Por: Mariano Carpineti
Sostener el nivel de reservas internacionales y mantener el tipo de cambio anclado en el entorno de $ 8,50 sigue siendo el mayor de los retos para este gobierno. Desde que asumió el actual presidente del BCRA se logró ese cometido a pesar de haber pasado por sobresaltos hacia mitad de año pasado. Cabe resaltar que si bien en algunos meses se logró revertir la tendencia que mostraba caídas en el nivel de reserva, la misma no fue estable durante todo el año pasado.
Pero no todo fue por obra del presidente del Banco Central, sino que muchas licitaciones internacionales como son las de telefonía móvil (4G) y Vaca Muerta, el SWAP de monedas con el Banco Popular de China (PBC), permitieron cerrar 2014 con una suba en el stock de reservas a la zona de US$31.300 millones frente al cierre de US$30.599 millones en 2013.
Además de lo expuesto y con el objetivo de mantener y/o incrementar el nivel de reservas y, sobre todo, de llegar a las elecciones con una economía lo más normalizada posible, la idea para los próximos días es sentarse con los distintos actores agropecuarios para estimar cuál va a ser el flujo de dólares que podrían llegar a entrar por las exportaciones del sector en los próximos meses. En la misma línea, el presidente del BCRA va a activar el cuarto tramo del SWAP que oportunamente se firmara con el Gobierno Chino y que representa unos U$S 400 millones en yuanes.
Una primera versión de este acuerdo se cerró allá por el año 2009. En aquella oportunidad, se firmó un swap con China por 70.000 millones de yuanes por tres años que terminó vencido sin haberse utilizado.
El swap no necesariamente implica una integración de stock y suele ser un mecanismo de compensación para realizar el intercambio comercial. Para el BCRA sirvió durante el 2014 para mantener el nivel de reservas. El acuerdo firmado con China en el 2014 inyectó U$S 2.314 millones en Yuanes en tres ocasiones. El Primer tramo fue de USD 815 millones y se materializó a finales de octubre, el segundo tramo fue de USD 500 millones en noviembre y por último en diciembre de 2014 se activó el tercer tramo con un importe de USD 1000 millones.
Con el último tramo del acuerdo firmado, el BCRA habrá utilizado ya U$S 2.714 millones de la línea de crédito por hasta U$S 11.000 millones acordada con el PBC.
Si bien la semana pasada la tendencia fue positiva para el BCRA ya que logró incrementar las reservas por U$D 2 millones de dólares, en lo que va del año pierden U$S 363 millones debido a ventas de la autoridad monetaria.
Como conclusión, podemos decir que si bien se logra el cometido de mantener el nivel de reservas y por lo tanto un tipo de cambio planchado, el principal problema de todas estas medidas, es que el BCRA está incrementando sus reservas con medidas de corto plazo.
Por lo tanto, no puede afirmarse que el SWAP firmado con China, permita revertir la tendencia en el largo plazo, solo es una tendencia cortoplacista, un manotazo de ahogado de un gobierno que no logra generar medidas que permitan ingresos de dólares. Los ingresos heterodoxos de divisas como las que van a generarse con la activación del cuarto tramo del SWAP generan aumento de reservas por única vez y no son sostenibles en el tiempo.
En tanto que los ingresos tradicionales, es decir, los dólares comerciales, dependerán de la dinámica del escenario internacional, en especial, de los ingresos de dólares por las ventas de soja que se hagan en el exterior. Las expectativas sobre las próximas reuniones entre el gobierno y el sector agropecuario es que el campo venda unas 15 millones de toneladas de soja que hoy están en silos ya que el precio de este cultivo ha vuelto a superar la barrera de los 380 dólares por tonelada.
Para finalizar, puedo decir que el gobierno debería tener más en cuanto que el SWAP sólo le trae al país más incertidumbre sobre el futuro económico, ya que en el corto plazo la necesidad de dólares va a continuar y esta vía de financiamiento fue inefectiva y costosa para el fin buscado.