Vuelo con turbulencia para las pymes

El camino que se comenzó a transitar el pasado 10 de diciembre, desde que comenzó el actual mandato, hace recordar a la incertidumbre que se vive en un avión ante cada zona de turbulencia. La coyuntura económica heredada y posterior a la devaluación no hace más que generar turbulencia sobre el futuro económico argentino.

Si bien se procedió a la desactivación de los distintos procesos que distorsionaban el desarrollo normal de la economía, falta hacer que los individuos y la industria sientan una mejora económica que les permita recuperar la confianza, apuntalar el crecimiento y mejorar su desarrollo.

La caída de la actividad comercial y la inflación se vieron aceleradas por el incremento en los servicios públicos, los combustibles y los alimentos, dada la corrección de los precios relativos de estos productos. De hecho, aun cuando no existen mediciones nacionales fehacientes, se cree que la inflación anual estimada por el Gobierno en un 25% ya se quedó corta y es de esperar que, de no corregir su trayectoria, la inflación anual se sitúe en el entorno del 40 por ciento. Continuar leyendo

¿Es el camino correcto, pero con poca información a futuro?

El primer semestre del año es y será muy difícil para todos. Desarmar las restricciones dejadas por la antigua administración no es fácil. Ya se transitó la salida del cepo cambiario, se corrigieron por shock las tarifas de los servicios públicos con la finalidad de reducir el déficit fiscal, se incrementó fuertemente la tasa de interés como anclaje del tipo de cambio y se comenzó con la normalización del sector externo, y es de esperar que en los próximos días se deje atrás el problema de los holdouts. Como si fuera poco, a este escenario económico interno se le suma la coyuntura económica y política de Brasil, nuestro principal socio económico en el exterior.

En este sentido, y utilizando los tan anunciados cien primeros días de gobierno, se procedió a la normalización económica como medida necesaria para devolverle a la economía el dinamismo que necesita para volver a la senda del crecimiento económico.

Así, los aumentos en los servicios públicos anunciados esta semana van camino a ordenar las variables económicas dentro de una normalidad aceptable. A pesar del descontento social, totalmente justificado, es necesario como país que se deje de gastar más de lo que se recauda. Ninguna sociedad o individuo puede subsistir en el tiempo con este déficit. Por otra parte, sí considero que hay que reequilibrar el poder adquisitivo que la gente pierde por esta normalización y espero que esto se logre en las próximas paritarias. Continuar leyendo

¿Quince es el objetivo?

En los últimos días, el dólar volvió a acaparar la atención de todos en el mercado. Si bien no tuvo grandes sobresaltos durante el primer mes del año, el incremento en el tipo de cambio se intensificó en las últimas horas.

Durante el mes de enero del corriente año y luego de la salida del cepo, el dólar se devaluó aproximadamente un 6%, situación que se aceleró durante febrero, donde hubo un incremento en un 12% debido a diversas causas coyunturales.

Ante el aumento del tipo de cambio, en las últimas horas, el Banco Central (BCRA) comenzó a operar en el mercado con la finalidad de contener el alza. De hecho, tuvo “una posición vendedora de 119 millones de dólares durante el día martes” y, de la misma manera, el día miércoles volvió a operar para empujar al tipo de cambio a la barrera de los 15 pesos por dólar.

Por otra parte, y dentro de la política de realinear los saldos monetarios dentro de los objetivos establecidos, el Banco Central volvió a emitir Lebacs (son letras del BCRA de corto, mediano y largo plazo y que licita la autoridad monetaria todas las semanas) por un importe de 32.849 millones de pesos. Al mismo tiempo, convalidó incrementos de tasas de entre 0,50% y 1%; de esta manera, busca atesorar pesos y mermar la presión sobre el tipo de cambio. Continuar leyendo

Un agosto con muchos sobresaltos para Brasil

El Gobierno de Dilma Rousseff parece atravesar tiempos difíciles. No solo por la baja popularidad que goza el Gobierno, sino que a esto se le suman los problemas económicos por los que atraviesa la economía brasilera.

Por el lado político, la imagen del Gobierno de Dilma Rousseff pierde aprobación social en un escenario donde las denuncias de corrupción parecen no tener fin. Según los últimos sondeos publicados, solamente un 8 % de los encuestados considera como “buena” la administración del Gobierno de Dilma (frente al 23 % de febrero pasado). Por otra parte, un 71 % de los encuestados piensa que la administración es “mala”.

En el ámbito económico, podemos diferenciar el problema en dos frentes: el interno y el externo. En el frente interno, la economía brasileña enfrenta la difícil misión de intentar recuperar el superávit primario y la rentabilidad del sector externo. Por otro lado, en el frente externo, la economía busca mantener el grado de inversión de la deuda en los mercados financieros para así financiar a tasas bajas los desequilibrios de la cuenta corriente externa frente a la restricción externa asociada al reordenamiento de los precios relativos de las materias primas y a la expectativa reinante de la suba de la tasa con respecto a la Federal Reserve System (FED). Continuar leyendo

¿Fue el swap con China la mejor vía para incrementar las reservas internacionales?

