Abril, mes clave para las acciones

A sólo un día de cerrar el primer trimestre del 2014, los índices accionarios en EEUU nos dan su dictamen sobre la perspectiva del mercado durante el 2014.

El S&P 500, el índice que mide el espectro de las 500 empresas estadounidenses más grandes por capitalización bursátil, se encuentra +0.5% en lo corrido del año, el Dow Jones Industrial Average, el índice que mide las 30 empresas más grandes en EEUU, ha caído 1.53%, y el Russell 2000, el índice de empresas de baja capitalización bursátil, ha caído 1%.

Los especialistas en momentum de los mercados indican que este primer trimestre no es un indicativo muy positivo para el comportamiento del mercado en el 2014, de acuerdo al comportamiento histórico a nivel estacional, pues en los últimos cuatro años, el mercado ha generado gran parte de sus ganancias, sino todas, en el primer trimestre.

En contraste, los economistas y los analistas fundamentalistas creen en la continuación del “rally” por una mejora en los indicadores económicos en los países desarrollados, independientemente de los contingentes actuales como el conflicto diplomático en Rusia, el retiro de la FED en  la compra de activos, y un mercado en los altos históricos.

Aunque los rendimientos de las acciones en el primer trimestre no le dieron la razón a ninguna de estas perspectivas, el segundo trimestre será un tiempo determinante para definir quién tiene la razón.

Los informes financieros de las empresas correspondientes al primer trimestre del 2014, el comportamiento de las tasas de interés y  su impacto en mercados emergentes como consecuencia de la política monetaria en EEUU, y la prueba del superar contundentemente los altos históricos del mercado accionario, son eventos suficientes para darle alguna dirección al mercado, algo de lo que ha carecido en lo que va del 2014.

Gran crecimiento económico no implica buenos retornos

Es común creer que el desempeño del mercado accionario depende del desempeño económico de un país, una región, o del mundo, pues una economía en crecimiento aumenta los ingresos de las empresas, sus utilidades y márgenes de rentabilidad, aumentando el valor presente intrínseco de las empresas, y por ende el valor de sus acciones.

Actualmente, es común observar que los reportes de investigación de los analistas en Wall Street se basan en dicha premisa, es decir, que el mercado accionario estadounidense seguirá teniendo un buen desempeño por una aceleración económica, y aunque la teoría sea parcialmente cierta, incluso cuando es cuestionable esperar un crecimiento económico robusto en los próximos años, existe otra variable muy importante que pocas veces se tiene en cuenta, las tasas de interés.

Claramente el costo de oportunidad de invertir en el mercado accionario aumenta con el alza en las tasas de  interés, ya que para un inversor es mejor dejar su dinero en el banco con mínimo riesgo que invertirlo en acciones por un retorno esperado similar.

La Reserva Federal saliendo del QE (Quantitative Easing), el anuncio explícito sobre un aumento de tasas entre 2015 y 2016, además de los promedios históricos de las tasas de interés de los bonos del Tesoro de mediano plazo (Tsys10Yr) en los últimos 10 años (3.4%), 20 años (4.5%), y 30 años (5.8%), hace el proceso de normalización de tasas un escenario bastante probable para los próximos años.

La historia ha demostrado cómo el alza en las tasas de interés tiene repercusiones importantes sobre el comportamiento del mercado accionario independientemente del desempeño económico.

Por ejemplo, en 1965 a 1981, un periodo de 17 años, EEUU experimentó un crecimiento económico robusto (170% de crecimiento en el Producto Nacional Bruto), acompañado con un alza de 4.2% a 15.85% en los Tsys10Yr, el Dow Jones Industrial Average subió sólo 0.1% durante ese periodo.

Sin embargo, en el periodo de 1981 a 1998, un periodo de 17 años, EEUU experimentó un crecimiento en el PNB de 59%, una tercera parte del crecimiento de 1965-1981, sin embargo, la tasa de Tsys10Yr cayó de 14.96% a 4.16%, y el Dow Jones Industrial Average generó una ganancia total de 1791%.

Estos ejemplos dejan una gran lección, y sobre todo, un llamado a monitorear no sólo los pronósticos de crecimiento económico, sino también la dinámica en las tasas de interés y su repercusión sobre el mercado accionario.

