Mauricio Macri dice que con un comando único represivo, superando las debilidades de gendarmes y policías, o ahora con la emergencia de seguridad pública va a frenar al narcotráfico. Esta política ya fracasó a nivel mundial.
Que haya más presupuesto para que no ver gendarmes persiguiendo narcos en ojotas o mejorar la logística para que funcionen los celulares de los funcionarios y no solamente los de los fugados, como sucedió, no soluciona el problema. Porque las cúpulas de las fuerzas de seguridad no están preparadas para combatir los negocios capitalistas (como lo es el narcotráfico), sino para perseguir a los que luchan y espiar opositores.
Crear una Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), como propone Macri (también Daniel Scioli o Sergio Massa), es una utopía que ya fracasó en Estados Unidos y Latinoamérica.
En 2015 se reunió la Unidad de Naciones Sudamericanas (Unasur) en Montevideo y emitió un documento que sostiene “el fracaso de la guerra contra las drogas”; plantea la necesidad de “un nuevo enfoque para abordar la problemática del consumo y las adicciones” y consigna: “Sudamérica ha sido una de las regiones más afectadas por la lucha contra el narcotráfico”. Continuar leyendo