Ausencia presidencial en la Cumbre del G-20

La participación de la Presidente en la décima cumbre del G-20 en Antalya (Turquía) hubiera sido una oportunidad para mostrar al mundo que la Argentina, independientemente de quién gane el ballotage, es un actor comprometido y responsable en la búsqueda de soluciones a los problemas más apremiantes que hacen a la gobernanza global. Una delegación conformada por funcionarios y referentes de la oposición hubiera tenido de por sí un impacto de particular significación diplomática. Ni siquiera hubiera sido necesario adoptar una posición temática común. La mera presencia integrada hubiera sido suficiente.

Es desilusionante que el Gobierno no haya considerado esa opción y no contribuya mejor a la transición. La designación solitaria, en cambio, del ministro de Economía y del actual canciller en una cumbre de jefes de Estado cuyas decisiones tendrán principio de ejecución después del 10 de diciembre no parece una medida muy seria. Ninguno podrá hablar del futuro. Tampoco augura una participación muy destacada ni que despierte mayor interés tanto en términos nacionales o en lo que hace al Mercosur.

Argentina y Brasil son hoy las dos economías más cerradas al comercio exterior del G-20. Un estudio de la Cámara Mundial de Comercio (ICC) señala que Argentina y Brasil recibieron la más baja puntuación (2,5 y 2,3, respectivamente). Este dato muestra una de las razones por las cuales la presencia del Mercosur en el mercado internacional es prácticamente insignificante. Brasil, el socio más importante, solo participa con el 1 por ciento. Ambos siguen con una actitud proteccionista que no favorecerá la intención del G-20 de destrabar las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) prevista en Nairobi en diciembre próximo. Tampoco en materia de cambio climático. Ninguno ha anunciado las medidas que adoptarán en término de reducción de emisiones para asegurar el éxito de la Conferencia de la ONU en París (30 de noviembre al 11 de diciembre).

Es lamentable que el Gobierno no haya considerado la importancia que podría representar para la Argentina que los referentes de los candidatos presidenciales participen, aunque sea en calidad de observadores, en una cumbre que se reúne para considerar las formas de superar un panorama sombrío en materia económica y financiera. El impacto de las turbulencias financieras en China aún perdura. También el temor de que la Reserva Federal de Estados Unidos empiece a subir los tipos de interés. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), preparatorio para la sesión, reconoció que las previsiones de crecimiento habían disminuido en Estados Unidos, la zona euro, Japón y la mayoría de los países pobres. El crecimiento de China estaría más cerca de 4% que del 7 por ciento. Asimismo, los datos del comercio global en el primer semestre del 2015 muestran la mayor contracción desde la crisis financiera del 2009.

El hecho más significativo de la Cumbre de Antalya quizás sea la próxima designación de China como presidente rotativo del G-20, al permitir durante el 2016 el inicio de un ciclo de mayor comunicación entre el gigante asiático y el resto del mundo. Sin embargo, el hecho de que el año próximo tengan lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos no pronostica el mejor diálogo entre Washington y Beijing. Tampoco en lo que pueden ser las iniciativas de reforma del FMI y de la Agencia Internacional de la Energía.

En este contexto, es una oportunidad desaprovechada que quienes gobernarán el país en pocas semanas no hayan tenido la ocasión de asistir a una primera prueba de fuego de una realidad internacional delicada y que requerirá, entre otras cuestiones, una política exterior de particular envergadura. Continuar leyendo

Ciberacuerdos entre Estados Unidos y China

La próxima reunión del presidente de China con el de Estados Unidos en la Casa Blanca tiende a superar un período de desencuentros y restablecer algunos criterios de estabilidad global y regional. China, que ha prosperado por estar comercialmente muy ligada al mundo, no parece dispuesta a desafiar a Estados Unidos y arriesgar el crecimiento económico, que es una de las principales fuentes de legitimidad gubernamental. En este contexto, resulta relevante para Beijing aliviar tensiones en áreas particularmente sensibles para Estados Unidos como el ciberespacio. El tema de un código de conductas sobre prácticas y pautas de cooperación en materia de tecnologías de la información se convirtió en una necesidad urgente tras una década de silenciosa guerra cibernética que amenazaba con adquirir una compleja dimensión de represalias.