Lo más prudente es frenar antes de la curva

Los mercados financieros no tuvieron su mejor semana. El S&P 500 cayó 2,57% desde los altos del viernes pasado; la tasa de los bonos de 10 años en EEUU vuelve a los bajos del año en 2,65%; el índice VIX, barómetro de temor en los mercados, cierra con la misma dinámica desde la corrección de enero; las bolsas en Europa cierran con una caída promedio de 3%; Tokio y Rusia por debajo de 6%, Brasil entra en territorio de “bear market”. Commodities como el cobre caen más de 9% en cinco días.

La pregunta del millón en Wall Street se basa en si los niveles actuales en las bolsas accionarias, en particular, el mercado accionario estadounidense, son niveles de compra o venta.

Al mismo tiempo, la pregunta del millón entre los economistas es cuál es la razón principal del pobre comportamiento en los mercados, si son las cesaciones de pago corporativas en China y la desaceleración de Gigante Asiático, o la crisis en Crimea y la posible intervención rusa en territorio ucraniano, la continuación de la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal, o simplemente un “bull market” en proceso de maduración.

Aunque las preguntas sean difíciles de responder, la sola existencia de dichas incógnitas ya genera implicaciones directas para los gestores sobre la necesidad de proteger sus portafolios, particularmente ante el riesgo bajista en la evolución de estos distintos eventos, y la reacción del mercado ante ellos.

Un gestor de inversiones enfrentando estos riesgos es el equivalente a un corredor de Fórmula 1 viendo de lejos una curva sin poder ver claramente el ángulo de cierre.

Hasta en Fórmula 1 los corredores frenan antes de las curvas. Aunque el mercado puede que llegue a tener una corrección de magnitudes moderadas, es prudente reducir el riesgo antes de “tomar la curva a altas velocidades,” y después estar fuera de la carrera por no haber reducido la velocidad en una curva “indefensa”.

Marzo consolidará confianza en el “bull market”

El mercado accionario americano cierra el mes de febrero con un sentimiento bastante positivo, donde el S&P 500 cierra con un retorno de 4.4% en el mes, pero con enormes dudas sobre la prolongación de su fuerza.

El haber superado la barrera de contingentes que se enfrentaba en el aspecto macro fue suficientes para demostrar que las acciones todavía podrían tener jugo en el mes de marzo.

Febrero comenzó con malos reportes de trabajo, cifras pobres en actividad económica, y reportes de utilidades ausentes de crecimiento significativo, no obstante, el mercado consideró estos temas insignificantes para continuar su tendencia alcista.

Aunque en el año, el S&P 500 se encuentre levemente positivo, el mes de marzo podría generar rendimientos suficientes para dejar contentos a los que creyeron en una subida en el primer trimestre del 2014.

Por lo tanto, marzo será un periodo apropiado para convalidar la magnitud del sentimiento “bullish” del mercado accionario. Además, este mes será un tiempo adecuado para diferenciar los efectos negativos del fuerte invierno en EE.UU sobre la actividad económica, y el verdadero curso del crecimiento económico en el mediano plazo.

Mercados accionarios desafían contingencias

Cierra la semana con mercados al alza, desafiando los altos históricos en los principales índices accionarios estadounidenses, y demostrando una gran expectativa a una mejora en la economía global en los próximos meses.

Aunque hemos seguido observando decepción en varios reportes financieros de las empresas norteamericanas, sumado al detrimento en las cifras económicas de finales de 2013 por el fuerte invierno que ha azotado a los EEUU, y al riesgo de deflación, el mercado sigue descontando las malas noticias en su tendencia alcista. Asimismo, las minutas de la FED que aclararon la continuación en la reducción del estímulo por parte  de  la institución, tampoco fue un contingente suficiente para frenar el ímpetu del mercado accionario.

Asimismo, el detrimento en las cifras de manufactura en China, el estrés en mercados emergentes, y la pérdida de momentum en la economía europea, situaciones ausentes al fuerte invierno, tampoco tuvieron el peso suficiente durante la semana para quitarle momentum a las acciones americanas.

El S&P 500 se encuentra en zona de definición al enfrentar nuevamente los altos históricos, y por ende, la paciencia es fundamental para observar el mercado cómo se desenvuelve en esta zona de definición, y así, dictaminar el comportamiento de los mercados en el mediano plazo.

Los mercados financieros celebraron su San Valentín con Janet Yellen

El día de San Valentín se extendió a los mercados financieros. El primer discurso público de Janet Yellen ante el Congreso de los EEUU como presidenta de la Reserva Federal (FED) reflejó una reacción evidente de “simpatía” en los mercados financieros.

Aunque la presidenta no estableciera un cambio radical a la política monetaria y, en realidad, no dijera nada nuevo a lo que Ben Bernanke en previos discursos implantó, sus comentarios fueron suficientes para que el mercado accionario celebrara con una fuerte subida alcista en la semana, no vista desde hace más de un año.

