No hay duda de que se trata de un triunfo de Irán, su más importante victoria en 35 años de renacimiento musulmán chiíta. El tratado firmado con Estados Unidos y Europa nominalmente es de limitación para su desarrollo nuclear con fines bélicos. En la realidad de la política es para fabricar la bomba atómica con destino a destruir a Israel. El presidente Barack Obama tomó la decisión de arreglar con los ayatollahs entre finales de 2012 y principios de 2013, casualmente en el mismo momento en que también firmaba acuerdo Cristina Kirchner por el atentado a la AMIA.
Debe quedar claro políticamente desde hoy que hacia el pasado todo el daño terrorista de Irán queda borrado. Han jugado bien contra Occidente, tienen estudiada su psicología y saben que con lo único que cede el mundo libre en esta etapa histórica de cobardía y retroceso es parecer un peligro mundial, no presentarse como país bueno y pacifista. Quienes quieran leer política real deben registrar cómo funciona, las cosas se ganan de mala manera, jamás obedeciendo al establishment. Es decir, el terrorismo es un legítimo y eficiente método político que cuando se presenta en su verdadera dimensión extrema hasta deja de ser considerado ilegal y violatorio de los derechos humanos. Continuar leyendo