En este contexto, ambas potencias habrían alcanzado consenso en conceptos como la libertad y la soberanía de Internet mientras mantendrían diferencias en algunas cuestiones específicas relacionadas con el ataque cibernético y el control del ciberespacio. Sin embargo, Estados Unidos y China estarían dispuestos a comprometerse a no ser los primeros en usar armas cibernéticas contra la infraestructura crítica del otro en tiempos de paz. Esa limitación, la primera en su tipo en el mundo, evitaría que se puedan paralizar servicios como centrales eléctricas, sistemas bancarios, redes de telecomunicaciones y, entre otros, hospitales. Continuar leyendo

Mercosur, fuera del mapa

El impacto de la devaluación en China pone en evidencia, entre otras consecuencias, un cuadro comercial de creciente exigencia global. La caída de los precios de los commodities y de las exportaciones de algunos países emergentes se presenta como un problema. América Latina es, por el momento, una de las regiones más afectadas. Este panorama se puede agravar con la reciente firma del Acuerdo de Libre Comercio entre China y Australia, siguiendo lo ya acordado por Nueva Zelandia en el 2008, en el que compiten básicamente los mismos productos del Mercosur. Cuando entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Beijing y Camberra, más del 85 % de las exportaciones de bienes australianos estarán libres de aranceles y crecerá al 95 % tras un período de transición. El acuerdo permitirá mejorar de manera sustantiva la competitividad australiana de agroexportaciones destinadas al mercado chino.

Esta situación, entre otras, coloca al Mercosur en una posición de vulnerabilidad. También deja al descubierto la falta de dinámica diplomática del organismo subregional. La duda es si los países del Mercosur podrán mantener el nivel de las exportaciones agroindustriales al mercado chino de la última década. Ya en el 2014, sin que mediara la devaluación y el TLC con Australia, las importaciones chinas de productos agroindustriales argentinos, por ejemplo, se contrajeron un 9,3 % por las menores compras de porotos y aceite de soja. El déficit de la balanza comercial fue de 5,8 mil millones de dólares. Continuar leyendo

Qué hay detrás de la catarata de acuerdos con Rusia

La Presidente de la Nación concluyó la visita a Rusia con definiciones singulares y algunos acuerdos polémicos. En gran medida muestra que basa la visión y decisiones de política exterior en consideraciones y reflexiones que provienen más del Ministerio de Economía o del de Planificación Federal que del Palacio San Martin. Es probable que ese énfasis sea consecuencia de una Cancillería que no le ofrece mayor confianza profesional. También de consideraciones que parecen querer reeditar el enfoque de José Ber Gelbard cuando intentó instalar una fuerte presencia soviética en la matriz energética argentina. Esa impronta parece olvidar que fue el mismo Presidente Juan Domingo Perón, a través de su Canciller, quién posteriormente paralizó alguno de esos acuerdos. Reclamaba, en cambio, mayor flexibilización en política exterior y menor dependencia estructural.

Si bien los tiempos son distintos, el resultado de la gira muestra cierta nostalgia con la historia aunque de menor eficacia diplomática. El Ministro Gelbard y en particular el Secretario de Comercio Exterior Embajador Leopoldo Tettamanti lograron convertir a la Argentina en el mayor proveedor de cereales del mercado soviético. A diferencia de aquel entonces, hoy el abultado déficit negativo de la balanza comercial parece aumentar en lugar de disminuir. Tampoco la visita permite mayor optimismo para modificar esa tendencia al haber dejado en evidencia una inclinación a beneficiar a las empresas rusas más que a las argentinas. En ese contexto, ha sido más urgente concluir compromisos de obras que analizar las ventajas concretas para la capacidad instalada de la industria nacional, incluso en términos de innovación tecnológica. Continuar leyendo

Apuntes sobre compras militares mundiales

La producción de armas convencionales continúa siendo la industria con mayores márgenes de crecimiento en el mundo. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) destaca en el último informe un aumento considerable de compras militares en casi todas las latitudes del planeta y la concentración del mercado a favor de Estados Unidos, Rusia, China y Europa. En América Latina, Venezuela y Brasil lideran las adquisiciones seguidas por Perú y Chile en un nivel que no guardaría relación con el cuadro de seguridad de la región. El Instituto Internacional de Asuntos Estratégicos de Londres (IISS), en  ”Balance Militar 2015”, señala que Brasil es hoy la décima potencia militar del mundo. En el primer lugar se mantiene de manera indiscutible Estados Unidos con una capacidad militar equivalente a la suma del poder militar de los siguientes diez países con mayor presupuesto militar. Le sigue China en gasto militar y Rusia en tercera posición.