Sostener el nivel de reservas internacionales y mantener el tipo de cambio anclado en el entorno de $ 8,50 sigue siendo el mayor de los retos para este gobierno. Desde que asumió el actual presidente del BCRA se logró ese cometido a pesar de haber pasado por sobresaltos hacia mitad de año pasado. Cabe resaltar que si bien en algunos meses se logró revertir la tendencia que mostraba caídas en el nivel de reserva, la misma no fue estable durante todo el año pasado.

Pero no todo fue por obra del presidente del Banco Central, sino que muchas licitaciones internacionales como son las de telefonía móvil (4G) y Vaca Muerta, el SWAP de monedas con el Banco Popular de China (PBC), permitieron cerrar 2014 con una suba en el stock de reservas a la zona de US$31.300 millones frente al cierre de US$30.599 millones en 2013. Continuar leyendo

Dilemas de política cambiaria: ¿hacia dónde “caminamos”?

A principios de este año, el equipo económico, vía devaluación, buscó “devolver” a la economía la competitividad perdida como consecuencia del aumento sostenido del nivel de precios, al menos de manera parcial. No obstante, el problema del salto cambiario en el mercado oficial es que este inmediatamente se trasladó al no oficial: mientras el tipo de cambio oficial pasó entre enero y febrero de $6,52 a $7,88, el blue se movió de $ 9,63 a $ 11,25 durante el mismo período.

Frente a este escenario, el Banco Central optó por subir las tasas de interés con la estrategia de secar la plaza de pesos y desalentar la demanda de dólares. Así la tasa de interés subió 6 puntos durante febrero y marzo, y permitió frenar la suba del dólar paralelo, el cual llegó a ubicarse por debajo del “dólar tarjeta”.

De manera paralela, el índice de precios oficial comenzó a reflejar una fuerte suba del nivel de precios y si bien esto no era ninguna novedad, si lo era el nuevo índice presentado por el INDEC. En los años previos la variación mensual de precios publicada por el organismo oficial estaba en torno al 0,8 % – 0,9%, y en enero el INDEC reconocía una inflación mensual del 3,6%, en febrero del 3,4% y del 2,6 % para marzo.

Con la suba de la inflación y la imposibilidad del tipo de cambio oficial de ajustar automáticamente en pos de mantener los niveles de competitividad, cuatro meses después de la devaluación la economía se encuentra en el punto de partida, con el agravante del freno del nivel de actividad.

Sin lugar a dudas, el gobierno deberá modificar el rumbo de la política económica. Los crecientes niveles de inflación indican que ya se acabó el tiempo: es necesario realizar modificaciones que frenen la suba del nivel de precios, y la clave está en la política fiscal, ya que mientras el gasto siga creciendo por encima de los ingresos, el banco central deberá seguir “imprimiendo” para cubrir el gasto excedente. Por otro lado, otro desafío es implementar medidas económicas que le devuelvan la competitividad a la economía, pero esto no podrá llevarse a cabo hasta que no se implemente un programa antiinflacionario integral.

Entonces, ¿qué hacer? Una de las opciones, que parece ser la estrategia de los últimos días, es que el Banco Central mantenga un ritmo de micro-devaluaciones que permitan ganarle a la inflación, y en consecuencia, se traduzcan en una mejora de competitividad. El problema es que este proceso de devaluaciones trae aparejados mayores aumentos de precios – si la oferta no acompaña al incremento en la demanda-, dando lugar a un nuevo atraso cambiario y una nueva necesidad de ajuste cambiario, proceso bien conocido para la economía argentina.

Otra opción del equipo económico es mantener el tipo de cambio oficial estable, tal como se vino realizando hasta la semana pasada. No obstante, este proceso ha generado malos resultados en la economía, ya que no sólo no funciona como ancla a la inflación, sino que en un contexto como el actual genera pérdida de reservas, debido a la imprevisibilidad del manejo cambiario.

La incertidumbre generada en el “no saber” hacia dónde se dirige la política cambiaria, sumado al (desmentido) enfrentamiento entre Kicillof y Fabrega, presiona sobre las expectativas de devaluación. Esto disparó en los últimos días el tipo de cambio paralelo por encima de los $12, y de no intermediar la autoridad monetaria se estima que se volverá a ubicar en el rango de los $13.

En este escenario, la pregunta que se hacen los economistas, el sistema financiero y los actores económicos en general es: ¿hacia dónde “caminamos”? Sin dudas, un interrogante con numerosas respuestas, muchas de ellas contrapuestas.

 

(nota escrita en colaboración con Eliana Scialabba)