenar esa forma de gobierno ilegitima, finiquitando el “contrato” de adhesión que parte de la ciudadanía le brinda a estos “jerarcas”.

Y la respuesta a dicho interrogante no se encuentra en otro lugar que en la voluntad del pueblo.

Ese mismo pueblo que pudo, afligido por sus penurias y contingencias, sucumbir por necesidad ante el clientelismo que le propusieron.

Ese mismo pueblo les puede decir ahora que agradecen la “benevolencia” de estos amos del poder, pero que no necesitan de limosnas ni prerrogativas que vayan mas allá de un trabajo decente para llevar el pan a sus hogares.

Ese mismo pueblo les puede decir que quieren mirar con dignidad su futuro y el de sus hijos.

Ese mismo pueblo… les puede decir que no.

Enorgulleció a todos los argentinos

Dr. Carlos Fayt

De mi mayor consideración:

Me dirijo a ese digno funcionario de la Justicia de mi país, atento a su decisión de renunciar a partir del 11 de Diciembre, para expresarle que sentí la necesidad, y me tome el atrevimiento, de escribir estas líneas a los fines de reconocerle a usted el gran legado que nos deja a los hombres de Derecho y a la ciudadanía en general, en relación a los valores esenciales y morales, que usted honra día a día al ejercer su magistratura.

Gracias Dr. Fayt, por llevar a lo más alto la dignidad en el cargo que fuera investido en el más Alto Tribunal de la Nación.

Gracias Dr. Fayt por su sapiencia, su sabiduría y la idoneidad con las que ejerció la magistratura, ello nos ha servido a todos para entender que la Justicia es esa inquebrantable voluntad de “dar a cada uno lo suyo”, y que se dirige “hacia el bien del otro y en última instancia hacia el bien”.

Gracias Dr. Fayt por su humildad, su bonhomía, su hombría de bien.

Gracias Dr. Fayt por su espiritualidad, desinterés y desapego a las cosas materiales que ha evidenciado en cada momento que fuera necesario.

Gracias Dr. Fayt por su honestidad y decencia, valores que debieran ser naturales, pero que nos hemos acostumbrado a que resulten escasos en la sociedad de hoy.

Gracias Dr. Fayt, por haber soportado de manera incólume e integra los constantes avasallamientos a su persona, vilipendios absolutamente ilegítimos ,y sin asidero legal que incluso intentaron socavar su persona en relación a su edad intentando provocar una suerte de humillación publica de su figura de manera injustificada y cruel.

Gracias Dr. Fayt por no haber sucumbido a las enormes presiones políticas que ha sufrido a lo largo de su ejercicio laboral.

Gracias Dr. Fayt por su independencia en el ejercicio de la magistratura, usted ha sido el ejemplo de juez independiente, que solo resuelve en honor a sus intimas convicciones sin permitir injerencia de ningún tipo que le nuble sus decisiones.
Sepa que nos ha enorgullecido a todos los argentinos el tenerlo a ud. como juez de la nación

Por todo eso y mucho más que su persona encarna para todos nosotros, gracias Dr. Fayt.

Un sistema electoral que ya no da garantías

Las irregularidades y los hechos de violencia que se sucedieron en la jornada comicial vivida en la provincia de Tucumán resultan una clara muestra de la necesidad de una urgente modificación de los mecanismos electorales.

El sistema electoral, como se encuentra concebido en la actualidad, no otorga garantía alguna de transparencia de que se respete la voluntad popular, materializada en el voto de los electores.

La Universidad Nacional de La Plata, a través de sus expertos que forman parte del Observatorio de Estudios Electorales y Político Institucionales, produjo un crudo informe sobre el desarrollo del comicio de Tucumán focalizado en algunos de sus municipios designados como objeto del estudio.

Del análisis del informe en cuestión es dable señalar a priori la imparcialidad y la idoneidad de los observadores, manifestadas al referirse a las contingencias intrínsecas y extrínsecas que formaron parte de la jornada electoral. Continuar leyendo