La mayor novedad del informe Balance Militar 2015 es la menor importancia militar relativa de Europa a escala global. Si bien Francia y el Reino Unido continúan en las primeras posiciones, en particular en virtud del arsenal nuclear y la capacidad exportadora de armamentos, son los países asiáticos los que han adquirido mayor envergadura militar que incluye, entre otros, a la India y Japón.  La cuarta potencia militar del mundo es Arabia Saudita e Irán se encuentra onceavo. El dato es relevante para el análisis por cuantos ambos países mantienen una alta rivalidad en Medio Oriente en gran medida como consecuencia de los respectivos liderazgos en el mundo islámico, uno sunita y el otro chiita.

Las referencias en materia armamentista también incluyen alarmante información sobre el aumento de los presupuestos en la modernización de los arsenales nucleares existentes. Tanto Estados Unidos como Rusia continúan con una alta asignación de fondos para la modernización de los respectivos programas de armas nucleares como en el desarrollo de nuevos artefactos para uso de alcance limitado. En la misma línea de crecimiento aunque más limitado en volumen, se encuentran los arsenales nucleares de China, Francia, Reino Unido, India y Pakistán. Corea del Norte tendría medida docena de armas nucleares.

En materia de la militarización espacial las informaciones son igualmente preocupantes tanto en el diseño de nuevos satélites de última generación como en lo que hace a lanzadores y cuestiones conexas. El espacio exterior es cada día centro de mayor concentración satelital con propósitos militares. Diversas fuentes incluyen riesgos crecientes que los satélites cuenten con distinto tipo de armas, principalmente las llamadas anti satélites que, en definitiva, tienen un uso tanto defensivo como ofensivo.

El cuadro de información que proporcionan los Institutos de Estocolmo y Londres es un termómetro poco alentador para medir la seguridad internacional. Ante esta situación parece cada día más apremiante que la agenda multilateral incluya con mayor prioridad y determinación al desarme en todas sus formas. La actual tendencia armamentista no puede conducir a un mundo mejor.

Acuerdo nuclear con China: cuando la urgencia financiera define lo estratégico

Uno de los acuerdos sustantivos de la visita de la Presidenta de la Nación a China ha sido la posible adquisición llave en mano de una central nuclear. Una cuestión importante destinada a aumentar la generación energética de origen nuclear pero, a la vez, que merece cuidadosa reflexión. La construcción de un reactor de potencia no es similar a cualquier otra obra industrial. Existen, en cambio, una amplia variedad de temas tecnológicos sensibles como de naturaleza geopolítica a tener en cuenta. Consecuentemente, la decisión final, por el alcance y consecuencias en el tiempo, debería ser materia de previa consideración del Congreso de la Nación.

Por lo pronto el acuerdo firmado confunde. Hace poco tiempo, en oportunidad de la visita del Presidente de China a Buenos Aires, ambas partes parecían orientarse al suministro chino de un reactor Candu de agua pesada y uranio natural, básicamente similar a Embalse (comunicado de prensa Ministerio Planificación). Sin embargo, sorpresivamente el texto acordado en Beijing hace referencia a una tecnología muy distinta. La opción del reactor nucleoeléctrico ACP 1000, refrigerado con agua liviana presurizada y con elementos combustibles con uranio enriquecido, no puede ser más diferente. Este cambio repentino de opción tecnológica, permite dudar que el tema haya sido analizado con el suficiente cuidado. Continuar leyendo

Efectos regionales y mundiales del petróleo barato

El precio del barril de petróleo, por exceso de oferta y desaceleración de la economía china, está afectando distintos escenarios y preanuncia para el 2015 nuevos equilibrios geo-económicos. Estados Unidos, junto a Arabia Saudita, ha recuperado preeminencia y es difícil que la próxima reunión de noviembre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC), como lo advierte Abdalla Salem el-Badri, modifique la actual situación. El nuevo dato es que la autosuficiencia energética norteamericana está resultando clave para dictar el rumbo del mercado y ha diluido la influencia de la OPEC.