Sin embargo, tal simpatía dependerá mucho del mantener el status quo del banco central ante la dirección de la política monetaria, pues un cambio inesperado, o una nueva acción que implique un cambio radical a las expectativas en los mercados, podrían poner a Janet Yellen en una posición no amigable para los mercados financieros.

No obstante, el status quo para mantener la política monetaria restrictiva intacta a como actualmente se encuentra, no dependerá de una decisión idiosincrática de la FED, sino de las cifras económicas en los próximos meses. Por ejemplo, una baja inflación amenazando niveles de deflación podría obligar a la FED a tomar medidas nuevas para evitar el ciclo deflacionario. Asimismo,  la reactivación económica, medida principalmente a través de la actividad laboral, será otro factor determinante para la dirección en la política monetaria.

En el corto plazo, el reto más grande para Janet Yellen y su equipo será identificar si los pobres reportes económicos son explicados por el fuerte invierno que azota una gran parte del territorio estadounidense, o si en contraste, la economía no ha logrado acelerar lo suficiente como para ameritar el programa de reducción del estimulo monetario.

China marca la parada en mercados emergentes

El 2014 pasó la cuenta a los mercados emergentes, y a la negación sobre el impacto que podían tener contingentes relevantes en el comportamiento de los mercados financieros en estas regiones.

En este caso, la decisión de culminación del QE por parte de la FED no fue necesariamente el protagonista de la reciente corrección, como era el caso en junio del 2013. Aunque este evento no deje de ser relevante para los pronósticos de las economías emergentes, la razón principal tiene raíces fundamentales más profundas, la coyuntura económica en China.

Esta semana, el anuncio de las cifras de manufactura en China medidas por el HSBC Flash Manufacturing PMI, para el mes de enero, reportaron contracción en la actividad económica del “Gigante Asiático”. Este es el nivel más bajo desde julio de 2013. Este reporte preliminar es soportado por la caída en inversión en activos fijos a finales del 2013.

El informe sobre el PIB de China para el 2013 expuesto la semana pasada, mostró el menor crecimiento anual desde 1999, y que si no fuera por 0,1% de crecimiento en el PIB, sería el nivel más bajo desde 1990.

Esta coyuntura en el continente asiático, sumado al riesgo que tiene la industria financiera china no regulada (conocida como “shadow banking”) en el proceso de restricción crediticia en China, y el reciente comienzo del “tapering”, tiene directas implicaciones para las economías emergentes, y para el funcionamiento de los mercados emergentes.

Los inversores que tienen el ojo puesto en mercados emergentes, incluyendo América Latina, deben poner mucha atención a los acontecimientos en China, pues la actividad económica en estos países dependerá en gran manera del desenvolvimiento de la economía en China.

2014, año de normalización

Es obvio que un año no es  igual al otro, pero en lo que se refiere al mercado accionario estadounidense, el entender que el 2014 no es igual al 2013 tiene implicaciones muy importantes para la ejecución de nuestras estrategias de inversión.

Los primeros días del 2014 han sido suficientes para demostrar que los mercados financieros no parecen ser los mismos que los del año pasado, y con mucha razón, pues varios factores cambian la dinámica fundamental de manera drástica para el 2014.

Creando diferentes escenarios para el 2014, podemos considerar que el más optimista tendrá como tema principal la mejora de los fundamentales macroeconómicos para las economías desarrolladas. En este escenario, es importante entender que la reactivación económica, particularmente en EEUU, anima a la FED a continuar su política monetaria restrictiva, generando una alta probabilidad para que veamos un aumento en las tasas de interés, afectando el financiamiento. Además, realizando correlaciones entre los fundamentales y el comportamiento del mercado, observamos que una mejor economía (medido por crecimiento en el PIB real) no implica un mercado alcista, sobre todo en un ambiente de política monetaria restrictiva.

En el escenario moderado, vemos una economía global que no logra crecer por encima del 3%, sobre todo por un crecimiento lento en países desarrollados. Las empresas no muestran crecimientos importantes en ingresos ni utilidades que justifiquen mayor valor por su capital. Sin embargo, este escenario no es suficiente para que la FED detenga la bandera de política restrictiva, lo que suma a la probabilidad de ver un aumento en las tasas de interés, afectando el financiamiento global.