Los primeros beneficiarios, además de Estados Unidos, son los países importadores como lo es hoy la Argentina. El saldo neto también podría ser positivo para la economía internacional. Capital Economics calcula que la caída del precio del crudo representará una inyección de más de 350 mil millones de dólares de nuevas inversiones a la economía global. Este número podría aumentar de manera sensible si se confirma las previsiones de Goldman Sachs de que el precio del petróleo podría aun declinar en un 15%. Continuar leyendo

Argentina en un mapa complejo

Las visitas de los Presidentes de China y Rusia han impulsado una serie de nuevas vinculaciones tecnológicas que merecen cuidadosa reflexión. Con Rusia, por ejemplo, la posible adquisición, llave en mano, de una central nucleoeléctrica de una tecnología sustancialmente distinta a las centrales en operación. Con China, la instalación de una estación satelital y de telemetría en Río Negro que, por sus características, puede tener incidencia en la puja de poder militar mundial.

La construcción en Bajada de Agrio, en la denominada Pampa de Pimatue, de una estación de monitoreo de movimientos satelitales las 24 horas del día, es un tema de cierta complejidad geoestratégica. Se trata del primer centro de este tipo fuera de China con el propósito de contribuir al programa lunar chino y otras actividades espaciales. Sin embargo, por las características técnicas de la antena de recepción y los instrumentos operativos, tendría otros eventuales alcances que le permitiría un uso dual, civil y militar.

La locación neuquina habría sido seleccionada, principalmente, por la ubicación geográfica y la ausencia de interferencias de otras frecuencias. Estas circunstancias, entre otras, pondrían a la Argentina en teoría en un complejo mapa de riesgos hipotéticos. La estación, con antenas que permitirían una cobertura y visibilidad casi completa de la Tierra, sería a la vez un centro potencial de escaneo de comunicaciones, rastreo y detección de satélites, control de lanzamientos a escala global incluso, en caso de necesidad, de misiles, drones y otras actividades militares semejantes.

La Argentina, como contrapartida, podría provechar un mínimo del 10% de las horas del día. Sin embargo, no se conocen las modalidades y características del acuerdo de cooperación, incluso las de seguridad como, entre otras cuestiones sensibles, el grado de monitoreo argentino sobre las actividades específicas de la estación de Bajada de Agrio. No se trata de temas menores ya que la presencia de una estación estratégica de estas características, por sus efectos, hace a la defensa nacional e incluso a orientaciones de política exterior.

¿Tiene la Argentina una necesidad científica para una vinculación tecnología con un alcance tan complejo? El programa espacial argentino, como las etapas de evolución de la próxima década, no parece necesitar de manera indispensable de una herramienta de estas características. Consecuentemente, la duda es si las decisiones se han adoptado teniendo en cuenta las variadas hipotéticas implicancias de política exterior o han sido, simplemente, el resultado de apreciaciones más de entrecasa. 

¿Está preparada América Latina para el desembarco chino?

El desembarco de China en América Latina es cada día más significativo. El principal instrumento estratégico es un sistema de flujos financieros de la banca estatal enfocados principalmente en la energía, minería, alimentación y servicio financieros. El movimiento ha sido impulsado por la fortaleza del yuan y el plan de reformas de Beijing que estimula que un enjambre de empresas públicas y privadas salga de compra al exterior. Según la Universidad de Boston, entre el 2005 y el 2013 China efectuó inversiones en la región por 102 mil millones de dólares. Otras fuentes confiables, en virtud de las mecánicas financieras de las operaciones, triplican esta cifra.

El objetivo principal de la fiebre inversora ha sido el petróleo con tres empresas (CNPC, Sinopec y Cnooc) que se disputan el sector. En Venezuela, CNPC se encuentra invirtiendo, entre otros, 30 mil millones de dólares en la faja petrolífera del Orinoco. En Brasil, Sinopec adquirió el 40% de Repsol Brasil y la portuguesa GALP. En Argentina, Cnooc se han convertido en la segunda petrolera en importancia detrás de YPF.

De acuerdo a la Cámara de Comercio del Perú, China controla hoy un 33% del sector mineral peruano. Una situación similar se estaría dando en Chile. En otro ejemplo, la empresa estatal Cofco adquirió el 51%  de la empresa Nidera para operar como exportadora de cereales y expandir actividades en semillas, biotecnología y nutricios de cultivos, además de la comercialización de aceites comestibles.

La próxima visita del Presidente de China a la Argentina puede dar lugar a nuevas incursiones del gigante asiático en áreas consideradas por Beijing como estratégicas. Ninguna parece incluir valor agregado en beneficio de la economía receptora. La lista incluye, por ahora, las represas hidroeléctricas en la Patagonia como agilizar la modernización del Belgrano Cargas para asegurar la salida de las materias primas que le compre a la Argentina o produzca, eventualmente como lo hace en Ucrania, por sus propios medios.

La duda, entre otras, es si América Latina está políticamente preparada para recibir una catarata de presencia China que lo hace conservando su estilo y características particulares. También si, por la avidez latinoamericana por recibir inversiones, tiene la suficiente capacidad de defender adecuadamente los intereses de desarrollo a largo plazo sin comprometer autonomía y la diversidad de las relaciones exteriores.

Este intenso proceso de inserción regional liderado por una economía dirigida es una poderosa arma diplomática. La historia muestra como la complementariedad económica puede generar dependencia estructural. Es de esperar que América Latina haya aprendido de la experiencia con el Reino Unido a partir del siglo XIX para evitar encontrarse en una situación de efectos similares. En el mundo de hoy, sin las previsiones diplomáticas adecuadas, esta circunstancia sería un poco más complicada como delicada

Confianza y previsibilidad para evitar una nueva guerra fría

Las pujas de poder entre las principales potencias militares aumentan de manera preocupante y ponen a prueba la resistencia de la globalización que propiciaba un mundo más integrado, cooperativo y pacífico. La atmósfera actual es, en cambio, cada día más tensa y comprometida. Ya existe conciencia generalizada de que se está ante la perspectiva de un nuevo período de guerra fría. Los efectos de ese clima en el mundo contemporáneo pueden ser de mayor complejidad que la que primó en tiempos de la Unión Soviética. La existencia de una China más consciente del poder que posee, también hace la diferencia.

La variedad de focos de tensión en distintas latitudes empieza a sufrir los síntomas y consecuencias. La parálisis del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en temas candentes es un reflejo. Cada día es más difícil lograr soluciones diplomáticas negociadas en distintos conflictos, por el enfrentamiento entre las principales potencias del mundo. La guerra civil en Siria, es un ejemplo, escenario en el cual las diferencias entre Washington y Moscú no han facilitado formulas, ni siquiera humanitarias, para reducir los alcances del drama que se enfrenta. Ni que actúe la Corte Penal Internacional.

La rivalidad de Estados Unidos y Rusia, en aumento en los últimos años con motivo de la instalación del escudo anti misiles de la OTAN en Europa, adquirió intensidad con la grave crisis que afecta la integridad territorial de Ucrania. El clima de la relación entre China y Estados Unidos es también complejo. Las acusaciones en materia de espionaje cibernético es la última gota de una desconfianza mutua en aumento como lo demostró, hace un par de semanas, el viaje del Presidente de Estados Unidos por Asia.

Rusia y China parecen dispuestas a recrear el vínculo del pasado. Maniobras militares conjuntas para enfrentar amenazas comunes y acuerdos en materia de suministro de gas, son los mensajes para occidente. La reciente reunión en Shanghai de Vladimir Putin y Xi Jinpig, que profundizan la alianza, es también un desafío ya que intentan demostrar que hay alternativas al pívot de Washington en Asia Pacífico.

Ninguna de las actitudes promovidas por las tres principales capitales, Washington, Moscú y Beijing, fortalecen la confianza y la previsibilidad internacional ni facilitan a la globalización. Es lamentable que así sea cuando el mundo requiere de un comportamiento distinto para solucionar los problemas globales más apremiantes sea en lo relativo al cambio climático, los problemas de crecimiento de población, pobreza como respecto a un mundo económico global más equitativo.

El Papa Francisco, frente a esta situación, ha reclamado al Secretario General de Naciones Unidas, que promueva una movilización ética mundial. Es de esperar que ese llamado a la razonabilidad y responsabilidad internacional, sea tenido en cuenta. El mundo lo necesita.