En el escenario negativo, y sin tener en cuenta muchos otros contingentes o sorpresas para el 2014, las economías desarrolladas no logran tomar tracción ante la falta de estímulo monetario, generando un “coletazo” sobre los mercados emergentes. El riesgo de deflación se hace más evidente, lo que obliga a la FED a retomar su política expansiva. La utilidad marginal de más liquidez probablemente sea cuestionada y reprobada por los mercados, generando un ambiente incierto sobre la dirección en las tasas de interés.

En cualquiera de estos escenarios, es evidente observar que una situación bastante probable es que las tasas de interés, y los precios de los activos, entren en un periodo de normalización, buscando una menor desviación entre su precio actual y su valor intrínseco. La velocidad en que suceda esta normalización dependerá del avance de toda la maquinaría económica durante el 2014, y que los verdaderos efectos colaterales de sustraer la liquidez salgan a relucir.

Ante esta normalización, lo que tiene sentido es que probablemente no veamos los altos retornos del 2013, por lo menos en el mercado accionario estadounidense.

Cifras de empleo retan a la FED

Comenzó el 2014 con un reporte de trabajo sorpresivamente decepcionante (74 mil trabajos creados en diciembre de 2013 vs. 197 mil estimados), dejando un mensaje confuso sobre el progreso económico en la primera economía, y sorteando la incógnita de si la Reserva Federal (FED) persistirá con su reciente campaña política monetaria restrictiva.

Analizando los resultados de las cifras de trabajo, observamos que estos resultados no necesariamente son suficientes para “doblarle el brazo” a la FED en la continuación de su política restrictiva. Por una parte, el promedio mensual de trabajos creados en los últimos tres, seis, y doce meses se encuentra por encima de 150 mil trabajos, siendo este el promedio necesario para mantener la tasa de desempleo estable.

Por otra parte, las cifras de trabajo en las que se basó la FED para comenzar el “tapering” han sido cifras rectificadas al alza; en octubre y noviembre, fueron creados 38 mil trabajos más de los que se reportaron inicialmente.

Se cree que el fuerte invierno en los EEUU pudo ser uno de los factores principales del bajo número de nóminas, siendo éste un evento netamente cíclico y de poca duración. Además, el número de trabajos es en su naturaleza volátil, pues tiene un margen de error mensual de más o menos 90.000 trabajos.

Sin embargo, el verdadero reto para la FED será la interpretación en la caída en la tasa de desempleo, y sus implicaciones sobre momento en que se deben aumentar las tasas de interés. Diciembre dejó en evidencia que la caída de 7,0% a 6,7% en el desempleo no fue por creación de trabajos, sino por la caída en la tasa de participación en el mercado laboral, la cual cayó a 62,8%, el nivel más bajo desde 1970.

Si la caída en la tasa de participación es por falta de trabajos, la FED debería continuar una política monetaria expansiva para estimular la economía en la creación de trabajos, incluso a pesar que la tasa de desempleo caiga por debajo de 6,5% (el objetivo preliminar para que la FED empiece a aumentar las tasas de interés).

No obstante, si la caída en la tasa de participación laboral es causada por la salida permanente de personas que participan en el mercado laboral, y por ende hay menor capacidad de reserva, la FED se verá obligada a aumentar las tasas de interés antes de lo provisto. 

FED rompe el tabú del “tapering”

Tapering” fue el término anglosajón que los principales medios financieros titulaban el comienzo de reducción monetaria por parte de la Reserva Federal. “Tapering” también era el término que hacía temblar a los mercados financieros en cada rueda de prensa de la FED. Sin embargo, cuando “tapering” pasó de ser un concepto a una realidad, los mercados no pudieron reaccionar de manera más optimista como en efecto reaccionaron.

La gran mayoría de los analistas en Wall Street no contaron con la importancia que era el lenguaje con el que la FED transmitiera el anuncio sobre el comienzo de dicho proceso, y sin duda, fue exitosa la combinación del mensaje, reduciendo la compra de activos en $10 mil millones de dólares, y a su vez, “poniendo el hombro” donde la reactivación económica actual perdiera momentum.

Ahora la FED luce como una institución amigable para el mercado accionario, y ha aclarado su rol de ejecución de acuerdo a la mejora en los reportes económicos, lo cual tiene implicaciones positivas para el mercado accionario en el corto plazo.

Con cielos abiertos en lo que resta del 2013 y con la mitigación del cierre de Gobierno para principios del 2014, el mercado accionario estadounidense tiene altas probabilidades de cerrar el año haciendo nuevos altos históricos (1,850/1,825), y tener un buen comportamiento en los primeros días del 2014.